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críticas chatarras

miércoles, febrero 27, 2008

le cortó el rostro 

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SWEENEY TODD

Tiene todos los trucos de Tim Burton: calles lóbregas, seres oscuros, una fotografía que es parte del argumento, humor negro, personajes que han mutado en otras entidades. Pero algo no termina de cerrar en esta última película, posiblemente porque el musical en que se basa, no es demasiado brillante. Ni las canciones ni la estructura dramática se destacan y, por ende, la versión fílmica de Tim Burton se transforma en una serie de cuadros musicales, con mayor o menor fortuna. Falta una línea, un tema que amalgame las escenas. ¿Qué es Sweeney Todd? ¿Un hombre obsesionado con la venganza? ¿Un hombre que busca una revancha social? ¿Un enfermo? ¿Un nihilista? A veces parece una cosa, a veces otra. La no definición plena del personaje hunde la historia y afecta a la película.

“Sweeney Todd” es el musical de una clásica leyenda urbana inglesa (ojo, algunos aseguran que existió): un barbero que rebana los cuellos de sus clientes y cuyos cuerpos serán la materia prima de los pasteles de Mrs. Lovett que posee su comercio justo justo, debajo de la peluquería. Hace 15 años, Sweeney se llamaba Benjamín Barker y estaba casado con una bellísima rubia, con la que había tenido una pequeña niña. Lamentablemente, la dama en cuestión fue mirada por el poderoso Juez Turpin que no tuvo empacho en abusar de su poder, enviar a Barker a la cárcel y apoderarse de la niña, tras intentar obtener (en vano) el amor de Mrs. Barker.

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Barker, devenido en Sweeney Todd, regresa a Londres para tramar su venganza: matar a los que nadie eche de menos y lograr una revolución social, que los de arriba sirvan (por una vez) para la sobrevivencia de los de abajo.

La trama sobrevuela entre canciones previsibles y brochazos de sangre que se destacan, en bermellón, sobre una fotografía gris y pálida. Es interesante el trabajo que Dariusz Wolski logra con la fotografía, la evolución desde el gris ceniciento del principio hasta las vetas coloridas que se observan al avanzar el filme. El contraste más violento y saturado, se da en los sueños de Mrs. Lovett. Y, desde ya, en los borbotones se sangre que manan de las arterias de los degollados, dándole un elemento vivo y carnal a una ciudad que se levanta en las penumbras, como una sombra en la sombra.

La dirección de arte, los escenarios y los vestuarios son fundamentales para la estética que Tim Burton le imprime a la historia. Si la película llama la atención es responsabilidad de estos rubros que logran imágenes notables, bellas estampas en la noche, pero que no pueden lograr, por sí solas, cubrir las debilidades del guión.

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Entre la historia de la venganza individual y la venganza social, parece mejor elegir la última. La paleta descriptiva de la Londres de la Revolución Industrial, en la que los seres humanos son deshechos de otros seres humanos, coincidía con esta metáfora negra de humanos comidos por humanos. En algún momento, Sweeney Todd lo señala mirando la calle desde el interior del comercio de Mrs. Lovett. Pero la trama no lo toma como el tema principal del filme: lo abandona a poco andar y vuelve al tema de la venganza individual, con un toque melodramático final, más propio de la telenovela que del cine.

Los actores responden correctamente, aún cuando lo suyo no sea el canto. Las mejores escenas corresponden a las sinergias de Johnny Depp con Helena Bonham Carter y la del primero con Alan Rickman. Las escenas de los jóvenes enamorados constituyen la parte más débil del filme. Un breve momento para Sacha Baron Cohen (a) Borat, como el peluquero italiano fanfarrón Signor Adolfo Pirelli.

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Escenas destacadas: la canción de Sweeny y Mrs. Lovett en su primer encuentro; la primer afeitada de Sweeny al Juez Turpin; la canción del “aprovechamiento” de la carne de las víctimas para los pasteles de Mrs. Lovett; el final de Mrs. Lovett.

