miércoles, noviembre 29, 2006
cortesanos
TODOS LOS HOMBRES DEL REY
“Claro que tendremos fascismo en Estados Unidos, ¡pero lo llamaremos democracia!”Hay dos historias en “Todos los hombres del rey”: la historia de Willie Stark, el gobernador populista de Louisiana y la historia del desencantado periodista, testigo de su ascenso y caída, Jack Burden. La primera historia es la transformación de un candidato del pueblo en un autócrata corrupto; la otra, puede ser la del representante de una clase social acomodada que teme ver perder sus privilegios. Esta versión de “Todos los hombres del rey” amaga con hacer pie en la gran historia política que tiene como protagonista a Willie Stark (Sean Penn). Lamentablemente, el filme de Steven Zaillian se pierde en el melodrama desteñido de Jack Burden y la película se hunde, al punto de dejar pedaleando en el aire a Sean Penn. En el medio, se adivina la gran historia que pudo ser. Tal vez por eso, sea mayor la decepción.
HUEY LONG
“Todos los hombres del rey” se basa en la novela de Robert Penn Warren (premio Pulitzer) que ya produjo una versión fílmica anterior, en 1949, con Broderick Crawford. Si bien su autor negó toda relación, Willie Stark no es otro que Huey Long, gobernador y senador de Louisiana que manejó los hilos políticos del Estado desde 1928 hasta su asesinato en 1935, cuando su figura ya había tomado tal dimensión que podía desafiar al propio Franklin Delano Roosevelt. Long fue el Juan Domingo Perón de Louisiana, con todos los claroscuros que sugiere el filme. Bajo su gobierno, duplicó la cantidad de kilómetros pavimentados, construyó más de una centena de puentes (dos, llevan aún hoy su nombre), construyó un hospital, impuso un programa de provisión gratuita de libros para todos los escolares del Estado, se enfrentó a la Standard Oil y rompió con Roosevelt cuando vio que su gobierno no planeaba redistribuir drásticamente la riqueza de la nación. También vapuleó a la oposición, a la que compró o apretó, según las circunstancias y su administración estuvo fuertemente manchada por los actos de corrupción. Las balas del yerno del Juez B. H. Pavy culminaron con su ascendente trayectoria política, en el lobby del Capitolio de Baton Rouge (algunos aseguran que también recibió algún disparo perdido de su guardaespalda). Su hermano, su esposa, su hijo continuaron dominando el tablero político del Estado, durante muchos años después de su muerte. Su slogan de campaña (y también un tema musical de su autoría) era “Cada hombre es un rey, pero ninguno usa corona”.
Esa era la gran historia a contar: cómo un hombre idealista se corrompe con el poder. O, tal vez, como es necesario corromperse en el poder para lograr algún cambio en la sociedad. O, más aún: no hay modo de ejercer el poder sin mancharse en el ejercicio del cargo. Esa historia convertía a Sean Penn en la figura exclusiva y a Jude Law, el periodista a su lado, en un cronista de la degradación. Lo que no queda muy en claro es cuál es la relación que une a ambos personajes. ¿Amor, odio, admiración, simple conveniencia?
De elegir, me hubiera gustado que el desencantado Jack Burden, testigo de tantos candidatos que pasaron por el sillón de gobernador para que nada cambie, se convirtiera a la pasión del cambio de Stark. No es que sea un fanático: ve que es tan corrupto como los otros. Pero también observa que Stark abre una puerta, una posibilidad, para integrar a la gran masa paupérrima del Estado, como ningún otro antes. “¿Y si fuera posible?” se pregunta Jack “¿Y si efectivamente es mejor alguien que haga algo, aunque no sea perfecto?”. La caída lo llevará a un desengaño más profundo: ni siquiera estos outsiders pueden alterar la sólida estructura de clases. No es por ahí el cambio. Son sólo otros recursos para mantener el status quo.
Bueno, “Todos los hombres del rey” sigue por otro camino. Abandona a Stark y empieza a contar una historia menos importante, la relación de Jack con los Stanton: Adam y Anne. Éste es el tramo en que el guión de Steve Zaillian cae en el relato en off, síntoma de que algo no funciona. Efectivamente, hay tantas idas y venida, que esta parte de la película desaprovecha, no sólo a Sean Penn, sino a Kate Winslet y Mark Ruffalo, meras anécdotas en la historia. Sólo Anthony Hopkins salva, con mucha dignidad, sus parlamentos.
Escenas destacadas: el discurso de Stark, rompiendo con Tiny Duffy (James “Soprano” Gandolfini); el discurso de Stark inaugurando el hospital; el asesinato de Stark sobre el escudo del Estado. Frases: “Ellos los engañaron mil veces, como me engañaron a mí. Pero esta vez, yo engañaré a alguien. Estoy en carrera. Soy mi dueño y quiero sangre. ¡Escúchenme, campesinos! ¡Levanten los ojos y miren la bendición del Señor, soplando la verdad! ¡Esta es la verdad! Eres un campesino. Nadie ayudó nunca a un campesino, salvo un campesino. ¡Escúchenme, escúchenme! Iban a utilizarme para dividir el voto. Pero estoy aquí, erguido en mis patas traseras. Incluso un perro puede aprender eso. ¿Están erguidos en sus piernas? ¿Lo han aprendido? ¡Aquí está, campesino! ¡Clavemos a cualquiera que nos quiera de otra forma! ¡Clavemos a Joe Harrison! ¡Clavemos a McMurphy! Sino lo entregan, denme un martillo y yo mismo los clavaré. ¡Quiero cortarles las gargantas, de oreja a oreja!”
“¿Cuál es mi debilidad?”, “No puedes ver algo que está roto, sin tratar de arreglarlo”, “¿Por qué es una debilidad? ¿Por qué?”, “Porque te hace hacer las cosas que no quieres hacer”; “La vida está llena de putas en patines”; “Recuerden, no soy yo quien ha ganado, sino tú. Tu deseo es mi fuerza. Tu necesidad, mi justicia. Y viviré a tu derecha y a tu deseo. Y si cualquier hombre trata de detenerme antes que cumpla con tu derecho y tu deseo, lo quebraré, lo quebraré con mis propias manos, porque tengo la fuerza de muchos”.
CONSEJO: esperar al video.
lunes, noviembre 27, 2006
grossa la viejita!
¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!
Claro ejemplo de comedia fallida. Juntar un muy buen elenco (Maggie Smith, Rowan Atkinson, Kristin Scott Thomas, Patrick Swayzee, entre otros) y una idea original más que apta para una comedia de negrísimo humor, no garantiza el éxito. Por algún motivo, la película renguea y queda a un discretísimo mitad de camino.
¿En qué falla el guión de Richard Russo y Niall Johnson (también director)? Tal vez, en el delicado equilibrio que implica el personaje principal, la viejita homicida Grace Hawkins. ¿Cómo hacer simpática a una mujer que ha matado a su marido, la amante de su marido y ha guardado sus trozos en una valija que lleva en su viaje? Cuesta encontrar la empatía a los psicópatas. Hay un caso clásico, Hannibal, pero el género no era el humor y, hay que reconocer que, en la secuela, cuando lo vimos comiéndose el cerebro de una víctima viva, le perdimos un poquito de cariño.
Mientras miraba como se caía la trama de “¡Sálvese quien pueda!”, no pude dejar de recordar dos casos opuestos: “El quinteto de la muerte” (la de Alec Guinness; no, el bodriazo de los hermanos Coen) y “No somos ángeles” (la primera versión con Humphrey Bogart). En la primera, nos reímos pese a los crímenes, porque los malos salen perjudicados; en el segundo, también los verdaderos malos salen perjudicados porque, a su manera, los protagonistas son instrumentos del Destino (incluyendo a la antológica serpiente Adolfo). En cambio, en “¡Sálvese…!”, se comete el pecado irremediable de “matar” a gente no tan jodida. A ver, matar al perro que se le pasa ladrando toda la noche, nos provoca la carcajada; liquidar al dueño que lo está buscando, ya no. Es un peso demasiado grande para que podamos seguir riendo. La última escena del filme, lamentablemente, es una clara muestra de lo que decimos. Deja de ser comedia.
Pese a que los diálogos están bastante bien pulidos, con este estilo directo de réplica very british y los personajes presentan conflictos definidos, la resolución de los problemas de cada uno, parecen forzados. Nuevamente recordamos “No somos ángeles” y la idea de que estos malvados, en realidad, terminan siendo providenciales salvadores de una familia explotada por un usurero desalmado. Acá no parece que los crímenes de Grace resuelvan nada, más que ocultar sus deslices.
Tal vez por el guión, tal vez este problema central de empatía con la asesina, pero el elenco no logra dar toda la química que uno presumía podría llegar a tener. Son todos muy buenos actores, con antecedentes memorables. Pero, juntos, presentan una sinergia negativa. Apenas rescatamos a Patrick Swayzee (antológico el momento del “paquete de amor”) y algún que otro gag afortunado.
Dos babas merecidas: a Kristin Scott Thomas, una debilidad de esta página, y a la adolescente de largas piernas y minifalda, Tamsin Egerton.
Escenas: la presentación del personaje de Grace, 20 años atrás; la presentación del personaje de Grace, en la actualidad; el discurso del reverendo Walter; el recitado de Rowan Atkinson de “El cantar de los cantares”.
Frases: “¡No puedes asesinar a la gente porque desapruebes lo que hacen!”, “Eso es lo que me decían los doctores. Es algo que nunca estuvimos de acuerdo”; “Así que sabes de los otros cuerpos”, “¿Qué otros cuerpos?”, “¡Oh! No sabías de los otros cuerpos…”.
CONSEJO: esperar al video sin apuro.
sábado, noviembre 25, 2006
frases y datos de sophie scholl
Como prometimos ayer, las frases destacadas de “Sophie Scholl” y más información sobre la joven que supo oponerse al régimen nazi, en una serie de links que cierran esta picadita de parlamentos de la película.
-¿Por qué se unió a las Juventudes Nazis?
-Decían que Hitler daría gloria al país. Buena suerte y fortuna, todo el mundo tendría trabajo y pan. Seríamos libres y felices.
-¿Cree que todas estas pruebas no sirven? ¡Reconózcalo! ¡Usted y su hermano hicieron y enviaron esos panfletos!
-¡Sí! Y estoy orgullosa de ello.
-¿Por qué me castigan?
-¡Es la ley! No hay orden sin ley.
-Esa ley se hizo para defender la libertad de expresión, antes de que Hitler tomara el poder en 1933. Pero ahora, con este gobierno, la gente que se expresa libremente es condenada. ¿Qué tiene que ver el orden con todo esto?
-Si no respetamos… ¿la ley qué nos queda?
-Respetar la ley, no importa qué ley sea, eso depende de nuestra conciencia.
-¿Qué? Esto es la ley, esto es el pueblo. Yo, como oficial de policía, puedo decidir si la gente está respetando la ley o no. Y si no lo hace, tengo que averiguar por qué.
-La ley se puede cambiar. La conciencia no.
-Y si todo el mundo se guía sólo por su conciencia… ¿cuál sería el resultado? ¿Y si los delincuentes triunfan qué pasará? Sería el caos… y esas ideas, federación, democracia, ya sabemos a dónde nos llevan
Cuando acabe la guerra, las tropas extranjeras entrarán. La gente nos señalará diciendo que no hicimos nada contra Hitler.
-¿Por qué una mujer joven como usted se arriesga por esas ideas erróneas?
-Por mi conciencia
-No lo entiendo… con su talento… ¡que no comparta el Nacional Socialismo!
-Debe acostumbrarse a los nuevos tiempos. Lo que dice no es realista.
-Lo que digo tiene que ver con la realidad y la costumbre. Con la moral y con Dios.
- ¡Dios no existe!
-Sigo pensando que su visión del mundo es errónea. Yo he hecho lo correcto para mi pueblo. No me arrepiento, y asumiré las consecuencias.
Pronto, estará usted sentado aquí
Hoy nos cuelga a nosotros, pero pronto llegará su hora.
-No tengan miedo. Volvería a hacerlo
-Has hecho bien, estoy orgulloso de ti.
-Mi pequeña
-Mamá...
-Tenerte aquí... Nunca volverás a casa. Nos veremos en la eternidad. Ánimo, Sophie. No te olvides de Jesús...
-Pero tú tampoco…
Acabo de despedirme de mis padres. Lo entenderá.
LINKS:
En Wikipedia:
Sobre Sophie Scholl
http://es.wikipedia.org/wiki/Sophie_Scholl
Sobre “La Rosa Blanca”
http://es.wikipedia.org/wiki/Rosa_Blanca
“El ejemplo de Sophie Scholl”
OSVALDO BAYER
(página 12, 17.03.2001)
Reportaje a Julia Jentsch
“La decisión de Sophie”
MOIRA SOTO
(página 12, 12.09.2005)
Más sobre Sophie Scholl y La Rosa Blanca:
Un artículo de MARGIE BURNS en el sitio de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg
http://www.raoulwallenberg.net/?es/holocausto/articulos/2817.htm
-¿Por qué se unió a las Juventudes Nazis?
-Decían que Hitler daría gloria al país. Buena suerte y fortuna, todo el mundo tendría trabajo y pan. Seríamos libres y felices.
-¿Cree que todas estas pruebas no sirven? ¡Reconózcalo! ¡Usted y su hermano hicieron y enviaron esos panfletos!
-¡Sí! Y estoy orgullosa de ello.
-¿Por qué me castigan?
-¡Es la ley! No hay orden sin ley.
-Esa ley se hizo para defender la libertad de expresión, antes de que Hitler tomara el poder en 1933. Pero ahora, con este gobierno, la gente que se expresa libremente es condenada. ¿Qué tiene que ver el orden con todo esto?
-Si no respetamos… ¿la ley qué nos queda?
-Respetar la ley, no importa qué ley sea, eso depende de nuestra conciencia.
-¿Qué? Esto es la ley, esto es el pueblo. Yo, como oficial de policía, puedo decidir si la gente está respetando la ley o no. Y si no lo hace, tengo que averiguar por qué.
-La ley se puede cambiar. La conciencia no.
-Y si todo el mundo se guía sólo por su conciencia… ¿cuál sería el resultado? ¿Y si los delincuentes triunfan qué pasará? Sería el caos… y esas ideas, federación, democracia, ya sabemos a dónde nos llevan
Cuando acabe la guerra, las tropas extranjeras entrarán. La gente nos señalará diciendo que no hicimos nada contra Hitler.
-¿Por qué una mujer joven como usted se arriesga por esas ideas erróneas?
-Por mi conciencia
-No lo entiendo… con su talento… ¡que no comparta el Nacional Socialismo!
-Debe acostumbrarse a los nuevos tiempos. Lo que dice no es realista.
-Lo que digo tiene que ver con la realidad y la costumbre. Con la moral y con Dios.
- ¡Dios no existe!
-Sigo pensando que su visión del mundo es errónea. Yo he hecho lo correcto para mi pueblo. No me arrepiento, y asumiré las consecuencias.
Pronto, estará usted sentado aquí
Hoy nos cuelga a nosotros, pero pronto llegará su hora.
-No tengan miedo. Volvería a hacerlo
-Has hecho bien, estoy orgulloso de ti.
-Mi pequeña
-Mamá...
-Tenerte aquí... Nunca volverás a casa. Nos veremos en la eternidad. Ánimo, Sophie. No te olvides de Jesús...
-Pero tú tampoco…
Acabo de despedirme de mis padres. Lo entenderá.
LINKS:
En Wikipedia:
Sobre Sophie Scholl
http://es.wikipedia.org/wiki/Sophie_Scholl
Sobre “La Rosa Blanca”
http://es.wikipedia.org/wiki/Rosa_Blanca
“El ejemplo de Sophie Scholl”
OSVALDO BAYER
(página 12, 17.03.2001)
Reportaje a Julia Jentsch
“La decisión de Sophie”
MOIRA SOTO
(página 12, 12.09.2005)
Más sobre Sophie Scholl y La Rosa Blanca:
Un artículo de MARGIE BURNS en el sitio de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg
http://www.raoulwallenberg.net/?es/holocausto/articulos/2817.htm
viernes, noviembre 24, 2006
la fuerza de la convicción
SOPHIE SCHOLL
En los últimos tiempos, el cine alemán ha empezado a revisar la historia del nazismo, desempolvando viejos pecados que le costaba demasiado analizar. A nuestras pantallas llegaron filmes como “La caída” y el documental que le sirve de fuente, “La secretaria de Hitler”. Ahora llega “Sophie Scholl”, la historia de una chica de 21 años, fusilada en la Alemania nazi por distribuir panfletos contrarios al régimen demencial de Adolf Hitler. “Sophie Scholl” es el claro ejemplo de una historia más grande que la película que la contiene. El guión de Fred Breinersdorfer no hace ningún esfuerzo por explotar todo el potencial de la historia; tampoco lo logra la puesta en escena del director Marc Rothemund que recurre a un lenguaje cinematográfico austero, poco imaginativo. Todo el peso del filme está en la muy buena actuación de Julia Jentsch (la chica de “Los edukators” que también actuó en “La caída”) con un sutil trabajo interior, pero acotado por las limitaciones del guión.
No obstante estas falencias estructurales, la historia es tan fuerte que, por largos momentos, logra sobrellevar este lastre. Las réplicas de Sophie Scholl hacen tambalear a un Tribunal que había decidido su sentencia antes de empezar el juicio. La sencillez de las respuestas de Sophie Scholl surge de la fortaleza que da la verdad. En estos tiempos de confusión, doble discurso y subversión de valores, la apelación a la verdad sigue teniendo una fuerza intrínseca. Tal vez, porque reaviva certezas adormecidas, aún en las almas de los más malvados.
La tensión dramática de “Sophie Scholl” se expresa, casi en su totalidad, en diálogos. Cuando el filme afloja es, justamente, en aquellos momentos sin parlamentos, esa morosa descripción cuasidocumental de viajes en autos, descenso en escaleras, traslados por largos pasillos, que no parece aportar nada en términos cinematográficos (tal vez, sólo reforzar la idea de una maquinaria burocrática con un accionar automático, con un clima kafkiano). Los dos momentos del filme son diálogos: los interrogatorios entre Sophie y el Inspector Mohr y los cruces entre Sophie y el Tribunal.
“Sophie Scholl”, pese al tema, no logra quebrar cierta frialdad de base. Aunque se observen los quiebres de Sophie y su esfuerzo por no mostrar debilidad ante sus captores, rara vez logra bajar la imagen de Sophie Scholl del bronce. El relato del sueño es un buen ejemplo de un diálogo artificial (aunque pueda ser verídico, eso es otra cosa; estamos hablando de artificial en términos cinematográficos).
Un apunte lateral: hay un recurso visual recurrente en toda la trama, la necesidad de Sophie Scholl de buscar la luz. Al internarse en los vericuetos de la maquinaria de castigo nazi, Sophie se desplaza por reductos oscuros, ambientes con luz artificial, celdas con ventanas estrechas. Sophie se esfuerza por hallar esas hilachas de la luz exterior, como un símbolo de aquella otra luz que se impone contra la oscuridad del mal. En el momento de la ejecución, Sophie sale a la luz, en una clara metáfora de la liberación de su alma, en la noche moral alemana.
Si bien “Sophie Scholl” sigue bastante aproximadamente la realidad, hay algunas “desviaciones” que podrían haber servido dramáticamente a la historia. La compañera de celda de Sophie, en realidad fue puesta por los nazis para sacarle información y termina convirtiéndose contra la causa nazi. En algún artículo en “Página 12”, Osvaldo Bayer señala, al comentar la historia de Sophie Scholl, que, extrañamente, no sufrió torturas de parte de los interrogadores nazis (y, no pudiendo con su genio, los compara con los torturadores del Proceso en la Noche de los Lápices). Sin embargo, el interrogatorio fue lo suficientemente “fuerte”, para quebrarle una pierna, cosa que no se ve en el filme. Sí es cierto (y eso fue raro), la concesión de que los condenados pudieran verse antes de la ejecución. Para el que quiera profundizar en el tema, mañana, con las frases memorables del filme, agregáremos una serie de links a páginas con información sobre el tema.
Si usted considera que es otra película sobre la guerra y no tiene muchas ganas de investigar sobre el tema, le pido que pose la mirada, un segundo, por la imagen de la jovencita en sepia con mechón rebelde sobre el rostro, que cierra esta nota.
Ella es (fue) Sophie Scholl.
CONSEJO: esperar al video.
miércoles, noviembre 22, 2006
caperucita hard
HARD CANDY
Hace unos cuantos días hablamos de una película argentina en la que parecía que el director no tenía nada que decir. Vamos a dar un contraejemplo de una historia contada con elementos mínimos y que nos mantiene atentos durante la hora y media que dura: “Hard candy”. Básicamente, todo sucede en una casa, entre dos personajes. (Los personajes secundarios son irrelevantes. Podrían no estar y no afectan para nada la dinámica central de la trama). Ya sé, si queremos buscarle la quinta pata al gato, no será difícil hallarle peros a esta historia: algunos toques de inverosimilitud, el mecanismo de relojería no es tan ajustado como parece, excesivo peso de la tensión dramática recargada en el diálogo, etc.,etc. Lo que diga. Pero “Hard candy” funciona. Y nos mantiene al borde de la butaca, nos hace apartar la vista de la pantalla y eso que no vemos nada truculento (aunque pensemos en imágenes truculentas). En suma: dos mangos para contar una historia con menos que nada, mucho pero mucho menos que lo que contó Pablo Trapero para su “NYC”. Y ésta historia logra atraernos mucho, pero mucho más.
“Hard candy” es el juego del gato y el ratón, con una diferencia: el ratón es el que tiene a maltraer al gato. Hayley es una tiernita adolescente que asiste a una cita a ciegas con un adulto, concertada por chat. La pequeña parece querer poner la cabeza en el borde de la guillotina, porque tras una serie de flirteos obvios, se invita a la casa del desconocido. Poco transcurre del filme para que entendamos (como el protagonista) que las cosas no son como parece y que el control está en manos del más débil.
No adelantamos más, so riesgo de revelar datos vitales para mantener la intriga del filme (por eso, evite las frases al pie, en esta ocasión). Pero, “Hard candy” se reduce a un duelo de voluntades. Duelo que se desarrolla, casi totalmente, en diálogos. Hayley comanda las acciones a voluntad y va desplegando, paso a paso, una metodología pacientemente pensada para dejar al descubierto a Jeff.
“Hard candy” tiene una estética muy particular, en un ambiente cerrado, cercado por las tiras de una cortina americana, muy aséptico, con paredes de colores planos. Rojos, azules, amarillos, blancos, recortando el fondo de los personajes. Para aumentar el nivel de tensión y angustia, el director David Slade (con experiencia en videoclips) enmarca los rostros de los protagonistas en encuadres de comics, en primeros planos temblorosos con una iluminación que endurece los rasgos, realzando la tensión.
Pero si toda la estética es aliada para el muy buen guión de Brian Nelson, hay dos cómplices fundamentales: Ellen Page y Patrick Wilson. La pareja protagónica es vital para que el filme sea creíble (aún en aquellos momentos menos creíbles). Lo de Ellen Page es el personaje y la actuación del año. La joven actriz canadiense logra darnos ese tono perverso añinado, esa mirada de debilidad que trueca en una furia que suponíamos inexistente. Notable su trabajo, para seguirla de cerca en próximas películas.
Escenas destacadas: la escena inicial, una charla de chat; la presentación de los personajes; la escena de la “operación”; la secuencia final en el techo de la casa. Frases: “No pareces esa clase de hombres que necesitan conocer chicas por Internet”, “Bueno, creo que es mejor conocer a la gente por la red, primero. Conoces como son por dentro. Cuando eres fotógrafo, como yo, sabes cuánto mienten lo que las caras muestran hacia fuera”; “Bien, cuatro de cinco doctores están de acuerdo que estoy verdaderamente insana”; “Esas cartas son mías”, “Nada es tuyo cuando invitas a una adolescente a tu hogar”
“Si me hieres, de cualquier forma, no lo olvidarás. Te cambia, cuando hieres a alguien”, “¡Oh! Lo dices por experiencia, supongo”; “¿Significa que no quieres que te castre por mi propio beneficio? Guau, me tocó. ¿Jeff, por qué no imaginás a alguien diciéndote lo mismo, en algún momento cualquiera? Imagina cuando te bajaste a esa pequeña niña diciendo: ‘¡Detente! ¡No lo hagas por ti mismo!’. ¿Te has escuchado?”.
CONSEJO: puede esperarse al video. Pero agendarla.
lunes, noviembre 20, 2006
fresco americano
LAS TORRES GEMELAS
La versión Oliver Stone del 9/11, esto es, un collage por momentos sublime y por otros cursi, que navega por todas las posturas del inconsciente estadounidense. “Las torres gemelas” tuvo pésima crítica, pero el filme es más que interesante en su propuesta. Un mismo hecho (un acto terrorista) provoca dos reacciones: la del marine que espera que lo llamen para tomar venganza y la del tipo que asiste, casi con sorpresa, a las muestras de bondad y heroísmo de la comunidad, que ya creía perdidas.
“Las torres gemelas” sigue la historia verdadera de dos policías de la Autoridad
Portuaria (McLoughlin y Jimeno) que quedan atrapados bajo los escombros del derrumbe de las torres del World Trade Center. Por un momento, podemos creer que la película habla de las torres y del atentado. Pero, en realidad, es la heroica resistencia de dos hombres aferrados a no morir, a apelar a sus sentimientos más íntimos y cálidos, para mantenerse con vida, para no ceder a la tentación de cerrar los ojos y dejarse dormir por siempre. En ese plano debe verse el filme, pese a que los personajes secundarios que pueblen el área del derrumbe (el caso del Marine, por ejemplo), nos haga creer otra cosa.
El guión de Andrea Berloff opera en tres unidades dramáticas. La primera parte es la descripción de un día normal, la calma que precede a la tormenta. Los héroes afrontan su responsabilidad, no sin miedo. La segunda parte (en el vientre de la ballena), los protagonistas se empapan de la angustia y el terror. Miedo a lo que enfrentan, miedo a la muerte, miedo al mal que acecha en el mundo. La tercera unidad dramática es un nacimiento, el resurgir a la luz. Si en la segunda parte, los protagonistas se preguntan cómo resistir a tanta oscuridad, en la tercera parte, la pregunta queda respondida: con lo mejor de nuestra bondad.
Los bomberos que se arriesgan por otros; los tipos que dan ánimo cuando pasa un sobreviviente en una camilla; los familiares que se apoyan mutuamente, llorando uno sobre el hombro de otro; las personas que amamos y nos aman. Toda esa luz opera para que dos sobrevivientes (de los tantos miles que murieron) puedan volver a la vida.
¿Con cuál de las dos posiciones nos quedamos? ¿La vengativa revancha del marine, la voz de la guerra? ¿O la solidaridad y la fuerza que nos da compartir las grandes tragedias con los que amamos? En algún momento del filme se asiste a un discurso de Bush, diciendo que es un momento en que está a prueba el temple de la sociedad y que Estados Unidos superará ese examen. Claro, uno conoce el final, de cómo la sociedad norteamericana se perdió en los años posteriores al 2001, cuando siguió la senda del marine. Pero esa frase era una buena observación para lo que Estados Unidos vivió ese día.
Si en “Vuelo 93” había un respeto a las víctimas, desde la elección del formato cuasi-documental, aquí Oliver Stone echa mano a los recursos más típicos del cine de Hollywood, manipulando a los espectadores. Por momentos es tan burdo el uso de imágenes prefabricadas (por ejemplo, cuando Cage dobla la calle y ve la gente salir ensangrentada del edificio), con ánimo de postal épica, que es difícil pensar que no hay una elección estética, aquí también. Oliver Stone echa mano a los trucos del cine comercial de Hollywood para contarnos esta historia y por largos momentos, funciona. Es cierto que a veces, el recurso termina jugándole en contra y se vuelve lacrimógeno. Pero no deja de conmovernos y hacernos participar de esa epifanía paradójica: la existencia del mal nos hace reconocer nuestra tendencia al bien. Esta elección por el brochazo grueso afectó las actuaciones que tienden a caer en el desborde (Maggie Gyllenhaal es un ejemplo). Nos quedamos con María Bello y Michael Peña (Jimeno).
Escenas destacadas: el derrumbe de la primera torre, desde el interior de la otra; el rescate de los protagonistas; el abrazo interracial en el hospital entre una madre y una esposa; el terror dibujado en las caras de los voluntarios del grupo de McLoughlin cuando llegan al pie de las Torres.
Frases: “Manténgame vivo”; “¿Puedo tomar un descanso, Sargento?”, “Sí… toma un descanso”, “No lo olviden… traté de rescatarlos… yo traté…”; “¡No se duerma, Sargento!”; “No te dejaremos. Somos Marines. Eres nuestra misión”; “Nos preparamos para todo. No para esto. No para algo de esta magnitud. No tenemos ningún plan”; “Mañana no iré a trabajar. Supongo que esperaré. Necesitarán gente para cuando quieran tomar venganza de lo que pasó aquí”.
CONSEJO: se puede esperar al video.
viernes, noviembre 17, 2006
la cama es el camino del nirvana
SAMSARA
samsara.
(Del sánscr. samsāra).
1. m. En algunas doctrinas orientales, ciclo de transmigraciones, o de renacimientos, causados por el karma.
Le sobran minutos y le falta la poesía de un “Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera”. Pero alcanza para redondear una linda historia budista, de tranco largo y pausado. Mucho color local para esta coproducción francesa, india, italiana y alemana, que llega con un retraso de cinco años a las pantallas locales.
Tashi es un joven monje budista que ha meditado, sin interrupciones, por 3 años, 3 meses, 3 semanas y 3 días. Uno creería que en ese lapso ha logrado hallar el camino que rompa con el samsara, lograr la iluminación para abandonar esta ilusión del mundo material. Pero cuando Tashi empieza a tener sueños húmedos, empieza a poner en duda la efectividad de tanta meditación. Enfrentado con la encrucijada, Tashi decide bajar al mundo “real” y aprender lo nunca aprendido, para poder desaprenderlo después. Tashi se enamora de Pema, se casa, tiene un hijo y una granja y una cosecha por levantar.
El paso de los años (en transiciones que se resuelven con un giro de la cámara) parecen haber alejado al monje de su camino. El Tashi del final de la película, el que se pelea por una cosecha destruida, parece tan lejano del hombre que ha alcanzado la revelación y sofocado el deseo. Y sin embargo, quién puede decir, que no sea ése el camino.
La tesis de “Samsara” es el enfrentamiento entre dos estilos de elevación espiritual: el que se separa del mundo y abandona a los otros, para hallar su propia senda de elevación y el que se sumerge con los otros, el que convive y ejercita el amor, para abrirse al entendimiento desde esta ilusión del mundo real. ¿Cuál es la respuesta? Al final del filme, una respuesta sugiere que hay un solo modo de que el alma no se seque en el camino del conocimiento: compartiendo la jornada con las otras ilusiones que nos ha tocado convivir.
La película se desarrolla con un tiempo budista que habrá que respetar, con cierto humor ingenuo también propio. No es una película de consumo amplio, tampoco va a romper los moldes del género, pero se deja mirar. Un elenco ameno, algunas escenas destacables, en suma, una buena película, con mucho color local.
La baba emérita para Neelesha BaVora que nos enseña una nueva rutina sexual que (¡cuidado señora, cuidado señor!) tiene el riesgo de volarle la cabeza a alguno de los participantes, si le llega a pifiar con un giro acrobático.
Escenas destacadas: la escena de casamiento; el despertar en la caverna de Tashi; el encuentro final con Pema; la escena con el astrólogo; la escena final con la lectura de la piedra en el túmulo.
Frases: “Así el príncipe Siddhartha dejó su palacio y su vida lujosa y, en su carroza dorada, vio sufrir por primera vez. Aquella noche, el príncipe Siddhartha decidió dejar a su bella esposa y a su hijo Rahul y marchar”, “¿Él dejó a su hijo?”, “Bueno, sí. Porque quería encontrar la verdadera causa del dolor y el sufrimiento”; “¿Aún sigues soñando Tashi?”; “Cada experiencia ayuda a encontrar el Camino”; “Desde los cinco años, he vivido como lo hizo Buda después de renunciar al mundo. ¿Cómo sabemos que su iluminación no es resultado directo de su existencia terrena? ¡Apo! ¿Es nuestra prometida libertad, resultado de la estricta disciplina monacal? ¿Y dónde está la prometida satisfacción en nuestros votos de celibato? ‘No deberían aceptar mis enseñanzas hasta que lo entiendas desde tu propio punto de vista’ dijo Él una vez. Hay cosas que debo aprender, para poder desaprenderlas luego. Y hay cosas que debo tener, para poder renunciar a ellas”
“Tu sueño en la villa, no fue un sueño”; “¡Detente! Abrígate”, “Dejalo”, “¡Pero afuera está nevando!”, “Dejalo”, “¡Está helando!”, “Lo verá por sí mismo”; “¿Por qué te preocupas? Ella me dijo que sucedería”; “Entendía ahora que mi misión no está completa y retornaré al samsara. Nos veremos de nuevo. Quizás entonces seas capaz de decirme que es más importante, si satisfacer mil deseos o conquistar sólo uno”; “Yashodhara... ¿conocés ese nombre? Príncipe Siddhartha, Gautama, Shakyamuni, Buda... todos conocen esos nombres, pero ¿Yashodhara? Yashodhara estaba casada con Siddhartha. Lo amaba. Una noche, Siddhartha la dejó y a su hijo, Rahul, para buscar la Iluminación y convertirse en Buda. No dijo una palabra cuando se fue. Yashodhara habías mostrado compasión por los enfermos y los dolidos, mucho antes que Siddhartha conociera el sufrimiento. ¿Quién puede decir si su Iluminación no fue debido a ella?”, “Pema”, “Quizás Yashodhara quería dejar a Siddhartha y Rahul. ¿Cómo podemos saber si Yashodhara fue víctima de la ira, la soledad o la amargura después que Siddhartha la dejó? ¿Quién piensa en ella? ¿Qué debió decirle a Rahul, su hijo, cuándo le preguntó: ‘¿Dónde está mi padre?’? ¿Qué debió decirle? ¿Podría una madre dejar a su hijo, en medio de la noche? Sólo un hombre puede hacerlo?”, Tashi... Sólo un hombre. Yashodhara no tenía elección, pero llevó una vida de renunciación. Se cortó el pelo y vivió ascéticamente. Oh, Tashi… Si tus pensamientos respecto a Darma fueran tan intenso como el amor y la pasión que me has mostrado, podrías convertir en Buda en este cuerpo, en esta vida”; “¿Cómo evitar que una gota de agua se seque? Arrojándola al mar”.
CONSEJO: esperar al video. Para seguidores budistas.
martes, noviembre 14, 2006
amor en venta
BIENVENIDAS AL PARAÍSO
Hay una escena inicial en la que se define el tema de la película: una mujer intercepta a un hombre en el aeropuerto (que está esperando, cartel en mano, a una turista) y le ofrece a su hija. La señora no es una perversa ni un non plus ultra de la maldad; quiere salvar a su hija, adolescente, pobre y bella, de un futuro peor, aún más corrupto que el que le puede esperar en manos de un desconocido. Esa escena marca el lugar y la tónica: Haití, 1971, la vida de las personas no tiene ninguna importancia.
En este duro filme de Laurent Cantent (el mismo de “Recursos humanos”), la gente se vende por dos motivos: es lo único que pueden hacer para sobrevivir; su persona es lo único que tienen para vender.
“Bienvenidas al paraíso” es la historia de unas señoronas blancas y veteranas del Primer Mundo que vienen a Haití en plan de turismo sexual. Las correctas señoras se voltean a los jovencitos morenos, de carnes firmes y buen trato. Lo que empieza siendo un nauseabundo ejercicio del poder (las turistas tienen el dinero y el color del poder), se invierte con el transcurso del filme. Se adivina una escala de jerarquía que trasciende las fronteras. Ellas son los negros subdesarrollados de su sociedad: mujeres y viejas. Los flirteos en la isla son patéticos juegos otoñales. No hay nada que las espere allá; no tiene nada que pueda durar acá.
“Bienvenidas al paraíso” se centra en el triángulo Ellen – Legba – Brenda. A su alrededor estratégicos personajes secundarios, dando realce a un juego de poder, en el que Ellen aparece como el personaje que tiene el control, para observar cómo todo se va de las manos, sin poder evitarlo.
Con su tiempo, ese cierto quietismo, “Bienvenidas al paraíso” es una película no de consumo amplio, con mucha sutileza y observaciones críticas fuertes, dichas en medio tono, en frases ocasionales. En el medio, la excelente actuación de Charlotte Rampling, en un personaje ciertamente memorable, por la trayectoria dramática que debe afrontar. El resto del elenco, apoya con corrección esta historia que en apariencia, sólo en apariencia, parece hablar de perversión sexual, cuando en realidad es una historia sobre la soledad más absoluta.
Escenas: el encuentro inicial entre Ellen y Brenda, en la playa; la escena inicial comentada al principio del filme; el baile de Brenda con el niño pequeño; los monólogos de los personajes; el descubrimiento del cuerpo en la playa. Frases: “Las buenas máscaras se mezclan con las malas, pero lo que si está claro es que cada uno lleva una máscara", “Tú no le entiendes, no sabes nada de él"; “Los turistas nunca mueren”; “Siempre supe que cuando llegara a cierta edad, pagaría para tener sexo. Nunca pensé que iba a ser tan pronto”.
CONSEJO: buena opción para el cine, aunque se puede esperar al video.
domingo, noviembre 12, 2006
no tengo nada que decir
NACIDO Y CRIADO
A esta altura del partido, ¿qué podemos contar? ¿Repetir lo que venimos diciendo, casi invariablemente, cuando nos toca comentar una película argentina? ¿Las fallas del guión, la complicidad de la crítica, la carencia de tensión dramática, la sensación que da esta generación que no tiene nada que decir? Pablo Trapero tropezó en “Familia rodante” y vuelve a tropezar, una vez más, en “Nacido y criado”. Una muy buena idea inicial y un pésimo desarrollo, un auténtico muestrario de lugares comunes del cine villa miseria nacional.
Asombra que un cineasta que dispone de tan buenos recursos técnicos (basta ver la admirable fotografía de Guillermo Nieto retratando esos desiertos nevados patagónicos), no pueda generar nada medianamente digno a partir de un planteo dramático tan rico: un hombre pierde a su familia en un accidente y se aísla en el fin del mundo (la Patagonia), atormentado por su dolor. En manos de un Francois Ozon tendríamos “Bajo la arena”; en manos de Trapero, esto.
Uno puede intentar analizar las fallas, pero son tan obvias (básicamente, no hay guión entre el accidente y el regreso a Buenos Aires del protagonista) y tan repetidas que vamos a hacer lo que se merecen: no invertir más tiempo en filmes de directores que no se tomaron al menos tres minutos para pensar algo original antes de prender la cámara.
CONSEJO: esperar al video y trabar la cinta en la videocasettera.
jueves, noviembre 09, 2006
frases de "Gracias por fumar"
Lo prometido ayer, las mejores frases de “Gracias por fumar”:
Yo doy la cara por una organización que mata 1.200 personas a diario. 1.200 personas. Dos Jumbo llenos de hombres, mujeres y niños. Está Átila: “Muertos: 5.000.000"; Gengis Khan: “Muertos: 30.000.000”. Y yo.
Él es un genio. Podría refutar la gravedad.
A mí me pagan por hablar. No soy doctor ni abogado. Tengo una licenciatura en acabar con cualquier rival. ¿Conocen al galán que puede seducir a todas? Ese soy yo, pero a lo bestia.
Joan, ¿cómo se pueden beneficiar las tabacaleras de la pérdida de este joven? No quiero ser insensible, pero mínimo, estaríamos perdiendo un cliente. No sólo deseamos, sino que nos conviene, que Robin siga fumando.
- Hola, Joey.
- Por favor no arruines mi niñez.
Lo único que digo es... siempre va a haber gente diciéndoles qué hacer y qué pensar. Probablemente ya se lo dicen, ¿no? Yo sólo digo que cuando alguien actúa en calidad de experto pueden contestar: “¿Quién dice?”
-Entonces, ¿los cigarrillos son buenos?
-No estoy diciendo eso. Yo digo que ustedes tienen que pensar las cosas. Desafiar a la autoridad. Si sus papás dicen que el chocolate es peligroso, ¿les creen?
-¡No!
-¡Exacto! Así que en vez de actuar como ovejas: ¡descúbranlo por sí mismos!
-Nos van a despedazar. ¿Alguna idea?
-Es duro, con niños deformes.
-Mi producto sólo los deja calvos antes de matarlos.
Al ver escenas de los tiroteos de Kent, Bobby Jay a los 17 años, quiso entrar a la Guardia Nacional para matar estudiantes. Pero el reclutador no estaba y Bobby acabó disparándoles a los panameños. Era casi igual, pero los panameños contestaban el fuego.
-¿Sabes que chupando carbón engañas a un analizador de aliento?
-Ahora podemos decir: "Si necesita manejar y tomar, chupe carbón".
-¿Y a la policía no se meterá con lo del carbón?
- No hay leyes contra el carbón.
- ¡Todavía!
-¿Por qué el gobierno americano es el mejor?"
-¿Tu maestra elaboró esa pregunta?
-Sí, ¿por qué?
-Voy a ignorar los problemas obvios de gramática y concentrarme en lo esencial. A: ¿Tiene Estados Unidos el mejor gobierno?; B: ¿Cuál es el criterio para juzgarlo? ¿Crimen? ¿Pobreza? ¿Analfabetismo? El de EUA no es el mejor, ni es de los mejores. Es entretenido.
Esa es la belleza de la discusión. Si discutes bien, nunca estás equivocado.
-¿Si termino este ensayo en una hora, podemos no dormir esta noche?
-Eso es negociar, no discutir.
-Espero que le estés dando un entorno libre de humo a Joey.
-Brad, yo soy su papá. Tú eres el hombre que se tira a su mamá.
-Eso fue innecesario.
Gente, ¿qué está pasando allá afuera? ¡Miro a la gente en esta mesa y veo banderas blancas! Nuestros números han bajado. El número de jóvenes fumadores, nuestra mina de oro, se ha desplomado. No vendemos mentas, vendemos cigarrillos.
Son sexy, están disponibles y son adictivos. El trabajo casi se hace solo.
-En 1910, EUA producía 10 mil millones de cigarrillos al año. En 1930, 123 mil millones. ¿Qué pasó en el ínterin? Tres cosas: Una guerra mundial, las dietas y las películas.
-¿Las películas?
-En 1927, aparecen las películas habladas. De repente, los actores necesitan algo que hacer mientras hablan. Cary Grant, Carole Lombard prenden uno. Bette Davis es una chimenea. ¿Recuerda la primera película de Bogart y Bacall?
-Sí, bueno, no específicamente.
-Ella se desliza por la puerta. Tiene 19 años. Sexo puro. Y dice: "¿Alguien tiene un fósforo?". Y Bogie le arroja sus fósforos... y ella los atrapa. El más grande romance del siglo. ¿Cómo empezó? Encendiendo un cigarro. Ahora si alguien fuma en una película es un psicópata o un europeo. Hollywood necesita mandar el mensaje: "Fumar es lo máximo". Necesitamos que el reparto de "Will y Grace" fume. Que Forrest Gump inhale entre chocolates. Que Hugh Grant recupere el amor de Julia Roberts comprándole su marca favorita... sus Virginia Slims. Muchos actores fuman. Si fuman en pantalla, podemos devolver la sexualidad a los cigarrillos.
A mí me gusta viajar con la gente. Conoce a tus clientes. Mi gente se mete en asientos chicos, toma un calmante y sueñan con llegar a tierra y fumar como desesperados. Si logro convencer a un chico que empiece a fumar, ya pagué mi vuelo.
-¿Te acuerdas de 1952?
-Señor, yo no estaba vivo en 1952.
-Dios santo. Yo estaba en Corea, matando chinos, en 1952.
-¿En serio?
-Ahora son nuestros mejores clientes. La próxima vez, no habrá tantos que matar.
Cuando lleves a un niño con cáncer, debe de parecer desahuciado. Debe de estar en silla de ruedas. Casi no debe de poder hablar. Debe tener como mascota un pescadito que lleve en una bolsita. Sin esperanza.
-Le pido disculpas. Pero Nick Naylor...
-¿Nick Naylor? No se te ocurra usarlo de excusa. El hombre es un lobbista. ¡Tú trabajas para un senador! ¡Un senador que ataca al tabaco! Ten un poco de orgullo, por Dios.
-Unas tetas olímpicas, colocadas en una chica que entrevista a alguien con información confidencial, son relevantes.
-¿Tú te dejas influir por las tetas, Nick?
-No contestes. Es una trampa.
-¿Cómo te ves a ti mismo?
Soy un mediador entre dos sectores de la sociedad tratando de llegar a un arreglo.
-Interesante. Otros entrevistados te consideran un asesino múltiple, una sanguijuela, un alcahuete, un acaparador, un asesino de niños y mi favorito, un Mefistófeles acomodado.
-Parece que va a ser un artículo equilibrado.
-Hay que pagar la hipoteca. La Defensa de Nuremburgo del rico.
-¿Una hipoteca es la meta de una vida?
-El 99% de todo lo que se hace en el mundo, bueno o malo, se hace para pagar una hipoteca. Quizá todos deberíamos alquilar.
-¿Tú por qué no alquilas?
-También alquilo.
-¿Sí?
-Mi hijo, su madre y su novio viven en mi casa. Yo, en mi apartamento.
-Este viaje puede ser muy instructivo y puedo conocer más a mi padre. Pero si me necesitas usar para canalizar tu frustración, contra el hombre al que ya no amas, lo entenderé.
-¿Cómo la convenciste?
-Fue una discusión, no una negociación.
-Oye, Neil. Voy a clavar a tu mamá en una estaca y a dársela de comer a mi perro con sífilis.
-¡Jack, qué risa! Ese tipo.
-Es un chiste privado.
-¿Cigarrillos en el espacio?
-Es la última frontera.
-No explotaría una nave llena de oxígeno?
-Quizá. Pero eso se arregla con una línea de diálogo. “Gracias a Dios que inventamos el aparato tal por cual”. Brad Pitt. Catherine Zeta-Jones. Acaban de hacer el amor a lo bestia. Están acostados, suspendidos en el aire, bajo los cielos. Pitt prende un cigarrillo. Echa anillos de humo alrededor del bello cuerpo desnudo de Catherine, mientras galaxias pasan sobre el techo de cristal. ¿No te gusta?
-Yo la vería.
-Yo compraría el DVD. Si la Academia no me lo mandara gratis.
-Yo nunca me equivoco.
-No siempre puedes acertar.
-Si tu trabajo es estar bien, nunca estás mal.
-¿Y qué tal si sí?
-Digamos que tú defiendes el helado de chocolate, yo, el de vainilla. Si yo digo que vainilla es el mejor sabor de helado, tú dices...
-No, es chocolate.
-Exacto. Pero no puedes ganar esa discusión. Entonces yo pregunto: ¿El chocolate es un sabor insuperable?
-Es el mejor. Yo no pediría otro.
-¿Tú sólo quieres de chocolate?
-Es el único que necesito.
-Pues yo necesito más que chocolate y más que vainilla. Necesitamos libre albedrío en cuestión de helados. Esa es la definición de libertad.
-No estamos hablando de eso.
-Yo sí estoy hablando de eso.
-Pero no probaste que vainilla es mejor.
-Probé que tú estabas equivocado, así que yo tengo razón.
-Pero no me convenciste.
-Pero tú no me interesas. Me interesan ellos. (SEÑALA A LAS PERSONAS ALREDEDOR)
-Jeff, ¿cuándo duermes?
-Los domingos.
-¿Por qué trabaja para esos desgraciados?
-Soy bueno para esto. Mejor de lo que he sido para otras cosas.
-Caray, hijo. Yo era bueno para matar vietnamitas. No lo volví mi carrera.
-Supongo que todos necesitamos pagar la hipoteca.
La idea es que su culpabilidad le impedirá criticarnos.
Este es Nick Naylor diciéndoles, niños: “No tomen drogas. Fumen cigarrillos".
-Quiero coger mientras te veo en la tele.
-Y dicen que yo estoy loco.
-Apúrate. Antes de que se acabe tu segmento.
-Dije: "No necesito guardaespaldas. ¡Soy un amigo del pueblo!"
-Bravo, Kennedy.
-No te ofendas, pero el tabaco genera más enojo que el alcohol.
-La gran noticia.
-¡Mi producto mata 475 mil personas al año!
-Ahora 475 mil sí es una cifra válida.
-Bueno, 435 mil. 1.200 al día. ¿Cuántas muertes de alcohol hay al año, cien mil máximo? ¿Qué es eso, 270 al día? ¡270 personas, qué gran tragedia! Disculpa si no veo terroristas secuestrando gente del alcohol.
-Bueno, vamos a relajarnos.
-¿Cuántas muertes por armas de fuego?
-11 mil al año.
-¿11 mil? ¿Estás bromeando? ¿Treinta al día? Ningún terrorista los va a molestar a ustedes.
-Es una discusión estúpida.
-Ya lo creo.
-Los dos ameritan justicia callejera.
Esto sólo demuestra lo que he venido diciendo. Los parches de nicotina son mortíferos. Fumar me salvó la vida.
-Heather, hay mucha información ahí que te dije extraoficialmente.
-Nunca dijiste que fuera "extraoficial".
-Supuse que todo lo que dije estando dentro tuyo era confidencial.
-Si hubieras querido hablar en un avión o en un cine, perfecto. Querías coger. Por mí, está bien.
-Tú me usaste.
-Ay, Nick, por favor. Estamos siendo infantiles. Nuestro trabajo nos encanta.
Yo soy reportera, tú eres lobbista.
-¿Cómo puedes hacerme esto?
-Por la hipoteca.
Como tú dices: "Si quieres un trabajo fácil, métete a la Cruz Roja". Tú eres un lobbista. Tú trabajo es tener razón. Y eres el mejor.
Yahí, mirando a los ojos de Joey, recordé todo de un golpe. Por qué hago lo que hago. Defender al indefenso. Proteger a compañías denigradas, abandonadas por sus clientes. Al maderero. Al capataz explotador. Al perforador de petróleo.
Al inventor de minas terrestres. Al cazador de focas bebés.
Aprendí mi lección. Acostarse con periodistas es injusto.
Al público no le afectan las palabras. Necesita imágenes. Los estudios muestran que los consumidores reaccionan 80% más con imágenes que con palabras. Hay estadísticas.
-¿Por qué poner una advertencia para algo que todos saben?
-El símbolo es un recordatorio del peligro de fumar cigarros.
-Si es cuestión de peligro, ¿por qué no ponérselo a los Boeings, Senador Lothridge? ¿Y a los Fords, Senador Dupree?
¡Vermont no pedirá disculpas por su queso!
-Esas etiquetes de advertencia no son para los que saben sino para los que no saben. ¿Y los niños, qué?
-Eso se llama educación. Y no la imparten los atados. La imparten los maestros y los padres. Es el trabajo de todo padre advertir a sus hijos sobre los peligros del mundo, incluyendo los cigarrillos, para que un día ellos tomen su decisión.
-¿Qué hará cuando cumpla los 18 años? Vamos, Sr. Naylor. En su decimoctavo cumpleaños, ¿compartirán un cigarrillo? ¿Pasarán una tarde encantadora como en sus comerciales ridículos? Usted nos dice cómo criar a los niños. ¿Y el suyo? ¿Qué va a hacer cuando cumpla 18 años?
-Si realmente quiere un cigarrillo, le compraré su primer atado.
-¿No están cambiando la historia?
-No, yo creo que estamos mejorando la historia.
Michael Jordan juega básquetbol. Charles Manson mata gente. Yo hablo. Todos tienen un talento.
Yo doy la cara por una organización que mata 1.200 personas a diario. 1.200 personas. Dos Jumbo llenos de hombres, mujeres y niños. Está Átila: “Muertos: 5.000.000"; Gengis Khan: “Muertos: 30.000.000”. Y yo.
Él es un genio. Podría refutar la gravedad.
A mí me pagan por hablar. No soy doctor ni abogado. Tengo una licenciatura en acabar con cualquier rival. ¿Conocen al galán que puede seducir a todas? Ese soy yo, pero a lo bestia.
Joan, ¿cómo se pueden beneficiar las tabacaleras de la pérdida de este joven? No quiero ser insensible, pero mínimo, estaríamos perdiendo un cliente. No sólo deseamos, sino que nos conviene, que Robin siga fumando.
- Hola, Joey.
- Por favor no arruines mi niñez.
Lo único que digo es... siempre va a haber gente diciéndoles qué hacer y qué pensar. Probablemente ya se lo dicen, ¿no? Yo sólo digo que cuando alguien actúa en calidad de experto pueden contestar: “¿Quién dice?”
-Entonces, ¿los cigarrillos son buenos?
-No estoy diciendo eso. Yo digo que ustedes tienen que pensar las cosas. Desafiar a la autoridad. Si sus papás dicen que el chocolate es peligroso, ¿les creen?
-¡No!
-¡Exacto! Así que en vez de actuar como ovejas: ¡descúbranlo por sí mismos!
-Nos van a despedazar. ¿Alguna idea?
-Es duro, con niños deformes.
-Mi producto sólo los deja calvos antes de matarlos.
Al ver escenas de los tiroteos de Kent, Bobby Jay a los 17 años, quiso entrar a la Guardia Nacional para matar estudiantes. Pero el reclutador no estaba y Bobby acabó disparándoles a los panameños. Era casi igual, pero los panameños contestaban el fuego.
-¿Sabes que chupando carbón engañas a un analizador de aliento?
-Ahora podemos decir: "Si necesita manejar y tomar, chupe carbón".
-¿Y a la policía no se meterá con lo del carbón?
- No hay leyes contra el carbón.
- ¡Todavía!
-¿Por qué el gobierno americano es el mejor?"
-¿Tu maestra elaboró esa pregunta?
-Sí, ¿por qué?
-Voy a ignorar los problemas obvios de gramática y concentrarme en lo esencial. A: ¿Tiene Estados Unidos el mejor gobierno?; B: ¿Cuál es el criterio para juzgarlo? ¿Crimen? ¿Pobreza? ¿Analfabetismo? El de EUA no es el mejor, ni es de los mejores. Es entretenido.
Esa es la belleza de la discusión. Si discutes bien, nunca estás equivocado.
-¿Si termino este ensayo en una hora, podemos no dormir esta noche?
-Eso es negociar, no discutir.
-Espero que le estés dando un entorno libre de humo a Joey.
-Brad, yo soy su papá. Tú eres el hombre que se tira a su mamá.
-Eso fue innecesario.
Gente, ¿qué está pasando allá afuera? ¡Miro a la gente en esta mesa y veo banderas blancas! Nuestros números han bajado. El número de jóvenes fumadores, nuestra mina de oro, se ha desplomado. No vendemos mentas, vendemos cigarrillos.
Son sexy, están disponibles y son adictivos. El trabajo casi se hace solo.
-En 1910, EUA producía 10 mil millones de cigarrillos al año. En 1930, 123 mil millones. ¿Qué pasó en el ínterin? Tres cosas: Una guerra mundial, las dietas y las películas.
-¿Las películas?
-En 1927, aparecen las películas habladas. De repente, los actores necesitan algo que hacer mientras hablan. Cary Grant, Carole Lombard prenden uno. Bette Davis es una chimenea. ¿Recuerda la primera película de Bogart y Bacall?
-Sí, bueno, no específicamente.
-Ella se desliza por la puerta. Tiene 19 años. Sexo puro. Y dice: "¿Alguien tiene un fósforo?". Y Bogie le arroja sus fósforos... y ella los atrapa. El más grande romance del siglo. ¿Cómo empezó? Encendiendo un cigarro. Ahora si alguien fuma en una película es un psicópata o un europeo. Hollywood necesita mandar el mensaje: "Fumar es lo máximo". Necesitamos que el reparto de "Will y Grace" fume. Que Forrest Gump inhale entre chocolates. Que Hugh Grant recupere el amor de Julia Roberts comprándole su marca favorita... sus Virginia Slims. Muchos actores fuman. Si fuman en pantalla, podemos devolver la sexualidad a los cigarrillos.
A mí me gusta viajar con la gente. Conoce a tus clientes. Mi gente se mete en asientos chicos, toma un calmante y sueñan con llegar a tierra y fumar como desesperados. Si logro convencer a un chico que empiece a fumar, ya pagué mi vuelo.
-¿Te acuerdas de 1952?
-Señor, yo no estaba vivo en 1952.
-Dios santo. Yo estaba en Corea, matando chinos, en 1952.
-¿En serio?
-Ahora son nuestros mejores clientes. La próxima vez, no habrá tantos que matar.
Cuando lleves a un niño con cáncer, debe de parecer desahuciado. Debe de estar en silla de ruedas. Casi no debe de poder hablar. Debe tener como mascota un pescadito que lleve en una bolsita. Sin esperanza.
-Le pido disculpas. Pero Nick Naylor...
-¿Nick Naylor? No se te ocurra usarlo de excusa. El hombre es un lobbista. ¡Tú trabajas para un senador! ¡Un senador que ataca al tabaco! Ten un poco de orgullo, por Dios.
-Unas tetas olímpicas, colocadas en una chica que entrevista a alguien con información confidencial, son relevantes.
-¿Tú te dejas influir por las tetas, Nick?
-No contestes. Es una trampa.
-¿Cómo te ves a ti mismo?
Soy un mediador entre dos sectores de la sociedad tratando de llegar a un arreglo.
-Interesante. Otros entrevistados te consideran un asesino múltiple, una sanguijuela, un alcahuete, un acaparador, un asesino de niños y mi favorito, un Mefistófeles acomodado.
-Parece que va a ser un artículo equilibrado.
-Hay que pagar la hipoteca. La Defensa de Nuremburgo del rico.
-¿Una hipoteca es la meta de una vida?
-El 99% de todo lo que se hace en el mundo, bueno o malo, se hace para pagar una hipoteca. Quizá todos deberíamos alquilar.
-¿Tú por qué no alquilas?
-También alquilo.
-¿Sí?
-Mi hijo, su madre y su novio viven en mi casa. Yo, en mi apartamento.
-Este viaje puede ser muy instructivo y puedo conocer más a mi padre. Pero si me necesitas usar para canalizar tu frustración, contra el hombre al que ya no amas, lo entenderé.
-¿Cómo la convenciste?
-Fue una discusión, no una negociación.
-Oye, Neil. Voy a clavar a tu mamá en una estaca y a dársela de comer a mi perro con sífilis.
-¡Jack, qué risa! Ese tipo.
-Es un chiste privado.
-¿Cigarrillos en el espacio?
-Es la última frontera.
-No explotaría una nave llena de oxígeno?
-Quizá. Pero eso se arregla con una línea de diálogo. “Gracias a Dios que inventamos el aparato tal por cual”. Brad Pitt. Catherine Zeta-Jones. Acaban de hacer el amor a lo bestia. Están acostados, suspendidos en el aire, bajo los cielos. Pitt prende un cigarrillo. Echa anillos de humo alrededor del bello cuerpo desnudo de Catherine, mientras galaxias pasan sobre el techo de cristal. ¿No te gusta?
-Yo la vería.
-Yo compraría el DVD. Si la Academia no me lo mandara gratis.
-Yo nunca me equivoco.
-No siempre puedes acertar.
-Si tu trabajo es estar bien, nunca estás mal.
-¿Y qué tal si sí?
-Digamos que tú defiendes el helado de chocolate, yo, el de vainilla. Si yo digo que vainilla es el mejor sabor de helado, tú dices...
-No, es chocolate.
-Exacto. Pero no puedes ganar esa discusión. Entonces yo pregunto: ¿El chocolate es un sabor insuperable?
-Es el mejor. Yo no pediría otro.
-¿Tú sólo quieres de chocolate?
-Es el único que necesito.
-Pues yo necesito más que chocolate y más que vainilla. Necesitamos libre albedrío en cuestión de helados. Esa es la definición de libertad.
-No estamos hablando de eso.
-Yo sí estoy hablando de eso.
-Pero no probaste que vainilla es mejor.
-Probé que tú estabas equivocado, así que yo tengo razón.
-Pero no me convenciste.
-Pero tú no me interesas. Me interesan ellos. (SEÑALA A LAS PERSONAS ALREDEDOR)
-Jeff, ¿cuándo duermes?
-Los domingos.
-¿Por qué trabaja para esos desgraciados?
-Soy bueno para esto. Mejor de lo que he sido para otras cosas.
-Caray, hijo. Yo era bueno para matar vietnamitas. No lo volví mi carrera.
-Supongo que todos necesitamos pagar la hipoteca.
La idea es que su culpabilidad le impedirá criticarnos.
Este es Nick Naylor diciéndoles, niños: “No tomen drogas. Fumen cigarrillos".
-Quiero coger mientras te veo en la tele.
-Y dicen que yo estoy loco.
-Apúrate. Antes de que se acabe tu segmento.
-Dije: "No necesito guardaespaldas. ¡Soy un amigo del pueblo!"
-Bravo, Kennedy.
-No te ofendas, pero el tabaco genera más enojo que el alcohol.
-La gran noticia.
-¡Mi producto mata 475 mil personas al año!
-Ahora 475 mil sí es una cifra válida.
-Bueno, 435 mil. 1.200 al día. ¿Cuántas muertes de alcohol hay al año, cien mil máximo? ¿Qué es eso, 270 al día? ¡270 personas, qué gran tragedia! Disculpa si no veo terroristas secuestrando gente del alcohol.
-Bueno, vamos a relajarnos.
-¿Cuántas muertes por armas de fuego?
-11 mil al año.
-¿11 mil? ¿Estás bromeando? ¿Treinta al día? Ningún terrorista los va a molestar a ustedes.
-Es una discusión estúpida.
-Ya lo creo.
-Los dos ameritan justicia callejera.
Esto sólo demuestra lo que he venido diciendo. Los parches de nicotina son mortíferos. Fumar me salvó la vida.
-Heather, hay mucha información ahí que te dije extraoficialmente.
-Nunca dijiste que fuera "extraoficial".
-Supuse que todo lo que dije estando dentro tuyo era confidencial.
-Si hubieras querido hablar en un avión o en un cine, perfecto. Querías coger. Por mí, está bien.
-Tú me usaste.
-Ay, Nick, por favor. Estamos siendo infantiles. Nuestro trabajo nos encanta.
Yo soy reportera, tú eres lobbista.
-¿Cómo puedes hacerme esto?
-Por la hipoteca.
Como tú dices: "Si quieres un trabajo fácil, métete a la Cruz Roja". Tú eres un lobbista. Tú trabajo es tener razón. Y eres el mejor.
Yahí, mirando a los ojos de Joey, recordé todo de un golpe. Por qué hago lo que hago. Defender al indefenso. Proteger a compañías denigradas, abandonadas por sus clientes. Al maderero. Al capataz explotador. Al perforador de petróleo.
Al inventor de minas terrestres. Al cazador de focas bebés.
Aprendí mi lección. Acostarse con periodistas es injusto.
Al público no le afectan las palabras. Necesita imágenes. Los estudios muestran que los consumidores reaccionan 80% más con imágenes que con palabras. Hay estadísticas.
-¿Por qué poner una advertencia para algo que todos saben?
-El símbolo es un recordatorio del peligro de fumar cigarros.
-Si es cuestión de peligro, ¿por qué no ponérselo a los Boeings, Senador Lothridge? ¿Y a los Fords, Senador Dupree?
¡Vermont no pedirá disculpas por su queso!
-Esas etiquetes de advertencia no son para los que saben sino para los que no saben. ¿Y los niños, qué?
-Eso se llama educación. Y no la imparten los atados. La imparten los maestros y los padres. Es el trabajo de todo padre advertir a sus hijos sobre los peligros del mundo, incluyendo los cigarrillos, para que un día ellos tomen su decisión.
-¿Qué hará cuando cumpla los 18 años? Vamos, Sr. Naylor. En su decimoctavo cumpleaños, ¿compartirán un cigarrillo? ¿Pasarán una tarde encantadora como en sus comerciales ridículos? Usted nos dice cómo criar a los niños. ¿Y el suyo? ¿Qué va a hacer cuando cumpla 18 años?
-Si realmente quiere un cigarrillo, le compraré su primer atado.
-¿No están cambiando la historia?
-No, yo creo que estamos mejorando la historia.
Michael Jordan juega básquetbol. Charles Manson mata gente. Yo hablo. Todos tienen un talento.
miércoles, noviembre 08, 2006
humos de sofisma
GRACIAS POR FUMAR
Uno de los guiones más inteligentes del año. Feroz sátira que sólo en la superficie parece hablar del derecho a fumar. “Gracias por fumar” es la adaptación cinematográfica de la novela de Christopher Buckley, realizada por el propio director del filme, Jason Reitman, digno heredero de Ivan Reitman (remember “Cazafantasmas” o “Evolución”). Su protagonista es Nick Taylor, el non plus ultra del sofista, lobbista de las tabacaleras. El hombre no tiene moral ni posición. Lo suyo es ganar los debates, sin importarle la validez de sus argumentos. Es la encarnación de lo que en estos pagos se conoce como “hay media biblioteca a favor y media biblioteca en contra”. En suma: todo es relativo, esto es, la verdad no existe.
Pero “Gracias por fumar” avanza un paso más allá de contarnos la historia de un chanta. Al compararlo con todos los “políticamente correctos”, Nick Taylor termina cayéndonos simpático. Por lo menos, no intenta ocultarnos lo que nos quiere vender. Los que los rodean (el batallador senador de Vermont, la inescrupulosa periodista, la ex esposa manipuladora, los mercaderes del tabaco) no es que no sean mejores; son peores, porque intentan demostrar una superioridad moral de la que carecen.
Hay otra idea de la película que termina siendo central: ¿hasta qué punto el gobierno debe velar por lo que es responsabilidad, pura y exclusiva, de cada ciudadano? Si todo tipo pensante sabe que el cigarrillo puede matarlo y, aún así, va al kiosko y compra un atado, entonces, ¿por qué el Estado debe cuidarlo de su negligencia? ¿Por qué el Gran Hermano debe velar por nuestras decisiones, aunque sean equivocadas?
En la presentación ante el Congreso, Taylor pone el límite: los menores. Y esa responsabilidad, la de enseñar las cosas que pueden matar, es función de los padres y de las escuelas. Educación. Y una vez que se ha puesto la información al alcance de cada ciudadano, la manera en que uno quiere cagarse la vida es una cuestión privada.
Si hay que buscarle alguna mancha al guión de “Gracias por fumar” es, tal vez, no ir un poco más a fondo en la historia, buscarle alguna trascendencia a los protagonistas, algo así como cruzar la línea de la sátira, para convertirla en un clásico. Pero sería rebuscar mucho: “Gracias por fumar” es una muy buena película y, a esta altura del año, no deja de ser una bendición.
Uno de los puntales de la historia es el guión, con diálogos brillantes y memorables. La otra punta es el muy buen elenco con Aaron Eckhart a la cabeza. Nos quedamos con las actuaciones de Maria Bello, J.K. Simmons, Sam Elliot y Robert Duvall. Y otro pilar destacado es el diseño de arte, la fotografía de Jim Whitaker (con una onda setentosa) y la banda de sonido.
Una mención aparte es la presentación de títulos, candidata a un Oscar, de haber una categoría al respecto, con el diseño de las etiquetas de las distintas marcas de cigarrillo. Una joyita destacable que puede verse en Internet, en el sitio del estudio de la película: http://www.shadowplaystudio.com/smoking.html. Para más detalles desde el punto de vista del diseño gráfico, remitimos a la nota de nuestro diseñador de cabecera, Federico Díaz Mastellone que está por venir en su weblog, “El burlador”.
Escenas destacadas: el debate en el talk show con el que habla el filme; la lección del helado de chocolate y vainilla que Nick le da a su hijo; la secuencia con el hombre Marlboro, la presentación de Taylor ante el Congreso; las cenas con los Mercaderes de la Muerte.
Las frases más destacadas, mañana en un nuevo post, porque hay muchas, pero muchas para recordar.
CONSEJO: ir a verla.