domingo, marzo 30, 2008
alegoría policial
SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES
“Sin lugar para los débiles” es una película con todos los tics de los hermanos Coen: el sur estadounidense, los seres trágicamente estúpidos, la muerte como un voleo al azar, el paisaje austero, la mediocridad como medio de vida, la ironía como recurso descriptivo. Estos rasgos (una auténtica carta de ciudadanía del estilo Coen) en sus últimas obras corrieron el riesgo de caer en el pecado de saturación y repetición. “Sin lugar para los débiles” logró elevarse a través de una alegoría. El aparente policial que cuenta es una excusa para una moraleja metafísica. En la periferia, la premiada película de los Coen es un policial violento; en el centro, es una reflexión sobre el sinsentido de la vida.
Los seres de los Coen no son ni buenos ni malos, porque no existen esas categorías en el universo coeniano. Son sobrevivientes apenas, sin preocuparse mucho en la justicia de esa sobrevivencia. Caricaturas, sombras que deambulan bajo el sol, concientes de la inutilidad de cualquier esfuerzo. En un contexto árido, salvaje, tan seco y pastoso como el paisaje, saben íntimamente que toda heroicidad es fatua, que no hay posibilidad de dejar huella alguna en un universo plenamente indiferente.
Nótese las diferencias con el imaginario de Quentin Tarantino, cuyos personajes perciben cierto orden en el Universo, aunque ellos militen en el bando opuesto. En su despiadado accionar, los protagonistas logran, en alguna circunstancia, toparse con ese Orden Supremo. Y respetan ciertas reglas, tácita aceptación de la existencia de ese orden. Es Bruce Willis salvando al mafioso que lo buscaba para matarlo; es Samuel Jackson reconociendo a Dios en un tiroteo fallido; es Uma Thurman, una asesina que decide tener una vida burguesa, para darle a su hija un futuro distinto al suyo. Seres oscuros que, sin embargo, logran percibir la luz.
En lo seres del Universo Coen no hay luz posible, ni siquiera bajo la catarata del desierto sureño. En el ordenamiento Coen no hay posibilidad de salvación, porque no hay nadie esperando; en el ordenamiento Tarantino, la salvación no está para los protagonistas, pero alguien espera del otro lado y, excepcionalmente, se les revela. Ambos trabajan con seres condenados: uno por la indiferencia cósmica; otro por ese Orden Superior. La diferencia es dramáticamente poética.
En la periferia, “Sin lugar para los débiles” parece la historia de un asesino a sueldo que viene a matar a un tipo que se quedó con una valija con dos millones de dólares del narcotráfico. Esa es la excusa argumental. Y si compramos esa historia, los protagonistas son el asesino (un monumental trabajo de Javier Bardem) y Llewelyn Moss (Josh Brolin).
Pero el verdadero protagonista es Ed Tom Bell, el comisario asustado que interpreta Tommy Lee Jones. El primer parlamento y el que cierra la película, amén de un diálogo con su padre, cerca del final (un sueño), son las claves del filme. De eso se está hablando: de alguien que ve venir la muerte y espera un significado. Pero ese significado no le será dado.
“Tú no puedes parar lo que se viene. No es lo que esperan de ti. Eso es vanidad” le dice el padre al protagonista. Esta es la tesis del filme. Esperar la noche eterna, sin la soberbia de creer que esto tiene algún significado. No lo hay. Como no hay razones en el accionar de Antón Chigurh, el asesino que arrastra el tubo de oxígeno por las rutas soleadas, elevado, por esta línea interpretativa, en una metáfora de la muerte: demente, caprichoso, aleatorio, brutal, impiadoso. Durante el filme, todos tratan de negociar con Chigurh. Pero Chigurh es innegociable por naturaleza. Sólo cumple su juego, con las reglas que él mismo aporta. Reglas que considera de hierro, pero son arbitrarias, estúpidas, ilógicas, todos calificativos de la muerte misma.
Esas son las claves alrededor de un filme no tan fácil de seguir. Y, pese a cierto momentos muertos, esta riqueza conceptual eleva esta última película de los hermanos Coen a un gran nivel. Tras varias experiencias fallidas, han retornado al camino y vale reconocerlo. Sin perder su estilo (con sus pros y sus contras) pero agregándole una dimensión poética.
Del elenco brilla Javier Bardem (un actor en un plano superior), bien secundados por Tommy Lee Jones y Josh Brolin.
Escenas destacadas: el diálogo final entre Chigurh y Carson Wells (Woody Harrelson); el choque final de Chigurh; el encuentro de Bell con su padre; el encuentro de Carla Moss con Chigurh; la escena de la moneda tirada al azar.
Frases:
Hay un chico al que enviaron a la silla eléctrica en Huntsville hace un tiempo. Fue mi arresto y mi testimonio. Él mató a una chica de 14 años de edad. Los periódicos dijeron que fue un crimen pasionañ. Pero él me dijo que no hubo nada pasional en ello. Me dijo que había estado planeando matar a alguien desde que podía recordarlo. Dijo que si lo soltaban, lo haría otra vez. Dijo que sabía que iría al infierno. Estaría allí en 15 minutos. No sé qué hacer con eso. Sin duda que no. El crimen que ven ahora, es incluso difícil de medirlo. No es que tenga miedo de ello. Siempre supe que tenías que estar dispuesto a morir para hacer este trabajo. Pero no quiero apostar todas mis fichas, salir y encontrarme algo
que no pueda entender. Un hombre debe poner su alma en juego. Sólo debe decir: "De acuerdo. Seré parte de este mundo".
Si te detienes y regresas, vas a dispararme en el estúpido trasero. Pero si te detienes, detente en la sombra.
-Si no regreso, dile a mamá que la amo.
-Tu madre está muerta, Llewelyn.
-Entonces, se lo diré yo mismo.
-¿Qué es lo máximo que ha perdido, alguna vez, echando una moneda a la suerte?
