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críticas chatarras

miércoles, marzo 29, 2006

recursos inhumanos 

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EL MÉTODO

Uno de las supersticiones de estos tiempos, es la creencia de que el sistema de producción de bienes tiene interés por sí solo, por encima de los intereses de los agentes económicos que lo conforman y cuyas necesidades, inicialmente satisfacía. Una gran maquinaria que consume la vida de los seres humanos que justamente son los responsables de que continúe en movimiento, inmolación que tiene el sólo objeto que la máquina siga en marcha. ¿Cuál es el objeto de continuar avivando el fuego? Tal vez, en ningún lugar tanto como en el mercado de trabajo, se observen los efectos de esta superchería de la globalización. De ese sadismo cotidiano, de esa competencia autodestructiva, habla “El método”, la última película de Marcelo Piñeyro, la adaptación cinematográfica de la obra teatral “El método Grönholm” de Jordi Galcerán (adaptación que mereció un merecido Goya).

Si en este país no existieran esos clanes intelectuales, cotos cerrados de amigos con la crítica escrita antes de ver la película, “El método” hubiera merecido mayor repercusión de la que efectivamente va a tener.

Siete tipos son convocados, en una lujosa oficina en Madrid, para seleccionar a uno sólo, para un cargo. La elección se hará a partir del método Grönholm, un mecanismo que nadie conoce, pero que opera proponiendo juegos que los representantes deberán resolver en grupo. Juego a juego, irán perdiendo a un participante, hasta dejar al último competidor, ganador del cargo a cubrir. Lo que empieza siendo un método de selección de personal, termina siendo una despiadada competencia entre los participantes, miserias desplegadas alrededor de una mesa.

“El método” plantea algunos puntos interesantes. El primero, es cómo se impone un marco acotado desde afuera, un juego en el que todos pierden, pero con la suficiente sutileza para hacer creer a los participantes que ellos dirigen las acciones. En ningún momento los protagonistas logran elevarse sobre su propio plano, otear sobre el horizonte y descubrir a los diseñadores del juego. Eso logra dar a la película un aire de tragedia irremediable, que se resumen en esa última escena, de una de las protagonistas, caminando por una ciudad en ruinas.

Otra línea, es el modo en que nos justificamos intelectualmente, para cometer la mayor tropelía. En los juegos perversos, los participantes tratarán de dañar al más débil, al que no pueda superar el desafío, siempre argumentando que se lo hace desde un costado racional y lógico. Discriminar a alguien por ser mujer, por ser mayor de 40, por no manejar idiomas, por ser extranjero, se justifica con otros argumentos racionales, políticamente correctos. Pero el fondo siempre es el mismo. El envase no oculta el contenido.

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“El método” plantea un corte generacional, entre los viejos dinosaurios (como Ana o Fernando) que tratan de mantener el paso de la nueva generación (Nieves y Carlos), más preparada, más implacable, más feroz. En una escena clave (la del juego de la pelota), Fernando explícita las diferencias entre esas generaciones: los más viejos saben que el juego está perdido y, que al final, saldrán derrotados; la nueva generación cree que puede salir indemne de la lucha. Todavía son demasiado jóvenes para comprender que cuando pasen los años, nada les quedará. “Ni siquiera el macho ibérico querrá saber algo contigo” resume con precisión Fernando.

En varios reportajes, Marcelo Piñeyro confiesa su visión pesimista de estos tiempos. No tiene respuestas (como no las tiene “El método”). Acá no hay una solución, apenas un diagnóstico. Piñeyro camina entre las ruinas de una ciudad en pedazos. “Tanto en la época de la dictadura, o en el nazismo, por ejemplo, la realidad era tan brutal que estaba bien marcada la línea entre buenos y malos” declara en reportaje a “Ñ” “Hoy no es así: la línea está muy difusa. El poder se expresa de una manera muy perversa”. Tal vez sea el mayor hallazgo de “El método”. La sensación de monitoreo permanente, la asfixia de que todos están dando un examen ante los otros y ante sí mismo. ¡Un Foucault a la izquierda!: un sistema que no necesita vigilar a los participantes, porque ellos mismos se autovigilan, ellos mismos velan por la salud de las reglas que les han impuesto desde afuera.

El desarrollo de “El método”, en un ambiente, con algunas salidas y el contexto de la marcha antiglobalización, que llega como un eco sordo desde las calles de Madrid, recuerda la puesta en escena de “Doce hombres en pugna”. Algún profesor de guión supo decirme que la acción de una historia no está en la cantidad de bombas o persecuciones en escena; que dos tipos sentados en una mesa pueden atrapar más la atención del espectador que un mercenario de Vietnam bajando muñecos con una ametralladora. “El método” es un buen ejemplo, porque, básicamente, se trata de una película de gente que habla. Y la historia no decae su atención en ningún momento. No hay baches. El guión de Piñeyro y Mateo Gil ha sabido salvar el formato teatral original, sin perder la fuerza de la palabra y agregándole elementos cinematográficos.

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Excelente el elenco, indispensable para sostener este tipo de películas. Nos quedamos con el muy buen Eduard Fernández (el veterano Fernando, el dinosaurio que resiste) y con Ernesto Alterio, en un personaje exquisito, Enrique, el tipo que se cree el juego y que es incapaz de mantener una opinión propia, siempre respondiendo del modo correcto para no quedar en el aire. Una baba para Natalia Verbecke, la secretaria de sonrisa imperturbable.

Escenas: el descubrimiento de quién es el topo; la escena del juego de pelota; la salida de Ana; la charla final entre Nieves y Carlos.

La frase: “¡Y jodió a la empresa! ¡Le hizo la vida imposible! ¡Y seguro que era española!”.

CONSEJO: ir a verla.

lunes, marzo 27, 2006

financiando la jubilación de Harrison Ford 

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FIREWALL

Bueno, hay que tener paciencia y comprender que la profesión de actor tiene sus altas y bajas financieras. Por eso, a veces, se debe extremar la comprensión cuando actores maduros como Harrison Ford, eligen películas como "Firewall", porque uno debe mirar a futuro y darse cuenta que se están financiando el retiro para los próximos años. Desde ese punto de vista, películas como "Firewall" son positivas, porque le permite a gente como Harrison Ford, Paul Bettany o Virginia Madsen asegurarse cierta holgura económica, para los tiempos de vacas flacas.

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No es que "Firewall" sea un bodriazo, conste. Es más, parte de un planteo motivador: experto en seguridad informática bancaria, descubre que han secuestrado a su familia, a cambio de que él viole el propio sistema informático inviolable que diseñó, para robar las cuentas de la entidad financiera. Desde allí, puede salir una gran película. Ahora, cuando en cierto momento del filme, los secuestradores trasladan atados y amordazados a toda la familia, con excepción del perro (sí, se llevaron el perro) suelto y ladrando en el asiento de atrás de la furgoneta, uno empieza a desconfiar de que el guión haya sido encarado con el debido esfuerzo y seriedad.

En otras manos expertas, "Firewall" debió ser un thriller para recomendar. Lamentablemente, hay tan poco esfuerzo de los escritores y de los actores, que la historia se desplaza con desgano, con demasiada previsibilidad.

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A esta altura, señalar que los personajes secundarios están dibujados muy levemente y que no son funcionales a la trama, suena a lugar común. Es el síntoma de un guión mal escrito. "Firewall" no es la excepción que confirma la regla: el síntoma está y el guión está mal escrito. No hay vueltas.

CONSEJO: esperar al video, sin apuro, tranquilo, como última pero última opción en serio.

domingo, marzo 26, 2006

rara, como encendida 

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DESAYUNO EN PLUTÓN

¡Ah, qué rara película que es "Desayuno en Plutón"! No es una película perfecta, eso está claro. Es más, tiene una estructura muy irregular, con todos los boletos para fallar. Pero a fuerza de elenco, banda de sonido y alguna poesía que se filtra en los momentos claves, funciona por momentos. Hay un toque localista (como vivir con el IRA y no morir en el intento) que tal vez nos pase desapercibido en este lado del hemisferio. Pero "Desayuno en Plutón" parece ser algo más que la historia de vida de un travesti un poco cándido, un poco frívolo; por momentos, nos dice que todas las cosas serias del planeta (la patria, la guerra, la religión) no valen tanto como creemos. La canción final que nos aconseja sólo amar a nuestra nena, puede ser la tesis del filme: busca alguien que te ame, ámalo y deja que el mundo se derrumbe a tu alrededor.

