viernes, junio 29, 2012
frases de “Game Change”
Tiene ventajas estar en el último lugar. Puede decir todo lo que siente.
-Un gran hombre me dijo una vez: “Prefiero perder la elección que ver a este país perder la guerra”.
-Y lo dije en serio, Steve.
-Entonces, dígalo, señor. John McCain no dice lo que es popular sino lo que es correcto.
-No sé qué diablos hay de malo conmigo. Piensas tanto en ganar que terminas perdiéndote tú mismo.
-Será fácil porque sólo debe transmitir un mensaje.
-¿Sí? ¿Cuál es?
-John McCain pone el país primero.
-Si (Obama) cura a un bebé enfermo, estamos fritos.
-Estamos abajo por 15.
-Si el discurso de la convención es tan bueno como éste…
-Será mejor.
Yo quiero una campaña que enorgullezca a mis hijos. Y eso descarta atacar a un reverendo negro.
Un hombre sin logros se ha convertido en la mayor celebridad del país. Y nosotros tratamos de llegar a él y bajarlo. Lo que necesitamos es hacerle al pueblo americano una simple pregunta: ¿quieren un estadista como su próximo presidente o quieren una celebridad?
-Él quiere a Lieberman en la boleta.
-Claro que sí.
-Es un desastre.
-O histórico.
-O un desastre histórico.
Pero Joe es perfecto. Los dos somos disidentes que son odiados por nuestros propios partidos. Podríamos tener un efecto sanador en el país.
Lieberman es lo correcto pero es la forma errada para ganar.
John, Obama cambió toda la dinámica.
Es un año de cambio, señor. Necesitamos desesperadamente un cambio de juego. Y ninguno de estos blancos maduros cambiará el juego.
Bueno, los datos muestran que hay cuatro cosas que debemos hacer. Debemos recuperar a los independientes. Debemos emocionar a la base. Debemos distanciarnos del gobierno de Bush. Y debemos cerrar la brecha del género.
Entonces, encuéntrenme una mujer.
¿Cuál era su nombre?
Es una mujer con un arma, John. La base saltará de alegría.
Señor, vivimos en la era de You Tube y de las noticias las 24 horas. ¿Cómo cree que un hombre sin grandes logros en la vida le gane a un héroe americano por dos dígitos?
-Dame la conclusión, A. B.
-Alto riesgo... alta recompensa.
-No debiste decirme eso.
-¿Por qué no?
-Toda mi vida he tomado riesgos.
Senador, usted es un héroe americano. Yo solamente soy Sarah de Alaska.
Pero yo preferiría perder por 10 puntos intentando ganar, que perder por un punto y decir: “Maldición, debimos intentar ganar”.
-Lieberman and Pawlenty son elecciones de “el país primero”. Sarah Palin será percibida como una maniobra política interesada. No sólo podrías perder la elección, John. Podrías perder tu reputación con eso.
-No me postulo por mi reputación. Me postulo para ser presidente.
Ninguna noticia nueva dura más de 48 horas. Las noticias no se recuerdan mucho tiempo. Es solo entretenimiento.
¿Saben cuál es la diferencia entre una mamá del hockey y un pitbull? El lápiz labial.
Cuando ella habla de su fe, se ve que es de verdad. Cuando ella habla de armas, se nota que es de verdad. Tengo cinco hijos también y ella tiene algo que
Siento… que ella habla conmigo. Y nadie habla conmigo.
Es una estrella más grande que Obama.
Usted puede ser la próxima Ronald Reagan del partido.
-Pienso que debemos iniciar la preparación de la gobernadora con política económica rusa y que se relaciona con las tensiones de posguerra durante la era pre-Putin.
-Yo estaba pensando en algo más sencillo.
-¿Cuánto más sencillo?
-Esto es Alemania. Fue el principal antagonista en las dos guerras. Y en la segunda guerra mundial se alió con…
-Gobernadora... ¿sabe qué es el FED?