-¿Señor?
-Lo máximo que ha perdido echándolo a la suerte.
-No lo sé. No sabría decirle.
-Elija.
-¿Que elija?
-Sí.
-¿Para qué?
-Sólo elija.
-Necesitamos saber por qué estamos jugando.
-Necesita elegir. No puedo elegir por usted. No sería justo.
-No tengo nada para apostar.
-Sí tiene. Ha estado apostando su vida entera. Sólo que no lo sabía. ¿Sabe qué fecha tiene esta moneda?
-No.
-1958. Ha viajado 22 años para llegar aquí. Y ahora está aquí. Y es, o cara o cruz. Y tiene que decir. Elija.
¿Nena, en qué punto dejarías de buscar tus dos millones de dólares?
-Tengo un mal presentimiento, Llewelyn.
-Bien, yo tengo uno bueno. Así que estamos compensados.
-No debería estar haciendo eso. Ni siquiera un joven como usted.
-¿Hacer qué?
-Viajar haciendo dedo. Es peligroso.
Supongo que éste no es el futuro que imaginaba para usted la primera vez que puso sus ojos en ese dinero. No se preocupe. No soy el hombre que está detrás de usted.
-¿Se suponía que este hombre era lo más duro que había?
-No. Pienso que no lo describiría así.
-¿Cómo lo describiría?
-Supongo que diría que no tiene sentido del humor.
No entiende. No puede hacer negocios con él. Aún si le devolviera el dinero, le mataría... Sólo por molestarlo. Es un hombre peculiar. Podría decirse que tiene principios. Principios que van más allá del dinero, las drogas o algo como eso.
No es como usted, ni siquiera como yo.
El punto es, aún en una pelea entre el hombre y el buey la cuestión no es segura.
-Deberías aceptar tu situación. Tiene más dignidad hacerlo.
-Vete al diablo.
-Está bien.
-Déjame preguntarte algo. Si la regla que seguiste te trajo a esto, ¿qué sentido tuvo esa regla?
-¿Tienes idea de lo loco que estás?
-¿Te refieres a esta conversación?
-Me refiero a ti.
Me traes el dinero y la dejo ir. Si no ella muere. Y tú también. Es la mejor oferta que puedas conseguir. No te prometo que te salvarás, porque no puedes.
Aquí la semana pasada encontraron a una pareja, en California, le alquilaron la habitación a unos ancianos. Los mataron, los enterraron en el patio y cobraron sus cheques de pensiones. Fueron torturados primero. No sé por qué. A lo mejor su televisión estaba rota. Y esto siguió, y aquí cito: Los vecinos se asustaron cuando un hombre corrió solo con un collar de perro. Tú no puedes hacer una cosa así. Te desafío a que lo pruebes. Pero si eso pasas, te haces notar. Llamas la atención de alguien. Pero cavando tumbas en el patio trasero no lo hicieron.
Es todo por el maldito dinero, Ed Tom. El dinero y las drogas. Es el maldito dinero detrás de todo.
-El hombre que te disparó murió en prisión.
-En Angola, sí.
-¿Qué habrías hecho si lo dejaban en libertad?
-No lo sé. Nada.
-No veo sentido en eso. Me sorprende oírte decir eso.
-Bueno, todo el tiempo que gastas intentando recuperar lo que te quitaron, más se va por la puerta. Y después de un tiempo, sólo intentas ponerle un torniquete. Tu abuelo nunca me pidió apuntarme como ayudante. Loretta me contó que renunciabas. ¿Cómo se explica que hagas eso?
-No lo sé. Me siento sobrepasado. Siempre imaginé que cuando fuera viejo Dios podría, de alguna manera, ordenar ciertas cosas en mi vida. Él no lo hizo. No lo culpo. Si yo fuera él, tendría la misma opinión de mí.
Lo que tienes no es nada nuevo. Este país es duro con la gente. Tú no puedes parar lo que se viene. No es lo que esperan de ti. Eso es vanidad.
Sabía que esto no había acabado.
-No tiene motivo para herirme.
-No. Pero di mi palabra.
-¿Dio su palabra?
-A tu marido.
-Eso no tiene sentido. ¿Le dio su palabra a mi marido para matarme?
-Tu marido tuvo la oportunidad de salvarte. En cambio, él te usó para salvarse así mismo.
-No es así. No es como usted dice. No tiene que hacer esto.
-Todos siempre dicen lo mismo.
-¿Qué dicen todos?
-Dicen que no tienes que hacer esto. No tiene por qué hacerlo. Esto es lo mejor que puedo hacer. Elija.
-Supe que estaba loco cuando lo vi sentado allí. Supe exactamente lo que me esperaba.
-Elija.
-No. No voy a jugar.
-Elija.
-La moneda no tiene nada que decir. Solo es usted.
Señor, hay un hueso saliendo de su brazo.
-¿Cómo dormiste?
-No lo sé. Tuve unos sueños.
-Tienes tiempo para ellos ahora. ¿Algo interesante? Siempre son la parte importante. Ed Tom, seré correcta.
-Bueno dos de ellos. En ambos estaba mi padre. Es peculiar. Soy mayor ahora que él hace 20 años. Entonces, en un sentido él era el hombre joven. Como sea, el primero no lo recuerdo bien… en el pueblo y me daba algo de dinero. Pienso que lo perdí. El segundo, éramos nosotros en los viejos tiempos e íbamos sobre un caballo por las montañas, de noche, a través de esta senda en la montaña… Hacía frío y había nieve en el suelo. Cabalgó hasta pasarme y seguía, nunca dijo algo mientras seguía. Él sólo cabalgaba. Tenía su manta envuelta a su alrededor y su cabeza hacia abajo. Cuando me pasó vi que llevaba fuego en un cuerno en la forma en que se utilizaba y pude ver una luz dentro de él, como el color de la luna. Y en el sueño yo sabía que él estaba adelante y que se preparaba para hacer fuego en ese lugar frío y oscuro. Sabía que si yo llegaba allí, él estaría allí. Entonces, desperté.
