domingo, julio 28, 2013
frases de “El llanero solitario”
Negociemos.
¡Nunca te saques la máscara!
Hubo un tiempo kimosabi donde un buen hombre debía usar una máscara.
Durante quince horas, te he visto alimentar a esa ave. Pone nervioso a cualquiera.
-¿Qué clase de hombre de ley no trae su propia arma?
-Créeme que cuando este tren llegue no habrá lugar para quien porte un arma.
-¿Sí? ¿Dónde es eso?
-En el futuro.
-He tomado a este hombre en custodia. ¡Estaba en ese tren por alguna razón!
-Probablemente. ¿Cuál es tu crimen?
-Indio.
La ley es diferente aquí, hermano.
El ferrocarril promete muchos ahorcamientos.
Los indios lo llaman el Caballo Espectral.
No... ¡Por favor! ¡Estás equivocado! Medio con el cerebro húmedo. Ven. ¡Él! El gran guerrero, Caballo Espectral. Has viajado demasiado lejos. Por supuesto, debes estar cansado. Ya entiendo. Ven, ven. ¡Ahí hay un hermano más fuerte! Lo quiero a él. ¡Tráelo de regreso!
Mis ancestros hablaban con los animales cuando estaban solos. Algunos todavía lo hacemos. Pero no puedo darme cuenta si este caballo es estúpido o finge ser estúpido.
El caballo dijo que tú eres Espíritu Caminante. Un hombre que ha estado del otro lado y ha regresado. Es un hombre que no puede ser muerto en batalla. El caballo definitivamente es estúpido.
-¡Sólo quiero al hombre que mató a mi hermano y verlo colgando por ello!
-Entonces necesitarás esto.
-¿Una bala?
-Una bala de plata. La plata lo hizo lo que es. La plata devolverá su espíritu a la tierra.
-¿Tienes dinero?
-¡Por supuesto!
-¿Cuándo lo obtuviste?
-Hice un cambio.
-¿Con un hombre muerto?
-Un trato difícil.
La naturaleza definitivamente está desequilibrada.
La sangre será derramada kimosabi y pronto el río será rojo.
Los indios son como coyotes: matan y no desperdician nada. Dime kimosabi: ¿por qué mata el blanco?
¿Por qué la máscara?
-Kimo... sa... ¿por qué me llamas así? ¿Qué significa?
-Hermano equivocado.
-Toro es un comanche. Uno de ustedes.
-Ya no.
-¿Qué quieres decir?
-Su mente está rota.
Cuando él encuentre a estos dos hombres, dará su sangre y su alma a los ancestros, así podrá regresar a su tribu. Pero es muy tarde: ya no hay tribu a la cual regresar.
El tiempo ha pasado. Lo llaman progreso.
Por este totem, tu hermano juró que nos traería paz y protegería nuestras tierras. Ahora la Caballería mata a nuestros niños.
-Por favor, esto es un error. No significa que deba haber una guerra.
-No hace la diferencia. Ya somos fantasmas.
-Terminalo.
-No. No es justicia.
-Justicia es lo que el hombre busca para sí mismo.
Vendiste a toda tu tribu por un reloj. Ahora eres un náufrago.
-No soy como tú. Tengo una tribu.
-No tienes nada. Igual que yo.
Imagina. Todo el continente unido por rieles. Es combustible para nuestras ciudades, metales para nuestras fábricas. comida para las masas. Quien controle eso, controla el futuro.
Estúpido hombre blanco.
En una sociedad civilizada no hay lugar para un enmascarado.
Todo lo que odio de este país es no tener sentido del bien común.
El hombre no puede seguir siendo igual cuando el mundo cambia alrededor.
Nadie puede elegir la muerte de su hermano. No pudo elegir la suya propia. Puedes ver que es lo que somos.
-Si lo que dices es verdad, entonces atacamos a los comanches sin ninguna razón.
-Así es Capitán. Masacraron inocentes. Hay sangre en sus manos. ¡Por diez! ¿Es capaz de asumir eso?
-¿Qué puede comprar con todo esto?
-El país, Capitán. Un gran país. Nuestros hijos nos agradecerán.