-Gobernadora, ¿sabe por qué estamos en Irak?
-Porque Saddam Hussein nos atacó el 9/11.
-No. No. Al Qaeda nos atacó el 9/11. No Saddam Hussein.
-¿No fue Saddam Hussein?
-No. Fue Al Qaeda. Por eso estamos en Afganistán.
No la interrogaron porque querían que funcionara.
-Es una gran actriz, ¿correcto?
-La mejor.
-¿Por qué no le damos algún parlamento?
Y se puede ver Rusia desde aquí en Alaska.
-Me causa curiosidad... ¿qué periódicos y revistas lee con regularidad antes de ser elegida para esto, para estar informada y entender…?
-Leí la mayoría, con gran aprecio por la prensa, por los medios.
-¿Cuáles específicamente? Por curiosidad.
-Menciona un puto periódico.
-Todos. Todos los que llegaban a mis manos en estos años.
Dios mío. ¿Qué hemos hecho? Si John McCain gana, esta mujer estará a un latido de un hombre de 72 años de ser presidenta de los Estados Unidos. Y si eso no lo asusta, debería pensarlo.
No es que ella no sepa la respuesta correcta. Es que no logra entender la pregunta. Esto va más allá de lo que hemos visto en un candidato nacional.
No quiero hacer estas entrevistas. Quiero hacer sólo lo que yo quiera.
Ahora entiendo a Hillary cuando dijo que quería su propia voz.
Arruinaron mi reputación. ¡Estoy arruinada en Alaska!
Katie, quisiera usar uno de mis comodines.
No me gusta decir esto, ¿pero han pensado que sea mentalmente inestable?
-¿Sabe que dijo Ronald Reagan que causaba la contaminación? Árboles.
-¿Reagan dijo eso?
-Lo dijo. Dijo que los árboles causaban la contaminación. Y él no solamente ganó la elección, sino que fue un gran presidente.
-Nos metimos en lo profundo sin un salvavidas.
-Sí. Y nos estamos ahogando con ella, señor.
-¿Recuerdas tu debate con Halcro? No tenías notas ni periódicos. Y él podía arrojar hechos y cifras. Estabas muy intimidada... hasta que miraste al auditorio. ¿Qué notaste?
-Que nada de lo que dijo importaba, porque nadie sabía de qué estaba hablando.
-Es lo mismo ahora, cariño. Sólo que hay más gente. Te metes en problemas porque tratas de convertirte en algo que no eres. Tienes que hacer lo que haces. Habla con la gente en la forma en que hablas con ellos. Y te amarán.
-¿Cuántas preguntas debe responder Sarah Palin en el debate?
-Entre 22 y 25.
-¿Cuánto dura cada respuesta?
-Dos minutos y algo.
-Así que sólo debemos hacer que la mejor actriz de la política memorice 45 minutos de respuestas. Y no perderemos el tiempo cinco días tratando de que entienda qué significa todo esto.
Bueno, lo que tenemos que hacer es que memorice 25 respuestas y cuatro líneas de ataque. ¿Cree que lo puede hacer?
Fue Ronald Reagan el que dijo que la libertad siempre está a una generación de extinguirse. No se lo pasamos a nuestros hijos en la sangre, tenemos que luchar por ella y protegerla. Y luego dársela a ellos para que ellos hagan lo mismo.
-Reza conmigo.
-¿Por qué rezamos?
-Para que yo gane este debate.
-Mami, eso es trampa.
¿Puedo llamarlo Joe?
Van a pensar que es una jugada Jedi-Maquiavélica.
Creo que un buen barómetro para ver si ha sido un buen o mal momento en la economía norteamericana es ir un sábado a un juego de fútbol de niños y preguntarle a cualquier padre sentado en los costados, qué opina de la economía. Y les apuesto a que escucharán algún miedo en su voz...
Si no comprendes cuáles son las causas es virtualmente imposible encontrar una solución.
No quiero volver a Alaska.
Yo sé lo que sé lo que sé.