Frases:

Hay un hoyo en el mundo como un gran agujero negro. Y las sabandijas del mundo lo habitan y su moral no vale nada. Su nombre es Londres. En lo alto del hoyo están sentados unos cuantos privilegiados, haciendo burla de las sabandijas en el solitario zoológico, convirtiendo la belleza en suciedad y avaricia. También he navegado por el mundo y visto sus maravillas, pues la crueldad del hombre es tan maravillosa como Perú. ¡Pero no hay lugar como Londres!

-Pues en las calles otrora conocidas veo sombras.
-¿Sombras?
-Fantasmas.

Solía haber un barbero y su esposa y ella era hermosa...

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Éstos probablemente son las peores tartas en Londres

Créeme cariño, esto va a tomar más que cerveza para poder limpiar ese sabor.

-Barker era su nombre. Benjamin Barker.
-¿Cuál fue su crimen?
-Estupidez...

No, Barker no. Ese hombre está muerto. Es Todd ahora. Sweeney Todd. Y él tendrá su venganza.

Amigos, ustedes derramarán rubíes. Ustedes pronto derramarán preciosos rubíes.

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¡Al fin mi brazo está completo nuevamente!

Si no puedo volar... Permítame cantar.

Incluso ahora estoy en tu ventana. Estoy en la oscuridad al lado tuyo. Dulcemente enterrado en tu pelo amarillo.

-Gracias su señoría. Justo la sentencia que queríamos.
-¿Era culpable?
-Bien, si él no lo hizo, seguro hizo algo que garantizara ser colgado.

-¡Se ha vuelto loco! ¡Matar un hombre sin que le haya hecho ningún daño!
-Él me reconoció de mi pasado. Él intentó chantajearme. Quería la mitad de mis ganancias.
-¡Oh, bien! ¡Ésa es una cuestión diferente! Por un momento pensé que te habías vuelto loco.

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Porque en toda la raza humana, Sra. Lovett, hay dos clases de hombres y solo dos. Está aquel a quien ponen en su lugar y aquel que pone el pie en la cara del otro. Véame, Sra. Lovett, véase. Ahora todos merecemos morir. Incluso usted Sra. Lovett. Incluso yo. Porque la vida de los malditos debe hacerse corta. Para el resto de nosotros la muerte será un alivio. Todos merecemos morir.

¿Qué tal una afeitada?

Srta. Lovett como he vivido sin usted todos estos años sin haberla conocido,

-¿Cuál es el sonido de la tierra afuera?
-¿Cuál es Sr. Todd? ¿Cuál es ese sonido?
-¿Esos sonidos saturando el aire?
-Sí Señor Todd, por todo el alrededor.
-Es el hombre devorando al hombre, querida. ¿Y quiénes somos nosotros para negarlo aquí? ¿Y quiénes somos nosotros para negarlo aquí? Estos son momentos desesperados Srta. Lovett. Y se necesitan medidas desesperadas.

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-Pruebe al Padre.
-Los abogados son algo mejor. Si es por el precio.
-Ordene algo más, ya que nadie debe tragar lo mismo dos veces.

La historia del mundo, mi amor, salva un montón de tumbas, hace un montón de favores... Es de aquellos que sirven a los de arriba. Todo mundo se afeita, así que debe haber muchos sabores. Qué gratificante es para uno saber... ¡que los de arriba servirán a los de abajo!

Pruebe el fraile. Frito es más seco.

Vendré otra vez cuando obtenga al juez en el menú.

Tomaremos los clientes que podamos. Los de arriba y los de abajo, mi amor. No discriminaremos grande de pequeño, le serviremos a todos.

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¡Oh, señor Todd! ¡Soy tan feliz que podría comerlo!

La vida es para los vivos, querido. Podemos tener una vida también. Tal vez no como la soñé. Tal vez no como la recuerda. Pero podríamos hacer algo.

-¿Entonces huiremos y todos nuestros sueños se harán realidad?
-Eso espero.
-Nunca tengo sueños, sólo pesadillas.
-Johanna, cuando salgamos de este lugar, todos los fantasmas se habrán ido.
-No, Anthony. Ellos nunca se irán.

¿Ey, no lo conozco señor?

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Descansa ahora mi amigo. Descansa ahora para siempre. Descansa ahora, duerme con los ángeles.