En la Irlanda católica, una madre soltera deja a un niño en la puerta de la sacristía del padre Bernard. El sacerdote lo da en adopción y el chico, Patrick, crece hasta convertirse en Patrick "Kitten" (Gatita) Braden, un muchacho que le gusta vestirse de mujer y salir a escandalizar gente por la calle (entre ellos, a su madre y hermana adoptivas). Un día decide ir a Londres a buscar a su madre, aunque de ella sólo sepa que es una rubia parecida a Mitzi Gaynor. Rodará por varios lugares, se topará con más de un personaje patético y finalmente, como todo viaje que se precie de tal, encontrará la respuesta en el punto de partida.

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"Desayuno en Plutón" es una road-movie gay. Patrick deambula por Londres con el corazón en la mano, presa fácil para tanto depredador suelto. Y sin embargo, pese a los duros momentos que le toca vivir, Patrick no abandona cierta ingenuidad evasora. Se abstrae de la realidad, creando un mundo en el que sobrevivir. La película es una serie de estampas, de personajes que entran y salen de la trama, no siempre con mucho sentido ni funcionalidad. Pero es en ese delirio, visual y estilístico, lo que termina evitando que el filme se desbarranque en los abismos del bodriazo.

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Neil Jordan dispone de un auténtico seleccionado británico (Liam Nelson, Cillian Murphy, Stephen Rea, Brendan Gleeson, entre otros) y de una banda de sonido que es una pequeña antología del pop. A fuerza de esos pilares y la fotografía de Declan Quinn, el filme se sostiene, no muy firmemente, es cierto, pero se sostiene al fin.

Personajes: Bertie, el mago que interpreta Stephen Rea y el motociclista místico drogado que viaja por la Autopista Astral. Escenas: el encuentro entre el padre Bernard y Patrick; el otro encuentro, el de Patrick con su madre; la secuencia de la prisión británica; la escena con los militantes del IRA.

Frases:

No mucha gente puede conocer la historia de Patrick Braden, alías Santa Gatita, quien desfiló en las pasarelas, iluminada el rostro por el halo de los flashes como "¡oh!" mientras ella gritaba: "¡Les dije, tomen mi mejor lado, queridos!"

-La fantástica historia de Eily Bergen.
-No puedo esperar a escuchar el final.
-Pero... no has escuchado el principio.
-No puedo esperar a escuchar ambos.


Si no fuera un travesti terrorista, ¿te casarías conmigo?

-Ella no luce como Mitzi Gaynor
-¿Qué sabes sobre Mitzi Gaynor?
-Nada. Pero como dijo Oscar Wilde: "Amo hablar de nada. Es la única cosa de lo que sé".

Sé que sólo estabas bromeando sobre las rosas y los dulces. Pero fue bueno mientras duró.

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-Y hay otra cosa sobre la Dama Fantasma, Bert, que ella comprendió, en la ciudad que nunca duerme…
-¿Qué cosa, Kitten?
-Todas las canciones que ella escuchó, todo el amor de esas canciones, sólo son canciones.
-¿Y qué hay de malo en eso?
-Nada, si no lo crees. Pero ella lo hizo, lo ves. Ella creyó en hechizos y que una pequeña nube pasaría sobre su cabeza y lloraría sobre una cama de flores e incluso creyó que estuvieron en un desayuno…
-¿Dónde?
-En Plutón. El misterioso, helado desecho de Plutón…

CONSEJO: esperar al video.

martes, marzo 21, 2006

pecados y crímenes 

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MATCH POINT

En los últimos tiempos tengo la sensación de que con Woody Allen está pasando eso que nos pasa con esos tíos brillantes que amenizan las aburridas fiestas familiares y que, año a año, le vamos viendo los síntomas de un envejecimiento progresivo pero fatal. Todavía brillan, es cierto. Pero íntimamente, muy a regañadientes, tenemos que aceptar que hay algunos síntomas, por lo menos, de fatiga.

Está bien que un artista siempre está escarbando en los veinte metros de quinta que lo obsesionan. Y que es inevitable, en los grandes maestros, que ciertos temas vuelvan, una y otra vez. Pero, "Match point" es la misma película que Woody Allen contó en 1989, con el título de "Crímenes y pecados" (con Martin Landau en el papel que ahora le tocó interpretar a Jonathan Rhys Meyers).

Tal vez sea otro genial ejercicio de guión: contar la misma historia y decir una cosa distinta. Lo aceptamos. Pero no deja de ser peculiar este calco de sí mismo. No es un dato menor, pese a que la crítica clamó unánime el regreso triunfal del maestro.

¿Qué cambió de "Crímenes y pecados" a "Match point"? En primer lugar, una visión más pesimista de la humanidad. El Judah Rosenthal de "Crímenes..." sentía el peso de la culpa, lo atormentaba haber hecho un mal y que Dios pudiera juzgarlo; el Chris Wilton de "Match point" no se plantea esa posibilidad. En su mundo no existe Dios. No existe la culpa, tampoco. No hay ninguna norma ética que lo atormente. Sólo es un juego: conseguir el objetivo o no. No hay sentimientos (sólo cuando comete el crimen, se nota algo así como la emoción). La inexpresividad en el rostro de Jonathan Rhys Meyers es constante en todo el filme, con la excepción mencionada. Toda su vida es tan calculada, tan prevista, tan planeada, tan vacía, sin lugar para las sorpresas. Chris Wilton ha llegado a lo que quería, tal como se lo había propuesto, tal como sabía que iba a llegar. Él sabe jugar el juego. Hay otro personaje que no: ese personaje es el que muere.

Otra variación respecto a "Crímenes y pecados" es la estructura más lineal y clásica de "Match point". En 1989, Woody Allen había jugado con dos historias en paralelo, intercalando la trama cómica de Cliff Stern (interpretada por él mismo), el cineasta que odia a su exitoso y mediocre cuñado que le arrebata a su amigovia. Esa historia contrapesaba el peso trágico de la historia de Rosenthal y volvía más ágil a la película. En la última escena se encontraban los dos personajes y expresaban la tesis del filme: se puede matar a alguien y vivir feliz, sin sentir ninguna culpa.

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"Match point", en cambio, no es tan accesible al público. Primero porque no hay personajes con los que identificarse. Además, porque casi la primera media hora de película, los diálogos son casi banales, lugares comunes, charlas insustanciales de los personajes. Y no por mediocridad del guión, sino, al contrario, porque Woody Allen nos está mostrando a los personajes y su entorno social. La clase alta británica, snob, domesticada en reprimir los sentimientos y las intenciones. Afables, corteses, incapaces de alzar la voz, replican con un tono mesurado y una sonrisa. Tras la máscara de la hipocresía, bullen bajo presión las emociones.

El guión muestra todo esto con algún detalle sutil: la señora que toma de más y se le va la lengua con dos copas encima. Otros guiños: la misma escena de la misma ópera que los personajes ven, una y otra vez, con la misma frialdad y tedio. Los ambientes dan otra señal: asépticos, fríos, amplios, jaulas de cristal y metal. Agreguen otro: los cuadros que Chloe elige para su galería, confortablemente infantiles. (En la escena de la exposición, Chloe desecha un cuadro con un "ése no, es demasiado intenso"; toda una definición del personaje).

Nótese la cena que comparten Chris y su novia Chloe con Tom y Nola. El diálogo es para seguir de cerca (ahí se ve la mano del maestro). La charla es insustancial y vana hasta que Nola expresa, con lágrimas en los ojos, que está pensando en dejar de actuar, pero que duda en hacerlo porque no quiere volver a su pueblo para confesar que fracasó. Tom y Chloe desvían el tema con una broma cortés, con la intención de "de eso no se habla". Ahí se da un breve diálogo entre Chris y Nola, en donde aflora la tensión sexual entre ellos y el grado de complicidad de los dos. Ellos saben de que hablan: son los únicos en la mesa que vienen de abajo y que están decididos a dejar atrás su origen. Quieren estar donde están ahora Tom y Chloe. No pueden darse el lujo de la indiferencia. Nola está contra la pared (como lo estuvo Chris en sus tiempos de tenista, limitándose a defenderse y a no entrar en pánico, esperando su oportunidad, para salvar el punto). Esa escena es la primera en que los diálogos pavos pasan a un segundo plano y donde vemos tensión dramática en los personajes. No es casualidad que aparezca en ese momento y no es casual que el diálogo esté planteado de esa manera.

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Estos signos que Woody Allen reparte por la trama, son las señas de un gran escritor, pero no dejan de ser viejos trucos de un gran artesano del oficio de escribir. En el fondo flota esa sensación de un Woody Allen que no toma riesgos, que vuelve a contar la misma historia porque, tal vez, no tiene otra cosa que contar. Y esa sensación si que es nueva en él, inédita aún en sus películas más débiles o fallidas (si es que las hay).