-No puede decir que la exoneraron.
-¿Por qué no?
-Porque no lo han hecho. El reporte dice que abusó de su poder. Y eso es lo opuesto a ser exonerada.
-Me dijeron lo contrario.
-No se lo dijeron.
Lo siento, Gobernadora, pero sólo quedan unas pocas semanas de campaña. Y tiene que parar de decir cosas falsas a la prensa.
Señor... ya no la puedo controlar.
Eso puede ser verdad. Pero el populismo norteamericano tiene un lado oscuro. Algunas personas ganan elecciones haciendo eso. Yo no soy ese tipo de persona.
-No puedo confiar en Obama. Leí acerca de él y no es… es un... es un árabe. No es un ameri…
-No, señora. No, señora. Él es un decente hombre de familia con el que tengo desacuerdos en ciertos aspectos fundamentales. Y de eso se trata esta campaña.
-Me asombra que alguien que lleva tanto tiempo en la política se tome las cosas pequeñas tan a pecho.
-Por eso son lo que son. Reagan, Bush, Clinton… todos querían ser amados. Los que patológicamente no necesitan ser amados, no reciben la nominación. No son presidentes.
-Si hubieras entendido eso, habrías manejado mejor a nuestra cazadora de alces.
-Dios, fue una campaña dura.
-No fue una campaña. Fue un mal reality show.
Y si ganamos, ¿te sentirías cómodo con la presidenta Palin?
-Vamos, muchachos, escuchen. Yo también deseo que el pueblo norteamericano elija al futuro Abraham Lincoln o Thomas Jefferson, pero desafortunadamente, así ya no es como funciona. Ahora se requiere carisma de estrella de cine para ser elegido presidente. Y Obama y Palin… eso es lo que son. Son estrellas.
-La principal diferencia es que Sarah Palin no puede nombrar una decisión de la Corte Suprema, mientras que Barack Obama es un profesor de Derecho Constitucional.
-¿Sabes lo que dijo Dick Cheney al saber de Palin?
-¿Qué?
-Que nuestra elección fue imprudente. Cuando pierdes la moral con Dick Cheney, es hora de replantear toda tu vida.
-Steve... tengo algo que decirte.
-¿Qué pasa?
-Yo no voté. No pude hacerlo.
Cuando mi abuelo supo que los japoneses se habían rendido, quedó perdido. No sabía qué hacer consigo mismo. Regresó a casa y murió al día siguiente. Peleó su guerra y murió. Y mi padre, cuando se retiró de la Armada, cayó en un estado de desesperación por el resto de su vida. Nunca me voy a rendir, Steve. No puedo.
No sé cómo desvanecerme.
-Lamento mucho que yo... le haya sugerido a ella.
-No lo lamentes. Que se vayan al diablo. ¿Qué íbamos a hacer?
-Eso no sucederá. No dará ningún discurso.
-¿Y por qué no, Steve?
-No dará ningún discurso porque el candidato a la vicepresidencia nunca ha dado un discurso de aceptación la noche de la elección. No es por usted. Es por el país.
-Sí, muchas cosas no se han hecho antes.
-Gobernadora... Este país ha elegido al primer presidente afroamericano en la historia de su existencia. Y el discurso de aceptación legitima su sucesión como comandante en jefe. Es una ocasión muy solemne y seria. Y John McCain, y sólo John McCain, dará ese sagrado discurso. Así se ha hecho en cada elección presidencial desde el inicio de la república. Y usted, Sarah Palin, no cambiará la importancia de esta orgullosa tradición americana.
-Ahora eres una de las líderes del partido, Sarah. No te dejes asimilar por Limbaugh y otros extremistas. Destruirán el partido si los dejas. Recuerda: eres una mamá de hockey.
-Sólo quería marcar la diferencia.