-¿Quieres una afeitada?
-No, yo...
-Todos necesitan una buena afeitada.

CONSEJO: es para ver en cine. Pero si no es fanático de Tim Burton, espere al DVD, sin apuro.

sábado, febrero 23, 2008

maximizando el coeficiente zapruder 

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CLOVERFIELD

El 22 de noviembre de 1963, en Dallas, mataron a un presidente. Al costado de la calle, con su cámara Super 8, el sastre Abraham Zapruder registró el magnicidio. En el fotograma 313, vemos morir a John Fitzgerald Kennedy. La película dio la vuelta al mundo y se ha transformado en una de las imágenes del Siglo XX. Dos cineastas, Mike Waldleigh y Martin Scorsese acuñaron el término “Coeficiente Zapruder”, la relación directamente proporcional entre el grado de amateurismo del filme y su impacto documental. En palabras del propio Waldleigh: “si hay un muy alto coeficiente de amateurismo en términos de técnica, pero el contenido es soberbio, lo filmado es absolutamente impactante, eso es un 100% en la curva Zapruder”. Mañana postearemos la película y algunos links de interés sobre el tema. Pero el concepto es fundamental para entender la dinámica de “Cloverfield”, la película producida por J. J. Abrams, productor de “Lost”, el verdadero cerebro detrás de este filme dirigido por Matt Reeves.

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Argumentalmente “Cloverfield” no se diferencia de las tantas películas de catástrofes y héroes que rescatan damas en medio del caos, que pueblan el género de terror y suspenso. ¿Cuál es el hallazgo de “Cloverfield”? El punto de vista. La película se cuenta, en su totalidad, a partir de una cámara portátil puesta para registrar una fiesta de despedida pero que termina siendo testigo de la invasión de un monstruo que destruye Nueva York. Sólo con eso, cambiar desde dónde se mira, agrega un valor agregado supremo a la trama que, de otro modo, no dejaría de ser convencional. El hallazgo de J. J. Abrams es maximizar el Coeficiente Zapruder para conmovernos. Los que estamos sentados en la butaca asistimos a la película con la angustia y la opresión con la que se sigue un noticiero. Eso pese a que sabemos que entramos a esa sala, previa compra de una entrada, para ver una ficción. Sin embargo, la puesta en escena de “Cloverfield” contribuye de modo decisivo a la suspensión de la incredulidad que nos exige cualquier ficción. Por momentos corremos, junto a los protagonistas, en medio de las calles neoyorquinas, perseguidos por el monstruo épico.

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Detrás de los “homenajes” al cine de terror que se adivinan en “Cloverfield” (desde el Godzilla que se evoca en el viaje del protagonista a Japón), hay una estética 9/11 de terror urbano, afín a la pulsión norteamericana de fantasear con la destrucción de su entorno y sin embargo, persistir. El símbolo de la cabeza de la Estatua de la Libertad yaciendo en medio de la calle, es un icono del Apocalipsis del Imperio Americano. Habrá que analizar, alguna vez, con más detalle, la evocación añorada del fin que posee el imaginario estadounidense (tal vez, deba rastrearse en los inicios de una sociedad que se arma y rearma, una y otra vez, con cada oleada migratoria). En charla de café con un amigo, recordábamos el ejemplo azteca, una civilización que tenía en su cosmogonía el fin del mundo muy cerca (en el transcurso de una generación) y que vivía obsesionado con el equilibrio del universo mediante tributos de sangre. Sería interesante indagar más en la necesidad de esas sociedades de expandirse para dejar una marca en la historia.

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“Cloverfield” nos regala, además, un par de apuntes interesantes sobre la imagen y la necesidad de ver la realidad televisada para que sea “real”. En algún momento del filme, los protagonistas se meten en una casa de electrodomésticos, mientras atrás, por las vidrieras, pasan los pies de la bestia arrasando a todos en la calle. La gente, dentro del local, mira las pantallas televisivas para saber que pasa. La realidad está al lado de ellos, sólo tienen que salir a calle para saber lo que sucede. Pero en estas épocas de sobreinformación, sólo existe la realidad si es televisada, si es explicada por alguien en un medio de comunicación.

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En la exacerbación del modelo, algunos graban con sus celulares o sus cámaras, las imágenes de la televisión. Otra escena apunta a lo mismo: los tipos que se acercan a ver la cabeza de la Estatua de la Libertad tirada en la calle pero no la observan directamente, sino en la imagen que genera su celular o filmadora. Nótese la diferencia: no vemos la imagen de la estatua, sino la imagen de la imagen de la estatua. Hay un nivel de intermediación visual que no es un dato menor.

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La esclavitud por la imagen es tal que, en algún momento del filme, perseguidos por el monstruo, el protagonista le dice a un personaje que no deje de filmar, que no tire la cámara. La cámara no se cae por un imperativo estructural del filme. Pero, dramáticamente, la cámara no se cae porque sólo existe aquello que se filma y dejar caer la cámara es, para ese grupo de sobrevivientes, morir.

Esas son las ideas que sobrevuelan en lo que puede ser otra película de terror. No es poco para un género que se reduce a poco más que entretenimiento. Desde lo técnico y lo conceptual, “Cloverfield” es un gran filme que no puede pasar desapercibido.

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Escenas destacadas: la caída de la cabeza de la Estatua de la Libertad; el encendido de la función de visión nocturna de la cámara, en el túnel del subte; la explosión inicial en la ciudad; la muerte de Marlena; el monstruo mirando a la cámara.

Frases:

La cámara grabó un incidente en el sitio "US-447", área anteriormente conocida como "Central Park".

Sólo tomas la cámara y vas con la gente deseando buena suerte.

Los momentos son todo es lo que quiero decirte. Aferrate a las personas que más quieres.

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¡Dios! ¿Qué fue eso? ¿Qué fue eso?

Lo tengo grabado. Déjenme regresarlo.

¿Lo vieron? No sé que era, pero era gigantesco.

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Sólo para aclararlo, nuestras opciones son: morir aquí, morir en los túneles o morir en la calle.

-¿Saben qué es?
-Lo que sea, nos está ganando.

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-No tienes idea de lo que hay afuera.
-No me importa, ella está muriendo.

Hace aproximadamente 7 horas, algo atacó la ciudad. No sé que es. Si encontraron esta cinta... si la están viendo, entonces probablemente sepan más... Lo que sea, mató a mi hermano, Jason Hawkins. Mató a mi mejor amigo. Lo que sea, ha matado a muchos otros.

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OK, digamos algo. Tenemos que decirlo. Tuve un buen día.

CONSEJO: ir a verla.

miércoles, febrero 20, 2008

era la gloria vestida de verde 

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EXPIACIÓN, DESEO Y PECADO

Hay una sensación final tras ver “Expiación, deseo y pecado”: el ropaje es mucho más importante que la historia que envuelve. La fuerza de su elenco, la seducción de Keira Knightley, el manejo de cámara de Joe Wright, el diseño de arte de Ian Bailie y la fotografía de Seamus McGarvey alcanzan un nivel superlativo, tan alto que ensombrecen la historia subyacente que, al fin y al cabo, se reduce a un equívoco y a la comprobación de las pocas posibilidades que da la vida para ser feliz.

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La historia de “Expiación, deseo y pecado” se reduce a un momento y un día: un hecho, visto por una adolescente, con un conocimiento precario de “las cosas de la vida”, culmina arruinando la vida de tres personas (entre ellas, la de la misma joven que presenció el hecho). El hecho nimio, casi una humorada en otra situación, termina teniendo un peso específico gravitante y hunde a todos los personajes en un camino sin retorno.

Hay una moraleja detrás: que pocas oportunidades te da la vida. Tal vez otra más: puede ser tan cruel como irónica.

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Un solo momento dejado al pasar y todo se derrumba. Ya no hay posibilidad de corregir las cosas. Los hechos toman su propio camino y se alejan de los protagonistas, para siempre.

De esta perspectiva, la historia tiene ribetes de tragedia en el sentido griego, esto es, los protagonistas están en manos del destino, de los caprichos del destino, para mejor decir.