¡Por Dios! ¡Y por la Patria! ¡Disparen!
-No hay justicia. Cole, controla todo. El tren, los cowboys. Todo. Si esto es lo que representa la ley, es mejor ser ilegal.
-Por eso es que debes usar una máscara.
¿Cuántas veces tengo que decirte que mates al Ranger?
Muy pronto, nadie recordará que tu gente estuvo aquí.
Soy el Espíritu que Camina. No puedo fallar.
Todos estos años, creí que eras Wendigo. Pero ahora... eres sólo otro hombre blanco.
Mal trato.
-No imagino de dónde vienes... pero siempre es bueno tener a un hombre de la ley cerca del progreso. Es hora de que te saques la máscara.
-Aún no.
Así que... Wendigo, el equilibrio de la naturaleza, el hombre enmascarado... es sólo una historia, ¿verdad? Quiero decir... no fue real. ¿No es así?
-Eso lo decides tú, Kimosabi.
¡Nunca te saques la máscara!
-¡Yahoo Silver!
-¡No hagas eso otra vez!
-Lo lamento.
sábado, julio 27, 2013
cuando el justo se tiene que poner una máscara
EL LLANERO SOLITARIO
data: http://www.imdb.com/title/tt1210819
Tiene más miga esta versión de “El Llanero Solitario” que lo que la crítica ha dejado trascender. Desde ya, los seguidores del héroe enmascarado pueden olvidarse de la fidelidad de esta versión de Gore Verbinski con la serie original. Pero este riesgo de reconfigurar la historia, es lo más noble de esta versión. “El Llanero Solitario” opera en dos niveles: uno, el de comedia de aventuras para la familia, con una sucesión de gags más o menos afortunados; el otro, con una mirada crítica a la conformación de los Estados Unidos y la necesidad, en todo tiempo, de un héroe incorruptible para denunciar las trapisondas de los poderosos. Por eso, nos atrevemos a decir, el subtexto de este nivel es de un tenor subversivo dificil de ver en los grandes tanques de Hollywood de hoy en día.
El protagonista de esta versión de “El Llanero Solitario” es Toro (Tonto, en el original). Él mueve los hilos. Y convierte en héroe a un tipo noble pero torpetón que llega casi por casualidad a ponerse las pilchas heroicas. Toro empieza contando la historia, en una feria de freaks, a un chico con el disfraz del Llanero Solitario. Curtido en arrugas, el indio pasa la posta a otra generación. Hay que volver a contar el cuento, en 1930, como en los finales del siglo XIX (o en los principios del XXI, que importa), porque en cada tiempo se necesita formar el sentimiento de justicia, porque cada generación debe aprender lo que es justo y lo que no lo es. Y también saber que es decisión de cada uno saber de que lado de la justicia hay que ponerse.
Lo poético de esta epopeya del Llanero es que un indio loco y un ingenuo idealista logran parar (por un momento, no se crea que por siempre), a la avaricia, la codicia, el poder sin límites. Esa metáfora del individuo contra los poderosos sigue teniendo fuerza. Algunos, como el niño de la película, preguntará si todo eso es real, si no es una mentira simpática. Y, como contesta Toro, eso depende exclusivamente de uno.
Entre los idas y vueltas de la acción, escenas efectuadas con la maestría de un experto en la materia como Gore Verbinski, hay algunos parlamentos que exhiben una profundidad que el jolgorio de la aventura parece desmentir. El militar (que ha aceptado sepultar con un genocidio, el error que manchó sus manos de sangre) clama a voz en cuello: “¡Por Dios! ¡Por la Patria! ¡Disparen!”. El grado de ironía de esa frase, la ácida mirada sobre la conformación de una potencia, no puede desdeñarse sencillamente. Claro, en ese mismo momento, usted se estará riendo al ver como Toro rescata al Llanero, con un cochecito de ferrocarril, en medio de las balas que surcan de un lado a otro. Pero la frase está dicha. Y la perversidad de aquellos que se ponen el uniforme de la Patria está revelada.