Lo que en "Crímenes y pecados" llamó la atención de Allen (que alguien pueda matar a alguien y vivir sin culpa), giró en estos años a otra concepción con un tinte metafísico: que alguien pueda matar a otro y no reciba castigo, es la evidencia de un universo sin orden, de la inexistencia de Dios. Recordamos el texto de Alejandro Dolina, "El otro infierno" (http://libretachatarra.blogspot.com/2006/03/el-otro-infierno.html) que postéaramos hace unos días: "El verdadero infierno es, antes que nada, injusto. Uno no sabe por que está allí, ni cuáles son sus culpas, ni cuál es el Plan que está cumpliendo. Infierno benignos permiten conocer el camino para evitarlos. Mucho peor es que cualquiera se salve y cualquiera se condene". El azar es la muestra de una ausencia. Esa es la tesis que expresa el protagonista en una de las últimas escenas del filme, aquella en la cocina, en la que enfrenta a sus fantasmas: "Sería justo que fuera descubierto y castigado. Pero no lo seré".

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El toque de thriller es, apenas, una excusa argumental. La investigación policial no es clave en la trama y de esa manera la remata Woody Allen, con un sueño que resuelve el crimen. Pero no es "Match point" una película policial.

"Match point" cuenta con una diosa todopoderosa, mujer fatal seductora que derrite la pantalla con su sola presencia y que es imprescindible para la forma en que Woody Allen planteó la historia (¿Hay qué decir que es Scarlett Johansson?). Nola Rice es un personaje vital para que altere la estabilidad sin emociones del protagonista. Ella es el revulsivo, la dosis de carne sensual que pueda patear el tablero preestablecido. Sólo por una mujer como ella, un hombre abandonaría a una millonaria.

Dijimos al comienzo que este Woody Allen no parece tan bueno como antes. Y sin embargo, ahora, al finalizar la crítica, nos damos cuenta del torrente de ideas que ha provocado "Match point", pese a que se ha copiado a sí mismo. No hay tantas películas que nos permitan estas especulaciones. ¿No es esto, acaso, un signo más de la genialidad de Woody Allen?

Aún gastado, reiterativo y no tan brillante, todavía, como con aquellos tíos gagás, vale la pena sentarse en el sillón, con una copa de coñac en un mano, y escucharlo contar, una y otra vez, aquella misma vieja historia.

Escenas a destacar: la escena del crimen; la escena en la que se conocen Nola y Chris; la escena en la cocina.

Frases: "Los hombres creen que soy algo especial", "¿Lo eres?", "Nadie reclamó su dinero"; "Tú estás haciéndolo muy bien por ti mismo. Salvo que lo mandes al diablo", "¿Cómo podría hacerlo?", "Intentando algo conmigo"; "Los inocentes a veces son asesinados para lograr los más grandes planes. Ustedes fueron daños colaterales"; "Al final, cuando tuve que disparar, apreté el gatillo".

CONSEJO: si no es Allenfanático, espere al video. Para el resto, sabe que es una cuestión de honor, así que no joda y vaya a verla.

domingo, marzo 19, 2006

el que no llora no mama 

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LA HISTORIA DEL CAMELLO QUE LLORA

Acá hay un buen ejemplo de cómo, con recursos mínimos, se puede contar una gran historia. "La historia del camello que llora" es un hallazgo de la cartelera de estos días, una película exótica por su origen y su historia y que, sin embargo, nos termina identificando como si pasara a la vuelta de la esquina.

Mezcla de documental y ficción, "La historia del camello que llora" es la historia de un camellito albino al que su madre se niega a amamantar. Sus dueños, una familia campesina mongola que vive en el desierto de Gobbi, intentan todos los trucos heredados de generación en generación, para que la madre acepte a la cría. Pero cuando todo falla, echan mano a una tradicional ceremonia, el ritual Hoos, en el que un violinista toca una música, de manera tal emotiva que la hembra termine llorando y acepte a su cría.

Byambasuren Davaa, codirectora del film, es oriunda de Mongolia y sus propios abuelos fueron pastores nómades como los que presenta la película. Davaa estudiaba cine en Munich, en 1999, cuando propuso como tesis esta historia que codirigió con el italiano Luigi Falorni. El desafío fue encontrar y convivir con una familia nómade, compartiendo las mismas exigencias del ambiente, sin que la presencia del equipo de rodaje alterara la forma de vida habitual. La familia Amgaas que vemos en el filme, no son actores, son pastores en realidad. (La bisabuela del relato falleció después del rodaje y sus familiares pudieron verla "viva", en el celuloide, en el estreno del filme que fue, vale aclarar, un fracaso de público en Mongolia).

"La historia del camello que llora" combina la poesía simple de la propia historia del camello no aceptado por su madre, con la vida cotidiana de la familia campesina. Un interesante apunte del guión es trazar ese paralelo entre madre e hijo, espejo que se replica en los camellos y en los humanos. La madre acunando a su hijo, la hembra del camello arrimando con su trompa a su cría, para que tome la teta. Esos pequeños gestos que trascienden la condición humana y que se enlaza con otro marco más amplio, la propia naturaleza, donde seres humanos y animales son uno.

El desarrollo del ritual Hoos es paradigma de esta línea. Conmueve observar el grado de comunión entre los hombres y los animales, en ese rincón azotado por los vientos y la arena. Hay algo mágico y trascendente en ese vibrar de la cuerda del violín. Hay una conciencia cósmica en el llanto de la hembra y en el reencuentro con la cría, una catarsis colectiva y universal. "La historia del camello que llora" tiene la virtud de hacernos participar de ese momento, de convertirnos en testigos de un acto poético de una sociedad que nos parece tan ajena y extraña.

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Los rasgos de modernidad que se filtran en la vida cotidiana de los nómades mongoles (la televisión, la antena satelital, las pilas) remarcan otro apunte de la película, el mensaje ecológico, el de los hombres agotando los recursos naturales, con tanta avaricia, que los espíritus de la tierra se han alejado, asustados. La ceremonia con los lamas, devolviendo parte de lo extraído a la tierra, con la esperanza de la reconciliación, se resume en la frase de uno de los sacerdotes que expresa: "Hay que pensar que no somos la última generación sobre la tierra". Esa conciencia ecológica, de un rincón aparentemente primitivo, resuena fuerte en estos lares tecnificados y globalizados. Al fin y al cabo, todo se reduce a cómo la aldea cuida a sus crías. Y una de las formas de cuidarlas, es asegurarse que tengan alimentos cuando sean mayores.

Algunas críticas del palo del cine arte han puesto en duda el ritual Hoos filmado en "La historia del camello que llora" y en cuánto hay de edición en el llanto del animal. De verdad, frente a lo que cuenta la película y su sencilla poesía, buscarle tal afán de verosimilitud, parece una auténtica pavada. Suceda o no, haya sido filmada con cortes o en continuo, sea un documental o una ficción guionada, el mérito de "La historia del camello que llora" no está en la veracidad de lo contado, sino en lo que cuenta, precisamente. Y eso sin necesidad de recaer en esa superstición de la verdad en el cine, algo absolutamente nulo. La sola presencia de la cámara echa por tierra cualquier verdad. La mirada de la lente no es neutral, por si hace falta recordarlo.

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Escenas destacadas: el ritual Hoos; el nacimiento del camello; el viaje de los chicos por el desierto; el camello albino llorando a lo lejos la indiferencia de la madre. Frases: "El último camello no nacerá hoy", "Tal vez, mañana"; "Mamá, ¿si el bebé no toma la leche de su madre, morirá?", "No digas eso, hijo"; "Abuelo, ¡cuenta otra historia! ¡Esa ya la contaste!", "Ven a la mesa y no mires la televisión"; "Dejémoslos solos".

CONSEJO: imperdible para amantes del cine arte. El resto, esperar al video.

jueves, marzo 16, 2006

extraña unanimidad 

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TAPAS

Extraña unanimidad de nuestros medios locales oficiales a la hora de alabar esta película española, filme absolutamente menor, una de esas películas apta para verla un día en cable, cuando no hay otra en los canales vecinos. Historia coral con algún que otro buen momento, "Tapas" (ópera prima de sus directores José Corbacho y Juan Cruz) tiene a favor su falta de pretensión. El planteo es interesante pero cada historia queda a mitad de camino, sin profundizar ni esmerarse demasiado en la evolución dramática de los personajes. Por eso, "Tapas" se queda en la puerta. Es simpática, sí. Pero uno sale de esa película, del mismo modo en el que entró.