CONSEJO: sólo para cinéfilos. El resto se va a dormir.
domingo, marzo 23, 2008
la visión no es neutral
PUNTOS DE VISTA
Esta película es uno de los grandes misterios de la cartelera del 2008. ¿Por qué todos les dieron con un caño a este filme? A ver: no es una obra de arte, no revoluciona el género, no va a redefinir los cánones de la industria cinematográfica. Ok. Pero tan mal no está. Tiene una muy buena idea, buena acción, excelente elenco y nos mantiene entretenidos una hora y media. Le falta dimensión épica, es cierto, pero el guión tiene una premisa concreta que logra mantener la atención: contar una historia que varía según el punto de vista del personaje que la cuenta. Claro, usted me hablará de “Rashomon” y yo de “La piedra lunar”. No llega a esas cimas, está bien. Pero no tiene nada que la desmerezca. Es una película pochoclera pero que merece su lugar en nuestra agenda. Nada más y nada menos.
Todo pasa en el mediodía de Salamanca, en una hora y monedas, lo que lleva efectuar un acto con el Presidente de los Estados Unidos que será baleado a la vista de todos, seguido por una explosión que sugiere un atentado terrorista. Como es de esperar, nada es lo que parece en un principio. La historia se cuenta una y otra vez, a partir de un personaje distinto, aportando cada mirada una pista que faltaba en la explicación previa, logrando cerrar la comprensión del atentado en las escenas finales.
El guión pasa por la mirada de la televisión, a través de una directora de cámaras, salta a un guardaespaldas, luego a un turista, luego a un policía español, luego a un participante del atentado, luego al presidente. Idas y vueltas para retroceder la acción, y volver a contar, pero de otra manera.
Para los que le busquen la quinta pata al gato, no tardarán en darse cuenta que rara vez el Presidente de los Estados Unidos va a una ratonera como la que plantea el guión. Bien lo saben los vecinos de Mar del Plata que vieron copada la ciudad cuando George W. nos visitó hace unos años. Si usted no puede suspender la incredulidad para aceptar esa licencia, no vea esta película. Para los que acepten que a veces hay que dejar la realidad de lado para divertirse un poco, entonces “Puntos de vista” no desentona.
Hay un admirable trabajo de edición, uno de los pilares de la historia. Nos gustó mucho el trabajo de Forest Whitaker como un turista accidental y el breve momento de William Hurt, el líder del Gran País del Norte. El español Eduardo Noriega protagoniza uno de los personajes que aporta su visión para contar la historia.
En suma: sin volverse loco, pero sin vomitar.
Escenas destacadas: la explosión; el primer segmento visto desde el control de cámaras; la persecución de Whitaker tras el sospechoso; el choque en la autopista y el rescate de la niña.
CONSEJO: esperar al DVD.
sábado, marzo 15, 2008
frases "Lejos de ella"
-Me preguntó: ¿Crees que sería divertido casarnos?
-¿Y qué le contestó?
-Acepté. Nunca quise estar lejos de ella. Tenía la chispa de la vida.
Creo que estoy perdiendo la razón.
Cuando no lo veo, olvido lo que significa “amarillo". Pero puedo mirar otra vez.
No sé si lo que siento es el calor o mi imaginación.
La cosa es que la mitad del tiempo ando buscando algo que sé que es muy pertinente, pero no recuerdo qué es. Cuando se me va la idea, se me va todo.
Me la paso dando vueltas, preguntándome qué era tan importante. Creo que podría estar empezando a desaparecer.
-Y si hubiera un incendio en un cine y usted fuera la primera en darse cuenta. ¿Qué haría?
-Ya casi no vamos al cine.
-Los pacientes se mudan aquí cuando progresa su enfermedad.
-Qué interesante elección de palabras.
Treinta días no es mucho tiempo después de 44 años.
-No me gusta ese lugar.
-No creo que debamos buscar algo que nos guste, Grant. No creo que lo encontremos.
¿Cómo no ibas a ser parte de la época que viviste? Tantas chicas bonitas. Ninguna quería que la excluyeras. No estuviste tan mal, comparado con algunos de tus colegas.
Creo que la gente es demasiado exigente. Quieren estar enamorados todos los días.
“Vete ahora. Te amo. Vete ahora. Fiona”.
-¿Quién es Aubrey?
-Es él, Aubrey.
Eres muy persistente, ¿verdad?
Sería lindo ser de un país joven.
-¿Qué haces con Aubrey?
-El no me confunde.
-Es mala suerte.
-Es...la vida. No se le puede ganar a la vida.
Los enamorados no pueden decidir si deben irse o quedarse.
-La mantuvieron como estaba.
-¿Quiénes?
-La gente que vive aquí. Pero todo... Todo me lo recuerda.
-Supongo que nuestras vidas deben parecerle fáciles. Pasamos por la vida sin que demasiadas cosas salieran mal. Supongo que lo que sufrimos ahora, de viejos, realmente no cuenta. Eso debe pensar.
-¿Cómo sabría usted lo que pienso? La verdad es que prefiero ser la que se quedó que el que se fue. Apuesto a que no siempre fue un buen esposo. ¿Es verdad?
Dijo que se preguntaba si ella lo estaba castigando por algo. Tenía algo específico en mente, ¿verdad? ¿Sabe? Una ve muchas cosas en este trabajo. Una ve el fin de las cosas todo el día. Y casi siempre son los hombres quienes piensan que no mucho salió mal. Me pregunto si su esposa piensa eso.
-Yo también me lo pregunto.
Que a veces uno tiene que tomar la decisión de ser feliz. Decidirlo. Las cosas nunca son como uno esperaba. Nunca lo son, para nadie. Lo único que separa a un tipo de persona del otro es que algunos permanecen enojados y otros aceptan lo que les sucede. ¿Qué clase de persona eres tú?
Sería más fácil para mí si fingieras un poco. ¿Crees poder hacerlo?
-Pensé en usted el otro día. ¿Ya ve que en el cartel frente a la iglesia en Bradford ponen cosas de tipo bíblico? El otro día decía: "No es demasiado tarde para convertirte en lo que pudiste haber sido".
-No suena muy bíblico.
-Tal vez se estén volviendo creativos.
Pudiste haberte ido, pudiste haberte ido, sin importarte nada, abandonásteme. Me abandonáste. Abandonándome.
viernes, marzo 14, 2008
cuentas pendientes
LEJOS DE ELLA
“Lejos de ella” no es una película de enfermedad. Como en “Iris”, la protagonista declina por el Alzheimer. Pero el tema de la película no es la evolución de una enfermedad. Si en “Iris” el tema era la naturaleza del amor que perduraba cuando todo la estantería racional se viene abajo, en “Lejos de ella”, en cambio, el tema es la resolución de una cuenta pendiente. Con mucha sutileza y sin golpes bajos, el guión de la directora Sarah Polley (¿se acuerdan de la actriz de “La vida secreta de las palabras” y “La vida sin mí”?) adaptando el cuento de Alice Munro, sugiere el tema, sin alertarnos demasiado. Sólo al final, con la última escena, y reuniendo algunos fragmentos dispersos, comprendemos que lo que menos le interesa a la directora-guionista es contar la decrepitud de una persona por una enfermedad neurodegenerativa, sino el intento de un personaje, cerca del final de su vida, de ser perdonado por aquel que más ama.
Grant y Fiona son un matrimonio maduro que afronta una crisis final. Fiona está mostrando los primeros síntomas del Alhzeimer. Aún se mantiene conciente. Pero hay señales de que la enfermedad avanza (una sartén guardada en la heladera, un extravío). Grant se encuentra ante la decisión que no hubiera querido tomar nunca: está ante la etapa de la internación de su amada. Finalmente, de común acuerdo, aceptan hacerlo. Pero la internación tiene una condición: por un mes, Fiona no podrá verlo, política interna de la clínica, para facilitar la adaptación de paciente.
Con el corazón partido, Grant espera el mes y asiste, a primera hora, a verla. Pero comprueba, con mucho dolor, que Fiona lo ha olvidado y, no sólo eso, tomó como novio, a un interno del lugar, posiblemente un amigo de su juventud.
Ese es el conflicto de la película: el esfuerzo de Grant para que Fiona vuelva a amarlo. Y esa es la clave de la trama. Grant sospecha que Fiona le está pasando, de alguna manera no consciente, una factura. Intuye que no todo es producto de la enfermedad y que ella lo hace pagar viejos pecados.
Para plantear este interrogante del personaje, el guión de Sarah Polley recurre a insinuaciones, a diálogos entrecortados, a flashback o a olvidos que estratégicamente revelan algún dato. No en vano, Fiona le recuerda a Grant, camino a la clínica, un desliz de juventud de su marido. Y la charla de la enfermera con Grant, revela esa dirección del guión: lo que un hombre ha olvidado, repercute aún en el alma de una mujer que ha simulado olvidar pero sin perdonar. Esa sutileza del guión hace auténticamente notable a esta muy buena película.
“Lejos de ella” gira alrededor de las figuras femeninas. Principalmente en Julie Christie, de la cual uno sólo puede decir: “¡Qué bella mujer! ¡Qué gran actriz!”. Christie nos regala una interpretación muy medida, en el tono justo para captar la emoción, la desorientación de un personaje que ve perderse sus referencias espacio-temporales, pero que muestra, aún en la noche, signos de su distinción.
Una nota balística: Christie ha llegado a alcanzar esa etapa de belleza que sólo logran pocas mujeres en su madurez. Es cierta fosforescencia que ilumina el rostro, un aliento vital indestructible al paso del tiempo. Cada arruga, cada marca, cada surco se transforma, en ese estado, en otro rasgo de belleza. No es nada más ni nada menos que un alma brillando en su plenitud. Cuando tengamos que poner como ejemplo a toda una dama, no duden en poner de ejemplo a Julie Christie.
La otra gran actuación femenina es la de la Kristen Thomson, la enferma Kristy, un personaje fundamental para revelar las acciones de Grant. Otra actuación sin desbordes y fundamental para un historia que se sostiene en sus personajes.
Lo de Gordon Pinsent como Grant, sin ser malo, está un escalón por detrás, con menos variantes que lo que muestra su coprotagonista. Una mención aparte para Olimpia Dukakis en un personaje que contrabalancea con la pareja central. El personaje de Marian representa aquello que pudo ser Fiona, la mujer que se esconde en su resentimiento, en su frustración y que siente (no sin razón) que su marido se ha escudado en una enfermedad mental para abandonarla. Con ser pequeño, este rol agrega un elemento a la trama principal. Fiona pudo ser esa mujer; puede serlo todavía, si no encuentra (en los laberintos de su enfermedad), el camino para perdonar. También Grant pudo ser como el marido de Marion: pero apostó, pese a todo, a no dejarla, a esperarla, a compensar una infidelidad que quedó en el pasado, pero duele aún ahora.
Los que disfruten de rastrear estos síntomas en la trama, valoraran mucho esta película. Para otros podrá ser una película depresiva o la historia de una enfermedad. Pero no se trata de eso y, en ningún momento, se plantea ninguna escena para provocar el llanto del espectador.
Hay un acertada dirección de fotografía de Luc Montpellier, componiendo interiores cálidos que contrastan con exteriores nevados. El clima actúa como subrayado de las sensaciones de desamparo que enfrentan los personajes.
Escenas destacadas: la internación de Fiona; el reencuentro de Grant con Fiona, un mes después; el diálogo final entre Fiona y Grant; la charla entre Fiona y Kristy, fuera de la clínica; el diálogo de Grant con la joven que viene de visita y lo confunde con un interno.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: se puede esperar al DVD, pero es una muy buena opción en cine.
miércoles, marzo 12, 2008
el monstruo interior
PROMESAS DEL ESTE
Es inevitable comparar a “Promesas del este” con el anterior filme de David Cronenberg, “Una historia violenta” porque se encuentran varias coincidencias temáticas. En primer lugar, el actor es el mismo, Viggo Mortensen, en ambos casos desarrollando un personaje muy violento que elabora su agresividad internamente, tras una aparente máscara de inexpresividad. Otra coincidencia es que la película presenta unas cuantas escenas de violencia, casi documentales, no coreográficas, con una altísima dosis de agresión. Nótese que el cine anestesió la percepción de la violencia del espectador. Pero Cronenberg logra conmovernos porque intercala esas escenas crudas, en medio de una trama “civilizada”, entremezcladas en la rutina diaria de los personajes. Una tercera coincidencia es que Cronenberg describe monstruos, monstruos psicológicos, monstruos que están presos dentro de la piel de uno mismo. Y esos monstruos son conscientes de su nivel de monstruosidad. Esa es la dimensión más perversa del protagonista.
Si hasta allí están las coincidencias, “Promesas del este” difiere en la actitud del personaje. En “Una historia violenta”, el protagonista elegía quedarse del lado de la luz, pese a que el pasado venía a buscarlo. Si lo asiste su lado oscuro, es para atar los cabos sueltos del pasado y resolver su vida antes de regresar a su familia. En “Promesas…” el personaje elige quedarse en la noche. Sabe que no hay retorno para él, que es una utopía soñar con una vida normal. Anna es tan deseada como inalcanzable. Su pertenencia a la noche es tan definitiva como la tinta de los tatuajes del personaje.
Los malos de “Promesas del este” son villanos demodé, monstruos de cliché, malvados que nadie teme. Son estereotipos, violentos y asesinos, pero dentro de su ghetto. Por eso gente como Anna puede señalarlos en la calle y molestarlos. Esos mafiosos son caricaturas de un villano. Los símbolos (los tatuajes, los trajes, la existencia de un código) son anacronismos de una época pasada. Es como el “Ochichornia” cantado en el centenario de la viejita rusa. Antiguallas de un tiempo pasado. Ese cliché en desuso vuelve más patética y dramática la decisión de Kirill, la de elegir el lado de la sombra, más por descarte y carencias propias que por conveniencia.
“Promesas del este” se sostiene en otra muy buena actuación de Viggo Mortensen y el correcto acompañamiento del resto del elenco (¡qué bien que llena los jeans Naomi Watts!). Hay aciertos de la dirección de arte, vestuario y escenografía, para dar el tono lóbrego y decadente de los ambientes de la mafia rusa.
En suma, un filme que debe ser como una variación del tema del monstruo interior que Cronenberg empezara a describir en “Una historia violenta” y llega al borde de la caricatura en “Promesas del este”. Para no dejar pasar.
Escenas destacadas: el primer encuentro entre Kirill y Anna, cuando ella estaciona la moto en la puerta del restaurante; la lucha a muerte en el baño turco; el diálogo en la cocina entre Kirill y Semyon; la escena en la casa de citas con la prostituta de ojos tristes.
Frases:
¡Toma la maldita daga y termina con este ruso!
-Lo encontré en la cartera de la chica que murió en mi sala.
-¿Siempre le robas a los cadáveres?
-En realidad, sí. Todos lo hacemos. Es una de las ventajas de trabajar en el hospital.
Yo soy chofer. Voy a la izquierda, a la derecha, sigo adelante. Eso es todo.
En las prisiones rusas, la historia de tu vida se escribe en el cuerpo, con tatuajes. Si no tienes tatuajes, no existes.
Juegas con el príncipe, pero haces negocios con el rey.
-Nunca nieva aquí. Nunca hace calor. Londres es ciudad de rameras y maricas. Creo que se debe culpar a Londres por lo que él es.
-¿Por qué no vuelve a casa?
-El frío me cala los huesos. Y la KGB me está esperando.
-FSB. Ahora le dicen FSB.
-Como sea que los llamen, son peores que la KGB.
¿De quién es la fiesta? ¿Del ángel de la muerte?
Ve a la bodega, Kirill. Y hazlo con calma.
Sólo existe un código, el código de “Vory v Zakone”... Por eso hay un lugar vacío sobre tu corazón...
Ahora eres el jefe. Eres el jefe. Somos socios.
¿Cómo puedo ser rey, si el rey sigue en su sitio?
CONSEJO: ir a verla. Se puede esperar al DVD.
domingo, marzo 09, 2008
el ciudadano Plainview
PETRÓLEO SANGRIENTO
Se ha relacionado a “Petróleo sangriento” con el clásico de Orson Welles,“El ciudadano”, una descripción del hombre de negocios americano. Disentimos: Daniel Plainview es más un retrato individual que un arquetipo social. Es la descripción de un hombre y no de un modelo. La imagen con crueles matices de uno de los más perversos caracteres que nos haya dado el cine en los últimos tiempos, un tipo que acumuló tanta frustración, tanto odio, tanta bronca, que no sabe para dónde dispararla.
Plainview puede triunfar en sus negocios y establecer un imperio con su nombre. Pero no sabe qué hacer con su dinero. Su única meta, su única necesidad dramática, es que los demás no triunfen. Su satisfacción es la derrota de los otros.
Extrayendo el hidrocarburo de las áridas tierras del oeste norteamericano, desgasta sus años en las arenas calientes, en los peligros de la perforación, en la viscosidad del petróleo que degrada lo que toca. Su vida se gasta en las luchas por el control de la tierra. Sólo perfora pozos, sólo extrae petróleo. Los demás condimentos de una vida, están ausentes en Daniel Plainview. Y su maldad, su egocéntrica maldad, logra contaminar el negro líquido y todo aquello que toque.
Plainview ha instaurado una lucha personal (la única, al fin y al cabo) con un pastor tan inmoral como él, un religioso que vende a Dios, como Plainview vende petróleo. Esa es la confrontación dramática que atraviesa las dos horas y cuarenta largas de película, la batalla subterránea que define la supervivencia de Plainview, definida en una feroz escena final.
“Petróleo sangriento” es una monumental película, tan dura y seca como el paisaje en que se enmarca la historia. No es un filme fácil, ni una trama que se digiera sin paciencia. Pero es concienzuda la descripción del perfil de una personalidad sociópata con fuertes contrastes.
El guión de Paul Thomas Anderson (inspirándose en la novela de Upton Sinclair) es brillante. El que espere encontrar el diálogo fluido y atestado de palabras de “Boogie Nights” o “Magnolia” que busque otra película. No es que falten diálogos (Plainview se sostiene en su discurso). Pero las sutilezas de la trama se encuentran en otros detalles, en el paisaje, la interpretación o el tono de los parlamentos, para poner de ejemplos.
Desde ya, Daniel Plainview necesita de la excepcional actuación de Daniel Day-Lewis quien no tiene una escena que no sea grandiosa. Lo suyo es de un nivel superlativo, regalándonos otro personaje antológico como su anterior Bill, el Carnicero. Desde la mirada, el tono de sus palabras, la composición física, Lewis construye un personaje que nos causa escalofríos al verlo. Cuando escuchamos sus parlamentos, adivinamos el discurrir de sus pensamientos que operan detrás, el maquinar constante esperando asestar el golpe definitivo, acechando, siempre acechando. Su composición agota los adjetivos.
Y frente a Daniel Day-Lewis hay otra actuación excepcional que, lejos de opacarse, se magnifica por su contraparte. Es la actuación de Paul Dano (“Pequeña Señorita Sunshine”) como el pastor Eli Sunday. Encarna otro personaje de un nivel de inmoralidad distinto al de Plainview, pero no menos nocivo.
Ambos personajes representan los rasgos característicos del votante promedio de Bush. Uno engaña con la superstición; el otro con la codicia. El fundamentalismo religioso y el capitalismo salvaje. La confrontación de principios de siglo XX, hoy reunida en una alianza nefasta para el mundo.
La fotografía de Robert Elswit es otro pilar fundamental, capaz de traducir la oscuridad de los personajes, en una mañana de sol sin nubes. La paleta de colores del filme nos transmite la textura áspera, los tonos pastosos y secos, la sensación de agobio, de sequía, del polvo terroso secando la garganta. Retorna, desde la pantalla, un aire de epopeya a la obsesión de Plainview.
Escenas destacadas: la presentación del personaje de Plainview, con las complicaciones de su primera perforación; la muerte del hermano de Plainview; la charla final entre Plainview y su hijo; la última escena del filme, con el enfrentamiento de Plainview y el pastor; el bautismo de Plainview; la explosión del pozo.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: ir a verla. Público pochoclero: siga de largo.
martes, marzo 04, 2008
se vino a pique
COMETAS EN EL CIELO
Usted puede tener una buena idea inicial y una gran historia para contar. La manera en que la cuente es lo que diferencia la obra maestra de un bodriazo. Algunos dicen que Dios está en los detalles; habrá que decir, que los grandes guionistas se develan en la forma que se desarrollan las escenas. David Benioff adapta la novela de Khaled Hosseini sin agregarle una cuota de brillante. Y lo que podría haber sido una muy buena historia, se transforma en un melodrama con extorsiones sentimentales, con personajes sin dimensión y con una mirada tan elemental del Afganistán talibán que no deja margen para pensar. “Cometas en el cielo” es un filme fallido que daba mucho más que la película previsible e inverosímil que terminó siendo.
“Cometas en el cielo” es la historia de Amir, un chico afgano de una familia comprometida políticamente, que tiene como amigo a Hassan, el hijo de su sirviente. La mamá de Amir murió cuando él nació y Amir siente que el padre lo culpa de ese deceso. El padre está decepcionado por su hijo: no lo ve defenderse; su amigo Hassan lo hace por él. Y teme que quién no sepa defenderse, jamás podrá sostener una posición en su vida.
El destino pone a Amir ante una prueba de fuego, un momento en que debe defender a Hassan de una cruel agresión. Y Amir falla en la prueba. Esa falta condiciona su futuro y pone en suspenso la amistad con Hassan.
Afganistán sigue su propio curso y la familia de Amir se exilia en Estados Unidos. Esa falla de juventud parece quedar atrás. Amir se vuelve un escritor y se casa. Y en ese momento, el pasado vuelve, a darle otra oportunidad: un momento para ser bueno.
En “Expiación, deseo y pecado” veíamos que la falla de una joven arruina, definitivamente, la vida de todos. En “Cometas en el cielo”, la falta intenta ser compensada años después. Hay en las dos historias, una observación sobre el peso de las decisiones y cómo la vida no suele dar segundas chances. Fallar significa fracasar definitivamente.
El problema con el guión de “Cometas en el cielo” es que le falta sutileza y profundidad dramática. El regreso de Amir a Afganistán no deja de ser muy irreal. El enfrentamiento con el talibán, muy endeble. Parece poco probable la facilidad con la que sale vivo del encierro de un régimen autoritario. No contribuye, tampoco, la descripción con pocos matices de los talibanes. ¿Cómo la locura llegó a un país? ¿De dónde vino tanta insanía? No estaba mal haber examinado ese entorno, en el viaje de regreso del protagonista. Amir no sólo iba a corregir su pasado: también a entender el pasado de su patria y su gente. (El autoritarismo del General, su suegro, no es muy distinto del delirio talibán; el huevo de la serpiente estaba ahí, en el alma del pueblo afgano, invadido y en guerra, durante siglos).