-Y lo hiciste. Una enorme diferencia.
jueves, junio 28, 2012
campaña en los tiempos del homo videns
GAME CHANGE
data: http://www.imdb.com/title/tt1848902
“Game Change” es una película televisiva producida y emitida por la cadena HBO, con Julianne Moore, Ed Harris y Woody Harrelson en los papeles principales. Con la habitual capacidad que tiene la industria audiovisual norteamericana de retratar su pasado más inmediato, de forma desacartonada y eficaz, la película trata la pasada campaña electoral por la presidencia de John McCain a partir del decisivo momento en que tienen que elegir su candidata a la vicepresidencia, la Gobernadora por Alaska, Sarah Palin.
La historia es mucho más que la descripción de una derrota, ante la estrella ascendente de Barack Obama. Es la indagación de hasta qué punto se debe ceder por la victoria o, más aún, cómo llevar una campaña que le ofrezca a la ciudadanía soluciones si ésta es incapaz de analizar los argumentos que le ponen en juego.
Los asesores de campaña de McCain (un héroe de guerra, senador de dilatada trayectoria, honestidad e independencia) lo enfrentan a un dilema: si quiere ganarle a Obama, debe ganarse a los independientes, emocionar a la base electoral, alejarse de la administración Bush y cerrar la brecha de género. Obama arrasa en el segmento femenino. Si no liman esa diferencia a menos de cinco puntos porcentuales, quedan fuera de la contienda.
Y McCain pide: “tráiganme una mujer”.
La mujer no es otra que la ignota Gobernadora de Alaska, Sarah Palin, un auténtico factor X en la campaña electoral. Palin tiene un carisma especial: logra conectarse con la gente. Su capacidad para atraer multitudes, opaca al candidato principal. Pero tiene una debilidad que termina dando fuertes dolores de cabeza a los estrategas de campaña: ella es una completa ignorante.
Ése es el dilema moral del comité de campaña de McCain: tener una vice con el mismo nivel de carisma que Obama pero que es absolutamente inepta para ejercer, eventualmente, la Presidencia.
Como en “Colores primarios”, esta película se basa en un best seller (de Mark Halperin, en esta ocasión), i.e. difusión de chimentos de campaña ocultos durante la contienda. Personalmente, envidio esa habilidad del cine norteamericano para mostrarnos el detrás de escena de su historia reciente. Por estos lares, el Nuevo (sic) Cine Argentino parece que lo único que tiene para contar es el tedio de chicos de clase acomodada que no saben lo que quieren ni adónde van ni qué decir. Un docudrama sobre los primeros días de Alfonsín, el final de Menem, los ataques de caspa de la actual Presidenta darían para notables filmes. Pero no parece llamar la atención de ningún guionista de estos pagos, tal vez cuidadosos de tocar sus fuentes de recursos.
“Game Change” pone el ojo en una característica de las democracias de la época de la televisión e Internet, la generación del homo videns: la elección del candidato por la imagen que proyecta, no por su idoneidad. Sarah Palin no tiene los antecedentes ni la capacidad para gobernar los destinos de un país (menos, de una potencia mundial). Pese a lo que expongan los medios, Palin gana por la empatía que tiene con la gente. Ella resulta simpática al votante promedio. No importa que no sepa distinguir un conflicto bélico o nombrar un caso reciente de la Corte Suprema. “Siento que ella habla conmigo” dice alguien del montón. Un sentimiento mágico e irracional, casi imposible de resistir.
Hay dos parlamentos vitales que bucea en este hecho empírico. El primero, el consejo del marido de Palin, en un momento previo a un debate que la puede dejar pedaleando en el aire a la gobernadora. Él le recuerda un antecedente, en su campaña en Alaska, cuando atosigada por un candidato durante un debate, levantó la vista, vio al público y se dio cuenta que todos los datos que él daba, no tenían ningún efecto. “Porque nadie sabía de lo que estaba hablando” contesta Palin.
Ése es el punto. El sistema democrático necesita debate. Y el debate, necesita disertantes idóneos y un público capaz de procesar las ideas en juego. Los medios audiovisuales nos dan la sensación, a nosotros, el Pueblo, los que asistimos a un debate, de que estamos en condiciones de juzgar la veracidad de los argumentos expuestos. Pero el medio está sujeto a manipulación. No necesariamente es menos inteligente el tipo que nos aburre al hablar ante una cámara; no implica, tal carencia, una señal de no estar predestinado a ser un estadista. Palin arrasa en sus debates; gana la actriz, no la pensadora. Y la gente “compra” a la candidata, opacando al héroe de guerra con ética y experiencia.
Detrás está una idea que nos inquieta cuando vemos el juego democrático: el votante elige con el corazón, se engaña al votar un candidato que le miente para dejarlo satisfecho. Pocos candidatos se animan a zamarrear al votante y exigirle. Pocos pueblos son los suficientemente maduros para reconocer que el tipo que los aporrea, les pide algo más que el candidato demagógico: les reclama alcanzar su propio potencial.
Tal vez estemos tentados a colegir que la democracia es el gobierno de los menos aptos. Vieja falacia de la ciencia política. Los políticos son tan mediocres como la sociedad que los elige. Ningún sistema de elección de gobernantes “a dedo” ha demostrado ser mejor. La democracia exhibe sus falencias pero tiene la suficiente capacidad para alertarnos y ponernos en guardia, señalándonos las trampas del sistema.
El otro parlamento clave es el que reúne al equipo de McCain, la noche previa a la elección, concientes de la derrota. “Yo también deseo que el pueblo norteamericano elija al futuro Abraham Lincoln o Thomas Jefferson, pero desafortunadamente, así ya no es como funciona. Ahora se requiere carisma de estrella de cine para ser elegido presidente. Y Obama y Palin… eso es lo que son. Son estrellas” dice uno de los protagonistas. Y otro, contesta, poniendo el dedo en la llaga: “La principal diferencia es que Sarah Palin no puede nombrar una decisión de la Corte Suprema, mientras que Barack Obama es un profesor de Derecho Constitucional”.
El tipo capaz y mediático. Ése es el ideal difícil de alcanzar.
Sería bueno, mientras el ideal llega, recordar, en cada elección, que no siempre se dan las dos cosas.
Muy buena película. Para ver. Mañana, las mejores frases.
viernes, junio 15, 2012
frases de “El secreto de Albert Nobbs”
Ese hombre tan gentil.
-Tenga cuidado, Sean. La semana pasada fue la chaqueta; esta noche es la corbata.
-Sí, señora. Excúseme.
-Recuerda que hay centenares, cientos de jóvenes errantes por las calles de Dublín en busca de trabajo. Jóvenes, Sean.
Contrólese o cuento.
Mantuve los recuerdos en mi cintura todos estos años.
Yo me casé con una muchacha tan solitaria como yo.
¿Cuándo le contó a su esposa que era mujer? ¿Antes del matrimonio? ¿O después? ¿Será que le dijo a la esposa en la mitad?
-Pero… yo soy sólo un mozo.
-Y yo soy un doctor. Los dos llevamos un disfraz de nosotros mismos.
Estaba pensando que quizá... una tienda de tabaco.
-Yo nunca le di la oportunidad de narrar su historia. Entonces, ¿por qué no me cuenta ahora?
-Yo no conozco el comienzo. Yo fui... abandonada.
-Mire los chocolates. ¿No son maravillosos?
-Me temo que sean muy caros.
Dos cajas una semana. Así, 60 libras 16 chelines por año. ¡Oh, Señor! Quizás sólo necesito cortejarla durante tres meses.
Sólo imagine. Las puertas azules. Bolas de fuego adentro. Las cortinas bonitas en las ventanas del piso superior. Allí arriba, un aviso: “Tienda de tabaco A. Nobbs”. ¿Qué piensa usted?
Todavía no ha empezado ¿y ya se jubila?
Yo debo decirle antes de que nos casemos, ¿o debo decirle la noche del matrimonio? ¿Y si ella llama a la policía?
Yo no tengo más mi juventud. No tengo cómo pagar las facturas. Me temo que se ha acabado.
Albert, usted no tiene que ser algo que no es. Ha sobrevivido todos esos años. Usted trabajó duramente, ahorrando su dinero. Si usted quiere salir y encontrar a alguien con quien empezar una nueva vida, entonces usted sale y encuentra a esa persona.
Nada es justo en este mundo.
Ella no vale la pena, usted sabe. Ella se ha enamorado de Joe Mackenzie y es una lástima porque él nunca se casará con ella. Y él está pujando por no tener una familia. Está hablando ahora de irse a América. Es una maldición completa. Marque mis palabras. Él nunca la tomará. Ni ahora, ni nunca.
¿Qué tipo de hombre le pide a una muchacha casarse sin por lo menos haberla besado? ¿Cómo sabe que me ama si no me ha besado?
Así es como los enamorados besan. Es de esa manera que Joe Mackenzie me besa. Es de esa manera que me gusta ser besada.
Usted cambiará y me cambiará. No quiero ser esa persona. No quiero ser mi maldito padre. Quiero librarme de eso.
¡Querido Jesús! Yo no sé lo que hacen estas personas para vivir estas vidas tan miserables.
-Su nombre es Albert. Albert Joseph.
-Entonces está aquí con nosotros.
-Pero me lo van a quitar. Lo sé. Y luego me tirarán a la calle. Es sólo una cuestión de tiempo. Lo sé.
-No podemos dejar que eso suceda, ¿verdad?
jueves, junio 14, 2012
modestas aspiraciones
EL SECRETO DE ALBERT NOBBS
data: http://www.imdb.com/title/tt1602098
Tal vez en esa mansa resignación de Albert Nobbs se encuentre el drama del personaje. Albert Nobbs nació mujer en la Irlanda de fines del siglo XIX. Pero para sobrevivir se ha vestido de hombre y ha actuado, todos estos años, como hombre ante la sociedad. Su vida ha sido servir mesas en un lujoso hotel de Dublín y ahorrar, moneda sobre moneda, billete sobre billete. Alcanzada la madurez, esa sombra que es en vida Nobbs tiene un sueño, módico, nimio, insignificante. Su felicidad es comprar un local y establecer una tabaquería. Que ése sea su anhelo más grande, revela el nulo espesor de su vida. Nobbs se ha anulado, no sólo su identidad, su género, su deseo. Nobbs ha gastado los años de su vida, sin ser nada. Y en ese laberinto, consumió su vida.
“El secreto de Albert Nobbs” es una película modesta, con una actuación soberbia, la de Glenn Cloose como esta mujer masculinizada en una sociedad pobre y cruel (o tal vez, justamente, por ser pobre es cruel). Toda la historia se sostiene en la pobreza espiritual del personaje, el ser que se ha escondido en las rendijas de la sociedad para no ser destruido. Sólo ahora, y por su cruce con Hubert Page (otra mujer escondida en el traje de hombre), se permite soñar. Sueña con casarse y poner un negocio. Que sea una mujer bajo el disfraz del hombre, es un elemento que no termina de asumir. Tantos años mintiendo su género, se le ha olvidado. El disfraz de Nobbs no esconde transexualidad; esconde el miedo de mostrarse como se es y perecer ante el ataque de los otros. Vivir a la defensiva es no vivir.
Aceptar las normas de los otros; bajar la cabeza y pasar desapercibido; agradar neutralmente. Esos fueron los preceptos con los que vivió Nobbs. Y en ese juego de escondidas, se le fue la vida. Nobbs como Hubert son mujeres disfrazadas de hombres; pero mientras Hubert sabe lo que es amar, Nobbs ni siquiera intuye qué es ese sentimiento. En el ambiente misógino del filme, las mujeres son maltratadas con el desprecio a sus sentimientos. No es sólo Nobbs o Hubert, también Helen (una buena actuación de Mia Wasikowska), el clásico ejemplo de la mujer bonita, enamorada, engañada y abandonada. Ella cierra el círculo, en el último diálogo con Hubert.
El color trágico de “El secreto de Albert Nobbs” está apenas sugerido, en mínimos rasgos. La sola visión de su traje apretado, mal calzado, su hibridez innata, nos retrata cómo transcurrió ese personaje por la vida. Rodrigo García, desde la dirección, permite que la historia tome su tiempo, tan minúsculo como el protagonista. No hay grandes acciones; hay una gran descripción. Si el espectador se logra meter en ese mundo asfixiante en el que se mueve Albert Nobbs, disfrutará de la película y valorará su espesor dramático.
Las patéticas escenas de los paseos de Albert con Helen son sutilmente siniestras. El modo en el que Albert Nobbs es indiferente al modo mezquino como lo trata Helen es interesante de analizar. No es que Nobbs no lo registre; está tan acostumbrado a no ser querido, no ser valorado, que acepta el menosprecio como un intercambio comercial. Para tener su sueño (una tabaquería), necesita una esposa que lo ayude en la atención del local; que ella no lo quiera, no es un dato importante en su estrategia. Como no lo es que ambas sean mujeres. Su especulación es sólo una función matemática de las libras y chelines que le demandará su propósito.
La tesis del filme está en las palabras finales del médico que expresa: “yo no sé lo que hacen estas personas para vivir estas vidas tan miserables”. Esa triste definición es la mejor descripción de las tragedias cotidianas de los personajes de la trama, tragedias individuales que no dejan ninguna huella en la marea de la historia.
Sin ser superlativa, “El secreto de Albert Nobbs” se despega del resto. Público pochoclo, abstenerse.
Mañana, las mejores frases.
viernes, junio 08, 2012
frases de “Mi semana con Marilyn”
Cuando el amor sale mal, nada sale bien. De eso estoy segura. Cuando el amor sale mal, un hombre se da a la fuga.
Yo inicié esta ola de calor, meneándome con candor.
Yo era el menor de una familia en la que se rinde más de lo esperado. Mi padre era un historiador de arte de fama mundial y mi hermano me llevaba ventaja en todo. Yo era siempre el que decepcionaba a mis padres. Encontré consuelo en la pequeña sala de cine a la que iba todos los jueves.
-¿Marilyn Monroe?
-Sí.
-Supongo que tendrían que presentármela.
-Aún no hay un tercero.
-¿Un tercero?
-Un tercer asistente de dirección. Sabes en qué consiste, ¿no?
-¿En asistir al director?
-¡Eso es lo que menos se hace!
Primera lección: El tercer asistente hace lo que yo le diga, ¡carajo!
Stanislavski y el método son muy buenos cuando se ensaya. Pero no hay cabida para eso en un plató.
-¡Larry! Tengo buenas nuevas. La comisión de la Cámara decidió que Miller no es comunista.
-Claro que lo es. Todos esos estirados intelectuales neoyorquinos son rojillos.
-Larry se enamoró como loco de ella en Nueva York. Está decidido a seducirla.
-Pero apenas lleva tres semanas casada.
-Creí que eras hombre de mundo, Colin.
-No puede haber dos malditos directores.
-Marilyn quiere a Paula.
-¿Por qué? Me tiene a mí.
Escucha, Larry. Si aceptas a Marilyn en sus términos, todo saldrá bien. Si tratas de cambiarla, te volverá loco.
-No puedo hacerlo.
-¿Qué pasa?
-Está nerviosa.
Yo formé parte de los empleados en huelga en 1926. Esa sí que fue una huelga. Todos éramos bolcheviques entonces.
Tiene una belleza dulce. Debería usar más rimel. Cuando se es joven hay que usar mucho rimel. Cuando se es vieja, hay que usar mucho más.
-¿Marilyn te parece hermosa?
-No comparada contigo.
-No necesitas exagerar tanto para ser encantador.
-Debería llegar a tiempo como los demás.
-Es una estrella.
-Yo soy una estrella, ¡carajo!
-Tiene el mejor trasero del mundo. Con senos como los suyos, se hacen concesiones.
-Marilyn querida, eres un ángel y me pareces excepcional… pero ¡por qué no puedes llegar a tiempo, carajo!
-En Inglaterra también usan la palabrita.
Cuando Marilyn lo hace bien, uno no quiere ver a nadie más.
Apenas llevamos cuatro días de rodaje y ya son dos semanas de retraso.
-Debería aprender de sus errores.
-Pero sólo la alteran.
-¡Ni la mitad de lo que me alteran a mí!
-Marilyn no logra recordar el parlamento porque no le parece creíble la situación en la que está su personaje.
-Pues que finja que es creíble.
-¿Que finja? Se trata de la diferencia entre la verdad y las estupideces que no lo son.
-Estoy de acuerdo. Actuar requiere de verdad y si uno puede fingir eso, le espera la fama.
Sentirás más dolor, sufrirás más. Pero vas a crear. Sólo necesitas tiempo.
Marilyn, sólo trata de ser sexy. ¿No es lo tuyo?
¡Quiero a Lee!
Santo cielo. Pastillas para dormir. Pastillas para despertar. Para calmarla.
Para darle energía. ¡Con razón está todo el tiempo tres metros bajo el agua!
-Quizá está asustada.
-¡Todos lo estamos! ¡He pasado la mitad de mi vida profesional muerto de terror! ¡Eso nos pasa a los actores!
Les gusta mantenerla dopada. Así es más fácil de manipular. Les da terror quedarse sin su gallina de los huevos de oro.
-Colin, ¿de qué lado estás?
-De su lado, Señorita Monroe.
-Llámame Marilyn.
No puedo trabajar. No puedo pensar. Ella está devorándome.
-Estoy haciéndome vieja, Jack.
-Y cada año más hermosa, Vivien.
-Pues necesito de tu magia.
-Marilyn, querida. Larry me dice que eres de veras espléndida. Y yo estoy loca de celos.
-Pero todos dicen que tú interpretaste a Elsie fabulosamente en el teatro.
-Pero no tengo edad para interpretarla en la película. Larry fue muy cruel cuando me lo dijo. Verás, la verdad es lo único que le importa a él. Y por eso todos lo admiramos mucho.
Recuerda, muchacho, que tratándose de mujeres nunca se es demasiado viejo para salir humillado.
Le diré qué le pasa. Está en agonía porque es un gran actor que quiere ser estrella de cine. Y usted está en agonía porque es una estrella de cine que quiere ser una gran actriz. Y esta película no va a contribuir en nada ni para usted ni para él.
A ver si encontramos más reporteros entre los arbustos.
-Debería salir más. Debería ver los lugares de interés.
-Yo soy el lugar de interés.
Ha odiado el método desde que Vivien trabajó con Elia Kazan.
Usted representa el futuro y eso lo asusta.
La única persona en quien puedo confiar es Paula. Además de ti, quizá.
Creí que trabajar con Marilyn me haría sentir joven otra vez. Pero en las escenas parezco muerto. Muerto detrás de estos ojos. Quería renovarme a través de ella. Pero el único reflejo que veo en ese espléndido rostro es mi propia incompetencia.
Yo admiro a Marilyn. En serio, a pesar de su conducta. Ha soportado todo a lo que Hollywood la ha sometido y ha triunfado. Se requieren muchas agallas. Una actriz que logre la décima parte de lo que ella ha logrado tiene que ser muy fuerte. Ten cuidado, muchacho. Ella no necesita que la rescaten.
Mira, muchacho, conozco a Marilyn desde hace siete años. Me enamoré de ella igual que tú. Tuve diez días con ella y eso fue todo. Así como me escogió, me dejó. Es su costumbre. Rompe corazones. Te romperá el corazón. