miércoles, marzo 12, 2008
el monstruo interior
PROMESAS DEL ESTE
Es inevitable comparar a “Promesas del este” con el anterior filme de David Cronenberg, “Una historia violenta” porque se encuentran varias coincidencias temáticas. En primer lugar, el actor es el mismo, Viggo Mortensen, en ambos casos desarrollando un personaje muy violento que elabora su agresividad internamente, tras una aparente máscara de inexpresividad. Otra coincidencia es que la película presenta unas cuantas escenas de violencia, casi documentales, no coreográficas, con una altísima dosis de agresión. Nótese que el cine anestesió la percepción de la violencia del espectador. Pero Cronenberg logra conmovernos porque intercala esas escenas crudas, en medio de una trama “civilizada”, entremezcladas en la rutina diaria de los personajes. Una tercera coincidencia es que Cronenberg describe monstruos, monstruos psicológicos, monstruos que están presos dentro de la piel de uno mismo. Y esos monstruos son conscientes de su nivel de monstruosidad. Esa es la dimensión más perversa del protagonista.
Si hasta allí están las coincidencias, “Promesas del este” difiere en la actitud del personaje. En “Una historia violenta”, el protagonista elegía quedarse del lado de la luz, pese a que el pasado venía a buscarlo. Si lo asiste su lado oscuro, es para atar los cabos sueltos del pasado y resolver su vida antes de regresar a su familia. En “Promesas…” el personaje elige quedarse en la noche. Sabe que no hay retorno para él, que es una utopía soñar con una vida normal. Anna es tan deseada como inalcanzable. Su pertenencia a la noche es tan definitiva como la tinta de los tatuajes del personaje.
Los malos de “Promesas del este” son villanos demodé, monstruos de cliché, malvados que nadie teme. Son estereotipos, violentos y asesinos, pero dentro de su ghetto. Por eso gente como Anna puede señalarlos en la calle y molestarlos. Esos mafiosos son caricaturas de un villano. Los símbolos (los tatuajes, los trajes, la existencia de un código) son anacronismos de una época pasada. Es como el “Ochichornia” cantado en el centenario de la viejita rusa. Antiguallas de un tiempo pasado. Ese cliché en desuso vuelve más patética y dramática la decisión de Kirill, la de elegir el lado de la sombra, más por descarte y carencias propias que por conveniencia.
“Promesas del este” se sostiene en otra muy buena actuación de Viggo Mortensen y el correcto acompañamiento del resto del elenco (¡qué bien que llena los jeans Naomi Watts!). Hay aciertos de la dirección de arte, vestuario y escenografía, para dar el tono lóbrego y decadente de los ambientes de la mafia rusa.
En suma, un filme que debe ser como una variación del tema del monstruo interior que Cronenberg empezara a describir en “Una historia violenta” y llega al borde de la caricatura en “Promesas del este”. Para no dejar pasar.
Escenas destacadas: el primer encuentro entre Kirill y Anna, cuando ella estaciona la moto en la puerta del restaurante; la lucha a muerte en el baño turco; el diálogo en la cocina entre Kirill y Semyon; la escena en la casa de citas con la prostituta de ojos tristes.
Frases:
¡Toma la maldita daga y termina con este ruso!
-Lo encontré en la cartera de la chica que murió en mi sala.
-¿Siempre le robas a los cadáveres?
-En realidad, sí. Todos lo hacemos. Es una de las ventajas de trabajar en el hospital.
Yo soy chofer. Voy a la izquierda, a la derecha, sigo adelante. Eso es todo.
En las prisiones rusas, la historia de tu vida se escribe en el cuerpo, con tatuajes. Si no tienes tatuajes, no existes.
Juegas con el príncipe, pero haces negocios con el rey.
-Nunca nieva aquí. Nunca hace calor. Londres es ciudad de rameras y maricas. Creo que se debe culpar a Londres por lo que él es.
-¿Por qué no vuelve a casa?
-El frío me cala los huesos. Y la KGB me está esperando.
-FSB. Ahora le dicen FSB.
-Como sea que los llamen, son peores que la KGB.
¿De quién es la fiesta? ¿Del ángel de la muerte?
Ve a la bodega, Kirill. Y hazlo con calma.
Sólo existe un código, el código de “Vory v Zakone”... Por eso hay un lugar vacío sobre tu corazón...
Ahora eres el jefe. Eres el jefe. Somos socios.
¿Cómo puedo ser rey, si el rey sigue en su sitio?
CONSEJO: ir a verla. Se puede esperar al DVD.
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