La historia no enfoca a un culpable (tal vez, adrede): a todos los que rodean a los protagonistas y, confortablemente, prefieren trasladar la responsabilidad de una decisión en la madurez de una niña de 13 años. El prejuicio de clase y el sexual se aúnan para, apoyados en el testimonio de la pequeña Briony, satisfagan su necesidad de discriminar. Culpar a una adolescente de un error de percepción es otra culpa más que debe cargarse al entorno.

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“Expiación, deseo y pecado” se apoya, básicamente, en las protagonistas femeninas. En la increíble Keira Knightley, hoy una de las actrices más calientes de la pantalla, derritiendo las neuronas del espectador sólo al entreabrir su boca. Joe Wright se luce componiendo escenas que maximicen el poder de seducción de Knightley que personifica momentos memorables. La escena de amor en la biblioteca logra alcanzar voltajes eróticos inversamente proporcionales al poco desnudo que se expone a la lente. La escena de la fuente (disparador de todo lo que sucede después) queda ya en el calendario del camionero cinéfilo 2008 y, anunciamos, ya en febrero, que el podio del Baba Memorial de este año ya tiene una integrante. (¡Tiemble Cameron! ¡Avanza Keira!).

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La otra protagonista fundamental es Saoirse Ronan que encarna a la Briony adolescente, muy pero muy expresiva, básica para darle credibilidad a la historia. En un escalón menor (en parte por el guión) están Romola Garai y Vanessa Regdrave.

Escenas destacadas: la escena de la biblioteca; la escena de la fuente; el gran plano secuencia en las playas de Dunkerke, un prodigio desde lo técnico y una escena para quedar en la historia del cine; el encuentro de Briony, ya enfermera con su hermana y su novio.

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Frases:

-¿Por qué ya no le hablas a Robbie?
-Hablamos. Pero nos movemos en diferentes círculos.

¿Podrías hacerme un favor? ¿Podrías darle esto a Celia? Me sentiría tonto dándosela yo mismo.

-Lo siento mucho, fue la versión equivocada.
-Sí.
-Nadie debió leerla.
-¿Cómo era la versión que debía leer?
-No lo sé. Era más formal, menos...
-¿Anatómica?
-Sí.

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-Sé quien fue.
-¿Lo viste entonces?
-Si, lo vi.

Regresa. Regresa a mi.

Quiero agradecerte por salvarme la vida. Te estaré eternamente agradecida.

La historia puede continuar. Nuestra historia puede continuar. Yo continuaré.

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-¿De qué se trata?
-Es complicado.
-¿Sí?
-Es solo que... Es sobre una niña joven... Una niña joven y tonta, que ve algo desde su ventana que no llega a entender. Pero ella cree que lo entiende.

-¿Qué hace ella aquí?
-Quería hablar conmigo.
-¿Sobre qué?
-El terrible error que cometí.

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-¿Por qué estás segura ahora?
-He crecido.
-¿Crecer?
-Tenía trece años.
-¿Cuánta edad debes tener para saber la diferencia entre lo bueno y lo malo? ¿Tienes 18 años? ¿Debes tener 18 para reconocer una mentira? Hay soldados de 18, muriendo solos al lado del camino, ¿sabes eso? Hace cinco años no te importaba decir la verdad.

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Me gustaría pensar que esto no es debilidad o evasión. Sino un acto final de amabilidad. Yo les di... su felicidad.

CONSEJO: hmmm... es para ver en cine, por todo su esplendor visual. Pero tiene un tiempo muy europeo, con una historia que no es de consumo amplio. Que duda… yo le diría que la fuera a ver, pero…

domingo, febrero 17, 2008

novia se alquila 

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MI NOVIA EMMA

Pequeña película francesa, comedia ligera pero que provoca la carcajada y la sonrisa franca (franca de espontánea, no de gala). Como venimos comentando en los últimos tiempos, es el tipo de comedia que no rompe el género, pero que nos hace pasar un buen momento. Una buena idea llevada con corrección. No es mucho, es cierto, pero tampoco es tan poco, teniendo en cuenta lo que se ve por estas pampas en los últimos años.