Hay un nivel de sutileza en la historia que debe señalarse. Como ejemplo, vale señalar la imagen de Toro al final, tras los títulos principales, caminando torcido por el peso de los años, en un traje occidental, yendo al paisaje agreste de su tierra. La occidentalización de una cultura ancestral, perdida entre genocidios e involución.
La película está a hombros de Johnny Depp que, más de una vez, no puede con el Capitán Sparrow que lleva adentro. Otros dos que se destacan son, el villano William Fichtner (de recordado trabajo en “Prison Break”) y Tom Wilkinson. Armie Hammer está correcto, lo que es decir mucho. Por lo menos no desentona. Breve papelito pero alcanza para su lucimiento, Helena Bonham Carter, la prostituta con una pierna de marfil a repetición. Entre las escenas destacadas, hay que señalar la vertiginosa secuencia de la persecución en el tren, verdaderamente notable.
Mañana, las mejores frases.
viernes, julio 12, 2013
frases de "Antes de la medianoche"
Pero a veces, no sé, siento que respiras helio y yo oxígeno.
Jodí toda mi vida por la forma en la que cantás.
Aún está. Aún está. Aún está. Se fue.
Una de las ventajas de ser mayor de 35 años es que no te violan como antes.
Eres la Alcalde de Ciudad Loca. ¿Sabías eso? ¡Tú!
No fue un desastre. Fue inevitable.
Él no sabe cómo lanzar una pelota de béisbol.
No tengo nada más para dar. No se lo daré a nadie más. Te entrego mi esencia. Te estoy dando mi vida entera. No tengo nada más que dar.
-Si me encontrarás por primera vez hoy en un tren... ¿me encontrarías atractiva?
-Por supuesto.
-Pero como estoy ahora... ¿comenzaría a hablarme? ¿Me pedirías que me baje del tren contigo?
Como la luz del sol en el atardecer, aparecemos, desaparecemos... Somos importantes para algunos. Pero estamos de paso...
-¿Acaso recuerdas quién fue tu primer amor?
-Sí. Eras tú.
-¡Oh! ¡Como si fueras virgen a los 23!
-Dijiste primer amor, no primera experiencia sexual.
Soy una madre gorda y vieja que está perdiendo el cabello.
Pero en el mundo real, calvita, cuando importaba, sí te hablé en el tren. Lo hice, fue lo mejor que hice.
Sigue ahí... sigue ahí... sigue ahí... se fue.
Yo no miro mujeres. Les hago el amor con mis ojos.
Beso, beso. Teta. Vagina.
Si quieres el verdadero amor, esto es. Ésta es la vida real. No es perfecta, pero es real. Y si no puedes verla, estás ciega.
Soy una francesa culona.
Estoy atrapada con un adolescente americano.
Te aseguro que ese chico que recuerdas vagamente, el dulce, romántico, que conociste en el tren… ése soy yo.
Para entrar en esa máquina del tiempo… ¿hay que sacarse la ropa?
-Así es cómo la gente se separa.
-¿Saltando de un acantilado?
-No, no... Estoy remarcando esto: éste es el día en que se acciona la bomba de tiempo que destruirá nuestras vidas.
¿Sabés lo que está pasando acá? Muy sencillo: creo que no te amo más.
jueves, julio 11, 2013
cada película tiene el público que se merece
ANTES DE LA MEDIANOCHE
data: http://www.imdb.com/title/tt2209418
Cuando se encendieron las luces del cine, se puedo escuchar un jovato sentenciando en voz alta: “Una película demasiado hablada”. A su lado, su esposa, una señora madura con los ojos llenos de lágrimas. Atrás mío, una chica joven explicándole a sus otras dos amigas como era la historia y qué había pasado en París, nueve años atrás. Más allá, una pareja onda intelectual, rozando los cincuenta, con la vista fija en los títulos, tomados de las manos.
Cada película tiene el público que se merece. Es cierto. Como también cada público tiene la película que se merece. Es una verdad científica. “Antes de la medianoche” es, sencillamente, una experiencia deliciosa. La charada de actuación y guión que Richard Linklater, Ethan Hawke y Julie Delpy juegan cada nueve años, siguiendo el crecimiento personal propio y de sus personajes. Si usted se cansa de ser testigo de esa pareja que charla, charla y charla, si usted considera que no dicen nada y que en esas dos horas de película no pasa nada, está bien, dejela, esta película no es para usted. Para los otros, prepárense a disfrutar de una experiencia especial.
Vemos a Jesse y Celine nueve años después de su reencuentro en París. Sus caminos se habían bifurcado, no felizmente. Y entonces quedaba la duda de si Jesse iba a tomar ese avión o no, si iba a dejar a su esposa y hundirse de lleno en brazos del amor de su vida. Para todos aquellos que fuimos tildados de románticos y optimistas, no nos quedaba la menor duda de cuál era la decisión de Jesse. Y nueve años después podemos expresar con aire de revancha: “¡Lo dije! ¡Lo dije!”. Era matemático. Estaban las pistas en cada parlamento, de una posible ida que se dilataba y se dilataba, hasta que Celine dice la última frase del filme: “Vas a perder el avión”. “Lo sé” le contesta Jesse.
Y ahora saltamos nueve años después, en vacaciones en Grecia. En cinco minutos, sabemos qué fue de la vida de Jesse y Celine en todo este tiempo. Y sabemos cuál ese el conflicto personal de Jesse: un hijo que está creciendo y que se está alejando de su padre, no sólo geográficamente.
Si “Antes del atardecer” tenía la poesía de la certeza del amor romántico e ideal, “Antes de la medianoche” tiene el sabor agridulce del amor fáctico. La realidad ha esmerilado no sólo los cuerpos de Jesse y Celine; también sus almas. Y ahora son dos fantoches que se intercambian sutiles agresiones, chicanas, pases de factura, al punto de plantearse si de verdad todo se ha acabado.
En esa habitación de hotel vacía, que Jesse observa con cierto cansancio y hastío, el silencio ocupa su lugar después de un rato largo de conversación, de palabras que tapan lo que se está sintiendo, lo que se está temiendo. En esos segundos, Jesse toma una decisión que afectará los próximos nueve años de sus vidas.
En la dinámica dramática entre Jesse y Celine, se adivina un sutil cambio. Jesse ya está convencido que la vida es eso, que no hay otra cosa mejor. Sabe que no será el gran escritor que soñó en su juventud, que lo mejor es eso que armó con Celine y sus hijos. Celine está en una etapa crucial de pataleo. Cree que todavía controla su vida, que puede concretar el plan de acción que se imaginó en su juventud, que la solución ideal es una cuestión de actitud. Está en ese instante clave de la vida de las personas en el que uno toma conciencia que ya nada puede cambiar, que se ha tomado un camino sin retorno y que la vida de uno es otro cosa que eso que se fue armando mientras uno trataba de seguir el ritmo.
Por eso, el último discurso de Jesse y la contestación de Celine, es la respuesta al tema de este episodio del viaje que los protagonistas iniciaron en Viena. Es todo lo que tengo, es todo lo que soy, no es mucho pero es todo lo que tengo para darte y todo eso, poco y todo, es tuyo. Capaz que no es tan romántico como besarse en el atardecer de París. Pero es mucho, mucho más real.
Hay una charla de amigos en ese último día en Grecia que parece insustancial. Pero tiene su hueso. Ahí, en el carrousel de parejas, de toda edad y tipo social, se adivina una generación más joven que no cree en el amor para siempre, aún cuando esté amando en ese momento. Pese al desgaste de la relación de Celine y Jesse, parecen tener la mejor parte de todos. Ellos han vivido una historia de amor. Los otros, ni siquiera se dan la mera posibilidad de tenerla. Y eso es suficiente para asegurarse que nunca van a tenerla. Así como empezamos esta crítica con que cada público se merece la película que tiene, hay personas que se merecen los amores que viven. Algunos prefieren la seguridad precaria del cine pochoclo, por no estar a la altura de las obras maestras del amor. Una capa de cinismo para saber que hay otro cine, otro amor, aunque les está vedado a ellos. La viuda que recuerda a su marido fallecido y a la brevedad de la vida, es el broche de la conversación. Hoy estamos, mañana no. Y a veces hay gente que nos toca y que se va, como todo se va algún día.
La química entre Ethan Hawke y Julie Delpy es, sencillamente, uno de esos pequeños milagros que se dan rara vez en el cine. Escuchar los idas y vueltas de sus charlas, es un placer cinéfilo y una lección de guión. Tanta realidad y tanta ficción al mismo tiempo.
Me quedo con una escena: la de Jesse y Celine viendo caer el sol y su frase “Sigue ahí... sigue ahí... ya no está”. Sabemos que no habla del sol. Y esa sutileza es uno de los tesoros de la película que sólo pueden disfrutar aquellos espectadores decididos a seguir el juego que proponen el trío Linklater – Hawke – Delpy.
Eso es “Antes de la medianoche”. Tomelo o dejelo.
Yo lo tomo. Que duda cabe…
martes, julio 02, 2013
la incorrección de la corrección política
LA CACERÍA
data: http://www.imdb.com/title/tt2106476
“La cacería” de Thomas Vinteberg pivotea sobre una idea para reflexionar: la incorrección de pensamiento del pensamiento políticamente correcto. Y lo plantea con un conflicto duro: un abuso infantil. La sola posibilidad del hecho produce una cascada de reacciones en cadena de personas que creen sin verificar. Todo parte de un supuesto que es en sí mismo un prejuicio: un chico no miente. Vinteberg se anima a enfrentar esta máxima. Y toma el contraejemplo de la postura infame de una comunidad guiada por el miedo.
La película cuenta la historia de Lucas, divorciado, con un hijo, que vuelve a su terruño natal, una sencilla comunidad rural nórdica, para rehacer su vida tras el divorcio, junto a sus amigos, tratando de recuperar la tenencia de su hijo adolescente. Lucas consigue trabajo en una escuela. Y se gana el cariño de Klara, una niña, la hija de su mejor amigo. Por un enojo temporal, Klara insinúa a su maestra que Lucas ha tenido una conducta indecorosa con ella. Ahí está el conflicto del filme. La trama pasa a describir cómo reacciona la comunidad, en especial sus otrora fieles amigos, tras la acusación de la niña.
Uno de los hallazgos del filme, es la idea de que no importa cuál sea la verdad: la comunidad autoconvencida no vuelve sobre sus pasos. Parten del supuesto: un niño no miente. Consideran al niño incapaz de esbozar una mentira y de fantasear sobre el mundo de los adultos. Por lo tanto, la única opción que queda es el abuso infantil. Y aunque la protagonista reconozca a su turno la mentira y lo exprese claramente, ya no hay vuelta atrás. La respuesta es: no, ahora decís que es mentira, pero en realidad fue verdad y no querés reconocerlo. Esa dificultad para hallar la verdad y testearla con la realidad es el principal tema del filme. Pensar en piloto automático; reaccionar políticamente correcto. Porque es tan infame la posibilidad del hecho que anula toda posibilidad de testear su veracidad.
“La cacería” tiene un sugerente final, un desenlace en suspenso que nos susurra la posibilidad que hay hechos de los cuales no se vuelve. Que no toda retractación deja las cosas como antes y que la copa quebrada es distinta a la copa antes de su quiebre.
Sin ser una película excepcional, “La cacería” tiene la virtud de contar una historia sin rebusques. Transcurre con cierta calma. No hay piruetas de guión. No hay diálogos brillantes. Pero no por eso deja de tener tensión dramática y hasta el final estamos en suspenso, esperando saber cómo va a terminar y si hay algo que se nos ocultó y se revele al final. Y, como vemos, nos deja picando más de una idea para reflexionar. No es poco. Vale la pena señalarla, entre tanta película sin objetivo.
“La cacería” sabe lo que quiere contar y lo cuenta más que eficazmente, en la sólida actuación de Madds Mikkelsen. Un punto aparte para Annika Wedderkopp, la niña en cuestión, indispensable contrapunto con Mikkelsen. Sus breves parlamentos son un ejemplo de sutileza e interacción por debajo de las palabras. Para tener en cuenta y no dejar pasar.