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críticas chatarras

jueves, mayo 27, 2010

algunos hallazgos 

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ROBIN HOOD
data: http://www.imdb.com/title/tt0955308/

La nueva versión de “Robin Hood” de Ridley Scott no puede evitar cierta corrección que la aleja emocionalmente aventuras. “Robin Hood” no está hecha para perdurar. Esa frialdad se transmite a su protagonista, Rusell Crowe, quien suele sintonizar con sus personajes; aquí, sin embargo, se lo ve en piloto automático, no muy seguro de lo que tiene que expresar.

Rescatamos, sin embargo, un par de hallazgos de esta versión. La primera, es haber contado esta historia desde otra perspectiva. Con mucha más referencias históricas, despojada de la leyenda, el guión de Brian Helgeland rescata la precuela del personaje tantas veces filmado. “Robin Hood” no cuenta la clásica historia del forajido escondido en el bosque, robándole a los ricos para darle a los pobres. Esta “Robin Hood” nos cuenta la historia de Robin Hood antes de Robin Hood. Nos muestra como Robin Longstride se convirtió en el bandido justiciero perseguido por el rey.

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De a uno, aparecen los personajes archiconocidos de otras versiones (tanto literarias como cinematográficas). Presentaciones que evaden los lances acrobáticos, las luchas a muerte, los cruces heroicos. Hay escenas de batallas, pero realistas. Hay muerte, pero tosca, sucia, grosera, como la que existían en los verdaderos campos de batalla. Sin glamour, “Robin Hood” nos lleva a las islas británicas cuando el reino tambaleaba ante la agresión francesa.

Otro acierto del guión es que los personajes bordean las zonas grises. Podemos entender las razones de geopolítica del Rey Juan Sin Tierra, la pasión inútil por las guerras de Ricardo Corazón de León, la astucia de Leonor de Aquitania. Hay golpes palaciegos, razones de política, sapos a tragarse que ennoblecen la historia, porque la hacen funcional a la conformación de un estado.

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Hay una idea en el filme que es el principal aporte a la trama y, por su fuerza, la que se sostiene todo el tiempo. La idea de la necesidad del soberano de tener súbditos y la conciencia de ellos de que, sin ese número vital, el mandatario no es nada. Los súbditos necesitan un rey que los guíe, pero él no es nada sin ellos. Y si el rey no comprende que no puede ponerle el pie sobre la cabeza de su pueblo, éste se lo hará entender. No importa cuántas veces tengan que ponerse de pie, cuantos veces los corderos se levanten como leones, tantas veces como sea necesaria. Finalmente, el rey deberá ceder y aceptar un mínimo de leyes a respetar. Porque, sencillamente, sin sus súbditos, el gobernante no es nadie.

Una mención, breve pero no menos meritoria, para Cate Blanchett, William Hurt y Max von Sydow.

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Frases:

-¿Cuál es tu opinión sobre mi cruzada? ¿Dios está gustoso de mis sacrificios?
-No lo está.
-¿Por qué lo dices?
-La masacre de los sarracenos…
-Habla en voz alta.
-Cuando capturamos mil musulmanes, incluidas mujeres y niños. Una estaba a mis pies, mirándome. No había miedo en sus ojos. Sólo esperaba. Sabía que cuando lo ordenarás, ellos morirían y nosotros nos quedaríamos sin Dios. Todos. Sin Dios.

¿Cómo sabes que aquellos caballeros que vemos de noche son caballeros? No hay ninguna diferencia entre un caballero y un hombre común. Salvo sus ropas.

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Los reyes necesitan a sus súbditos más que ellos a sus reyes.

Cuando los franceses llegan, todos somos ingleses.

-¿Qué quieren? ¿Un castillo para cada hombre?
-El hogar de un inglés es su propio castillo.

Muchas leyes deben ser cambiadas en la tierra del Rey Juan.

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sábado, mayo 22, 2010

los dos traperos 

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CARANCHO
data: http://www.imdb.com/title/tt1542852/

En una escena de “Carancho”, los dos protagonistas principales, Sosa y Luján, son invitados a un cumpleaños de quince. Suena un bolero y Sosa y Luján bailan, acaramelados. La escena se prolonga. Esperamos que pase algo. No pasa nada.

Esa escena es el primer paso en falso de lo que era hasta ahí una brillante película. Es una escena que sobra. Pero se destaca porque hasta ahí no había escenas que sobraran. Todas estaban perfectamente justificadas; los diálogos eran soberbios; lográbamos comprender la situación de los personajes y conmovernos de sus conflictos. Pero, justo ahí, en esa escena, empezamos a sentir que la trama dudaba cuál camino seguir.

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Y no era la presunción de una escena solitaria. A partir de ahí, la trama de “Carancho” descarrila y el filme cae en un incomprensible policial, inverosímil, al punto de tener personajes que se pegan un palo con un auto, salen del vehículo volcado y, sangrando, empiezan un tiroteo, al mejor estilo de las malas películas de Hollywood.

Esa escena comentada divide en dos la historia. Hay dos Pablo Trapero en “Carancho”: el primero es brillante y muestra sus indudables condiciones técnicas; el segundo, cae en los peores vicios del cine nacional, en lo que a desprolijidad del guión se refiere. La pregunta surge sola: ¿cómo puede derrapar tan toscamente, con lo tan bueno que había hecho hasta entonces?

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Quedémonos con esa primera mitad: una joven doctora y un abogado que picotea, en guardias y funerarias, sobre el sufrimiento de víctimas de accidentes para timarlas con juicios por daños y quedarse con la parte del león de las indemnizaciones. Una de las primeras imágenes es la de un pie que recibe una inyección. No es una escena más. Es clave. Luján, la doctora, puede creer que es muy distinta a Sosa. Ella tiene principios, ética, actúa bien, no transa. Pero en el entorno hospitalario argentino, en el deterioro edilicio y moral de sus autoridades, en la sociedad sumergida en la miseria entregando de a cachitos la dignidad, lo único que los diferencia es la edad. Luján está en los primeros pasos que la llevarán a ser Sosa en unos años: un profesional quemado por el entorno, sin ética ni moral, sin posibilidad alguna de poder salir de la trampa en la que ha entrado.

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Por eso esa primera hora inicial es brillante: Sosa es el futuro de Luján. Ese es el tema del filme que no se debía abandonar bajo ningún concepto. El guión de Trapero, Fadel, Mauregui y Mitre se permite ser sutil y cinematográfico: con pocas palabras, con diálogos justos sin ser autoexplicativos, con recursos módicos pero ingeniosamente realizados (por ejemplo, la escena en la que toman el café y cuentan los autos que pasan entre una luz roja y otra; otra, la presentación de Luján: nos enamoramos de la protagonista en una simple caminata al inicio del filme, como se va a enamorar Sosa en cuanto la conozca).

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En esa primera etapa, “Carancho” brilla, no sólo por los actores (Ricardo Darín y Martina Gusman) sino por la fotografía de Julián Apezteguia. El tono amarillento de iluminación del conurbano es un elemento central para dar el clima de la historia. La dirección de arte de Mercedes Alfonsín refuerza ese estado de país en ruinas, en edificios públicos con claros signos de decadencia.

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¿Cómo debió seguir la película? Había dos caminos lógicos que se abrían a partir de que Luján le da una nueva oportunidad a Sosa, tras la muerte de Vega, poniéndole un nuevo caso en sus manos. O hay posibilidad de redención o no la hay. No hay otras que sean dramáticamente efectivas. O Sosa logra ganarle a la mafia de los caranchos (entonces puede cambiar y armar una nueva vida junto a Luján) o falla y no hay posibilidad de redimirse. Y, si es así, tampoco la habrá para Luján, en el camino en el que ha entrado.

Como es de esperar, la elección depende del artista y ambas son válidas. Pero el camino elegido por Trapero prefiere el batatazo aleatorio para zafar de esta bifurcación que proponía el conflicto dramático central. Y la última escena que cierra el filme, deja a las claras que no tenía la menor idea de cómo terminar la historia. Por eso prefiere el azar como protagonista decisorio de la trama, como si fuera la vida real. Pero esto no es vida real. Es cine. Y el cineasta está obligado a tomar decisiones y decidir para qué lado quiere rumbear su película.

Esa es la falla de Trapero en esta película y es doblemente grave, no sólo porque ya tiene el cuero curtido de varias obras como para caer en esta debilidad, sino (fundamentalmente) por lo que arruinó con lo que tenía entre manos.

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miércoles, mayo 19, 2010

frases de “you don’t know Jack” 

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-No puedes dejar esas decisiones en manos de pacientes, Jack.
-¿Entonces en las manos de quién?
-La medicina es una profesión para sanar no para...
-La medicina también es una profesión de muerte, medicina y medicidio.

No estoy retirado. Retirado significa que ya no estás ocupado en tu profesión. Podré estar desempleado pero estoy ocupado.

-Tardaron meses pero los doctores al final aceptaron desconectarlo del respirador.
-Y que brutal manera de morir.
-¿Brutal?
-Brutal, piénselo. ¿Es diferente a lo que hicieron los nazis en Alemania?
-¿Quiere que imprima eso?
-Como quiera.
-Hablamos de hospitales.
-Los nazis hacían lo mismo. Matar de hambre a la gente. Les quitaban la comida y el agua y los dejaban morir. Y aquí es legal. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha validado el método nazi de ejecución.

Matar de hambre a la gente, no, no estoy de acuerdo. Es inhumano. Si las personas pueden morir que las inyecten, rápido. Sin dolor. No deja que se mueran solos.

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-Vas a tener que decirle que sí.
-Lo sé, sí ya lo sé.
-Tienes que seguir una estrategia.
-No importan los medios.
-Ellos acabarán contigo.
-¡Al demonio!
-Mira a veces en la vida hay que seguir ciertas estrategias porque tenemos que ser cuidadosos con nuestro objetivo. Nuestro objetivo es importante.
-¿Y ella qué? ¡Al diablo lo que piense la gente! Es lo que mi paciente siente. Ella no sabe que es lo que va a encontrar cada día al verse al espejo. No sabe si se va a ver ella misma o no. Ése es su terror. Es lo que tiene que vivir todos los días… el terror de, de, de... de quedar... perdida.

-Póngale un nombre al fin de la vida.
-Muerte.

Aún no es tarde mi cielo, ¿entiende? Podemos parar ahora. Esto no me ofendería a mí. ¿Entiende? No me ofendería.

Cuando muere un paciente desahuciado, la verdadera vocación del médico se realiza. Cuando hace lo debido, lo que el paciente le pide. Una muerte humanitaria, rápida y sin dolor.

Que sigan afirmando que fue un crimen y demostraremos que son derechos humanos.

Fue torturada en un asilo hasta el día en que murió. Demente, escaras del tamaño de un plato… se le veía la columna a través de ellas. ¿Quién fue para usted? ¿Su madre? ¿Su padre? No veo fotos de ninguno.

-¿Ya no quiere otra celebración de Acción de Gracias con sus hijos?
-No, no quiero. Quiero que se acabe ya.

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-Con el éter es lo mismo. Tenemos el éter, ha existido por siglos pero no se usaba. Hasta 1846. Fue descubierto en 1543. Y antes de eso operaban a toda la gente cuando estaban despiertos. ¡Los cirujanos les abrían el cuerpo estando despiertos!
-¿Sabías eso, Jeff?
-No.
-¿Y sabes por que lo prohibieron? Por el dogma religioso. Por la estúpida idea de que Dios Todopoderoso desea que suframos.

-¿Qué les dice a las personas que le dicen Dr. Kevorkian juega a ser Díos?
-Les respondo: ¿y eso qué? Cuando un doctor le da medicinas juega a ser Díos. Porque está interfiriendo con los procesos naturales. Todos esos doctores piensan que son Dios. No deberían pero es cierto. Pero prefiero eso a doctores que estén más interesados en sus acciones en la Bolsa que en sus pacientes.

Personas como Isabel merecen respeto. ¿Por qué tenemos que tratarlos a escondidas como ladrones? ¿Qué es eso? Somos los buenos. Forzar la puerta de un motel con palancas y armas como contrabandistas de alcohol en los ‘20. ¿Cómo crees que se sienten los pacientes? No deberíamos tener que hacer esto en camionetas a la mitad de la noche y abandonar los cuerpos en los estacionamientos de hospitales. No somos criminales, no somos criminales. Los criminales son los que quieren detenernos. A ellos debería darles vergüenza.

-Sólo Díos puede crear y destruir. ¿No tiene religión, no tiene Díos?
-Claro que sí. Sí tengo religión. Y se llama Bach, Johann Sebastian Bach. Y al menos mi Dios no es inventado.

Porque ese es mi nombre. Porque no puedo tener otro en mi vida. Porque no vale el polvo en los pies de los colgados. Como he de vivir sin mi nombre. Les he dado mi alma. Déjenme mi nombre.

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Es que él ya... estaba cansado. Entiendes él quería morir ya.

Oh, ya sé lo que piensa. Piensa que es macabro. Sí. Pero igual lo está mirando. Es como la guerra. La guerra es atractiva. Pero después de pasar por una dices eso fue grotesco, macabro, extraño, horrendo.

S¡ está inconsciente tienen derecho de dejar de alimentarlo y dejarlo morir. Pero si está conciente y racional e implora que lo ayuden, que lo dejen morir, decimos no. Decimos no.

¿Cómo es posible que un adulto mentalmente competente no tenga el derecho de mirar a un doctor a los ojos y decirle no puedo más? Ya no tolero más este dolor. Ayúdeme. No aguanto más. ¿Queremos que el gobierno tome esas decisiones por nosotros?

Mantén vivos a los muertos. Los hospitales no ganan dinero de otro modo. Tampoco las farmacéuticas. Si eres rico y tienes dinero, pagas para morir. Pero a los pobres sólo les alcanza aguantarse y sufrir.

-Tengo miedo.
-Ya lo sé, lo sé.
-No tienes idea.
-Claro que sí.
-No tengo miedo por mí bobo, tengo miedo por ti. Tu banda de Kevorkian se ha reducido a nada.

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Necesitas más personas en tu esquina, no menos personas de tu confianza. Y la única manera de ganarse la confianza es si te conocen y nadie te conoce. Nadie.

Quiero poner la eutanasia en la mesa. Que las personas decidan si es homicidio o no.

-Esto no es un juego.
-Sí, es un juego. Es un juego que si yo pierdo, lo gano; porque iré a la Corte Suprema. Pondré este debate frente al pueblo donde debe estar.

-¿Por qué no olvidamos el cargo de suicidio asistido?
-¿Qué dices?
-Digo que, lo que fue letal en los otros casos, fueron los familiares testificando, que los jurados escucharan las enfermedades de las víctimas. Cuanto sufrían… esas estupideces. Y si abandonamos el caso y nos concentramos en el homicidio, la viuda, el hermano…
- … no testificarán.
-Precisamente. Y así eliminamos las simpatías en el jurado.

Pero, quiero decir algo. Tengo mucho que decir. Llevo esperando cuatro malditos meses por esta oportunidad.

Usted lo llamará asesinato por piedad. Yo lo llamo diferente. Lo llamo servicio médico para un paciente agonizante sin cura y que está sufriendo.

Veo la emoción y la entiendo. Pero es irrelevante.

La defensa terminó.

¿Ven a un criminal? ¿Ven a un homicida? Si lo ven, entonces deben condenar. Y aceptar el duro juicio de la historia. Y el juicio aún más duro. De sus hijos y de los hijos de sus hijos, si es que un día se enfrentan a esta decisión en su vida. Sólo les pido que piensen en eso.

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Usted mismo se invitó aquí para su defensa final. Se invitó al foro equivocado. Nuestra nación tolera las diferencias de opiniones porque tenemos maneras civilizadas y no violentas de resolver los conflictos. Tenemos los medios y métodos para protestar contra leyes que no aceptamos. Puede criticar a la ley, argumentar contra la ley. Hablar en los medios o frente a los votantes. Pero siempre en los límites previstos por las leyes. No puede romperlas ni tomarlas en sus propias manos. Nadie desconoces la controversia y las emociones que existen por el tema del fin de la vida y el control del dolor. Supongo que el debate continuará en un foro calmado y razonable. Después de que este juicio y las actividades de usted se pierdan en la memoria colectiva. Pero este juicio no fue acerca de esa controversia. Este juicio fue por usted, Señor. Ignoró y retó a la legislatura y a la Corte Suprema y más aun faltó a su profesión de médico. El juicio fue sobre la falta a la ley, sobre su falta de respeto hacia la sociedad que existe y florece gracias a la fuerza del sistema legal. Nadie está por encima de la ley. Tuvo la audacia de aparecer en televisión nacional y mostrarle al mundo lo que hizo. Y retar al sistema legal a detenerlo. Pública y repetidamente anunció sus intenciones de desobedecer las leyes de Michigan. Y por eso le pongo una pena máxima de 10 a 25 años. Y ahora, señor, puede considerarse detenido.

martes, mayo 18, 2010

en manos del pueblo 

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YOU DON’T KNOW JACK
data: http://www.imdb.com/title/tt1132623/

“You don’t know Jack” es un telefilme de HBO que, en no mucho tiempo, seguramente circulará en DVD. Es un notable filme sobre la vida de Jack Kevorkian, el Dr. Muerte, el apóstol de la eutanasia en los Estados Unidos. El personaje de Kevorkian está a cargo de Al Pacino en su mejor interpretación en mucho tiempo. Barry Levinson es el director, sobre el excelente guión de Adam Mazer. Comparten reparto, Susan Sarandon, Brenda Vaccaro y John Goodman.

Lo que empieza siendo una historia descriptiva, el ascenso de un médico mediocre que gana fama asesorando a pacientes que quieren acabar con su sufrimiento, se convierte, lentamente, en una crítica al sistema judicial de Estados Unidos, centrada en la quijotesca lucha de un hombre que quiere poner sobre la mesa la discusión de un tema polémico y que fracasa, no porque la sociedad le dé la espalda, sino porque la Corte Suprema norteamericana no se digna a darle el espacio para que ese debate se establezca.

Hasta que Jack Kevorkian lleva su postura a la Corte, el Estado ha hecho la vista gorda a sus prácticas, mientras no levante demasiadas olas. Pero cuando quiera forzar a una decisión de la Justicia, ésta hecha mano a sus mejores tácticas de distracción para que no presente su verdad. Al sistema de justicia no le interesa la verdad. Ni siquiera le interesa la verdad de Kevorkian. Lo que le interesa demostrar es que, en su terreno, no se juega. La Institución está sobre los hombres, sobre el pueblo norteamericano. Como dice un abogado en un pasillo de tribunales: “Lo que fue letal en los otros casos, fueron los familiares testificando, que los jurados escucharan las enfermedades de las víctimas. Cuanto sufrían… esas estupideces”. La frase es clave: nunca, lo central, fue el sufrimiento de las personas. Sólo demostrar que en ese ámbito, en los estrados, no se jode. En el estrado judicial, las personas pasan a un segundo plano.

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Otra línea de discusión que plantea “You don’t know Jack” consiste en cuál es la función de la medicina, hasta dónde, cuando no puede sanar, tiene derecho a dejar sufrir. ¿Cuál es el criterio para cruzarse de brazos y dejar que una persona indefensa soporte un martirio? ¿No hay un margen para decir: “no tiene sentido sufrir más” y colaborar, con el consentimiento del paciente, en poner fin al dolor sin abandonar la persona a su suerte?

Inevitablemente, la eutanasia se relaciona con el concepto que tengamos del valor de la vida. Si es absoluto, todo se subordina a mantener la vida, no importa en qué circunstancia. Pero no sólo se va al traste la eutanasia; también el aborto, la pena de muerte o la indigencia. Por eso llama la atención en sociedades que tienen un valor relativo sobre la vida (nuevamente, donde se permite el aborto, la pena de muerte o se considera aceptable que un tipo pase hambre tirado en la calle) se aferren con más tozudez al rechazo a la eutanasia.

Desde su vereda escéptica y atea, Kervokian lucha porque el pueblo norteamericano se expida sobre el tema. Pero los políticos no tienen ninguna intención en plantear ese tema; la eutanasia no forma parte de su agenda porque no da votos.

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Hay una tema más, apenas citado en una frase del personaje: la condena al dolor también está condicionada por las condiciones económicas. Lo dice Kervokian, en la piel de Al Pacino: “Mantén vivos a los muertos. Los hospitales no ganan dinero de otro modo. Tampoco las farmacéuticas. Si eres rico y tienes dinero, pagas para morir. Pero a los pobres sólo les alcanza aguantarse y sufrir”.

Los avances médicos permiten sostener los signos vitales de un paciente en estado terminal; la pregunta es: ¿eso significa vida? ¿No hay un punto en que el deterioro físico irreversible comprometen la calidad de vida de tal modo que lo que queda ya no es vida? ¿Con qué derecho podemos pedirle a otro atravesar un dolor sin ningún objetivo?

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Éstas son las preguntas que flotan alrededor de este telefilme y la historia de Kervokian. Y lo particular es que el guión de Mazer no se centra en todos estos interrogantes, sino en cómo todos ellos, con su riqueza para la discusión pública, son ignorados por el sistema de justicia. El objetivo final es la destrucción del personaje, ante la incapacidad de atreverse a plantear el debate que enriquece a la sociedad.

Para no dejar pasar: estar atentos cuando llegue al videoclub.

jueves, mayo 13, 2010

frases de “Endgame” 

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Tenemos una palabra. “Ubuntu”. Significa que la humanidad de una persona se mide en función de su relación con los demás. Les decimos a los niños que estas personas, que cometen estos crímenes han perdido su humanidad y son tan víctimas del Apartheid como nosotros.

Cada día el Presidente de Sudáfrica, bajo el manto de su Estado de emergencia, despliega miles de sus tropas en los municipios, aplastando brutalmente la resistencia a su régimen opresivo. Sin embargo, el Reino Unido sigue siendo uno de los principales socios comerciales de Sudáfrica. Cada compañía, cada institución financiera que todavía invierte allí, es una fuente de fuerza política y económica para P. W. Botha. Si es cierto que el dinero habla, entonces dejen que hable claramente. Dejen que su voz se una a la nuestra cuando decimos que el derramamiento de sangre de nuestro pueblo debe terminar. El momento de gritar "basta" ha llegado. El momento de actuar es ahora.

-Dígame como podemos ayudar.
-No es una oferta para hacer a la ligera, Sr. Young. Podríamos cobrársela.

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Tenemos esta recurrente pesadilla, Sr. Young, que un día el Gobierno de Sudáfrica nos enviará un mensaje que dirá que está dispuesto a hablar con nosotros sobre el fin del Apartheid. Pero debido a nuestro antagonismo y desconfianza, no escuchamos el mensaje. No somos capaces de responder. Echamos a perder el momento.

En Sudáfrica, los secretos son una manera de vivir.

Voy a terminar con las palabras de Pascal: "Si la dignidad del hombre reside en el pensamiento, entonces vamos todos a esforzarnos en pensar bien".

-Rhodes sabe que las fuerzas del mercado pueden tener éxito donde los políticos fallan.
-Está siendo deshonesto, Sr. Young. Esto se trata sobre su compañía protegiendo sus inversiones aquí, ¿no? Ellos saben que el Apartheid es ruin moral y económicamente. Ya actuaron según su conveniencia por suficiente tiempo.

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No puedo quedarme quieto y no hacer nada mientras que mi país se reduce a cenizas. Voy a ir a su reunión. Déjeme saber dónde y cuándo.

-¿Cuál será tu papel en esto?
-Crear un terreno neutral y dar un paso al costado. Espero que puedan verse como hombres, no como enemigos.
-Una estrategia arriesgada.
-Otros arriesgan más que eso.
-El heroísmo no gana puntos con los accionistas.

Con todo respeto, Sr. Young. Como no es sudafricano, no es su agenda. Es nuestra.

La necesidad de dominar es a menudo una consecuencia de la supervivencia.

Si no pueden ofrecer concesiones, ¿qué pueden ofrecer?

Tengo entendido que no estamos aquí para discutir la reforma del Apartheid. O disfrazarlo bajo una nueva estructura administrativa. Estamos aquí para hablar sobre cómo abolirla. Estamos buscando una apertura para un gobierno de mayoría.
Compartir el poder, no es una opción.

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No es ciencia espacial. Los negros vienen detrás de nuestra sangre y nuestros hijos son sacrificados en sus camas. Esa es la realidad.

El miedo es la primer arma del opresor. Él nos ciega de ver la humanidad en el prójimo.

La cultura del miedo no es creación nuestra, Profesor. Hemos aprendido a los pies de nuestros maestros.

Por un momento pensé que dijo: "Negociación". Mi oído me está jugando trucos.

Y consíguele un traje para la próxima vez. Vamos a sacar más provecho de él si cree que es un igual.

Nuestro temor no deriva de la propaganda. Pero sí del profundo conocimiento de que un día seremos castigados por todos los terribles errores que hemos cometido.

-Soy su Caballo de Troya.
-Se está arriesgando al contarme esto, Profesor.
-Sería un riesgo no contarle. Sin confianza, no logramos nada.

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Tambo dice que si vamos a ganar nuestra libertad, debemos primero desterrar la amargura.

Uno puede respetar el compromiso de un hombre con sus ideales sin compartir sus métodos para alcanzarlos.

Si nos dejamos contaminar por la desconfianza, la táctica de Botha tendrá éxito. Estaremos en sus manos.

Sólo cuando podamos participar en un proceso verdaderamente democrático nuestra lucha armada se volverá obsoleta. Sólo entonces el conflicto entre nosotros terminará.

… de todos modos, Thatcher se encuentra en Moscú, la multitud en la Plaza Roja está toda sobre ella, ella se siente incómoda con toda esa adulación y le dice a su intérprete: "No soy comunista, ¿sabe?". Y todos ellos gritan: "¡Nosotros tampoco!"

Durante dos décadas hemos dicho que sólo la fuerza aplastará al enemigo. En vez de la fuerza, ahora predicamos la conversación. Ellos lo ven como una traición.

-No puede entrar en una negociación sin llevar algo a la mesa. Sin embargo, usted me envía con las manos vacías. No se sorprenda si vuelvo con las manos vacías.
-No tiene el poder de negociar, Profesor.
-Está equivocado, Doctor. Hablar no es fácil. Eso es todo lo que nos queda.

-Su política de que ganemos tiempo ha creado un vacío de incertidumbre que sólo alimenta la violencia.
-¿Sabe lo que creo? Se trata de su propia supervivencia, cubriendo su propio trasero.

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Si cedo la libertad a Mandela ahora, regalaré nuestra carta de triunfo. Él es un hombre como cualquier otro.

El tiempo es el enemigo. Cada día postergado es uno más cercano a la insurrección.

-En nombre de mi hermano, tengo algunos ítems para aclarar. Si pueden tenerme paciencia. Uno: ¿cuándo sería posible para el CNA embarcarse en las negociaciones sobre una posible negociación formal con el Gobierno? Dos: ¿cuáles serían sus condiciones previas para facilitar esas conversaciones? Y tres: ¿qué agenda sería aceptable para ustedes?
-Usted puede decir al Presidente que no habrá condiciones previas de nuestra parte. Y lo dejaremos a él a cargo de la agenda. En cuanto al momento... estaremos listos cuando él lo esté.
-¿Y su posición en cuanto a cesar el fuego de la violencia?
-Vamos a ordenar que todo acto de violencia se suspenda mientras se estén realizando las negociaciones. Cuando una nueva Constitución se haya acordado, vamos a dar la instrucción de que la lucha armada deberá ser abandonada.

Aunque hemos estado separados todos estos años, es como si hubiera mantenido una conversación toda la vida contigo, dentro de mi cabeza.

Debo ser el último en obtener la libertad.

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miércoles, mayo 12, 2010

una respuesta a “Invictus” 

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ENDGAME
data: http://www.imdb.com/title/tt1217616/

Posiblemente se tope con esta película en el anaquel del videoclub o la encuentre una noche en cable. Capaz que cambia de canal, si es que no alcanzó a percibir la presencia de William Hurt y Chiwetel Eljofor en su elenco. Bueno, le advierto: deténgase; no siga de largo; anote el título de esta película y véala. “Endgame” es una muy buena película política. Si “Invictus” sonaba a cuento americano, “Endgame” nos muestra cómo fue el camino para desmontar el Apartheid sudafricano con el riesgo, omnipresente, de desembocar en una guerra civil. Más aún: “Endgame” nos muestra las posibilidades creativas del diálogo, cuando se sientan los enemigos alrededor de una mesa y se explora la oportunidad de ver al adversario como un ser humano.

La película no describe el proceso de negociaciones para desmontar el Apartheid, sino toda la etapa previa para sentarlos a ese proceso. Y todo viene por la utópica intervención de un asesor de una de las empresas que había lucrado con el sistema racista sudafricano y que estaba preocupada por el futuro de sus fuentes de ingresos en el país. Michael Young, el hombre en cuestión, se propone reunir a las partes en pugna, el Gobierno, representante de la minoría blanca en retirada, y al CNA, el partido de la mayoría negra reprimida, con Nelson Mandela como figura clave.

Las dos horas de película nos muestra los idas y vueltas de los actores, enfrentados a sus odios, sus pasiones y, principalmente, sus miedos. La desconfianza es el factor clave. Porque los tipos que se sientan a dialogar (sólo eso, todavía sin entrar en la etapa de las concesiones) temen por sus vidas. En sociedades crispadas, con fuertes e históricos enfrentamientos entre sectores de la comunidad, el camino de la paz está minado peligrosamente.

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“Endgame” es un manual de cómo el diálogo puede provocar cambios positivos en una sociedad. También que, en algún momento, alguien debe confiar. Y que ese gesto, más que debilidad, denota un plus de fortaleza moral que puede destrabar el mecanismo de recriminaciones mutuas.

Hay varias puntas interesantes para reflexionar en el filme. El primero, como debe reconvertirse quién luchó contra un opresor para archivar la táctica de la violencia para salvar el futuro. Es clave, para eso, poder ver un rasgo humano en el enemigo. Sólo así puede imaginar un futuro en común.

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Otro punto es la alta probabilidad de llegar a un acuerdo cuando las partes logran cierta intimidad, intercambio de información personal que los acerca como seres humanos y, a partir de allí, se hace más fácil remontar la cuesta del enfrentamiento.

Una última reflexión local. En estos tiempos que los argentinos escuchamos la prédica de los inflexibles llamando a tomar posiciones irreductibles, como si no hubiera ningún espacio en el medio, tiempos en los que una dirigencia profundamente corrupta azuza la conformación de un enemigo inexistente, para disimular el saqueo sistemático, películas como “Endgame” nos aleccionan de lo difícil que es volver del rencor. En la historia de los pueblos, a veces, esos enfrentamientos son inevitables. En otros, cuando están provocados por los que sólo quieren ver al mundo arder, caer en la tentación del odio es, más que un insolente acto de estupidez, un crimen del que hay que cuidarse mucho cometer.

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Rescatamos la escena en la que se establecen las bases de un acuerdo de negociación entre el Gobierno del Apartheid y el representante de la CNA y la escena en que el Profesor Esterhuyse (un brillante William Hurt) decide participar de la mediación, tras escuchar un discurso belicista en la televisión.

Mañana, las mejores frases. Pero adelantamos una, para cerrar este post: “Tambo dice que si vamos a ganar nuestra libertad, debemos primero desterrar la amargura”.

Para quedarse pensando.

sábado, mayo 08, 2010

un dios que habla con palabras confusas 

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SÉRAPHINE
data: http://www.imdb.com/title/tt1048171/

Hay un Dios que habla con palabras confusas. Habla todo el tiempo, verborragia continua, sin que podamos entenderlo. La marea de su voz te sumerge completamente y todo se torna en caos. Demasiada información, demasiados estímulos para procesarlos simultáneamente. Cuando habla, abruma. La mayoría lo ignora, no por desinterés, sino por el pavor de asomarse al vacío para escucharlo. Otros se lanzan al abismo, abrazados a los últimos restos de su razón. A ellos, los llamamos artistas.

“Séraphine” tiene tres elementos excepcionales: la impresionante historia real de la pintora Séraphine de Senlis; la descomunal actuación de Yolanda Moreau; la notable última escena. “Séraphine” no revoluciona desde el guión, no aprovecha la historia original para plantear conflictos dramáticos entre la protagonista y su mentor, el marchand Wilhelm Uhde, ni siquiera estéticamente el filme aporta elementos adicionales. Pero llama la atención sólo por los factores anteriormente señalados.

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El guión de Martin Provost (director del filme) y Marc Abdelnour es eminentemente descriptivo, aprovechando todo lo que aporta la interpretación de Yolanda Moreau. El recurso del primer plano potencia la sutileza de la labor de Moreau, sutilezas que, por otra parte, no abundan en el guión. Otro elemento es la composición pictórica de cada escena, gracias a la muy buena fotografía de Laurent Brunet.

Desmenucemos, un poco más, la historia de Seráphine de Senlis, un caso excepcional en la plástica. Séraphine Lois era una lavandera francesa, huérfana desde muy chica, una mujer que no llamaba especialmente la atención. Parecía una de esas personas grises que todo sus esfuerzo está dedicado a sobrevivir, seres no especialmente favorecidos por el destino.

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Pero un día, a los 42 años, un ángel le ordena pintar. Y ella se dedica totalmente a la tarea, pintando flores y hojas que parecen tener vida, encerrada en el cuartucho que alquila. Apenas le alcanza para comprar las pinturas que mezcla, en fórmulas que se han perdido con ella, combinadas con tierra, ceras, hojas y hasta su propia sangre.

Nadie le ha enseñado a pintar, ni es su propósito vivir de sus cuadros. Pero su camino se cruza con el de Wilhelm Uhde, un marchand de cierto prestigio por haber sido de los primeros en reconocer el talento de Picasso y Braque y sostener el arte de Henri Rousseau (a) el Aduanero. Por casualidad, Uhde descubre uno de los cuadros de Séraphine y le cuesta creer que esa obra haya sido realizada por la mano de su sirvienta, más aún, sin conocimientos previos de pintura.

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La Primera Guerra Mundial interrumpe la relación entre Uhde y Séraphine, recuperada tras el conflicto bélico. Uhde logra armar una exposición en París y vender sus cuadros. Séraphine vive un breve momento de estabilidad económica, lamentablemente no aprovechado. Coincide la recesión en el mercado de arte, por efecto de la Gran Depresión del ’30 con el deterioro mental progresivo de Séraphine.

Séraphine (Lois) de Senlis (por la ciudad en la que vivía) fue internada en un asilo mental en 1932; Uhde declaró su muerte un par de años después, pero en realidad sobrevivió internada hasta 1942, cuando murió. Era la época de la ocupación nazi. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común.

Sus cuadros, sus benditos cuadros, le sobreviven y forman parte de la colección del Museo Maillol en París. Mañana subiremos una galería de imágenes de la pintora francesa.

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Por último, rescatamos algunas frases de la película:

No colecciono para vender. Vendo para coleccionar.

¿Naif? Prefiero llamarlos “primitivo moderno”.

Mis cuadros están benditos.

Todos los ángeles van a venir.

Pintar es una forma distinta de enamorarse.

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LINKS:

Su biografía en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%A9raphine_Louis

Un muy buen artículo en “Página 12” de María Gainza:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/radar/9-6086-2010-04-18.html

Un buen artículo en la web “Mujeres en el arte”:
http://mujeresenelarte.blogspot.com/2009/03/seraphine-louis-seraphine-de-senlis1864.html

martes, mayo 04, 2010

frases de “Iron Man 2” 

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He privatizado, exitosamente, la paz mundial.

Viene de una familia de ladrones y carniceros. Y como todos los culpables, tratan de reescribir la historia, para olvidar las vidas que la familia Stark ha destruido.

Si puedes hacer sangrar a un dios, la gente dejará de creer en él. Hay sangre en el agua y los tiburones vendrán. Todo lo que tengo que hacer es sentarme aquí y verte como el mundo te consume.

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-Natascha está aquí.
-¡Quiero una!
-No.

Contrariamente a la creencia general, sé exactamente lo que estoy haciendo.

Yo soy Iron Man. El traje y yo somos uno.

Señor, voy a tener que pedirle que salga de la dona.

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¿Cuál es la gracia de tener un auto de carreras si no puedes manejarlo?

-Señor, lo necesitamos.
-¿Desesperadamente?
-No tanto.

Recuerda: tengo un ojo sobre ti.

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lunes, mayo 03, 2010

la sutileza de un actor 

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IRON MAN 2
data: http://www.imdb.com/title/tt1228705/

Si hacemos el esfuerzo de obviar a Robert Downey Jr. de “Iron Man 2”, ¿qué nos queda? Una película de superhéroes más, con algunas ingeniosas líneas de diálogo y un par de bajadas de línea subversivas (senadores jugando al golf con los constructores de armas). Nada que no hayamos visto.

Ahora pongan en la ecuación a Robert Downey Jr. y todo cambia. Es uno de esos pocos actores que logra agregarle un plus a sus líneas, con una simple entonación de voz, una ligera mirada, el tono con el que dice un parlamento. Esa presencia hace de “Iron Man 2” una película especial. Es correcto que no llega al nivel del primer episodio; pero por ahí nomás. Es una muy buena película de superhéroes.

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Más que en el primer episodio, este segundo capítulo de la saga de “Iron Man” se basa en los actores. Lo de Downey Jr. es descollante. Pero su contraparte, Mickey Rourke, se permite plantársele al lado sin desafinar. Los escasos parlamentos entre ambos, son notables. Por un momento creemos asistir a una reunión de Adictos Anónimos. Pero no: juntos, dos francotiradores, en un mundo de caretas, Tony Stark e Ivan Vanko transmiten el sentimiento de que están más allá de los que los rodean. Ellos luchan a muerte. Pero luchan ellos. Los otros, los políticos corruptos, los militares obsecuentes, el periodismo pago, los contratistas imbéciles, dan un paso atrás y mandan a otros al combate. No dudan en dar una voltereta y desdecirse.

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A este muy buen dueto, sume a Samuel Jackson (soberbio en sus escasos parlamentos); Don Cheadle (sin destacar especialmente) y, muy especialmente, Sam Rockwell. Una mención para Gary Shandling: repugnante (repugnante bien; esto es, transmite el grado de repugnancia de su personaje) en la piel del Senador Stern. Basta verlo en un par de diálogos para identificarlo con ciertos rasgos acomodaticios de nuestros mejores líderes políticos. Soberbio.

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En un segundo nivel, el espesor femenino aumenta considerablemente. A la siempre hermosa Gwyneth Paltrow (recuerden, esta página postuló que está ergonómicamente diseñada para el beso), se agrega el non plus ultra del sex appeal: Scarlett Johansson. Hace mucho que, en el cine, no oía aullar al público como en esta ocasión. Cada plano de la Musa de Woody Allen arrancaba en los espectadores un “¡Oooooh!” seguido de un exabrupto que debe ser traducido como un “no se puede ser más linda”. Ya sé, la muestra es sesgada, pero no creo pifiarla mucho en decir que Johansson, hoy por hoy, es la actriz que más calienta la pantalla.

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Con este peso específico de la actuación, la pregunta será: ¿y los efectos especiales? Bien hechitos, como es de esperar, pero no son claves. Afortunadamente, la historia y los protagonistas, se imponen, dejando relegado al rubro técnico.

Escenas destacadas: la borrachera de Stark; los diálogos con Nick Fury; el primer diálogo de Ivan Vanko y Stark.

Las mejores frases, mañana.

Un par de datos más: en una escena, aparece el escudo abollado del Capitán América; en la última escena de la película (cuando pasan todos los títulos, pero absolutamente todos los títulos), el martillo de Thor. Son pistas de lo que sigue: SHIELD o los Vengadores, el grupo de superhéroes símil a la Liga de la Justicia, pero de la Marvel, una nueva saga de películas y secuelas, mezclando todos los personajes creados por Stan Lee. Vamos a tener superhéroes para empacharnos.

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