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Luis Costa es un mártir o un tirano, según como se lo mire. Tras la muerte de su padre, ha quedado como el hombre de la casa en una casa con madre e incontables hermanas. Como si esto fuera poco, hay una norma en la familia Costa, impuesta por el padre: las decisiones importantes se toman mediante el voto democrático de todos sus integrantes. Claro, en un hogar en que la masculinidad está en minoría, se podrán imaginar que Luis tiene todas las de perder. Pero el tipo ha logrado llevar las cosas más o menos bien, haciendo que todas las mujeres de la casa satisfagan sus necesidades domésticas, mientras se consolida profesionalmente como la “nariz” selecta de una compañía perfumista.

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Pero su vida sufre un colapso cuando las brujas votan unánimemente para que Luis se deje de joder y busque, en un plazo perentorio, una novia. Ya no lo van a bancar más y le informan, formalmente, que no quieren estar a su servicio.

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Tras eludir citas y entrevistas, Costa tiene una idea brillante: alquilar una novia, Emma, la hermana de un amigo, que simulará ser el amor de su vida que lo deja en el altar, tras lo cual, especula, su madre y hermanas no se dignarán a molestarlo más con el tema del estado civil.

Como es de esperar, el plan no funciona del todo bien y Costa encontrará en esa novia alquilada, a la mujer de su vida.

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Pero, como en casi toda buena comedia, no interesa cuál es la resolución de la historia sino cómo se llega a esa resolución. Y en eso, “Mi novia Emma” se muestra eficaz, sobre todo en esas escenitas en las que Emma debe rendir examen ante la familia, con respuestas preparadas (a favor o en contra, según cómo vengan los propósitos de Luis).

La película tiene el carisma de una deliciosa actriz, con mucha seducción, Charlotte Gainsbourg (hija de Jane Birkin y Serge Gainsbourg), babita del día de la fecha. La ves, flaca, medio tabla, poca cola, un tanto dientuda y sin embargo te da vuelta como un guante, apenas le dejás hacer una caída de ojos. Es el pilar principalísimo para que esta comedia funcione. Un poco menos nos gustó Alain Chabat (protagonista y quién aportó la idea de este filme) que no parece tener plena química con su coprotagonista.

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El guión tampoco se arriesga demasiado para potenciar el buen gancho inicial de la historia. Parece muy repentino el cambio de Luis respecto a Emma. Faltaba una vueltita, alguna veta del protagonista que apareciera oculta y que deslumbrara a Emma, la mujer capaz de sacarlo a la luz.

No obstante, el filme nos hace reír y proporciona un muy buen momento. Una comedia para anotar y disfrutarla, sin muchas vueltas.

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Escenas destacadas: la presentación del personaje de Luis, look Abba o The Cure; la presentación familiar de Emma; los desplantes de Emma a la familia, bien mirados por la madre y las hermanas que, a esa altura, están entregadas; el gag del momento sadomasoquista para espantar a la madre de Luis.

CONSEJO: esperar al DVD, pero anotarlo.

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viernes, febrero 15, 2008

perro y nena 

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LA LEYENDA DEL PERRO AMARILLO

Parece tan sencillo llamar la atención contando una anécdota mínima. Pero no es tan fácil como parece. Decenas de películas argentinas pueden atestiguarlo. “La leyenda del perro amarillo” es otra joyita de Byambasuren Davaa, la directora de “La historia del camello que llora”, una gema que brilla austera en las pantallas locales. Davaa se sirve de una excusa argumental para retratar la sencillez de una familia de pastores de Mongolia. Por momentos, el filme parece un documental. Pero siempre está latente la historia central de la niña y el perro Zochor, latente, ganándonos por afano el corazón.

“La leyenda…” es la historia de Nansal, una nenita que vive con sus padres, criadores de ovejas en las agrestes estepas heladas de Mongolia. Un día, la mamá la manda a Nansal a pastar el rebaño y la nena se encuentra con un perro, dentro de una cueva. Verlo y colgársele del cuello, sucede en un solo momento. Traerlo de regreso, también. Pero el padre le pide que lo devuelva a su lugar, temiendo que el perro haya convivido con los lobos y atraiga a otros hacía el rebaño. Como es de esperar la nena no quiere y esconde el perro, para que el padre no lo vea.

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Con ese mínimo hecho, se vertebra la película, en escenas pequeñas, contando la vida cotidiana de esta familia, tomándose su tiempo, sin prisa pero sin pausa. Porque la familia Batchuluun no es un invento del guión, sino que es una auténtica familia de pastores. Y ese es uno de los hallazgos del filme: ¿cómo logró Davaa conseguir esa naturalidad frente a la cámara? Hay escenas en la que uno se pellizca diciéndose: ¿dónde estaba la cámara? ¿Escondida, detrás de una pared, mirando sin ser vista? Esos pequeños momentos (los nenes durmiendo, la nena acariciando al perro, la madre sirviendo la merienda) son deliciosos, para disfrutarlo.

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Hay otro logro: la sencillez rural (podríamos decir pobreza, en términos occidentales, aunque me resisto a usar este término para las condiciones de vida de los Batchuluun) no es incompatible con la riqueza espiritual. Cuando vemos a Nansal a los besos y abrazos con el perro, no es muy diferente a la chiquita de la vuelta que juega con el labrador que le compraron sus papás para el cumple o el chiquito que podemos encontrar en you tube mordiéndole la cola a su pichicho. Es una antigua y vieja magia que se sigue reproduciendo, día a día, en cada rincón del globo: la simbiosis fantástica que tienen un perro y un chico. Se retroalimentan y se entienden a la perfección. No vale despreciarlo, porque es uno de esos pequeños misterios que alumbra nuestra vida. Poner la lupa sobre ese fenómeno, no es poco mérito para Davaa.

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El paisaje es partícipe de la historia. La mamá manda a la nena a llevar al rebaño al otro lado de la llanura, con la misma tranquilidad que una madre citadina envía sus hijos a la plaza. Los “peligros” en uno y otro paisaje, se equiparan. La nenita debe aprender a guiarse por las cimas de las montañas, como un nene de ciudad debe saber que si se pierde debe buscar a un policía.

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El elenco (por así llamarlo) es una delicia por su calidez y naturalidad. Pero (como es de esperar) los que se roban la película son Nansal y el perro Zochor. Gran acierto de casting, fundamental para que el filme funcione.

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Escenas destacadas: el encuentro de Nansal y el perro; la “despedida” de Nansal cuando desmontan la tienda; la escena de los buitres; la escena final; la escena del regalo del perrito mecánico.

Frases:

-Papá, ¿qué le estás haciendo a la cola?
-Se la estoy poniendo debajo de la cabeza. Para que en su próxima vida no sea un perro.
-¿De verdad?
-Todos morimos, pero nadie está muerto.

Lo encontré. Ahora es mío.

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-Estira la mano así. Ahora intenta morderte la palma de la mano.
-¡No puedo!
-¿No puedes? Inténtalo otra vez. ¿Y ahora?
-No funciona.
-¿Ves? Aunque parece tan cerca está demasiado lejos para morderla. No puedes tener todo lo que ves.

Zochor. ¿Quieres volver a tu cueva o quedarte conmigo?

¡Para! No puedes jugar con Dios. ¡Se lo voy a decir a mamá!

-¿Volveré a ser una persona en mi próxima vida?
-Ven, te voy a enseñar una cosa. (LANZA UNA LLUVIA DE GRANOS DE ARROZ SOBRE UNA AGUJA) Avísame cuando caiga un grano de arroz en la punta de la aguja.
-¡Eso es imposible!
-Así de difícil es volver a nacer como una persona. Por eso la vida humana tiene tanto valor.

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Veo una jirafa.

Siempre que quiero jugar contigo estás dormido. A lo mejor eras un perezoso en tu vida anterior.

CONSEJO: se puede esperar al DVD, pero agendar.

martes, febrero 12, 2008

no es la mamá del mago 

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MISS POTTER

Que gran historia muy mal contada. “Miss Potter” es un desperdicio. La auténtica historia de una escritora de cuentos infantiles inglesa que debe luchar contra la estupidez de sus padres y de la sociedad y que termina convirtiéndose en un clásico del género. La historia daba para armar una película memorable, antológica, mezclando los personajes de fantasía con la vida real de Beatrix Potter, en un cóctel emotivo y poético. El resultado fue una película en piloto automático, con todo el repertorio de mohines de Renée Zellweger, quien ya perdió el rumbo hace mucho pero mucho tiempo.

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Helen Beatrix Potter era una típica chica británica de clase alta, con padres con tanta plata como prejuicios. Toda su educación estuvo orientada a un fin: ser esposa y hacerse cargo de una casa. Pero Beatrix le salió dibujante, amante de la vida silvestre y de los animalitos de la campiña. Cuando ya se resignaban a tener una solterona en la familia, Potter logró editar un librito de cuentos infantiles, ilustrado con sus acuarelas. Y el éxito desbordó sus más locos sueños. No sólo eso: se enamoró de su editor y se comprometió. Lamentablemente, el destino tenía otros planes.

Cuando se afronta una biografía tan rica, es un auténtico pecado plantearla sin la desmesura del personaje. Potter tenía un rico mundo interior: esas liebres, cerditos, gatos, sapos, conejos que pueblan sus relatos, esa mirada atenta a la naturaleza, era su cosmos poético, el lugar dónde podía ser Beatrix Potter sin que nadie la juzgara. Esa cara oculta es la que triunfa. Y la película debía rozar, con un poco más de cuidado, ese flanco, ese mundo al que apenas se asoma de una manera muy convencional y poco audaz.

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El error de casting de elegir a Renée Zellweger es irremediable, lamentablemente. A su alrededor, todos están un escalón inferior, como Ewan McGregor. Para ver la diferencia de estilos, presten atención a las escenas que Zellweger lleva a cabo con Emily Watson. Ahí hay una actriz que podría haber ocupado el papel de Miss Potter, con más éxito.

En suma: una película fallida que sólo sirve para acercarse al mundo de esta escritora. La pregunta: ¿por qué parte de la crítica “creativa” argentina ha alabado esta película? Misterio.

Escenas destacadas: las pruebas de impresión del primer libro de Potter con Norman Warne; el cuento recitado por Potter en la cena de Navidad frente a la chimenea; la declaración matrimonial de Warne.

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Las frases:

Hay algo delicioso en escribir las primeras palabras de una historia. Nunca puedes saber a donde te llevará.

-Conejos en chaquetas abotonadas... ¿Cómo imaginas esas cosas?
-No las imagino. Son muy reales. Son mis amigos.

-Claro que te casarás. Todas las mujeres lo hacen. Yo lo hice. Tu abuela lo hizo. Incluso Fiona lo hará un día.
-Bueno, no lo haré. Yo dibujaré.
-¡Oh, esos tontos dibujos! ¿Entonces quien te amará?
-Mi arte y mis animales. No necesito más amor que el de ellos.
-Tal vez no a los 11, pero veremos si piensas lo mismo cuando tengas 18.

Hemos logrado lo que se nos había encomendado. Hemos creado un libro.

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Déjeme enseñarle a bailar
Déjeme llevarla a la pista
Simplemente déme su mano
Y no piense en nada más
Deje que la música nos hechice
Déle al ambiente una oportunidad
Simplemente sígame
Déjeme enseñarle a bailar

Tu hermano me pidió que me casara con él, Y siento, irrazonablemente, que podría decirle que sí.

Éste será el verano más largo que haya pasado.

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¿Cómo pueden saber lo que sentimos? Nunca sintieron algo así.

No se me ocurrió ninguna excusa para que demoraran el funeral hasta que llegaras.

-Lo que no entiendo, Beatrix, es cómo pagarás esta granja.
-Soy escritora, madre. La gente compra mi trabajo.
-Nuestra hija es famosa, Helen. Tú eres la única que no lo sabe.

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-Señor… debería controlar a su cliente. Ha permitido que la guíen sus emociones.
-¿De veras?
-Ha perjudicado una buena posibilidad de ganancias…

CONSEJO: dejar pasar.

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