miércoles, mayo 27, 2009
frases de “El lector”
La noción del secreto es fundamental en la literatura occidental. Se puede decir que toda la idea del personaje es definida por personas que tienen información específica.
-Eres bueno en eso, ¿verdad?
-¿Bueno en qué?
-Leyendo.
Estamos cambiando el orden en que hacemos las cosas. Léeme primero. Después haremos el amor.
Las sociedades piensan que funcionan por algo llamado moral. Pero no es así. Funciona por algo llamado ley. No eres culpable por sólo haber trabajado en Auschwitz. Ocho mil personas trabajaron en Auschwitz. Precisamente 19 fueron condenados y sólo 6 por asesinato. Para demostrar asesinato, debes demostrar intención. Esa es la Ley. La cuestión no es nunca: "¿Fue malo?"... sino: "¿Es legal?"
Por otra parte, sospecho que la gente que mata a otras personas tienden a ser conscientes de que es incorrecto.
-¿No se dio cuenta que estaban enviando a estas mujeres a la muerte?
-Sí, pero... eran recién llegadas. A todas horas llegaban mujeres, así que... las antiguas tenían que dar espacio a las nuevas.
-No estoy seguro si entiende...
-No podíamos dejarlas a todas. No había espacio.
-¡No!
-Lo que estoy diciendo... permítaseme reformular: ¿para dar cabida, escogía mujeres y decía: "usted, usted y usted deben regresar para morir"?
-Bueno, ¿qué habría hecho usted? ¿Dice que no debí trabajar en Siemens?
-La iglesia estaba en llamas y nadie abrió las puertas ¿es correcto?
-Nadie.
-¿Aún sabiendo que morirían quemadas? ¿Cuántas murieron?
-Todas murieron.
-Pero usted sobrevivió.
-Nos dice que pensemos como abogados, pero hay algo repulsivo en esto.
-¿Qué?
-Esto no les sucedió a los alemanes. Les sucedió a los judíos. ¿Qué intentamos hacer?
-Intentamos entender. Seis mujeres encerraron a 300 judías en una iglesia y las dejaron arder.
-¿Qué es lo que hay que entender?
-Dímelo, te lo pregunto: ¿Qué es lo que hay que entender?
-Comencé creyendo en este juicio, creí que era interesante. Ahora lo que creo es
que sólo es diversión.
-¿Sí? ¿Diversión de qué?
-Escoge a seis mujeres, las enjuicia, usted dice: "Ellas son las malas, ellas son las culpables". Y todo porque una de las víctimas escribió un libro. Por eso es que ellas están siendo enjuiciadas y nadie más. ¿Saben cuántos campos había en Europa? La gente habla a medida que lo saben. ¿Quién sabe? ¿Qué es lo que sabían? Todos lo sabían. Nuestros padres, profesores... Esa no es la cuestión. La cuestión es: ¿Cómo dejaron que esto sucediera?. Y mejor aún: ¿Por qué no se suicidó cuando lo descubrió?
¿Por qué no abrieron las puertas? ¿Por qué no abrieron las puertas?
-Éramos guardias. Nuestro trabajo era vigilar a las prisioneras. No podíamos dejarlas escapar.
-Entiendo. Si escapaban, ustedes serían culpables, serían acusadas, incluso serían ejecutadas.
-¡No, no!
-¿Entonces qué?
-Si hubiésemos abierto las puertas, habría sido un caos. ¿Cómo restauraríamos el orden?
Lo que sentimos no es importante. Es absolutamente irrelevante. La única pregunta es qué hacer. Si la gente de tu generación no aprende de lo que le pasó a la nuestra, ¿cuál es el maldito sentido?
-No importa lo que pienso. Los muertos seguirán muertos.
-No estaba seguro de lo que habías aprendido.
-He aprendido, muchacho... Aprendí a leer.
La gente me pregunta todo el tiempo qué aprendí de los campos. Pero no fueron terapéuticos. ¿Cree usted que esos lugares eran Universidades? No fuimos allí a aprender.
¿Qué busca? ¿El perdón de ella o simplemente sentirse mejor usted? Mi consejo, vaya al teatro si necesita una catarsis, por favor. O acuda a la literatura. Pero nunca a los campos. No se logra nada de ellos. Nada.
martes, mayo 26, 2009
cuentos para nazis
EL LECTOR
“Si la gente de tu generación no aprende de lo que le pasó a la nuestra, ¿cuál es el maldito sentido?”. Esa frase del profesor de Derecho, pasada la mitad de película, es un punto clave en la trama de “El lector”. Son esos momentos en los que se define la historia, cuando el guión se topa con la verbalización de la tesis del filme. Momento clave en que el guionista debe seguir esa “mano invisible” que guía la historia y comprender qué es lo que el relato, por sí mismo, quiere contar. Es, en ese preciso momento, donde se desbarranca “El lector”.
Hasta ahí tuvimos la tórrida relación sexual de Hanna, una veterana, con Michael, un joven, que culmina como suelen terminar esos romances: el joven se va detrás de una chica de su edad. Luego, un salto en el tiempo, el joven (todo un estudiante de derecho), asiste a un juicio de colaboracionistas nazis y reencuentra a su amante, en el banquillo de los acusados. Si para llevarla a la cama no se necesitaba currículum, pasado el ardor, se justifica la revelación del pasado de quién (ayer nomás) se revolcó entre las sábanas con uno.
En esta estructura en tercios, faltaba el desenlace a partir de lo revelado en el juicio. Esa mujer marcó a fuego la vida sentimental de ese joven y dejó su huella, muchos años después. El final debería relacionarse con eso y con el modo de llevar adelante ese pasado, ese compromiso entre generaciones para seguir existiendo, casi una proyección de lo sucedido en la Alemania de posguerra.
Sin embargo, “El lector” prefiere apoyarse en un elemento de Hanna (el analfabetismo) para girar en un final poco convincente. El enorme peso de las acciones del pasado de la protagonista, exigían algo más que una solución perdonavidas. Había que enfrentar ese pasado, dramáticamente hablando. (Aunque el personaje no quisiera hablarlo, porque esa podría ser una alternativa dramática). Las grabaciones, la salida de prisión, la última decisión, no responden esa pregunta que realiza el profesor a su alumno: ¿qué sentido tiene si no logramos entender por qué hicieron lo que hicieron? ¿Cómo vamos a saber sino estamos cayendo en los mismos errores del pasado? Esas eran las preguntas que “El lector” se exigía y que el guión deja de lado, para contar otra historia, absolutamente menor en intensidad dramática. Tal vez, si no hubiéramos hablado de genocidio, podríamos perdonar ese desvío temático. Pero no es el caso.
“El lector” aporta los desnudos de Kate Winslet, diosa en batón, militante de las curvas y enemiga del patrón de belleza anoxérico, quien ha recibido un Oscar por este filme. Pese a que Winslet es una de las protegidas de esta página, no logramos entender cómo la nominación no fue por “Sólo un sueño” donde hace un papel mucho más exigente y sutil que en este filme. Ralph Fiennes aporta su cara de atormentado, en un elenco correcto sin grandes hallazgos.
Escenas destacadas: el descubrimiento de Hanna en el juicio; el reencuentro entre Hanna y Michael en la cárcel; el primer encuentro sexual de ambos.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: esperar al DVD.
sábado, mayo 23, 2009
frases de “Muerte en vivo”
¿Puedes imaginarte la audiencia que tendríamos si la gente sabe que alguien va a morir en vivo?
-Sin darme un juicio personal, quiero tu opinión como abogado. ¿Qué hay si sacamos un show dónde haya una ruleta rusa? ¿Sería legal?
-Las posibilidades de que salga al aire serían nulas.
-¿Esa es tu opinión legal?
-Aplico sólo el sentido común.
-Cuando tengas la opinión legal, me llamas.
-Kate, debes admitir que te has pasado de la raya...
-¿La raya? ¿Qué raya?
La gente quiere ver, lo que quiere ver. Y si no se lo damos, somos historia.
Katie, antes cuando hablaste de matar a alguien en vivo... tuve una erección.
No estoy apelando a sus conciencias. Estoy apelando a sus deseos de crecer.
Aquí y ahora les quiero dar el futuro de los estelares: programación sin precedentes, audiencia sin precedentes. Lo único que se tienen que preguntar es: ¿estoy dentro o fuera?
-No aprobaré que un suicidio suceda, en vivo, delante de todo el país
-Esto no es suicidio. Es un juego con la posibilidad de poder matarte.
-¿Mal día?
-Un día cualquiera. La gente quiere poner en la TV lo peor de cada uno.
-Mira quién habla ahora de ser noble.
-No es díficil parecer noble al lado tuyo.
No te preocupes, podremos manipularlos.
Tengo otra idea, aplicando la que me diste antes: sólo le pagamos a los sobrevivientes.
Así es: 5 millones de dólares para los ganadores. Y la familia del perdedor, nada.
Conozco que el riesgo involucra mi vida, pero tomando ese riesgo, estoy luchando por lo que quiero ser el resto de mi vida. Quiero escalar los riscos más altos. Quiero surfear en la marea más revuelta. Quiero hacer todo lo que he soñado. Pues para mi la vida es para vivirla. Y yo quiero vivir.
-Esos no fueron actores ¿cierto?
-No, no lo eran. Eso era un hombre real.
-Es una entrada para Woodstock, ¿estuviste allí?
-Si, más de una vez.
-Mi hermano mayor estuvo allá.
-No me digas.
-Hablaba de eso todo el tiempo.
-Fue algo increíble.
-Si, era de la gente que quería cambiar el mundo.
-No sé, fue una de las grandes cosas de nuestra generación.
-Había guerra, miseria y pobreza, pero hacia falta la libertad. Libertad, absoluta libertad. De esto se trata todo.
¿Quieres tu nombre en el directorio de la cadena? ¿O aquí, en la Edición 16? Nada de eso tiene que ver conmigo. ¿Por qué tengo que ser la mala?
Las cadenas se sustentan con miedo. Miedo al público, a los anunciantes, a la Comisión de Control. Miedo a todo el mundo.
Si. Lo que me preocupa es... vivimos en esta cultura, donde hay que salir en la TV para ser importante. Soy cirujano, suturo heridas, ayudo a la gente. No es esta clase de noticias las que ayudan a la sociedad.
-¿Y si el chico se muere?
-¿Si el chico se muere? Todos morimos.
-Tu show le ha puesto un costo a su vida. ¿Te das cuenta de eso?
-Participar en nuestro show, que no es lo mismo.
Mira la pintura. ¿Qué es lo que ves? Una verdad detrás de otra. Tetas. Preciosas y grandes tetas. Por todo el lugar. La chica más sexy, en la situación más excitante. La miras y dices: "Eso es arte". Ésa es la que me va a calentar. Y esa actitud, no dista mucho de los que he conocido. Es todo lo que desean los hombres. Juntarse con alguien sin alegorías biblícas. Tirarse a una chica bonita
desnuda en un bosque. Porque 200 años después, hacemos lo mismo. Porque lo que yo hago es mostrarles, no lo que son, sino lo que quieren ser. Un galán en una película, presidente, un cantante grabando una canción popular. Y te tenemos. Tu mundo está enteramente confundido con el nuestro. Y podemos hacer contigo, lo que sea que queramos.
-¿Qué es lo que realmente quieres? Lo que sea.
-No quiero terminar en una programa de quinta, en una televisora pública. Quiero crear algo magnifico. Que la gente me recuerde por lo que he hecho. No importa lo que sea.
-Pero falta algo.
-¿Qué es?
-Una banda de mariachi
-¿Mariachi?
-Absolutamente. Si no la tiene no llegará lejos.
-Pero eso seria un cliché.
-Quizás para ti.
-Pero es un giro riesgoso.
-El chico esta bien, es lindo, la mama lo quiere y tiene un propósito. Pero sin una banda de mariachis es sólo un maricón.
Hace 15 años la televisión controlaba el 75% de la programación. Hace 10 años, sólo el 40%. Este año si tenemos suerte, será un 20%. Tan feo como son las cifras, cuando ves a los chicos, se pone peor. Estamos muriendo literalmente.
Déjeme decirle algo sobre los legisladores. ¿Qué es lo que más les importa? El dinero. Y este show nos dará mucho dinero. El mismo que podrás donar a los políticos, la próxima vez que hagan campaña. ¿Qué harán con todo ese dinero? Lo utilizaran para comerciales. Con nosotros. Es legal y es maravilloso.
El domingo en la noche, cinco personas harán realidad sus sueños. Uno morirá por siempre, solo en ABS. “Live!”, el mundo estará viéndolo.
-¿Algo que quieras decir?
-Sólo una cosa: que eres la mejor mamá que pude tener. Y que te amo. El arma por favor.
Lo arriesgaré todo. El arte nunca será igual.
Gracias América por darme esta oportunidad.
¡Papa lo logré!
-No puedo creer que lo hice. Es mucho, Dios. Ese chico tenía un futuro...
-Tú no apretaste el gatillo. Él lo hizo.
-Sí. Pero yo se lo facilite.
-¿Por qué lo hice?
-Era lo necesario, así era. Lo hiciste para que la gente lo viera. Viera lo increíble. Un show como ningún otro.
viernes, mayo 22, 2009
volándose la cabeza en cámara
LA MUERTE EN VIVO
“Muerte en vivo” pasó desapercibida por las pantallas locales. Tibias críticas, colgada del lado de afuera del cartel. Amable visitante, tal vez (con suerte) la vea en su llegada al DVD y no le preste mucha atención. Bueno, no se lo merece. “Muerte en vivo” es una más que interesante crítica sobre los medios de comunicación, sobre los extremos a los que se llega, en pos del rating. La película es feroz, sin concesiones, con un interesante final. No hay héroes en esta historia; como en la vida, son todos unos hipócritas. Más aún: los que se pasan esgrimiendo la ética y la moral, son los más chantas de todos.
La idea de “Muerte en vivo” es simple: una productora deseosa de rating, emprende un ambicioso proyecto, un programa de juegos. Claro, el juego tiene riesgos: una ruleta rusa. De los seis participantes, uno se volará la cabeza. Los cinco sobrevivientes se lleva cinco millones y la familia del extinto, sólo su cadáver.
“La muerte en vivo” es el registro del camino de esa idea, lanzada en joda por una productora, hasta la emisión del programa. Desde el comienzo la respuesta era “esto no se puede hacer”. Y sin embargo, se hace, mitad por imperio de la pujanza de Katy, productora estrella y protagonista del filme, mitad porque los cínicos que la rodean están tan entusiasmados como ella por ver a alguien volarse la cabeza en cámara.
Hay algunas líneas interesantes en el filme. Una es la idea (dicha a los gritos por el padre de uno de los jugadores) que no se existe si no se está en televisión. Lo valioso es que te reconozcan en la calle. Salvar vidas en un hospital, correr ladrones, vender sandías en la esquina, no es tan valorado por la sociedad como mostrar el culo en la pantalla chica.
Otra línea es la apelación a grandes valores (la libertad, el derecho a lograr nuestros sueños, el libre albedrío) como argumentos para permitir cualquier barbaridad. La codicia se vale de grandes ideales para desplegar sus necesidades más mercantilistas.
Una última idea: la poca importancia que tiene la vida. Para los productores, autoridades, el público, pero, principalmente, para los mismos jugadores. Cinco millones de dólares es un cebo tentador para ponerse una pistola en la cabeza y disparar.
Para no cansar, una última (ahora sí, lo prometo) idea que surge al ver “Muerte en vivo”: Eva Mendes está buenísima. Y como si fuera poco, no desentona en una película que la tiene el 90% en pantalla con una cámara que la sigue a todos lados. Su onda de seducción llega a la butaca, babosos amigos. Nace una candidata al Baba Memorial 2009, acuerdense.
Un actor a seguir: Jeffrey Dean Morgan, visto en“Watchmen” quien ya se destacó como Denny Duquette, el amado paciente y fantasma de Katherine Heigl en “Grey's Anatomy”. El tipo tiene algo, anotenlo.
Escenas destacadas: los cortitos de los participantes; la escena del arrepentimiento en el baño; el tiro del participante; la charla de Katy con el asesor legal de la cadena televisiva; el casting de los suicidas.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: verla.
martes, mayo 19, 2009
frases de “Entre los muros”
-"Argentinos". ¿Qué es lo que significa "argentinos"?
-Son los... habitantes de Argentina.
-Exactamente. Son los habitantes de Argentina.
-Claro que no es eso.
-Damien, ¿qué nombre se da a los habitantes de Argentina?
-Son los "Argentinos".
-Tú sabes bien, miras futbol en la TV... los jugadores de Argentina son...
-Futbolistas...
-Todo mundo dice que al profesor Marin le gustan los hombres.
-Son los otros que dicen, ¿pero tú no? ¿Eso no te interesa?
-¡No me interesa!
-Entonces... ¿por qué preguntaste?
-Por causa de los otros. Soy un portavoz.
¡Estoy cansado de esos payasos! ¡Cansado! ¡No me entiendo con ellos! No son nadie, no saben nada, parece que miran a través nuestro cuando les enseñamos. ¡Continuen en la mierda! ¡No voy a retroceder! ¡Son tan básicos!¡Siempre juzgando las cosas!
¡Nunca vi una cosa asi en cinco años de enseñanza! ¡Basta! Basta. No somos animales.
Cuando leo eso, descubro cosas sobre Ana Frank. Ella habla sobre sus sentimientos, sobre su personalidad. Eso permite que los conozca. Cuando les pido que escriban su autorretrato, espero la misma cosa. Que me revelen cosas,
que dejen sentimientos, emociones, que me cuenten histórias que me permitan
conocerlos mejor.
Pero aquello que escribiremos no va a ser tan apasionante como lo que Ana Frank escribió. Nuestras vidas no son tan apasionantes.
-Eso seria comprensible para una persona de 70 años. Pero a los 13 años no tenemos nada para contar.
-A los 14, 15, hasta los 13 años, ya tuvieron experiencias.
-Pero menos que una persona de 70, que ya vivió mucho más.
-Si.
-Ella sabe mucho más de la vida.
-Lo chistoso es que ustedes no encuentran interesantes sus vidas.
-Pero nosotros solo vamos a la escuela, volvemos a casa, comemos y dormimos.
-¿Por qué es un problema tan grande para ustedes hablar de sus vidas? ¿Boubacar?
-Bien porque hay cosas que... hay cosas que son privadas.
-Claro que sí.
-¿Qué puede ser difícil de contar sobre tu vida privada? ¿Burak?
-Podemos tener vergüenza de contar ciertas cosas.
-Wey, ¿puedes explicar por qué sientes vergüenza de ellos?
-Porque ellos no tienen vergüenza. Gritan, se esconden, hacen bromas, molestan a las personas. No tienen vergüenza.
Normalmente, en una clase de francés, debemos hablar francés. Y no de nuestro abuelo, de nuestra hermana o de nuestras chicas. Es por eso que, a partir de ahora, no vuelvo a hablar contigo.
No tengo nada que decir de mi porque sólo yo me conozco.
"Si lo que tiens que decir es menos importante que el silencio, callate".
-Una madre quiere lo mejor para su hijo.
-Ella tiene miedo que pierda el tiempo en esta secundaria. Porque los otros estudian en buenas escuelas privadas...
-Es una pena que los profesores... no quiero acusar a nadie...
-No está mal acusar. Es un placer.
-... porque justamente... no velen por los buenos alumnos un poco más.. que éstos se estanquen por causa de los alumnos.... ¿más medianos?
-Mi madre inventa cosas. El liceo Dolto no es malo.
-Yo no dije malo. Dije mediocre.
Me gusta jugar al fútbol. Me gusta jugar en la computadora. Me gusta jugar
con chicas bonitas. Me gusta tener vacaciones en las Antillas. Me gustan las papas fritas, de música zouk y dance hall. Me gusta ver MTV. Me gustan mis padres y mi hermano. Me gustan mis amigos. Y hacer alboroto. Me gustan las series sobre el comercio de esclavos. Me gusta mi barrio. Me gusta la serie "Estado en Alerta". Me gusta comer en restaurantes y hacer locuras. No me gustan las personas que lloran por todo y nada, nada, el tecno ni el tectonic. No me gustan los chicos y chicas que se arman. No me gusta visitar a mi hermano en la prisión. No me gusta los idolos y la "Lluvia de Estrellas". No me gustan los políticos, la guerra de Irak, los góticos y los skaters. No me gustan los profesores muy rígidos. No me gustan las matemáticas, los racistas y Materazzi.
No me gusta el liceo Paul Éluard. Me gusta estar aquí.
No estamos aquí para vengarnos, sino para poner disciplina. ¿Te das cuenta de la diferencia?
Cada uno de nosotros tenemos un papel. No podemos substituir a los padres.
-No puedes quedarte ahi diciendo que aprendiste el Teorema de Pitágoras. Tendrás que enunciarlo.
-Si en un triângulo... los dos... los dos lados fueran iguales al tuyo... Si la raíz... Si el cuadrado de los dos lados seria igual al cuadrado... al cuadrado de la hipotenusa... entonces un triângulo es un rectángulo. O es mas o menos eso.
-¿"La República” de Platón?
-Sí...
-¿Leíste eso? ¿Cómo es que leíste eso?
-Era de mi hermana mayor.
-¿Estudia Filosofia?
-No, Derecho.
-Entonces, cuentale a la gente. ¿Qué libro es ése?
-Mmm... un tipo... ¿cómo se llama?
-Se llama Sócrates.
-¡Eso, Sócrates! Él aparece, para a las personas en el medio de la calle y le pregunta: “¿Tienes certeza de lo qué piensas y de lo que no piensas? ¿Tienes certeza de lo que haces o de lo que no haces?". Y por ahí se va. Despues las personas quedan confusas. Y hacen preguntas. Es muy fuerte.
-¿Qué tipo de preguntas les hace? ¿Sobre qué asuntos?
-Sobre todo. Sobre amor, religión, Dios, sobre las personas. Sobre todo.
-Es muy bueno que hayas leído eso.
-Lo sé. No es un libro de una zorra...
-¿Profesor?
-¿Qué pasó?
-Yo no aprendí nada.
-¿Por qué estás diciendo eso? No es verdad.
-Todo mundo dijo que tenia aprendido algo. Comparado con ellos, no aprendí nada.
-Aprendiste tanto como ellos. Ellos también tenían que recordar. No es fácil... digo... recordar lo que aprendemos.
-Pero no comprendo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-No comprendo lo que hacemos.
-¿En Francês?
-En todo.
¡Vamos! ¡Vamos! ¡Todos juntos! ¡Todos juntos!
lunes, mayo 18, 2009
enseñando
ENTRE LOS MUROS
La última imagen de “Entre muros” nos muestra un aula vacía, con sillas tiradas y escritorios corridos. Antes, alumnos y maestros que confrontaron a lo largo de dos horas de película, compartían un buen momento en un partido de fútbol. Esa escena final resume gran parte de la idea de esta excelente película: la dificultad de la educación, más allá de los problemas externos adicionales a la enseñanza en sí misma. Educar, aprender, es fatigoso. No hay placer en el acto de aprender. Todo proceso de educación implica un grado de esfuerzo tal que explica (no justifica) la resistencia del educado ante el método del educador. Más aún: pese a todo el esfuerzo, no hay una receta infalible para lograr el éxito en el proceso. Por más avances logrados en la pedagogía, todavía (como la nena que se acerca al final del filme para confesar que no entiende nada) hay niños que son impermeables a todo proceso de educación.
“Entre los muros” describe, con notable eficacia, la batalla de la educación. Con un formato de ficción documental, Laurent Cantet llevó al cine el libro de François Bégaudeau, maestro quien, además, se “interpreta” a sí mismo en la película. Con una puesta en escena a partir de debates e improvisaciones previos, con chicos no profesionales, alumnos a la vez (no necesariamente con el mismo perfil psicológico de sus personajes), “Entre los muros” es una película de gente que habla, es una historia que se sostiene en el diálogo, en el conflicto de la palabra opuesta a otra. Este es un buen ejemplo de cómo la acción no se sostiene, exclusivamente, del movimiento físico. El 99% del filme transcurre en un salón de clases, con chicos sentados y hablando, siempre hablando. Eso alcanza para mantener la tensión.
Hay un rasgo notable en el planteo de “Entre los muros”: sucesivamente, nos vamos identificando con la postura de los personajes, sin que podamos establecernos cómodamente en alguno. Esta cualidad es coherente con la propuesta de la historia: no hay respuestas definitivas. La educación es un acto que se construye en el día a día. Debe lidiar, adicionalmente a su propia complejidad intrínseca, con los problemas de la sociedad. La integración migratoria, la pobreza, las desigualdades de ingreso, las diferencias étnicas culturales, la restricciones presupuestarias. Con todo ese bagaje, además, eduque.
El guión de Bégaudeau, Cantet y Campillo retrata, sin ninguna intención perdonavidas, la actitud egocéntrica de una generación adolescente que no tiene ningún reparo en reclamar agresivamente por sus derechos, pero que mira para otro lado al momento de las obligaciones compensatorias. El alumnado del Señor Marin posee más posibilidades y recursos que los que tuvieron sus padres, pero están lejos de reconocer esas ventajas. Su reclamo es permanente y boicoteador. Se obstinan en obstruir. Tal vez, esa actitud, sea el único rasgo que los distingue.
Tampoco perdona a la contraparte, mostrando como los maestros salvan sus propias cabezas (por decirlo delicadamente), escudándose en el manual de procedimiento, para sacarse de encima los casos más complicados. Hay códigos, diría Riquelme, y tanto los maestros como los alumnos entablan una lucha, alrededor de esas categorías pre-consensuadas. Cuando el Señor Marín se atreve a romperlos (sea insultando a un par de alumnas o mostrándoles a sus pares la inoperancia de las reglas), recibirá la sanción, tanto de sus colegas como de sus alumnos.
La sensación general del filme es que la educación deja un campo de insatisfechos: docentes, alumnos, familiares. (Y si eso pasa en Francia, ¿qué podemos decir en estas tierras tercermundistas?). No plantea ninguna solución, es claro. Pero, posiblemente, tampoco la haya. Tal vez, deberíamos concentrarnos en el valor de afrontar la batalla de la educación, más que en las posibilidades de un éxito, originalmente improbable.
CONSEJO: ir a verla.
lunes, mayo 04, 2009
como la mariposa
CUATRO VIDAS Y UN DESTINO
Hay un muy buen elenco, para la ópera prima del director Jieho Lee. Historias corales, personajes que se cruzan azarosamente, quiebres en la línea del tiempo. Algunas buenas frases, sugerente fotografía, personajes interesantes. Pero el resultado apenas es mediano. Película menor con una traducción de título que provoca el vómito. No es un bodriazo, pero tampoco vayan a creer que es muy imaginativa. La película justa para ver un día de lluvia, en cable, tomándose una cervecita y comiendo una pizza.
Cuatro personajes se cruzan, con la metáfora de evolución de la mariposa: un hombre que ha jugado a lo seguro toda la vida y que está empantanado en una existencia controlada y aburrida; un matón que puede ver el futuro; una joven cantante con futuro cuyo contrato ha caído en manos de un mafioso; un médico que trata de salvar la vida de su gran amor, la esposa de su mejor amigo.
Los cuatro personajes se cruzan, en una estructura temporal no lineal, representando cuatro sentimientos (felicidad, placer, sufrimiento y amor) que nombran a cada protagonista. El problema de “Cuatro vidas...” es la liviandad de las historias que se cuentan. Livianas no por su planteo dramático, sino por su duración. Cada historia justifica un corto más que un segmento importante de un largo.
La mejor historia es la que personifica Brendan Fraser, la del matón que ve el futuro que se cruza con una chica que le nubla su don. La historia de Pleasure (Placer) deriva hacia la historia de amor, pero bordea una idea de interés: la capacidad de ver el futuro produce un hastío de la vida; la incertidumbre es un ingrediente esencial para disfrutar de la existencia. Esta tesis tiene el reflejo en el personaje de Forest Whitaker (Felicidad) rol que sólo alcanza la dicha segundos antes del fin, cuando ya no tiene el control de su situacion, cuando está en manos de su destino.
Las historias de Kevin Beacon y Sarah Michelle Gellar son flojas, poco profundas, contrastan en su convencionalidad con el rico detalle de los otros protagonistas.
Escenas destacadas: la escena de la liberación de Felicidad en la terraza del edificio; la caída de la reja de Placer; el interrogatorio de Dedos (Andy García) a Felicidad.
Frases:
“Ninguna emoción, así como una ola, puede mantener por mucho tiempo su forma individual."
Henry Ward Becheer
Siempre me pregunté, cuando una mariposa deja el sitio seguro del capullo, ¿se da cuenta de la belleza en la que se transformó? Porque continúa viéndose a sí misma como una oruga.
A veces, estar completamente jodido, puede ser una experiencia liberadora.
A veces las cosas que no puedes cambiar, acaban cambiándote a ti.
-¿Qué pasa? ¿Qué ves?
-Nada.
-Ves algo.
-No veo nada.
-¿A qué te refieres? ¿Ella no tiene futuro?
-Ella tiene un futuro. Sólo que no consigo verlo.
Todos los hombres tienen un destino. No puedes escaparte. Aún cuando lo veas venir.
¿Por qué todo este esfuerzo cuando sabes lo que va a pasar? ¿Ver el destino de una persona le da un propósito? ¿O es lo mismo que ver una película y saber cómo acaba? Y después pasa algo que nunca olvidaré. Me equivoco. Por primera vez, el destino se desvía y vislumbro algo raro y nuevo. Un futuro donde puede pasar cualquier cosa. Es algo hermoso.
A las chicas le gustan las cicatrices. Es como un mapa del alma, ¿sabes?
No, no estoy renunciando. Me hago a un lado.
Conocí a Gina en la escuela de medicina. Éramos los mejores amigos. Mi compañero de cuarto, Henry, decía que ella era el tipo de mujer que uno espera para casarse. Pero esperé demasiado. Ella se casó con Henry, justo después de la facultad.
¿Quieres que todo el mundo te ame? Esa es una vida peligrosa.
CONSEJO: esperar al DVD sin apuro.
viernes, mayo 01, 2009
loca de amor
NUNCA ES TARDE PARA AMAR
Inge está casada con Werner. Hace mucho que están juntos y la confianza en el otro está dejando paso a la rutina. Tal vez por eso, Inge tiene un romance con Karl, un hombre más joven que Werner y con el que tiene un tórrida relación.
Este argumento parece resumir otra más de esas historias de amor. La diferencia es que Inge, Werner y Karl conforman un triángulo de la tercera edad. Sesenta y pico para ella, casi ochenta para ellos, “Nunca es tarde para amar” (apestosa traducción de “Novena nube” que, sospecho, remite al noveno círculo de los traidores del infierno dantesco) es una fogosa historia de amor.
Inge fornica como conejo y arde de pasión por Karl. No importa que su hija, su propio esposo (con el que ha convivido treinta años) le digan que está loca, que razona como una adolescente, que tiene que reconsiderar tu actitud. No escucha más que a su corazón (por llamarlo de un modo elegante). Inge, a los sesenta y pico, está en celo. Y, la gracia de “Nunca es tarde…” es que la entendemos completa. Simplemente, Inge se ha enamorado. Y para eso, no hay edad límite.
“Nunca…” se atreve a mostrar escenas sexuales de personas mayores, como para demostrar que hay sexo después de los sesenta. A esta altura, no debería sorprendernos. Pero el inicio del filme, con la cabalgata sexual de Inge, no deja de llamar la atención.
“Nunca…” nos sugiere algo más que la particularidad de la pasión en la senectud. Nos habla de que el amor no es definitivo, que siempre está a prueba, no importa cuántos años se lleven acumulados. Tal vez, cabe aceptar, el amor es el único campo donde el egoísmo y la traición están validados. Los amantes sólo ven por sí, sólo piensan en sí, abstrayéndose del entorno. La sorpresa de Werner es comprensible pero absurda: el corazón de Inge no estaba bajo un contrato vitalicio.
De “Nunca...” sólo no nos conformó el desenlace. A nuestro entender, el filme termina cuando Inge lo mira a Karl y le dice: “Me gusta dormir contigo” y Karl le responde idénticamente. Ése era el final: la ratificación del amor, a partir de la aceptación de la pasión.
La escena siguiente no cuadra con la historia desplegada hasta ahí. ¿Qué significa? ¿Una condena moral a Inge? ¿Un dedo acusatorio señalándole los riesgos de amar demasiado? Muy de telenovela, no era el final adecuado, para un filme con muchas ideas interesantes.
CONSEJO: se puede esperar al DVD, pero agendar.