martes, mayo 31, 2016
frases de “X-Men: Apocalipsis”
-Eres tú. La heroína...
-No soy nadie. No soy una heroína.
-Soy telépata. Leo la mente.
-No entres a la mía. No quiero que una chica rara husmee por ahí.
-Tranquilo, Scott. No hay mucho que ver.
-¡Oye! ¡Espera! ¡No te dije mi nombre!
-¿Qué pasó con el Hank enorme, azul y peludo?
-Lo mantengo bajo control.
-Hola, Scott. Bienvenido a la escuela para dotados.
-No siento que sea un don.
-Nadie lo siente al principio.
-Mi abuelo sembró ese árbol cuando tenía cinco años. Yo mismo solía columpiarme en sus ramas. Creo que era mi árbol favorito.
-¿O sea que estoy expulsado?
-Todo lo contrario. Estás admitido.
Vi el fin del mundo. Pude sentir toda esa muerte.
Todo el mundo teme a lo que no entiende. Aprenderás a controlar tus poderes.
¿Eres al que llaman Magneto?
¿Esto es lo que quieren de mí? ¿Esto es lo que soy?
-Lo siento.
-No lo sientes, ¿verdad? Ahora sí lo sientes.
-¿Jamás la buscaste? ¿Ni siquiera en Cerebro?
-¡Alex! ¿Crees que soy un pervertido? Sí. La busqué una vez. Dos. Pero hace mucho tiempo, ¿sí?
-Un mutante todopoderoso.
-Exactamente. Y dondequiera que estaba, siempre tenía cuatro seguidores. Discípulos. Protectores a quienes otorgaba poderes. Como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
-Eso lo tomó de la Biblia.
-O la Biblia lo tomó de él.
Gran guerrera. Es mi heroína. Quiero ser como ella.
-¿Qué haces?
-Aprendo.
Los débiles se han apoderado de la Tierra. Para esto fui traicionado. Falsos dioses. Ídolos. Ya no más. He vuelto. Un nuevo mañana que comienza hoy.
-¿De dónde vienes?
-De una era anterior a que el hombre perdiera el rumbo.
-Bienvenido a los ochenta.
-Este mundo necesita ser purgado.
Pasó el momento. Ya no hay lugar para dioses.
¿Te acuerdas de Erik Lehnsherr? Mis chicas lo vieron en Polonia. Dejó a su paso
algunos cadáveres, incluyendo el de su esposa y de su hija. Pronto estará en las noticias, pero Caliban te lo anticipa.
No te temen a ti. Me temen a mí.
-Lamento decírtelo, pero no eres el más raro de la escuela.
-Pues es la primera vez.
-¿Azul?
-Al parecer, ahora tenemos eso en común.
Quiero que tú sientas todo el alcance de tu poder. Apenas has probado tu verdadera fuerza. A diferencia de otros que quieren controlarte quiero que seas libre.
-Es mi primera vez en Estados Unidos. Me emociona mucho ver su cultura.
-Pues aquí no la vas a ver. Lo único que tiene de estadounidense es que solía ser británico.
Levántate, ángel mío. Levántate.
-Charles quiere estudiantes, no soldados. Piensa lo mejor de las personas. Tiene esperanza. ¿Y tú?
-Creo que debemos esperar lo mejor. Y prepararnos para lo peor. Creo que el mundo necesita a los X-Men.
Piensen en la persona a la que más amen en el mundo. En su esposa. Madre. Hija. Ahora esa persona sabrá lo que es perder a un ser querido. Y vivir con ese dolor. Para siempre.
No me llamo Henryk. Mi nombre es Magneto.
-Quienquiera que sean... no intenten evitar que mate a estos hombres.
-No vine por ellos. Vine por ti.
-¿Quién eres?
-Elohim, Shen, Ra. Me han llamado de muchas formas en muchas vidas. Nací de la muerte. Estuve ahí para encender y avivar la llama del despertar del hombre. Para poner en marcha la civilización. Y cuando el bosque necesitaba desmalezarse para volver a crecer, yo estaba ahí para prenderle fuego.
-¿Dónde estabas cuando mis padres fueron asesinados en este lugar?
-Dormido. Atrapado en la oscuridad. No estuve ahí contigo, hijo mío. Pero estoy aquí ahora.
-Vas a ir tras él, ¿no es cierto?
-Querías que saliera más de la casa, ¿no?
-No puedo detenerte. Nadie puede. Pero créeme: esto no va a terminar bien. Con él, nada termina bien.
-No tengo miedo.
-Deberías.
Al menos estamos de acuerdo: la tercera siempre es la peor.
-En serio creí que podíamos cambiarlos tras lo de Washington.
-Lo haremos.
-No Charles. Aún nos odian y nos temen. Solo que ahora son más diplomáticos... Me harté de vivir esa mentira.
-¿Por eso no te presentas en tu color azul natural?
-No voy a ser el rostro de un mundo que no existe.
-Las cosas están mejor. El mundo está mejor.
-Tal vez en Westchester. Allá afuera, los mutantes aún huyen, se ocultan, viven con miedo. El que no haya guerra no significa que haya paz.Si quieres enseñarles algo, enséñales eso. Enséñales a pelear.
-Piensa en tu esposa, en tu hija. ¿Qué habrían querido?
-Habrían querido vivir.
Lo intenté a tu manera, Charles. Intenté ser como ellos. Vivir como ellos. Pero siempre termina del mismo modo. Me arrebataron todo. Ahora... nosotros les derribaremos todo.
Gracias por permitirme entrar.
No más piedras. No más lanzas. No más hondas. No más espadas. ¡No más armas! ¡No más sistemas! ¡No más! No más superpoderes.
Tanta fe en sus herramientas y en sus máquinas.
-¿Cómo sabes qué sentía?
-Sé lo que siente todo el mundo.
Puedo proteger sus mentes de tu poder. Es uno de los muchos poderes que he adquirido a lo largo de los milenios. Pero poder ver dentro de una mente... controlarla... ése es tu don.
-¿Vas a ser parte de toda esta muerte y destrucción?
-No conozco otra cosa.
-No es verdad. Sólo lo has olvidado.
Me muevo muy rápido. Pero al parecer siempre llego tarde.
Este mensaje es por una razón. Para decirles que los más fuertes de entre ustedes, aquellos que tienen el mayor poder... protejan a los que no lo tienen.
-Hay un animal ahí.
-No es un animal. Es un hombre.
-¿Quién es?
-Le arrebataron esa parte de sí.
-¿Qué quieres decir?
-Que lo convirtieron en una especie de arma.
-¿Qué le hiciste?
-Encontré una parte de su pasado y se lo devolví.
Se suponía que éste sería el centro del universo antes de que me traicionaran. Ahora lo será.
Borra por completo este mundo. Y guiaremos a quienes sobrevivan haciendo uno mejor.
A pesar de todos mis dones, aún no poseo el que más necesito. Estar en todas partes. Ser todo el mundo.
-No todos podemos controlar nuestros poderes.
-Pues no lo hagan. Tienen que aceptarlos. Todos tenemos que hacerlo.
Eres mucho más de lo que crees. No todo es dolor e ira. También hay bondad. La sentí. No solo es a mí a quien abandonas.
Charles, no puedes entregarte. Si te tiene a ti, nos tiene a todos. Al mundo entero.
¿Quieres lo que yo tengo? ¿Quieres sentir lo que siento? ¡Bienvenido a mi mundo!
-¿Me traicionas?
-No. Los traicioné a ellos.
-Se terminó, Charles. Estás acabado. Ya eres mío.
-Jamás vas a ganar.
-¿Y por qué no?
-Porque estás solo. ¡Y yo no!
-El mundo ya comenzó a reconstruir sus arsenales. Es la naturaleza humana, Charles.
-Aún tengo esperanza.
-¿No te despiertas a veces, a medianoche, con la sensación de que algún día vendrán por ti y por tus chicos?
-Así es. Sí.
-¿Qué es lo que haces cuando despiertas así?
-Siento mucha lástima por la pobre alma que llegue a mi escuela buscando problemas.
Olviden todo lo que crean saber. Lo que sea que hayan aprendido en la escuela. Lo que sus padres les hayan enseñado. ¡Nada de eso importa! Ya no son niños. Ya no son estudiantes. Son X-Men.
lunes, mayo 30, 2016
cuando no alcanza pelear con el villano
X-MEN: APOCALIPSIS
data: http://www.imdb.com/title/tt3385516
Incialmente, las películas de superhéroes oponían al protagonista ante un gran villano al que había que vencer después de muchas pruebas, casi siempre en el último momento y milagrosamente. El esquema presentaba sus fatigas cuando, con cada nueva historia, había que escalar los riesgos, las amenazas, las virtudes del villano. En algún momento, esa dinámica encontraría su límite y llegaríamos al punto de cansarnos de ver películas de superhéroes.
¿Qué pasó para que no cayera ese interés? Pasó Marvel. Porque los héroes de Marvel estaban construidos con tal ambigüedad en su personalidad que en la lucha no tenía tanto valor los poderes del villano de turno, sino el drama personal que el superhéroe tenía que enfrentar. En la última saga de los Vengadores, “Capitán América 3: Civil War” (http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2016/05/quien-vigila-los-vigiladores.html) queda más que claro esta tendencia, cuando los que se enfrentan ya no son los buenos contra los malos, sino los buenos entre sí. (Algo como para dudar de si efectivamente existe algo así como los buenos.) Batman vs. Superman: el origen de la justicia” (http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2016/03/del-dios-todopoderoso-al-terrenal-mundo.html), aún con sus fallidos, intento ir por el mismo camino.
Parece ser que las sagas de superhéroes buscan complejizar la personalidad del protagonista como si postularan que hay una sola cosa verdaderamente heroica: enfrentarse a los propios miedos, limitaciones, traumas y deseos. Al igualar a los superhéroes con los espectadores, logran identificarnos con sus disyuntivas éticas, mucho más que con el riesgo de que el Guasón se salga con las suyas o de que Loki destruya el mundo. En esta etapa, el cómic enfrenta al héroe con el riesgo de ser sólo otra clase de villano. Y ese salto dramático le da otra entidad a las películas de superhéroes.
La saga de “X-Men” agrega otro capítulo con “X-Men: Apocalipsis”. Personalmente, defendimos desde esta página la sustancia que tenía la “X-Men” de Patrick Stewart y Ian McKellen, cuando generalmente era despreciada por la crítica oficial. Por lo que nos duele un poco (sólo un poco), ahora discrepar con esa misma crítica que ensalzó “X-Men: Apocalipsis” para pegarle a “Capitán América 3: Civil War”. Sin ser mala, “X-Men: Apocalipsis” es débil. Es una película sin esa complicación dramática que señalábamos en párrafos anteriores. Una película bastante más convencional, muy parecida a la dinámica del enfrentamiento con el gran villano, que no termina de emocionar nunca. Entiéndase: es una película sólida, pero sin sorpresas.
La trama enfrenta a Charles Xavier y sus aliados contra Apocalyse, un mutante que viene de la noche de los tiempos y que ha sumado las habilidades de otros mutantes. Y es tal su fuerza que fácilmente se ha confundido con un Dios. Del Egipto antiguo, se ha levantado para tomarse revancha con el mundo.
Ante ese todopoderoso rival, Charles se opone con un grupo disperso, dubitativo, que todavía no sabe si quieren ser héroes o no, si son capaces de dar la talla. Hay dos ideas dando vueltas en la trama, no del todo desarrolladas: la primera, es no negarse a su poder (a su naturaleza). Hasta el enfrentamiento con Apocalypse, los mutantes van a la escuela de Charles Xavier para saber cómo controlar sus poderes. Cuando la batalla se presenta, el consejo de Raven es clave: no los controlen; acepten ser cómo son.
Ésa es una línea del guión: conocerse y aceptarse (o mejor aún, conocerse es aceptarse). En la diferencia. Porque hasta entonces se han escondido, por miedo a ser diferentes. En la batalla final, el ser diferente es lo que permite que sobrevivan. Y con ellos, el mundo.
Otra idea rubrica el final: la debilidad de Charles Xavier es supuesta. Cuando Apocalypse se vanaglorie de su derrota, Charles lo enfrenta con la realidad: el villano no puede ganar porque está solo. La unión del grupo es más fuerte que la lucha solitaria del mal.
Esas dos ideas danzan en la trama, sin fuerza dramática. Están presentes pero dispersas. Y por eso, tal vez, la película no tenga tal peso específico.
Hay una escena que se lleva las palmas y no corresponde a la lucha final: es el rescate de los X-Men de la explosión en la escuela de Charles Xavier, llevada a cabo al ritmo de Quicksilver. Antológica, con toques de humor que realzan la secuencia. Del Seleccionado actoral, compitiendo con Jennifer Lawrence, Michael Fassbender, Oscar Isaac y James McAvoy, se destaca Sophie Turner (la Sansa Stark de “Games of Thrones”) como la joven Jean Grey. Galardón para una muy expresiva actriz que esperamos brillar en otros campos.
En suma, aceptable, sólo aceptable capítulo de los mutantes. Esperábamos más, sinceramente. Para ver, sin grandes expectativas.
Mañana, las mejores frases.
jueves, mayo 19, 2016
frases de “45 años”
-¿Qué es eso?
-Una carta.
-Lo sé, ¿pero de quién?
-Está en alemán.
-Sí. ¿Qué dice?
-Bueno, no recuerdo tan bien los verbos como los sustantivos, pero… pero creo que dice que la han encontrado.
Sí, sé que te conté acerca de mi Katya. Ha estado allá por más de 50 años, como algo en el congelador. Ahora la han encontrado.
-Ellos me preguntan si quiero ir a Suiza.
-¿Por qué te preguntarían eso?
-Bueno... para ver el cuerpo.
-¿Cuándo?
-Pronto, supongo.
No estamos intentando recrear nuestra boda. Es solo una fiesta.
-Éramos parientes. Estoy seguro de haberte contado esto, Kate.
-Creo que recordaría si mi esposo fuera pariente de otra mujer. ¿Por qué?
-¿Por qué qué?
-Bueno, ¿por qué eras pariente de ella?
-Porque pensaban que estábamos casados.
-¿Quienes?
-Las autoridades. Gente.
-¿Por qué pensarían eso?
-Les dijimos que lo estábamos.
Kate, ella llevaba un anillo. Era un anillo pequeño de madera, como un anillo de cortina, hecho de roble.
Difícilmente puedo enojarme con algo que pasó antes de que existiéramos, ¿no?
Eso fue. Cuando llegué, ya no estaba. Y Kerouac miraba por el hoyo hacia abajo.
-¿Era rubia?
-¿Cómo?
-¿Tenía el cabello rubio?
-No, no. Tenía cabello negro.
-Como el mío, entonces. Digo... no ahora.
¿Crees que la librería tenga algo acerca del cambio climático?
-George fue horrible, ¿pero recuerdas cómo estaba en la fiesta? ¿Todo lo que lloró? Y no solamente durante los discursos.
-Sí, fue muy dulce.
-Es por eso que estas cosas son importantes.
-¿Qué? ¿Para hacer llorar a nuestros maridos?
-No solo maridos. A todos los hombres. Siempre son ellos los que se quiebran primero. La boda de Sally, el bautizo de Charlie. Nos mantuvimos juntos porque sabemos cuan importantes son estas cosas.
Si es parte de la evolución que los hombres tengan que obsesionarse con sus obituarios, sus legados, entonces quizás es nuestra labor impulsarlos a que se den cuenta de lo que realmente importa antes de que se maten... ya sabes... con la desilusión.
-¿Qué tienes en tu mano?
-Nada.
-¿Es ella?
-La encontré.
-No la encontraste. Fuiste a buscarla en mitad de la noche. Y eso no es lo mismo.
No significa nada. Es solo una maldita foto.
Quiero escuchar cosas bonitas sobre Kate este sábado.
Creo que esa es la peor parte de volverse decrépito... perder ese sentido de propósito.
-Si ella no hubiera muerto, si hubieran llegado a Italia, ¿te hubieras casado con ella?
-Pero no llegamos a Italia.
Creo que no puedo hablar más de ella. Sé que dije que podía, pero no puedo.
Y ver como mis compañeros han envejecido, no es bonito. Y George alardeando sobre su maldito ukelele. La peor parte de eso es que todos parecieran estar interesados.
-¿Viajarás a Suiza?
-No. No lo haré.
-¿Por qué no?
-Bueno, no puedo caminar al pueblo sin… sin sentarme a descansar. ¿Cómo voy a escalar una maldita montaña?
-No es… No es acerca de Katya.
-Lo es. Por supuesto que es. Como yo descubriendo qué es ese olor alrededor de la casa.
-Por favor.
-Y es su perfume, ¿Ok? Es como si ella hubiera estado de pie en un rincón de la habitación todo este tiempo a mis espaldas.
-Vamos.
-Y ha manchado todo. Todas nuestras decisiones, a dónde vamos en vacaciones, los libros que leemos, el perro que quieres, la música que escuchamos. Y las grandes cosas también. Especialmente las grandes cosas.
Porque una cosa es yo saber que no he sido suficiente para ti. Pero otra cosa distinta es que todos lo sientan también.
Y luego cenaremos. Y después iremos a la cama. Y luego nos despertaremos. E intentaremos empezar de nuevo.
A medida que envejecemos pareciera que ya no tomamos decisiones. Grandes decisiones. Quizás sólo tenemos algunas, a lo largo de la vida. Y una vez que las tomamos, ya no hay más.
Porque, bueno, para mi, Kate, esto es, de esto… de eso se trata todo esto. Porque todos… porque todos nuestros amigos están aquí esta noche. Es sobre... es sobre tú y yo. Tú y yo, Kate. Nosotros.
Ésta es la misma canción que sonó hace cuarenta y cinco años... hoy.
miércoles, mayo 18, 2016
el naipe que tambalea el castillo
45 AÑOS
data: http://www.imdb.com/title/tt3544082
Una mañana neblinosa en la campiña británica. Kate sale a pasear el perro temprano, antes que se levante Geoff. Es una semana atareada para Kate. Está organizando la fiesta del 45° aniversario de casados con Geoff. Debió haber sido cinco años antes, pero Geoff fue operado de un bypass. Estarán todos los amigos y parientes. Será un buen momento. Un momento para conmemorar el tiempo que estuvieron juntos y cuanto se aman.
Llega a su hogar, trae el correo, entra a la casa y lo encuentra a Geoff desayunando. Le acerca la carta que está en alemán. Se prepara un café y le pregunta a Geoff que es lo que dice la carta. “Creo que dicen que la han encontrado”. ¿A quién? “A mi Katya”.
Ése es el gatillo disparador de “45 años”. Un matrimonio consolidado que envejecieron juntos, con la serena seguridad de las certezas de tanto tiempo compartido. Con crisis sabiamente superadas. Y ahora, cuando todo estaba tan claro para Kate, una presencia del pasado llega para poner en duda todo: el cadáver congelado en los Alpes de la novia de Geoff.
El guión del director Andrew Haigh sobre el cuento de David Constantine es muy delicado, sutil, sin grandes desbordes. Hay pequeños signos que la trama va desmontando, diálogos a medio decir, gestos o miradas, que expresan como el matrimonio de Kate se va desmoronando como un castillo de naipes. La última mirada de Kate en la fiesta, en el baile que cierra la película, es la certeza de un fracaso. La mirada de Kate a lo largo del filme es un buen indicador de la angustia progresiva que va ganando al personaje, cuanto más segura está de su fracaso.
Detrás está la idea de que nunca terminamos de conocer al otro. Más aún: el pasado del otro, ese parte del otro que no nos corresponde por no haberlo vivido. Pero también hay una reflexión sobre lo que sucede cuando la muerte interrumpe alternativas, se da vuelta la página y se intenta seguir con la vida. Pero viviendo con la nostalgia de un universo alternativo que jamás se alcanzó. Al final del camino, aunque esa posibilidad estuvo siempre fuera del alcance, duele del mismo modo que el primer día. No hay nada peor que una posibilidad que no se afrontó. Ninguna realidad puede contra el “Y si...”.
Muchas cosas se pueden disimular en la vida; no el amor. Y aunque el casi medio siglo de convivencia signifiquen algo, significa menos que un sentimiento que ha estado ahí, acechando, toda la vida. “Es como si ella hubiera estado de pie en un rincón de la habitación todo este tiempo a mis espaldas” arroja Kate en medio de una discusión. Es esa presencia tan viva que se revela cuando se creía olvidada.
En una semana, cuarenta y cinco años de un matrimonio dejan de tener sentido, significado, importancia. Todas las certezas se esfuman. ¿Cómo seguir cuando se comprende que se ha gastado la vida en una farsa?
“45 años” es esa clase de película independiente pequeña que funciona por su austeridad y delicadeza. Apoyada en la dimensión actoral del dueto protagónico (Charlotte Rampling y Tom Courtenay), es un sutil examen psicológico sobre dos personajes. Tal vez no sea de recomendación amplia, aunque no hay rebusques innecesarios en la historia. Pero es un tipo de cine paciente que cada vez tiene menos espectadores dispuestos a seguirlo. Es una pena porque lo merece.
Mañana, las mejores frases.
viernes, mayo 13, 2016
frases de “Capitán América: Civil War”
Anhelo. Oxidado. Diecisiete. Amanecer. Horno. Nueve. Benigno. Bienvenida.
Uno. Vagón de carga.
-¿Nadie nunca te dijo que eres un poco paranoica?
-No en la cara.
Esto es por dejar caer un edificio sobre mi cara.
Quería que tú supieras algo. Me dijo: “Por favor, dile a Rogers, cuando tienes que morir... tienes que morir”.
Todos sus proyectos han sido aprobados y financiados. Sin compromisos, sin impuestos. Simplemente... ¡replanteen el futuro!
Dicen que hay una relación entre la generosidad y la culpa. Pero si tienes el dinero, rompes tantos huevos como quieras.
Una victoria a expensas de los inocentes no es ninguna victoria.
Este trabajo... Tratamos de salvar tanta gente como podemos. A veces no significa a todos. Pero si no podemos vivir con ello, la próxima vez quizá no salvemos a nadie.
-El mundo tiene una deuda impagable con los Vengadores. Han peleado por nosotros. Nos han protegido arriesgando sus vidas... Pero mientras mucha gente los ve como héroes, hay otros que prefieren la palabra “justicieros”.
-¿Qué palabra usaría usted, Señor Secretario?
-¿Qué les parece “peligrosos”? ¿Cómo llamaría a un grupo de seres mejorados con base en Estados Unidos que a diario ignoran fronteras e imponen su voluntad donde ellos quieran y que en verdad, parece no importarles lo que dejen atrás?
Dígame, Capitán... ¿sabe usted dónde están ahora Thor y Banner? Si perdí dos misiles de 30 megatones puede estar seguro de que habrá consecuencias.
Mutuo acuerdo. Reconfirmación. Así funciona el mundo.
-En los ocho años que pasaron desde que el Señor Stark dijera que es Iron Man, el número de personas mejoradas que se conoce aumentó exponencialmente. En el mismo periodo, los eventos que podrían destruir al mundo aumentaron proporcionalmente.
-¿Dices que es nuestra culpa?
-Digo que puede haber una causalidad. Nuestra fuerza invita a desafiarla. El desafío incita a los conflictos. Y los conflictos causan catástrofes.
Supervisión... La supervisión no es una idea que se puede desechar.
A propósito, ése es Charles Spencer. Es un gran muchacho. Se graduó en ingeniería informática, promedio de 3,6 sobre 4... iba a tener un buen trabajo en Intel en otoño. Pero primero quería ganar experiencia, antes de atornillarse a un escritorio. Ver el mundo. Ser útil, quizás. No quería ir a las Vegas o a Fort Lauderdale, donde yo querría ir. No fue ni a París ni a Amsterdam, que parece divertido. Decidió pasar el verano construyendo casas sustentables para los pobres. Adivinen dónde. En Sokovia. Él quería ser la diferencia, creo. No lo sabemos porque le tiramos un edificio encima mientras peleábamos.
-Si no podemos aceptar limitaciones, si no tenemos fronteras, no somos mejores que los malos.
-Tony, si alguien muere cuando estás a cargo, no te rindes.
-¿Quién dijo rendirse?
-Lo hacemos si no asumimos la responsabilidad de nuestros actos. Este documento
sólo transfiere la culpa.
Si firmamos esto, renunciamos a nuestro derecho de elección. ¿Qué pasa si nos mandan a un lugar donde pensamos que no deberiamos ir? ¿Y si hay un lugar donde necesitamos ir y no nos dejan? Quizás no seamos perfectos, pero es más seguro decidir nosotros.
-Espera. Disculpa. ¿Te escuché mal o estás de acuerdo conmigo?
-Ahora quiero retractarme.
Le pregunté cómo hacía para dominar la diplomacia y el espionaje, en una época en que nadie quería ver a una mujer tener éxito en esos campos. Me contestó: “Comprometíendote dónde puedes”. Pero donde no puedes, no. Aunque todos te digan
que algo malo es bueno. Aunque todo el mundo te diga que cambies... es tu deber plantarte como un árbol, mirarlos a los ojos y decirles: “No. Cambia tú”.
Permanecer juntos es más importante que cómo permanecemos juntos.
-¿Por qué? ¿No aprueba todo esto?
-Los Acuerdos, sí. A los políticos, no.
-Dos personas en una sala pueden más que un centenar.
-Salvo que necesites mover un piano.
-Mi madre quiso convencerme para que no me enliste. Pero mi Tía Peggy no. Ella me compró mi primera pistolera de muslo.
-Muy práctica.
-Y elegante.
Los que te disparan a ti terminan disparándome a mí.
Felicitaciones, Cap. Eres un criminal.
-Sé que no es de este planeta. Que le da poder a la gente de Loki, que te otorga habilidades, pero su verdadera naturaleza es un misterio. Y sin embargo, es una parte de mi.
-¿Le tienes miedo?
-Me gustaría entenderlo. Cuanto más lo haga, menos me controlará. Algún día... ¿quién sabe? Quizás hasta pueda controlarlo.
Mejor que no mire por la ventana y vea a alguien volando por ahí.
-No me van a devolver el escudo, ¿no?
-Técnicamente, es del gobierno. Las alas también.
-Cuánta frialdad.
-Más cálido que la cárcel.
-No quise dificultar las cosas.
-Lo sé, porque eres muy educado.
-Si veo que una situación va a ir mal, no puedo ignorarlo.
-A veces lo hubiera querido.
-No, no querías.
-No, no quería. A veces... a veces quería golpearte en tu dentadura perfecta. Pero no quería que te fueras. Te necesitamos, Cap.
-El recibo de su equipamiento.
-¿“Traje de pájaro”? Por favor...
-Yo no lo escribí.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?
-Ver caer un imperio.
-¿Con qué Bucky estoy hablando?
-Tu madre se llamaba Sarah. Te ponías papel de diario en los zapatos.
Todo lo que me metió HYDRA sigue ahí. Sólo tuvo que decir las malditas palabras.
No soy el único Soldado del Invierno.
Pueden derriban un país en una noche. Nunca los verías venir.
-Me cuesta mucho creer que ella es tía de alguien.
-Sí, nosotras venimos en todas las formas y tamaños.
Una pregunta rápida del tipo retórica. Eres tú, ¿no?
-¿Eres el Abadejo Araña? ¿La araña que combate al crimen? ¿Eres el Niño Araña?
-Hombre Araña.
-¿Por qué lo haces? Tengo que saber, ¿cuál es tu M.O.? ¿Qué te hace levantarte a la mañana?
-Porque... porque he sido yo toda mi vida. Y tengo estos poderes hace seis meses. Leo libros, armo computadoras. Me encantaría jugar fútbol. Como antes no pude, ahora no debería.
-Claro, porque eres diferente.
-Exacto. Pero no se lo puedo decir a nadie. Así que no lo hago. Cuando puedes hacer las cosas que yo hago, pero no las haces y luego pasan cosas malas... pasan por tu culpa.
-¿Estuviste en Alemania?
-No.
-Te encantará.
-¡No puedo ir a Alemania!
-¿Por qué?
-¡Tengo que hacer mis deberes!
-Voy a hacer de cuenta que no dijiste eso.
Mejor dile a tu tía atractiva que te voy a llevar a una excursión.
Me retiré por... ¿cuánto? ¿cinco minutos? … ¡y todo se va al diablo!
Mira, si quieres deprimirte ve al colegio. Si quieres redimirte, haz algo.
-Si lo haces, nunca dejarán de tenerte miedo.
-No puedo controlar su miedo. Sólo el mío.
Es muy raro cómo te encuentras con gente en el aeropuerto.
-Trato de evitar que tú hagas añicos a los Vengadores.
-Tú hiciste eso cuando firmaste.
-Wanda, creo que heriste los sentimientos de Visión.
-Tú me encerraste en mi cuarto.
No sé si estuvieste en una pelea antes... pero generalmente no hay tanta charla.
-No se detienen.
-Nosotros tampoco.
-Todavía somos amigos, ¿no?
-Depende de cuán duro me pegues.
-Tienes coraje, chico. ¿De dónde eres?
-De Queens.
-Brooklyn.
Por mucho que me cueste admitirlo... si vamos a ganar, algunos de nosotros deben perder.
-¿Estás seguro de esto, Scott?
-Lo hago todo el tiempo. Digo... una vez. En el laboratorio. Luego me desmayé.
Si alguien de nuestro lado esconde alguna gran habilidad que quiera revelar, acepto sugerencias.
-¿Chicos, alguna vez vieron esa película muy vieja, “El Imperio Contraataca”?
-¡Por Dios, Tony! ¿Qué edad tiene ese tipo?
¡El futurista, caballeros! ¡El futurista está aquí!
Tienen que cuidarse de este sujeto. Si tiene oportunidad, te va a quebrar.
-Es bueno verte, Tony.
-A ti también, Cap.
Pero ahora que están acá... me doy cuenta de que hay un poco de verde en el azul de sus ojos.
-¿Perdiste a alguien?
-Perdí a todos.
Un imperio derribado por sus enemigos puede recuperarse. ¿Pero uno que se desmorona desde adentro? Está muerto. Para siempre.
-¿Los recuerdas al menos?
-Los recuerdo a todos.
-Casi mato al hombre equivocado.
-Dificilmente a uno inocente.
-Esto es todo lo que querías. Verlos matarse entre ellos.
Sabía que no los podría matar. Hombres más poderosos lo intentaron. Pero si podía hacer que se mataran entre ellos.
-La venganza te consumió. Los está consumiendo a ellos. Ya basta de que me consuma a mí. La justicia llegará pronto.
-Dile eso a los muertos.
-Los vivos aún no terminaron contigo.
Ese escudo no te pertenece. No lo mereces. ¡Mi madre hizo ese escudo!
Ciento treinta y ocho misiones de combate. Son las que he volado, Tony. Cada una pudo haber sido la última. Pero las volé igual. Porque la lucha debía concretarse. Es lo mismo con esos Acuerdos. Los firmé porque era lo correcto. Y sí... esto apesta. Es... éste fue un golpe feo. Pero no cambié de opinión.
¿Eres Tony Hedor?
Todos necesitamos familia. Los Vengadores son la tuya. Más que la mía quizás. Yo estuve solo desde que tenía 18 años. Nunca encajé en ninguna parte. Ni en el ejército. Mi fe está en la gente, imagino. En los individuos. Y felizmente puedo decir que, en mayor medida, ellos no me defraudaron. Por eso yo no puedo defraudarlos.
Sé que te lastimé, Tony. Creí que con no contarte sobre tus padres estaba siendo compasivo contigo... Pero ahora veo que realmente estaba siendo compasivo conmigo. Y lo lamento. Espero que un día puedas entenderlo.
Deseo que estuviéramos de acuerdo sobre los Acuerdos. En serio. Sé que haces lo que crees conveniente y esto es todo lo que podemos hacer. Eso es lo que deberíamos hacer.
Así que pase lo que pase, te prometo, que si nos necesitas... si me necesitas... allí estaré.
jueves, mayo 12, 2016
¿quién vigila a los vigiladores?
CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR
data: http://www.imdb.com/title/tt3498820
Hay cierto menosprecio sobre el auge actual de cine de superhéroes. Es fácil para la crítica en piloto automático juzgar a la actual moda de superhéroes del cómic como un cine engordado artificialmente por un presupuesto generoso. La subvaloración se ahorra el trabajo de analizar cómo en esas historias se reflexiona sobre el poder de un modo que estamos lejos de ver en otras producciones de cine independiente. Ya en el caso “Batman vs. Superman” (http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2016/03/del-dios-todopoderoso-al-terrenal-mundo.html) analizamos la intención (aún con cierta torpeza) de indagar sobre cómo la Justicia se logra imponer en una sociedad. “Capitán América: Civil War” le saca varios cuerpos porque el guión es casi perfecto, es muy efectivo, combina elementos de acción y humor y nos plantea un punto de discusión que no se resuelve, que no tiene la facilidad de resolverlo (ni de resolvernonos) porque es un tema de discusión de la sociedad actual: ¿quién vigila a los vigiladores? ¿Quién nos cuida de los que nos cuidan?
Como tema de película de superhéroes, debemos reconocerlo, es más profundo de lo que quieren reconocer la mayoría de los críticos cinematográficos.
El guión de Christopher Markus y Stephen McFeely (sobre el cómic clásico de Mark Millar) es muy claro para desarrollar el conflicto. A partir de las pérdidas de vidas humanas inocentes en un enfrentamiento de los Vengadores (un luctuoso daño colateral), la dirigencia política plantea la necesidad de supervisar al grupo de superhéroes. Esa posibilidad genera dos líneas en el grupo, encabezadas por sus máximos héroes. Una línea es la de Tony Stark que acepta ser supervisados y cumplir órdenes de una entidad política como la ONU. “Si no podemos aceptar limitaciones, si no tenemos fronteras, no somos mejores que los malos” lo expresa claramente en la mesa de discusiones.
La otra postura es claramente liberal, la valorización de la decisión individual sobre todas las cosas. Hay una idea clara de cierto destino manifiesto para ser policía del mundo (una postura cuasiimperialista) con un no confesado descreimiento sobre los políticos: “Si firmamos esto, renunciamos a nuestro derecho de elección. ¿Qué pasa si nos mandan a un lugar donde pensamos que no deberiamos ir? ¿Y si hay un lugar donde necesitamos ir y no nos dejan? Quizás no seamos perfectos, pero es más seguro decidir nosotros” lo resume el otro representante, el Capitán América.
Estas dos posiciones cruzan toda la película hasta el final. Y decide cada escena, cada posición de uno y otro superhéroe.
Lo llamativo del planteo es que no hay una respuesta. No la puede haber. Ambas posiciones tienen puntos a favor y en contra. Ambas posturas son entendibles. Y también se verbaliza en uno de los parlamentos finales cuando el Capitán América le dice en una carta a Tony Stark: “Sé que haces lo que crees conveniente y esto es todo lo que podemos hacer. Eso es lo que deberíamos hacer”.
No es fácil ponerse del lado de alguien en esta oposición.
Y esa es la moraleja más importante de la película, porque como en todas las buenas historias, no sólo estamos hablando de superhéroes del cómic: estamos hablando de la sociedad en la que vivimos.
Hay un tema que está dando vueltas en la película sobre la cuál no se profundiza. Algo que “300” lo planteó como el tema principal que analizamos en su momento en esta página (http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2007/04/la-versin-bushiana-de-las-termpilas.html): la libertad paga su precio de sangre con un ejército profesional.
La sociedad de “Capitán América: Civil War” necesita de los superhéroes para que los defiendan de enemigos que no vacilan en destruir el mundo para lograr sus objetivos. Pero eso sí, la sociedad pide que los superhéroes que arriesgan su vida, les aseguren que no habrá daños colaterales. Esa actitud no deja de ser hipócrita: los malvados matarán millones, pero los superhéroes son responsables por las centenas que no pudieron salvar. Nuevamente, hay un personaje que plantea el problema y lo verbaliza: “Tratamos de salvar tanta gente como podemos. A veces no significa a todos. Pero si no podemos vivir con ello, la próxima vez quizá no salvemos a nadie” aconseja el Capitán América a una afligida Wanda.
¿Quién tiene la culpa? ¿El tipo que activó la bomba o aquel que no logró desviar correctamente la onda expansiva? ¿Por qué la sociedad carga las tintas sobre el que se opone al asesino y no al que viene a destruir? ¿Hay un traspaso de culpa y de creer que esto es sólo es una cuestión pertinente de los soldados, para no admitir que estamos en medio del conflicto del cual no podemos excluirnos por más que queramos?
Es fácil ver que hay una traslación directa a los dilemas de la sociedad contemporánea, en la Era del Terror. Tal vez no tengan superpoderes, pero el enemigo actual también puede volar edificios y hacer gala de crueldad mediática.
En la trama iremos viendo los pro y contras de cada postura, las dudas, los cambios de posición, los conflictos en los que la valuación de propio ego no está excluido.
La posición del villano de turno es más fácil, menos problemática: dejar que nos consumamos en nuestro propio odio. Zemo no tiene superpoderes, sólo su deseo de revancha, su anhelo de que alguien pague por las pérdidas sufridas. Intriga para ello, para lograr su objetivo de la confrontación de los buenos. Y el guión lo expresa también en una línea memorable de T'Challa, el hombre detrás de la máscara de Pantera negra: “Esto es todo lo que querías. Verlos matarse entre ellos”.
La venganza ante el mal versus la justicia, es la resolución del dilema que plantea la película. Y cómo en todo buen guión, también hay un parlamento alusivo, también en boca de Pantera Negra que va en busca de una venganza por la muerte de su padre: “La venganza te consumió. Los está consumiendo a ellos. Ya basta de que me consuma a mí. La justicia llegará pronto”.
Montado sobre estas grandes ideas del guión, “Capitán América: Civil War” despliega las mejores galas del cine de acción. Las escenas de combate son deliciosas, consistentes, para nada superfluas. El humor es un recurso muy bien utilizado que aligera el espesor dramático de la historia. Y la química actoral funciona en dosis elevada. Chris Evans y Robert Downey Jr. se llevan los laureles en diálogos claves. Pero hay pequeñas escenas que merecen destacarse. La presentación del Hombre Araña, con el diálogo de Robert Downey Jr. y Tom Holland en la habitación de Peter Parker es magistral. No sólo por lo picante del diálogo, la gracia y los chistes de cada línea. Si no porque Peter Parker termina poniéndole el dedo en la llaga a un tambaleante Tony Stark, que está reaccionando más por la ausencia de Pepper que por convicción. Tony Stark es el héroe que en su interior está pensando en colgar el traje y retirarse al solaz de su vida personal, a recuperar el amor de la mujer que ama. Y Peter Parker le dice: “Cuando puedes hacer las cosas que yo hago, pero no las haces y luego pasan cosas malas... pasan por tu culpa”. Cuando Stark escucha ese parlamento, en los labios de Peter Parker, está escuchando a Steve Rogers, el Capitán América.
Un punto más: la postura de Tony Stark necesita la voz de la conciencia del Capitán América. Necesita tener a alguien con el idealismo de Steve Rogers para advertirle de los riesgos que puede haber de su postura. Hay una posibilidad, no desarrollada, de síntesis de ambas posturas. Está ahí, sin resolver.
Una perlita es el breve momento de Robert Downey Jr. con Marisa Tomei, una preferida de esta página, la Tía May de Peter Parker. Pocos minutos, suficientes para que brote el carisma de estos dos actores. Esperamos más minutos de Tomei en lo que viene del Hombre Araña. Otro buen momento es el cameo de Stan Lee, buscando a Tony Hedor, como un empleado de Federal Express. Él es el hombre que hizo posible este Universo cinematográfico. No está de más el continuo homenaje a este prócer del cómic.
La gran escena es el combate de las dos fracciones de superhéroes. Pero la gran imagen es el escudo del Capitán América clavado en el pecho de Iron Man. Esa imagen es, por si sola, un resumen gráfico del conflicto central del filme.
Estas reflexiones que nos ocuparon en esta crítica surgen de una película de superhéroes. No parece poco, ¿no?
Mañana, las mejores frases.
sábado, mayo 07, 2016
frases de “¡Salve, César!”
PRESENCIA DIVINA AÚN POR FILMARSE
-¿Cómo está la producción en Tucumcari?
-La principal está a tiempo... Pero la Segunda Unidad ha estado inactiva, en Gallup, Nuevo México, durante cuatro días, por fuertes lluvias.
-¿El pronóstico?
-Nada bueno.
-Envía un camión de inserción y que filmen tomas para “Y vino la lluvia”.
Caballeros, gracias a todos por venir. Sé que tienen parroquias, iglesias y templos que les demanda su tiempo. Pero estoy seguro de que apreciaran también a las grandes masas que ven películas para informarse e iluminarse y, sí claro, entretenimiento.
-Ahora aquí en Capitol Pictures, como sabrán, un ejército de técnicos y actores y artistas de la mejor clase, están trabajando duro para llevar a la pantalla la historia de Cristo. Es una historia grandiosa. Una historia ya contada antes, sí. Pero nos gusta decir que nunca antes se ha contado con este tipo de distinción y “estilo”.
-Tal vez, señor, se le olvida la Santa Biblia.
-Toda la razón, Patriarca. La Biblia, por supuesto, es excelente. Sin embargo, para millones de personas, las películas serán su punto de referencia para la historia.
-Quiero saber si los elementos teológicos de la historia son fidedignos.
-Me pareció que la escena del carruaje era falsa. ¿Cómo va a saltar de un carruaje al otro, yendo a toda velocidad?
-Así que... ¿Dios se dividió?
-Sí. Y no.
-Hay unidad en la división.
-Y división en la unidad.
-No estoy seguro de entenderlo, Padre.
-Joven, usted no los sigue por una razón muy sencilla: Estos hombres están locos. ¿Dios tiene hijos? ¿Qué? ¿Y un perro? ¿Un Collie tal vez? Dios no tiene hijos. Es soltero. Y está muy enojado.
-¡Ustedes adoran al Dios de otra época! ¡Qué no ha amado!
-¡No es cierto! Le gustan los judíos.
-¡Dios ama a todos!
-Dios es amor.
-Dios es quien es.
-Mi pregunta es: ¿es nuestra representación justa?
-He visto peores.
-¿Y usted qué opina, rabino?
-Yo no tengo una opinión.
-¿Estás segura de que es el padre?
-Sí, sí, sí. Absolutamente. Él es el padre, sí. Bastante segura...
La única cosa que sugeriría es que, antes de tu primera línea, respondas a su línea con una sonrisa taciturna.
-De acuerdo, señor Laurence, voy a intentarlo.
-Laurentz.
Ojalá fuera tan simple.
Prescindimos de la sonrisa taciturna.
Final de la película. No podemos dar ese discurso a algunos... algunos... romanos idiotas.
-¡Hobie Doyle no puede actuar!
-Hobart Doyle es una de las mayores estrellas de cine en el mundo.
-¡A caballo! ¡Pero esto es un drama, Mannix!
La industria en la que te encuentras, ¿cuál es el futuro allí? ¿Qué ocurrirá cuando todo el mundo posea un aparato de televisión? ¿Seguirán yendo a ver películas cada semana?
-La aviación es seria.Un negocio serio. Gente seria. No vas a ser niñera de bichos raros e inadaptados, cargando con un montón de problemas descabellados.
-Tenemos algunos chiflados... seguro, pero...
-¡Por supuesto que son chiflados! ¡Lo único que hacen es hacer creer!
El Armagedón. Y Lockheed estuvo allí.
...ya que la historia es la ciencia. Ésta es la esencia de la dialéctica.
¿Ves? Si entiendes la economía, en realidad podrías escribir lo que ocurrirá en el futuro, con tanta confianza como tú escribiendo la historia del pasado. Debido a que es ciencia. No es hacer creer. No creemos en Santa Claus.
Su Estudio, por ejemplo, es un mero instrumento del capitalismo. Como tal, expresa las contradicciones del capitalismo y pueden ser enrolada para financiar su propia destrucción. ¡Lo cuál es emocionante!
Por el pequeño individuo o en contra, no importa. La historia será lo que será, y ya sabemos lo que será...
“Somos el futuro”.
Estoy hablando de... “Como en las Alas de las Águilas”.
-Los hechos jamás están por debajo de mí. La gente no quiere los hechos: ellos quieren creer.
-Ésa es nuestra gran industria. La mía y la tuya también.
-¡No soy una columnista de chismes!
-No, no, no. Por supuesto que no.
-¡No me confundas con mi hermana!
-¿Qué clase de nombre es Thora, de todos modos?
-Es un nombre en que 19 millones de lectores confían.
-Dime, ¿qué clase de nombre es Thessaly, de todos modos?
-Es un nombre en que 20 millones de lectores confían.
Por lo general, en una película sólo digo: “¡Whitey!” o “¡Alto!”. Pero esto es hablar.
-Baird Whitlock ha sido secuestrado.
-Esto es malo. Malo para las estrellas de cine en todo el mundo.
-Yo revisaría a los extras.
-Los extras. ¿Por qué?
-Bueno, nunca se sabe acerca de un extra. Ellos van y vienen. Todos los demás,
pertenecen al set.
Todo lo que digo es que... si ves a un extra, no tienes ni idea de lo que está pensando.
Y es absolutamente seguro / que vamos a ver un montón de mar. / Pero no vamos a ver... / ¡No habrá mujeres!
En su mayoría bastante bueno, pero esta vez... no pongas el trapo de los platos
en la cabeza del barman. Eres una gran estrella, Burt Gurney. ¿Quién se preocupa por el barman?. Tú eres la estrella.
Creo que lo que Herschel está tratando de decir es que... ¿sólo porque el Estudio posea los medios de producción, por qué debe de ser capaz de quedarse el dinero... nuestro dinero... el valor creado por nuestro trabajo... y repartir lo que le plazca? Eso no está bien. Por lo tanto, no. No. Yo no diría que es un rescate. Es recuperación de la inversión.
-Cada uno de nosotros, busca su propio interés económico. Nosotros mismos no estamos por encima de las leyes de la historia. Sin embargo, en la búsqueda de nuestro interés con vigor, aceleramos la dialéctica, y aceleramos el fin de la historia y la creación del Hombre Nuevo.
-Además ganamos un poco de plata.
Ni siquiera estamos hablando de dinero. Estamos hablando de la economía.
-Así que... Ahora, ¿me tocaría una... parte del rescate?
-Bueno, no, Señor Whitlock. Usted no podría recibir algo de su propio rescate. Eso sería poco ético.
-Bueno, ¡no me parece justo, muchachos!
Reversa... ¡reversa, reversa!
No debería de ponerme bufandas.
Dirigirías un negocio. No a un circo.
Aman estas cosas. Antes eran los trenes.
-¿Es difícil bailar con todos esos plátanos en tu cabeza?
-No. Cualquier persona puede hacerlo. Todo está en las caderas y los labios y los ojos y los muslos.
Los habitantes de Los Ángeles nacen listos para la vida nocturna o para dormir. Pero Eddie Mannix no hace nada de eso.
En realidad no es un idiota. Es sólo la teoría generando su propia anti-teoría.
-Cuando el Estudio necesita a alguien que cumpla con el principio legal de... ¿cómo lo dirías, Sid?
-“Ser la persona”.
-...Joe interviene y actúa como la persona.
-Debe de tener antebrazos muy fuertes. ¿Es difícil apretar así?
-Es parte del trabajo, señorita.
¡Romanos antes que esclavos!
¿Has oído hablar del origami de los japoneses? Esto aquí es el “origami italiano”.
Tienes que dar un poco / Tomar un poco / Y dejar que tu pobre corazón se rompa un poco. / Esa es la historia, eso es la gloria del amor. / Hay que reír un poco, llorar un poco, / dejar que las nubes pasen...
Vas a Moscú para convertirte en el hombre soviético. Y ayudar a forjar al futuro. Nos quedamos atrás, para continuar sirviendo con nuestro disfraz de
esclavos capitalistas. Sin embargo, el dinero debe de ir a la causa. No al servidor de la causa.
-Nuestra modesta contribución al Comunismo Internacional.
-Ellos estarán encantados.
-Vas a salir ahí y vas a terminar “¡Salve, César!”. Vas a dar el discurso a los pies del buen ladrón y te creerás cada palabra que digas. Vas a hacerlo porque eres un actor y eso es lo que haces. Al igual que el director hace lo que hace y el escritor y la chica del guión y el tipo que cierra la claqueta. Vas a hacerlo porque la película vale y tú vales, si le sirves a la película. Y jamás te olvidarás de eso de nuevo.
-De acuerdo, Eddie, está bien. No lo olvidaré, Eddie.
-Tienes toda la razón de que no lo harás. No mientras yo dirija este basurero.
¿Por qué no debería el ungido de Dios aparecer aquí, entre estas personas extrañas para cargar con sus pecados? Aquí, Graco. En esta, tierra bañada por el sol. ¿Por qué no tomar esta forma? La forma de un hombre común. Un hombre que no nos trajo las viejas verdades sino nuevas. Una nueva verdad. Una verdad más allá de la verdad que podemos ver. Una verdad más allá de este mundo. Una verdad no en palabras... si no en la luz.
¡Fe! ¡Fe! ¡Maldita sea!
-Bendígame Padre, porque he pecado.
-¿Cuánto tiempo ha pasado desde tu última confesión, hijo mío?
-Han sido... ¿qué?... 27 horas.
-Es realmente muy pronto, hijo mío. No eres tan malo.
-No lo sé, Padre. Me fumé un cigarrillo o dos. No llegué a casa a tiempo para la cena. Y yo... yo... abofeteé a una estrella de cine con ira.
-Muy bien. Cinco Ave Marías.
Las historias comienzan. Las historias terminan. Pero la historia de Eddie Mannix nunca terminará. Porque es un cuento escrito ante la luz eterna.
viernes, mayo 06, 2016
verdades escritas en la luz
¡SALVE, CÉSAR!
data: http://www.imdb.com/title/tt0475290
Simpática. “¡Salve, César!” no será “la” película de los hermanos Coen, seguramente. Pero funciona. Hace reír y nos guiña desde las pantallas, con algunas leyendas urbanas de Hollywood. Hace un tiempo, de esa pequeña aspiración estaba hecho el cine. Y “¡Salve, César!” echa una mirada a esa época, a un supuesto estudio que alberga, en forma esquizofrénica, una épica bíblica, un musical, un drama (un real drama) de la vida real, una película de cowboys, una cinta de nado sincronizado. Seamos sinceros: ¿quién puede ser normal en un lugar así?
Los hermanos Coen observan esa época con esa tomada de pelo característica de su cine. Esa cosa de no tomarse demasiado en serio la vida, de burlarse del patetismo de los seres humanos cuando intentan ser importantes y, a la vez, de mirar con cierta indulgencia tristona esos vanos intentos por trascender. De esas mínimas historias está constituida “¡Salve, César!”, segmentos en los que la película que está siendo filmada se mezcla con la propia historia de los protagonistas. Guiños cinéfilos esparcidos en la trama, a diestra y siniestra, para los que lo sepan (y quieran) interpretar.
El personaje clave es Eddie Mannix, el directivo del Estudio Capitol que tira de los hilos, tras bambalinas, para sostener el circo cotidiano. Un hombre de familia incansable, que se confiesa diariamente, con una carga de culpa por no llegar a tiempo a cenar a su hogar o por romper la promesa de dejar el cigarrillo que le ha hecho a la esposa. Un tipo que tiene la posibilidad de salir de esa industria para ir a otra mucho más tranquila y con una oferta. Y sin embargo duda. Duda porque está hecho para mantener en funcionamiento la maquinaria de sueños, aunque eso implique abofotear a una estrella de cine que se le ha subido los delirios a la cabeza.
Además, Eddie Manix es personaje un personaja estructuralmente vital, porque es quien une los distintos segmentos y evita que el guión se reduzca a un simple rejunte de gags.
“¡Salve, César!” tiene un elenco estelar, estrellas que vienen a divertirse a la hora de filmar. Todos tienen su momento para lucirse. Pero elegimos a este puñado: Josh Brolin como Mannix; Frances McDormand como la montajista a punto de ahorcarse; el musical gay de Channing Tatum; Alden Ehrenreich como el cándido vaquero; George Clooney recitando como soldado romano.
Si quiere reírse, ya sabe para dónde tiene que apuntar este fin de semana.
Mañana, las mejores frases.