En un barrio español, se cruzan las historias de varios vecinos: una mujer al que su marido abandonó hace un par de años y que, necesitada de un hombre, se voltea al hijo adolescente de una vecina; un viejito con un cáncer terminal cuya esposa vende drogas a los pibes del barrio, para bancarle los gastos que no puede pagar la pensión; dos pibes repositores de supermercado, obsesos sexuales (i.e., adolescentes); un dueño de un bar que mandonea a su esposa y que descubre, un día, que la mina se piró, cansada de tanta sobrexplotación laboral. Forzado, contrata, a un precio vil, a un cheff chino que es toda una revelación.

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Si estos disparadores prometen, se quedan en promesas nomás, porque ninguna de las historias se desarrolla con profundidad. Rozan la superficie, despiertan alguna sonrisa con algún gag o una frase afortunada y culminan muy livianamente, sin comprometerse demasiado ni dejarnos pensando.

¿Por qué, entonces, la pasión de nuestros críticos de la prensa oficial? Y... uno sospecha, pero sin pruebas...

CONSEJO: esperar al video sin apuro.

martes, marzo 14, 2006

la película de una sola actuación 

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CAPOTE

El pueblo de Holcomb se encuentra entre los altos trigales de la Kansas occidental, zona desolada que los demás habitantes del estado designan con un vago "por allá". (...) Hasta una mañana de mediados de noviembre de 1959, pocos americanos, y en realidad poca gente de Kansas, había oído hablar de Holcomb. Como las aguas del río, como los automovilistas de la autopista y los trenes amarillos que bajan serpenteando por las vías del Santa Fe, el drama, en forma de acontecimiento excepcional, nunca se había detenido allí...
TRUMAN CAPOTE
"A sangre fría"


Hay películas que se ganan a base de estrategia. Un buen guión, un buen elenco, una buena historia, una buena dirección de arte o fotografía. Una concurrencia de elementos para confluir hacia el éxito. Hay otras que se resuelven por golpes tácticos, un elemento arrollador que impregna todo y hace la diferencia. "Capote" es uno de esos casos.

Todo gira y todo queda en manos de un hombre: Philip Seymour Hoffman. Él, en la piel de Truman Capote, compone una de esas antológicas actuaciones que sólo se dan, muy de vez en cuando. Porque más allá de la fidelidad a los tics y al tono del escritor, el Capote de Hoffman agrega sutiles señales, pequeños signos que se desprenden del modo en que se desvían las respuestas, las maneras en la el personaje aparta la vista, los rodeos en la conversación, signos que hablan más del protagonista que el parlamento respectivo. Por eso, su actuación es memorable, más que por ser fiel espejo físico del personaje histórico interpretado.

La historia de "Capote" es la búsqueda de una historia, de una novela, del libro que justifique toda una vida. Es la investigación realizada por Truman Capote, escritor y periodista, del crimen de una familia sureña, masacrada en su hogar, una granja de un tranquilo poblado en Kansas. Capote, homosexual, provocador, manipulador y egocéntrico, echa mano a cualquier recurso para lograr los detalles de esta historia. Todos caen en pos de esa historia, hasta él mismo. Y no vacila en ansiar la ejecución de los asesinos, para tener su final, tras haber jugado el juego del amigo para lograr sus confesiones.

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El guión de "Capote" no es brillante, es más bien lineal, sin muchas sorpresas formales. Tiene muy buenos diálogos y líneas memorables. Tiene la virtud de alejarse de cualquier tentación de vedetismo para dejar que la historia se exponga por sí sola. No es poco el mérito, vale señalarlo.

La tesis de "Capote" es una y central: el artista recurre a cualquier método para lograr su obra. "Yo soy honrado" dice Capote al comienzo del filme. Y esa es la declaración más hipócrita que el personaje hace en toda la película. No hay honestidad en el artista. No hay otra cosa más que el ego desbordado y la materia en cuestión. Todos los que giran alrededor son funcionales a esa pasión maniática, cruel e implacable, que implica crear. Quien no se atreva a destruir todo (aún a sí mismo), en pos de esa creación inmortal, no merece llevar el nombre de artista.

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"Capote" es una película con diálogos para seguir muy atentamente, en especial para calibrar las incoherencias, las mentiras que Capote elabora en sus entrevistas, para lograr hacer hablar a sus interlocutores. Aún sus miserias más hirientes, aquellos recuerdos personales que le queman, son expuestos por Truman Capote para ganarse la confianza de aquellos que necesita. La perversa relación con Perry Smith, el descarado proceso de manipulación que efectúa, hasta sacarle todo el jugo a sus revelaciones, son paradigmáticas. Truman Capote escribe su mejor libro, su libro genial, el que inaugura un género y revoluciona la literatura de la segunda mitad del siglo XX. Y, luego, no tiene nada más para dar. Nunca más vuelve a terminar un libro, aunque sus promesas se repetirán, hasta su muerte. Fragmentos incompletos, trabajos inconclusos. Toda la vida se detuvo en "A sangre fría".

A Hoffman lo complementan otros muy buenos actores, como Chris Cooper (un abonado a los elogios de esta página) y Catherine Keener. Un elenco parejo para secundar a una actuación histórica.

Escenas: la confesión de Perry a Capote; la lectura pública de "A sangre fría"; el encuentro en el bar entre Capote y Harper Lee; la escena del elogio del cochero en el tren; la cena en la que Capote logra quebrar la reticencia del comisario Alvin Dewey.


Frases:

Yo soy honesto. ¡Yo soy honesto acerca de lo que escribo! Yo siempre digo si es autobiográfico, si es sobre mi o no. Pero las historias autobiográficas en este momento de mi vida son aburridas. No es decir una cosa cuando se quiere decir otra. Es importante ser fiel a quien eres.


-Almorcé con Jimmy Baldwin el otro día.
-¿Cómo es?
-Es un hombre adorable. Y me habló del argumento de su nuevo libro. Me dijo: "quiero asegurarme de que no sea una novela problemática". Y yo le dije: "Jimmy, tu novela es sobre un negro homosexual que se acuesta con un judío. ¿No llamarías a eso problemático?"


-¿Ya leíste el articulo sobre los asesinatos? Esté en la portada del New York Times. Creo que quiero escribir sobre eso.


La gente aquí no habla conmigo. Prefieren a alguien como tú. Más normal, como Nell.


Siempre es difícil cuando alguien piensa algo sobre ti y es imposible convencerlo de lo contrario. Desde que yo era niño la gente pensó que sabían lo que yo era por la forma en que soy. Ya sabes, como hablo. Y siempre se equivocan. ¿Sabes lo que quiero decir?


Y era mi padrastro, Joe Capote, llamándome para decir que mi madre había muerto. Volé a casa, a Nueva York, terriblemente angustiado. Pero cuando llegué al departamento vi que Joe estaba en peor estado que yo. Me tomó de la mano y me dijo: "Háblame". Sobre cualquier cosa. ¿Saben? Cualquier tema. "No te preocupes si me interesa o no. Solo habla. Para que yo no tenga un colapso". No podía soportar el estar solo con sus pensamientos. Era demasiado doloroso.


¿Por que poner una almohada bajo la cabeza del chico para dispararle?


-Te pusieron en la celda para mujeres.
-¿Tienes aspirinas? Mis piernas. Por favor.


-Éste es el comienzo de una gran romance.
-Sí, Truman enamorado de Truman.


-El libro que escribo los devolverá al mundo de los humanos. Es el libro que siempre debí escribir.


-No ha escrito ni una sola palabra aún pero dice que es el mejor libro de hechos reales de la década.


Les diré algo. Estuve en el departamento de Marilyn la semana pasada, hablando de filmes y de arte. Al final tuve que decirle que de los cuatro cuadros de Matisse que colgaban en su pared, dos estaban al revés.

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En la noche del 14 de noviembre, dos hombres forzaron su entrada en una granja en Kansas, y asesinaron a toda la familia. ¿Por que lo hicieron? En este país existen dos mundos separados. La vida tranquila y conservadora, y la de esos dos hombres, criminales violentos. Y esos dos mundos convergieron en esa noche sangrienta.


-Necesito escuchar sus historias.
-Ten cuidado con lo que haces para conseguir lo que quieres.


Ya decidí el titulo para mi libro. Creo que te gustara, es muy masculino. "A sangre fría".


Es como si Perry y yo hubiéramos crecido en la misma casa. Y un día él se paró y se fue por la puerta de atrás. Y yo salí por la del frente.


-¿Como va el libro?
-Muy despacio.
-¿Me lo mostraras?
-No he escrito casi nada.


-Su descripción de esos hombres es aterradora. Aterradora.
-Gracias. (EL HOMBRE SE RETIRA) Detengan a ese hombre. ¡Regresa aquí! ¡Papá! ¿Alguno de ustedes conoce a mi padre? Hace años que no me da nalgadas.


Este libro lo cambiará todo. Cambiará la forma en que te ven como escritor. Creo que cambiará la forma en que la gente escribe.


El 14 de noviembre de 1959. Hace dos años. Tres años. Eso es todo lo que quiero escuchar de ti.


Éste es mi trabajo, Perry. Yo trabajo. Cuando me quieras decir lo que quiero escuchar, avísame.


No podría fingir ser tu amigo porque la verdad es que no quiero serlo con toda el alma. No tienes que decirme nada. Si no quieres. Tengo algo... de tu hermana.


Él sólo me miraba. Me miraba a los ojos. Como esperando a que lo matara. Como si supusiera que yo era el tipo de persona que lo mataría. Yo veía que ese buen hombre me tenía miedo. Estaba tan avergonzado.


-¿Cuánto dinero sacaron de casa de los Clutter esa noche?
-Entre 40 y 50 dólares.


La verdad es que estoy desesperado por terminarlo. He gastado cuatro años de mi vida en este libro. Ayer les suspendieron la ejecución temporalmente. Otra más. Sí. La Corte Suprema. Es desgastante. Solo quiero escribir el final. Y no hay un final a la vista.


-Si ganan esta apelación tendré un colapso nervioso total. Y nunca me recuperaré de esta desgracia que ha soplado en mi dirección.
-Debe ser difícil.
- Es una tortura. Me están torturando.
-Ya veo.


- ¿Vas a estar?
- No lo sé.
-¿Quieres que lo haga?
-Me gustaría tener un amigo allí.
-OK. Entonces lo haré.
-Todo está bien.
-Hice todo lo que pude.
-OK.
-De veras que sí.
-Lo sé.


-Fue una experiencia terrible. Y nunca me recuperaré de esto.
-Murieron, Truman. Tú estás vivo.
-No había nada que yo pudiera hacer por salvarlos.
-Tal vez no. Pero el hecho es que no querías.

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"Más lágrimas se derraman por las plegarias respondidas que por las que no"

CONSEJO: ir a verla.

domingo, marzo 12, 2006

contigo pan y atracos 

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LAS LOCURAS DE DICK Y JANE

Comedia chiquita, pero muy divertida, de esas que se disfrutan en el cable o en video. Una buena idea (remake de una película francesa), con un par de apuntes muy ácidos al sueño americano. El principal pero que se le puede achacar a "Las locuras de Dick y Jane" es su falta de aspiraciones más trascendentes. Se queda en la primera idea, sin buscar algún rebusque más, otra vuelta de tuerca que realce la comedia. No obstante, logra su objetivo (aunque sea modesto).

Dick y Jane son un matrimonio (con un hijo) que ha seguido a pies juntillas las promesas del sueño americano. Trabajan denodadamente, viven en una casa hipotecada, con jardín financiado a crédito, televisores, autos, microondas, etc., etc, todo a crédito. Un día, Dick recibe la gran noticia por la que estuvo trabajando, perseverantemente, en los últimos diez años: ha sido nombrado vicepresidente de la compañía. Allí va Dick, a dar su primer informe ante los medios financieros... para darse cuenta en el aire que lo han usado para poner la cara, frente a la quiebra fraudulenta de la empresa. Jack McCallister, presidente de la compañía, tras vaciar la compañía, vende sus acciones y se va a vivir de rentas, mientras el personal queda en la ruina.

En un primer momento, con optimismo capitalista globalizador, Dick se lo toma con calma: pronto conseguirá otro empleo. Cuando tienen que vender los electrodomésticos, el mueble y el césped, se da cuenta que la cosa viene en serio. Y el día que recibe el telegrama de desalojo, toma el toro por las astas: agarra el revólver de plástico de su nene y salen a robar con su esposa.

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"Las locuras..." funciona con los clásicos tics de Jim Carrey. Al que no le guste su rutina Jerry Lewis, directamente, que siga de largo. Pero la película funciona por más de un rato, con algunos momentos realmente dignos (la charla de Dick y Jack en el banco, por ejemplo). Tal vez le falte un poquito más de grandeza temática, un poco más de mensaje ácido sobre la realidad, para mostrar que en la sociedad en la que cada uno le pisa la cabeza al otro, robar a mano armado o robar desde un puesto directivo corporativo, no difiere del todo.

Escenas: la presentación de Dick en el programa financiero (con el cameo de Ralph Nader); el primer robo de Dick y Jane; el pequeño Billy, colgado del televisor, pataleando para que no le vendan el aparato; el gag de Enron del final; los agradecimientos corporativos apenas empiezan los títulos finales; Alec Baldwin cazando de vacaciones en Georgia, mientras declara que está muy afectado por lo ocurrido; el gag de los ejecutivos que se sacan una foto con Dick.


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Frases:

"¡No se lleven mi Telemundo!"; "¿Cuál es tu secreto, Dick?", "Sabes, desearía poder decírtelo"; "Bonito coche. ¿Qué es? ¿Un Rolls Royce?", "Sí. Acabo de entrar a una nueva compañía, grandes beneficios. ¡Se llama Enron!"; "Recuperé nuestro césped"; "Sólo somos como los hombres de la cavernas, defendiendo su pedazo de tierra. Bien, ahora tengo un garrote y tomaré lo que necesite"; "Me excita", "¡Compraré un video sado!", "¡Ah, perverso! ¡El sábado haremos el amor! Buenas noches, querido", "Buenas noches".

CONSEJO: esperar al video.

jueves, marzo 09, 2006

el musical en los tiempos del SIDA 

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RENT

Hace unos diez años, Jonathan Larson era un mozo neoyorquino con un proyecto bajo el brazo: "La Bohème" llevada a la Nueva York de mediados de los '90, en pleno auge del SIDA. Tras muchos esfuerzos, Larson logró montar la obra e interesar a unos productores para lanzarla en el circuito comercial. El día del debut, Larson murió de un aneurisma. La obra se llamaba "Rent" y fue el éxito musical de Broadway, en cartelera aún hoy, una década después.

"Rent" llegó al cine de la mano de Chris Columbus, con gran parte del elenco original del musical (excepciones: Rosario Dawson como Mimí y Tracie Thoms como Joanne). Y esta versión, tantos años después, suena a ingenua, un tanto desarmada. Posiblemente la traducción cinematográfica del musical a la pantalla grande, no haya tenido la corrección de otros casos, como "Chicago" o "Cabaret". Pero "Rent" falla en su tesis, en su mensaje central. ¿Qué es lo que quiere contar el musical? ¿Cuál es la postura de los personajes? Tanto ha transcurrido desde 1996 que, el baile contestatario de los jóvenes en el bar, la proclamación de la vida bohemia, hoy suena cándido y adolescente. Peligrosamente cándido, agregaríamos. Porque los enemigos tenían tantos recursos y eran tan astutos, que estos pibes eran nenes de pecho en comparación a lo que se oponían. Tal vez, sólo algo alcance para rescatar de la propuesta: estamos solos, no hay otra cosa que este momento, ama y vive. Pero principalmente, ama.

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"Rent" tiene algunas buenas escenas, un par de muy buenos temas (como el que abre y cierra la película) que se alternan con otros momentos muy artificiales, que desentonan completamente (por ejemplo, la presentación de Ángel en el loft de los protagonistas). La música es el ariete central de este musical. El baile es accesorio. Del elenco, destacamos a Rosario Dawson (linda la morocha que sale airosa del musical), a Idina Menzel (como Maureen) y Wilson Jarmaine Heredia como Angel, delicioso personaje del travesti angélico, nube de luz que ilumina a los bohemios neoyorquinos.

Escenas: la resurrección de Mimí; la fiesta de compromiso entre Maureen y Joanne; la invitación de Angel a Tom para que viva en su departamento; el acto protesta de Maureen; la aparición de Mimí por la ventana de la habitación de Roger.

Frases:


525.600 minutos. 525.600 momentos tan queridos. 525.600. ¿Cómo mides un año? En días, en atardeceres, en medianoches, en tazas de café. En pulgadas, en millas, en risas, en lucha. 525.600. ¿Cómo medir un año de tu vida? ¿Qué tal en amor? ¿Qué tal en amor? ¿Qué tal en amor? Mídelo en amor. Temporadas de amor. 525.600. 525.600. ¿Cómo se mide la vida de una mujer o un hombre? ¿En verdades que aprendió? ¿En las veces que lloró? ¿En los puentes que ha quemado? ¿En el modo que murió? Ahora es el momento de cantar a los gritos. Aunque la historia nunca termina. Vamos a celebrar. Recordar un año en la vida de los amigos. Recuerda el amor. ¡Oh, logra recordar el amor! Sabes que el amor es un regalo que viene de arriba. Comparte el amor, da amor, desparrama amor. Mide tu vida en amor. Estaciones de amor. Mide tu vida en amor


¿Cómo escribir una canción cuando los acordes suenan mal?


¿Cómo podremos pagar el alquiler del último año?


¿Cómo puedes conectarte en un tiempo donde los extraños, los caseros, los amantes, hasta tu propia sangre te traiciona?


Dibuja una línea en la arena y mantente firme. Usa tu cámara para pelear. Usa tu guitarra. Cuando se finjan duros, descubre sus fanfarronadas. No pagaremos el alquiler. No pagaremos el alquiler. No pagaremos el alquiler. El del último año. El de este año. El del próximo. Alquiler, alquiler, alquiler, alquiler, alquiler. No pagaremos. Porque todo es alquiler.


-¿“Apoye Vida”?
-Sí. Es para gente con SIDA. Gente como yo.
-Yo también.

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Estoy escribiendo una gran canción. Antes de... Una canción. Gloria. Una canción, antes de irme. Una canción para dejar detrás.


Encontrar una canción antes que el virus lo tome. Gloria. Como un atardecer. Una canción que redima esta vida vacía. El tiempo vuela. Y entonces no hay necesidad de soportar más. El tiempo muere.


-¿Qué olvidaste?
-¿Tienes una luz?
-Sí. Estás... estás temblando...
-No es nada. Ellos desconectaron la calefacción. Sólo estoy un poco débil. ¿Podrías encender mi vela?


-Querida, dame el teléfono.
-¡Oh, es tu papá!
-Escucha, Mark. Lamento escuchar que Maureen te dejó. Yo digo: "c'est la vie". Déjala ser una lesbiana. No sabe lo que se pierde.
Angel Dumott Schunard. Hoy por ti. Mañana por mí.


Cariño, conozco ese acto. Se llama: el Tango Maureen.


Pretendes creerle, porque al final, no puedes dejarla.


¿Pookie?


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Sólo estamos nosotros. Sólo esto. Olvida las penas. O perderás tu vida. No hay otro camino. No hay otro modo. Ningún día más que hoy.



Vamos a salir esta noche. Tengo que salir. Eres dulce. ¿Querés patear las calles? ¿Quieres sollozarle a la luna, como un gato en celo? Sólo tómame. Salgamos esta noche. Por favor. Tómame. Y salgamos esta noche.


El dolor se aliviará si puedes aprender que no hay futuro, no hay pasado. Vivo este momento como si fuera el último. Sólo estamos nosotros. Sólo hay esto.


¿Perderé mi dignidad? ¿Alguien me cuidará? ¿Despertaré mañana de esta pesadilla?

Hace frío. Ven. Vive en mi casa. Seré tu refugio. Sólo págame con mil besos. Sé mi amante. Te cubriré. Abre tu puerta. Seré tu inquilino. No tengo mucho equipaje que colocar a tus pies. Pero dulces besos tengo. Estaré ahí y te cubriré. Piensa lo que significa cuando dicen que no puedes comprar amor. Ahora sé que puedes alquilarlo. Un nuevo alquiler para ti, mi amor. En la vida. Sé mi vida.

Ella dijo: “Sólo queda saltar sobre la luna”

-La oposición a la guerra no es la paz.
-¿Qué es?
-Es creación. La vida bohemia.

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Tómame, bebe, o déjame. No hay manera que pueda ser lo que no soy. Pero, ¡ey! ¿No quieres que sea tu chica caliente? No pelees. No pierdas la cabeza. Porque cada noche, ¿quién está en tu cama?

Estaban ese skinhead que empezó a acosarla y ella sólo caminó hacia él y le dijo: “¡Soy más hombre que lo que nunca serás nunca y más mujer que la que nunca tendrás!”.

Sólo juega el juego. Estás viviendo en América, al final del milenio.

Me dirigía hacía esa cálida luz blanca. Y juro que Ángel estaba ahí. Y se veía bien. Y me dijo: “Vuélvete, amiga. Y escucha la canción de ese muchacho”.

CONSEJO: Sólo para seguidores del musical. El resto, esperar al video sin apuro.

martes, marzo 07, 2006

con el dedo en el gatillo 

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SOLDADO ANÓNIMO

A caballo del síndrome 11-S, resurgió el cine bélico en la pantalla norteamericana. Con mayor o menor fortuna, todas describían la crudeza del campo de batalla y los horrores del combate. "Soldado anónimo", la última película de Sam Mendes ("Belleza americana") es un hallazgo en la fauna fílmica bélica. Es la historia de un soldado que va a la guerra y no dispara un solo tiro. Y, aunque parezca paradójico, esa ausencia de muerte no implica que el hombre tras el soldado no haya cambiado. Al contrario: sólo tocar el fusil, ha mutado al hombre que lo sostenía.

El argumento de "Soldado anónimo", basado en el libro autobiográfico del propio Anthony Swofford, es la historia de un marine, un francotirador, movilizado a Arabia Saudita durante la Guerra del Golfo, que espera con su unidad, días tras días, la entrada en acción a una batalla que nunca llega.

El guión de William Broyles transmite esa sensación de pérdida del tiempo, ese vacío, el estar al costado, esperando algo que no viene, mientras el mundo sigue su marcha, ignorándonos. Físicamente está el desierto, con su inmensidad y su horizonte siempre lejano. Detrás, está el proceso de aniquilación de la voluntad que opera con el entrenamiento militar, necesario para transformar a un hombre común en un asesino. La repetición, la burocratización, el sadismo en el mando, la repetición de fórmulas sin razonamiento previo.

La fotografía de Roger Deakins es otro cómplice necesario para ahondar la soledad del espacio, la arena cubriendo los uniformes, las armas, las tiendas, la lente de la cámara. Notables las escenas de los movimientos en el desierto, chapoteando por el petróleo que brota de los pozos incendiados. Son los mejores momentos del filme.

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"Soldado anónimo" no es una película lenta, pese a que sus protagonistas quedan empantanados en medio de la nada. La evolución (o deterioro, habría que decir) de los personajes es la acción dramática de la historia. Pero opera en señales en un segundo plano. Por eso, no es una película de consumo amplio, sino que exige un espectador atento y paciente.

Del muy buen elenco nos quedamos con Jake Gyllenhaal, Chris Cooper, Jammie Foxx y Peter Sarsgaard. Escenas: el video enviado por la esposa del soldado; la caminata entre los pozos incendiados; la escena de la trompeta; el momento en que Anthony se sienta a descansar, entre los muertos calcinados del desierto; la pelea entre Troy y el Mayor Lincoln, cuando éste no lo deja tirar a un blanco fácil.

Frases:

Un hombre pasa años disparando un rifle. Y cuando el trabajo está terminado. Termina el trabajo y deja el rifle en la armería, creyendo que ha dejado el rifle. Pero no importa lo que mas toque sus manos. Amar a una mujer. Construir una casa. Sus manos recuerdan el rifle"

-¿Qué carajo estás haciendo aquí?
-Me perdí camino a la universidad, señor.

Jarhead. Sustantivo. En jerga quiere decir marine. Surgió del parecido entre la tapa de algunos jarros y la cabeza casi rapada de los reclutas. La cabeza de un infante de marina deducimos también es un jarro. Un jarro vacío

-¿Tienen lo necesario para ser los peores hijos de puta en todo el salvaje reino de Dios?
-Sí, sargento.
-¿Podrán decirse, "Aunque ande en el valle de sombras dela muerte no temeré mal alguno porque soy el más hijo de puta del valle?"
-Sí, sargento.

Usen estas fórmulas, pero a fin de cuentas, usen el instinto. La diferencia entre matar el objetivo y acabar muerto está en los detalles. Nos han inculcado: "¡No matarás!". Pero oigan lo que les digo: eso es pura mierda.

Miren al blanco. Con suerte algún día verán aparecer la silueta del enemigo...

Este es mi rifle. Hay muchos parecidos, pero este es el mío. Sin mi rifle, soy nada.

El soldado se muere por disparar 15 mil balazos a mansalva. Es cierto, carajo. El francotirador se muere por disparar uno solo y perfecto...

Conozco a estos viejos ricos de toda la vida. Están embarrados de petróleo árabe. Lo beben como cervezas. Vinimos a proteger sus ingresos.

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Patrullamos el desierto. Y tomamos agua. Lanzamos granadas a la nada. Navegamos entre minas imaginarias. Le disparamos al vacío. Y tomamos más agua.

Técnicas sugeridas para evitar el aburrimiento y la soledad: Masturbarse.
Releer las cartas de novias y esposas infieles. Limpiar el rifle. Volver a masturbarse. Alambrar el "walkman". Discutir sobre la religión y el sentido de la vida. Cada mujer que uno se ha tirado. Debatir las diferencias entre cubanos y mexicanos. Las motos Harley y Honda... Y masturbarse con la mano izquierda o la derecha. Volver a limpiar el rifle. Estudiar el catálogo de correo de novias filipinas. Volver a masturbarse. Planear la primera comida al volver a casa.

Miren... Tengo 20 años y fui tan tonto que firmé el contrato. Ya oigo sus jodidas bombas. Oigo las bombas. Sí, tengo un miedo del carajo. Pero no se lo digan a mi sargento.

Si estás herido pide un enfermero. Si estás muerto notifícalo al registro.

Te dejé un regalito, ni muy duro ni muy blando. Perfecto.

Nada se queda igual, Swoff, ni las novias, ni la familia, ni nada. En el mundo real, el tiempo no para. Somos marines. A nadie le importa un carajo.

Convertimos la tienda en un gran circo. Porque en el circo nadie nos puede herir. En el circo nadie nos puede tocar. Pero es cosa de locos creer algo así.

Los pozos. Están quemando el petróleo. Está lloviendo petróleo.

Hay toneladas de árabes fritos. Me llevaré cuantos quiera.

-Yo podría estar trabajando con mi hermano. Tiene un negocio de construcción
en Compton, California. Hace los interiores de edificios con metal. Podría ser su socio. Dijo que me daría un Dodge nuevo. El 318 Magnum. Lindos interiores, aire acondicionado... Podría dormir con mi esposa, y hasta cogerla quizás. Llevaría mis niños al colegio. Supervisaría el trabajo, aumentaría el rendimiento 40 o 50%. Ganaría 10 mil al año. ¿Sabes por qué no lo hago? Porque me encanta este trabajo. Doy gracias a Dios por cada día en la Infantería de Marina. ¿Quién más tiene la oportunidad de ver una mierda así? ¿Me entiendes?
-Sí, sargento.
-¿De veras?

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-Vienen los aviones.
-Tenemos permiso para disparar.
-Qué lástima. Iban a matar a uno. Esto los dejará atónitos. Tengo malas rodillas. Fue el fútbol.
-Pido permiso para disparar.
-Denegado.
-Puede que no tengamos otra oportunidad. Permítanos disparar justo antes
del ataque aéreo.
-Esas no son mis órdenes. Hitman...
-No, no, espere... Espere. No se lo diremos a nadie. No hay que decir nada. Es un tiro perfecto. Permítanos.
-Negativo.


-Si da lo mismo, ¿por qué quieren hacerlo?
-Porque lo tenemos en la mira.
-El tiro es mío.
-Basta.
-El tiro es mío. Burócrata hijo de puta. No sabes por lo que pasamos. Él no lo sabe. Suéltame, suéltame, carajo.
-Qué hijos de puta más raros son todos ustedes.

¿Mataremos a alguien algún día?

Todas las guerras son distintas. Todas las guerras son iguales.

Un hombre pasa años disparando su rifle...y se va a la guerra. Después vuelve a casa. Y se da cuenta de que haga lo que haga en la vida, construir una casa, amar a una mujer o cambiar pañales, siempre ha de ser un jarhead. Y todos los demás cabezas de jarro, que matan y mueren, siempre estarán en mí.

CONSEJO: puede esperarse al video. Para los fanáticos del cine bélico, ir a verla.

viernes, marzo 03, 2006

se ve venir 

DESCARRILADOS

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Para el espectador entrenado, a la media hora de película se adivina lo que está pasando. Esa es una falla para una historia que pretende sorprendernos con un enigma final. "Descarrilados" (unánimemente alabado por la crítica argentina), es un thriller más, con alguna idea interesante, en general bastante pobremente desarrollado.

Argumento: Charles Schine atraviesa una crisis. Su hija es diabética del tipo I (la más grave enfermedad) y están haciendo malabares para que sobreviva, hasta que salga al mercado una droga que le permita recibir un trasplante de riñón. Mientras esperan ese momento, Charles y su esposa ahorran, dólar sobre dólar, hipotecando la casa y soportando sus respectivos salarios. Basta verlos en las primeras escenas para saber que la crisis ha resentido a la pareja. Ya no se besan y uno imagina que el sexo es un recuerdo del pasado.

Una mañana, rumbo al trabajo, Charles se cruza con una bellísima mujer que le da charla. Palabra va, palabra viene, los encuentros se repiten y, finalmente, caen de lleno en la infidelidad. O eso pretenden: porque el azar los enfrentará con una realidad que no esperaban y, de pronto, se encontrarán en medio de una trama de violencia y muerte. No adelantamos más para no develar el escaso misterio que presenta el filme.

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Hay una falla fundamental en la trama que es la evolución del protagonista. En seguida se va a las manos con el chantaje que hay por medio, un viaje crítico que necesitaba un poco más de presión. Y la otra falla es abandonar la química que había entre Clive Owen y Jennifer Aniston (que sigue sin encontrar la película consagratoria). El tono que presentan los diálogos en el tren, se pierden en la mitad del filme. El personaje de Aniston desaparece por un largo rato y eso deja a Clive Owen pedaleando sólo, sin ninguna contraparte que lo sostenga.

Hasta hubiera sido funcional a los fines del misterio, mantener el calor del romance entre ambos, ese quiero pero no puedo con el que flirtea la historia. Porque esos pases de manos nos hubieran distraído de lo que está ocurriendo tras bambalinas, cegándonos de la verdadera historia que ocurre fuera de nuestro alcance.

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La historia termina con un par de detalles inverosímiles (un dinero en una caja fuerte de un hotel y un timador que sigue tomando el mismo tren a la misma hora) que afean un poco la trama.

"Descarrilados" es uno de esos filmes que le cuadran bien al video o al cable. No es una obra maestra, tampoco un bodriazo, se deja ver y, como si fuera poco, tiene a Jennifer Aniston mostrando un poco de pechuga (con un look, menos rubia). Pero es sólo eso, no hay ninguna novedad o hallazgo notable.

Escenas: la charla inicial de Charles y Lucinda en el tren; la escena en el cuarto de hotel entre Charles y Lucinda; la última escena en el cuarto de hotel; el encuentro de Charles con Philippe en su casa.

CONSEJO: esperar al video.

miércoles, marzo 01, 2006

frases de “Buenas noches y buena suerte” 

Selección de las frases que más nos gustaron de "Buenas noches y buena suerte", el muy buen filme de George Clooney.

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"Al final de este discurso algunos podrán acusar a este reportero de ensuciar su propio confortable nido y su organización puede ser acusada de darle hospitalidad a un hereje con ideas peligrosas. Pero la complicada estructura de las cadenas, agencias de publicidad y patrocinadores no serán sacudidas o alteradas. Es mi deseo, si no mi deber, tratar de hablarles a los aprendices con cierto candor sobre lo que está sucediendo en la radio y la televisión. Y si lo que digo es serio, yo solo soy responsable de lo que digo. Nuestra historia será lo que hacemos. Y si hay historiadores, en 50 o o 100 años, y se preservan las cintas de alguna semana de las tres cadenas televisivas, ellos verán ahí, encontrarán grabadas en blanco y negro y en color, la evidencia de la decadencia, el escapismo y el aislamiento de la realidad del mundo en que vivimos. Estamos opulentamente cómodos, gordos y complacientes. Hemos desarrollado una alergia a la información desagradable o perturbadora. Nuestros medios de comunicación lo reflejan. Salvo que nos desprendamos de nuestro exceso de grasa y reconozcamos que la televisión está siendo utilizada, principalmente, para distraer, engañar, divertir y aislarnos, entonces, la televisión y aquellos que la financian, aquellos que la miran y aquellos que trabajan en ella, pueden ver un cuadro totalmente diferente cuando sea demasiado tarde.

-Es sólo un juramento de lealtad.
-¿A CBS?
-Y a América.

Hay una historia ahí, en el 'Detroi News', Dexter, Michigan. Un joven llamado Milo Radulovich

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-¿Ha sido traído ante el Comité?
-No.
-Entonces, no es McCarthy.
-¿No lo es?


-Frank, espera. He examinado conscientemente esto y no he encontrado, por mi vida, justificación para esto. Simplemente no puedo aceptar que, para cada historia, haya dos argumentos iguales y lógicos. Llámalo editorializar si quieres.
-¿Entiendes la posición en la que nos estás poniendo? Estamos juntos en esto. Si el Senado quiere investigar...


Vaya detrás de Joe Kennedy. Te pagaremos.


-¿Cuánto son los anuncios?
-Tres mil.
-Compartiremos el gasto con Fred. No habrá regalos de Navidad este año.
-Él es judío.
-No le digas. Adora la Navidad.

-Iremos con la historia de la Fuerza Aérea que juzgó a Milo Radulovich sin evidencias y, en contra de sus derechos constitucionales, lo encontró culpable de ser un riesgo de seguridad.
-Usted no vio la evidencia para alegar que no es un riesgo de seguridad. ¿No debería suponer que aquellos que vieron el contenido de ese sobre pueden tener una mejor idea de lo que es un peligro para este país?

-¿Quién? ¿Quién? ¿O quién piensa que debería decidirlo? ¿Quién es esa gente? ¿Fueron electos? ¿Fueron designados? ¿Tienen un hacha? ¿Es suya, señor? ¿O suya, Coronel Jenkins? ¿Conoce el contenido de ese sobre sellado?

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-¿Tenemos la película?
-La tenemos.
-Es divertido, Freddy... cada vez que te acercas a encenderme un cigarrillo, sé que me estás mintiendo.


Creemos que el hijo no debe soportar la culpa del padre. Aunque la culpa haya sido probada y, en este caso, no lo fue. Creemos también que este caso ilustra la urgente necesidad de las fuerzas armadas de comunicar, más plenamente, cuán lejos llegan los procedimientos y regulaciones seguidas para proteger la seguridad nacional y los derechos individuales al mismo tiempo. Lo que suceda en esta área, de las relaciones entre el individuo y el Estado, lo haremos por nosotros mismos y no puede culparse a Malenkov, a Mao Tse-Tung o a nuestros aliados. Eso nos parece a nosotros, a Fred Friendly y a mí, y ese es un hecho que deberíamos debatir sin cesar. Buenas noches y buena suerte.


No hacemos la noticia, reportamos las noticias.


Yo firmo tu cheque y pago tu casa y la escuela de tu hijo.


Compañeros, el próximo programa será sobre el senador McCarthy.


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Si ninguno de nosotros hubiéramos leído un libro 'peligroso' o tenido un amigo 'diferente' o asociado a una organización que abogaba por el 'cambio', seríamos la clase de gente que Joe McCarthy quiere. Seguiremos adelante con la historia porque el terror está en este cuarto.


-Dime de otra mujer que te recuerde sacarte el anillo de bodas, cuando vas a trabajar.
-Ava Gardner.


'La falla, Bruto, no está en las estrellas, sino en nosotros' Ninguno familiarizado con la historia de este país puede negar lo útiles que son los comités del Congreso. Es necesario investigar antes de legislar. Pero la línea entre investigación y persecución es muy fina. Y el senador por Wisconsin la ha cruzado repetidamente. No debemos confundir disenso con deslealtad. Debemos recordar siempre que la acusación no es la prueba y que la condena depende de la evidencia y del debido proceso de la ley. No seremos llevados por el miedo, a uno u otro lado. No seremos conducidos por el miedo a una edad de irracionalidad, si cavamos profundo en nuestra historia y nuestra doctrina y recordamos que no descendemos de hombres temerosos ni de hombres que han temido escribir, asociarse o hablar para defender las causas que en su momento fueron impopulares. No es el momento para que los hombres que se oponen a los métodos del senador McCarthy mantengan silencio para aquellos que lo aprueban. Podemos negar nuestra herencia y nuestra historia, pero no podemos escapar de la responsabilidad de los resultados. Nos proclamamos, verdaderamente como somos, los defensores de la libertad dondequiera que exista en el mundo, pero no podemos defender la libertad afuera cuando la abandonamos en casa. Las acciones del senador de Wiscosin han causado alarma y abatimiento en nuestros aliados extranjeros y han regocijado a nuestros enemigos. ¿Quién es el culpable? No, verdaderamente, él. Él no creó esta situación de miedo, simplemente la explotó, más que exitosamente. Casio tenía razón. 'La falla, Bruto, no está en las estrellas, sino en nosotros'. Buenas noches y buena suerte.


-¿Nada?
-Nadie parece habernos vistos.
-No tenemos nada.
-Lo sé.
-Nada.
-¿Quiere que conecte los teléfonos de vuelta, Mr. Williams?
-Sí. Es un buen momento para hacerlo.


No sé si todos vieron lo que acaban de ver, pero quiero asociarme, tanto yo, como este programa, a lo que acaba de decir Ed Murrow y decirle que nunca he estado tan orgulloso de la CBS


-Perdón, Señor Murrow. McCarthy quiere el 6 de abril.
-Gracias, Natalie.


No iremos tras, O'Brian. No puedo con McCarthy y Hearst. No puedo derrotar a ambos. Sólo no leas los diarios. O no leas a O'Brian, en todo caso.


Aquí, ahora, el senador por Wisconsin, Senator Joseph R. McCarthy


Su proposición es muy simple: cualquiera que critique o se oponga a los métodos del Senator McCarthy deber ser comunista. Si eso fuera cierto, hay una horrible cantidad de comunistas en Estados Unidos.


Creía 20 años atrás y creo hoy que cualquier americano maduro puede involucrarse en conversar y debatir sus ideas con comunistas, en cualquier lugar del mundo, sin contaminarse ni convertirse. Creo que nuestra fe, nuestra convicción, nuestra determinación es más fuerte que la de ellos y que podemos competir con éxito, no sólo en el área de las bombas, sino también en el de las ideas.

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Él hizo las noticias de las 11 de la noche, en algunas estaciones. Estaba enfermo últimamente y murió esta mañana. La policía dijo que fue un suicidio... gas. No mucho para un obituario. Pero, al menos, hemos proporcionado, brevemente, los hechos como fueron. Es todo lo que Don Hollenbeck hubiera querido. Buenas noches y buena suerte.


¿No tiene ningún sentido de la decencia, señor? Al fin, ¿no le ha quedado algún sentido de la decencia?


-Estoy segura que vamos a extrañarte aquí.
-Empacaré mis cosas.


-El pueblo quiere divertirse. No quiere clases de civismo.
-¿Qué quieres tú, Bill?
-No quiero un dolor de estómago, cada vez que tocas un tema controvertido.
-Me temo que es el precio que tienes que pagar.

-¿Cuándo iríamos?
-Domigos por la tarde.
-¿Cuántos programas?
-Cinco.
-¿Por qué sólo no me echas, Bill?
-No creo que ninguno de nosotros quiera eso. Me debes cinco programas.


-El Senado va a votar sancionar a McCarthy mañana. Probablemente.
-¿Y qué es lo que sucede?
-Él mantiene su banca.
-Correcto.
-Ellos lo mantienen en el Senado. No lo echan.
-No. Él se queda.

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Comencé diciendo que nuestra historia será lo que hagamos. Si seguimos como ahora, entonces la historia tomará revancha y su castigo no será flojo al atraparnos. Sólo por una vez, déjennos exaltar la importancia de las ideas y la información. Déjennos soñar que extendamos lo comentado cada domingo a la noche, el tiempo que ocupa Ed Sullivan, con una encuesta sobre el estado de la educación en América. Y una semana o dos más tarde, en el tiempo usado por Steve Allen, se dedicara a un detallado estudio de nuestra política en Medio Oriente. ¿Cómo dañaría eso la imagen de la empresa y de sus respectivos anunciantes? ¿Podría aumentar el enojo y la queja de sus accionistas? ¿Qué cosa debería suceder para que unos pocos millones recibieran un poco de iluminación sobre los asuntos que bien podrían determinar el futuro de este país y por lo tanto, del futuro de sus empresas? Para aquellos que dicen, 'A la gente no le gusta, no están interesados, ellos son demasiados complacientes, indiferentes y aislados' sólo puedo contestarles: hay, en opinión de este periodista, considerable evidencia en contra. Pero si fuera así, ¿qué tienen que perder? Porque si estoy en lo cierto y este instrumento es bueno sólo para entretener, distraer y aislar, entonces la pantalla seguirá brillando y pronto veremos que la batalla está perdida. Este instrumento puede enseñar. Puede iluminar y puede inspirar. Pero sólo puede hacerlo tanto como los humanos estemos determinados a usarlo, hasta el final. De otro modo, será sólo una caja con cables y luces. Buenas noches y buena suerte.

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