Esas son las fallas de una película con un elenco correcto, pero que poco puede hacer para levantar temperatura a las obviedades del guión.
Escenas destacadas: la competencia de barriletes; la escena de la agresión a Hassan; la escena final, remotando barriletes, con el hijo de Hassan.
Frases:
Ahora hay un modo de ser bueno de nuevo…
Por ti, ¡mil veces!
Soñé que mi hijo crecería para ser una buena persona. Soñé que algún día retornarías a la tierra de nuestra infancia. Soñé que crecerían en las calles otra vez… ¡y que los barriletes volarían por el cielo!
CONSEJO: dejar pasar.
sábado, marzo 01, 2008
diosa con panza
JUNO
Paulie Bleeker sale de su casa, con sus shorcitos amarillos, sus piernas tan largas como blancas, una vincha ridícula desentonando con el uniforme deportivo del colegio, para iniciar el entrenamiento del día. Y se encuentra, en la puerta con Juno MacGuff, sentada en un sillón con una alfombra con un tigre dibujado a sus pies, mordisqueando una pipa. Sólo verla arquear la ceja y uno puede imaginarse un futuro con ella, por el resto de su vida. Esa es la protagonista de esta muy buena comedia, Juno, una chica que tiene conciencia de cuán terrible puede ser el mundo que está afrontando en una temporada particularmente difícil.
Paulie (el adolescente con cara de pavo) es el responsable de que esté embarazada. Pero no se puede echar toda la culpa al joven, porque Juno ha sido la que tomó las riendas del asunto (de alguna manera hay que decirle) y decidió tener relaciones sexuales pese a que, en el mismo momento, estaban dando “La Bruja Blair” por televisión. Así que la señorita asume su responsabilidad y tras salir espantada de una agencia de abortos, decide tener el niño y darlo en adopción.
Tema más utilizado que el de la joven adolescente embarazada no debe haber en el actual estado del cine. Sin embargo, el brillante guión de Diablo Cody (primer guión de la ex bailarina desnudista) logra dar una vuelta de tuerca, pegándonos en el corazón. “Juno” no es la comedia de un gag atrás del otro, de reírse sin solución de continuidad. Todo lo contrario. Nos reímos y nos emocionamos de igual modo. Porque la protagonista tiene una cierta conciencia de lo mal que puede ir el mundo y que las cosas son complicadas, pero no tanto como podría suponerse.
El guión de Diablo Cody tiene varios cómplices para elevarlo al nivel de excelencia. Uno es la dirección de Jason Reitman, a quien valoramos en “Gracias por fumar”. Pero el aporte principalísimo es contar con Ellen Page en el elenco, la chica que tras llamarnos la atención en “Hard Candy”, compone un personaje memorable en “Juno”. Su interpretación nos da todos los matices que tiene la protagonista, esa respuesta mordaz acompañada de una mirada eclipsada por una lágrima que cambia totalmente el sentido de lo dicho. Esa sutileza del personaje está impecablemente percibido y expresado por Ellen Page, una actriz para seguir de cerca (desde ya, favorita de esta página).
No hay actor del elenco que sobre. Jennifer Garner hace un delicioso papel, en la mujer perfecta que va a tomar la adopción, mientras su relación de pareja se está desmoronando sin que se dé cuenta. Los momentos de Ellen Page con su padre (J.K. Simmons, el forense de “Ley y Orden”) son para guardar y los diálogos con su amiga Leah (Olivia Thirlby) de colección.
En suma, “Juno” tiene todos los condimentos de una muy buena película, de esas historias y personajes para amar y añorar por mucho tiempo.
Escenas destacadas: la presentación de títulos; la escena en que Juno le dice a sus padres que está embarazada; el encuentro con los futuros padres adoptivos; el diálogo de Paulie y Juno, cuando ella le declara su amor; el diálogo de Juno con su padre, cuando Juno vuelve perdiendo su fe en la humanidad.
Las mejores frases:
Empezó con un asiento.
Creo que el primero salió defectuoso. El símbolo de positivo parecía como de división, así que no estoy convencida.
-Me hice tres pruebas de embarazo y estoy más que segura.
-¿Cómo juntaste tanto pis para hacer tres pruebas? No es normal.
-¿Por qué tus shorts están especialmente dorados hoy?
-Mi mamá usa acondicionador para el color.
-Salúdame a Carol.
-Bueno, siento haber tenido sexo contigo. Sé que no fue tu idea.
-¿De quién fue?
-Nos vemos en la escuela, ¿ok?
-¿De quién fue la idea?
Hola, sólo llamo para pedir un aborto express.
¡Oh! Odio cuando usan la palabra "sexualmente activa". ¿Qué demonios significa? ¿Que puedo desactivarme algún día o es un tipo de estado permanente?
-Juno, de casualidad... ¿vomitaste en mi urna? Mac, ¿ves esa urna en la entrada, la que conseguí en Stillwater? Había una mierda azul... quiero decir, porquería, ahí adentro, hoy en la mañana.
-Yo nunca vomitaría en tu urna, Brenda.
-A tu bebé posiblemente ya le late el corazón, ¿sabías? Puede sentir dolor. Y tienen uñas.
-¿Uñas? ¿De veras?
-Bienvenida a "Mujeres Ahora", donde las mujeres son amigas de confianza. Por favor, pon las manos donde pueda verlas y entrega cualquier bomba.
-Digo que ¿quien es el padre, Juno?
-Es Paulie Bleeker.
-¿Paulie Bleeker?
-¿Qué?
-No pensaba que pudiera hacerlo...
-¿Verdad que no?
-No hay de que reírse.
-Creía que eras el tipo de niña que sabía cuando decir cuando.
-No sé realmente que clase de niña soy.
-Dímelo de frente, Bren. ¿Crees que es mi culpa?
-Creo que los niños se aburren y tienen sexo.
-¿Lo veías venir cuando nos sentó aquí?
-Esperaba que la hubieran expulsado o que estuviera fumando crack.
-Sí, en eso pensé al principio también. O que manejó borracha. Todo menos esto. Le voy a patear los huevos a ese Bleeker cuando lo vea.
-Mac, vamos, sabes que no fue su idea.
Gracias por recibirnos a mí y a mi irresponsable hija en su casa.
Bueno, no apenas tenga a esta cosa lo saco y lo entrego.
¿No podemos hacerlo a la antigua? Meto al bebé en una canasta y se los mando. Como a Moisés en los pastizales.
Digo, no quiero vender esta cosa, sólo... quiero... sólo quiero que el bebé esté con personas que lo amen y que sean buenos padres, ¿saben?
-Vanessa me dio mi propio cuarto para todas mis cosas.
-¡Guau! ¿Te dio una habitación en toda la casa para guardar tus cosas? Saliste ganando con ella, Mark.
-En el '93. El mejor momento del Rock & Roll.
-Para nada, ¡'77!
-¿Estás...?
-¡Punk Volume N° 1!
-Estás loca.
-No estabas ahí. No puedes entender la magia.
-¡Tú ni siquiera estabas viva!
Oigan, si pudiera sólo tener a esta cosa y dársela ahora, de verdad que lo haría... Pero creo que el bebé se vería como un bicho. Tendremos que esperar a que se ponga bonito, ¿no?
Es increíble que haya cursis que lloran cuando ven esto. ¿Qué? No estoy hecha de piedra.
-¿Cuál es su trabajo exactamente?
-Soy una técnico de ultrasonido, señora.
-Bueno, yo soy una técnico de uñas y creo que las dos nos debemos limitar a lo que sabemos.
-¿Perdón?
-¿Cree que es tan especial porque juega a sacar fotos de bebés ahí? Mi hija de 5 años lo puede hacer, y déjeme decirle que no es la más brillante. Así que ¿por qué no regresa a la escuela para aprender algo de verdad?
Deberían haber ido a China. Oí que dan niños como si fueran iPods gratis. Los ponen en esos cañones y los disparan en los eventos deportivos.
No siento nada. No se está moviendo conmigo.
Hola bebé. Soy yo, es Vanessa... No aguanto las ganas de conocerte. ¿Me oyes, bebé?
-Si... bueno. Sólo lleva a Sopitas a la graduación. Puedo pensar en mejores cosas que hacer esa noche. Quizá me tallaré los pies con piedra pómez o iré a la Iglesia Unitaria de Brenís, Tal vez me atropelle un camión de basura. Todo eso sería mil veces mejor que ir a la fiesta contigo.
-Estás siendo realmente inmadura. No tienes razón para enojarte conmigo. Me rompiste el corazón. Debería estar súper enojado. Yo soy el que ya no querría hablar contigo.
-¿Por qué? ¿Por qué estaba aburrida y tuve sexo contigo, y después no quise, como, casarme o algo?
-¡Cómo si me fuera a casar contigo! Serías la esposa más malvada. Y sé que no estabas aburrida ese día, porque habían muchas cosas en la tele. Iban a pasar "El Proyecto de la Bruja Blair" y decías: "No la he visto desde que salió, pero deberíamos tener sexo en vez de verla. Bla, bla, bla".
-Todavía tengo tu ropa interior.
-¡Todavía tengo tu virginidad!
Todos los libros dicen lo mismo: una mujer se vueelve madre cuando está embarazada; un hombre se vuelve padre, sólo cuando ve al bebé.
-Hola, papá.
-Hola, versión acolchonada de Juno. ¿Dónde estabas?
-Lidiando con cosas mucho más allá de mi nivel de madurez.
-¿Qué te molesta?
-Sólo es que... como que... estoy perdiendo mi fe en la humanidad...
-¿Puedes ser más concreta?
-Yo solo me pregunto si dos personas pueden permanecer juntas para siempre.
No soy el mejor ejemplo del mundo, lo sé, pero... llevo con tu madrastra 10 años y, no sé... estoy orgulloso de decir que somos muy felices. Mira, en mi opinión, lo mejor que puedes hacer es buscar a la persona que te ame por lo que eres. Tengas buen humor, mal humor, seas fea, bonita, guapa. Lo que seas. La persona indicada siempre va a creer que el sol sale de tu culo. Esa es la clase de persona con la que vale la pena quedarse.
-Sí. Creo que ya encontré a esa persona.
-Claro que la encontraste. ¡Esa persona es tu papá!
¿Fuiste tú la que pusiste como 100 cajitas de Tic Tac en mi buzón?
-Porque eres, como, la persona más increíble que he conocido y ni siquiera tienes que esforzarte para serlo.
-Me esfuerzo mucho, de hecho.
-Eres, como, inteligente por naturaleza. No eres como todos los demás. No te quedas viendo mi panza todo el tiempo. Me ves a la cara. Y cada vez que te veo... el bebé empieza a patear súper fuerte.
-¿De veras?
-Creo que es porque mi corazón empieza a agitarse cada vez que te veo.
-El mío también.
-Bueno, es todo lo que podría pedir. Eres de oro, hombre. ¿Podemos besarnos ahora?
-Pá, o me acabo de orinar en los pantalones, o...
-¿O...?
-¡Thundercats, vamos!
Algún día regresarás aquí, cariño. Y será en tus propios términos.
-¿Cómo me veo?
-Como una nueva mamá. Asustada hasta los huesos.
"Vanessa, si todavía quieres, yo también. Juno".
Terminó con un asiento.
CONSEJO: ir a verla.
El video con los títulos de presentación de la película, del mismo equipo de “Gracias por fumar”, con el tema “All I want you” de Barry Louis Polisar:
Y la canción que cierra títulos, cantada por Elle Page y Michael Cerra, “Anyone else but you”: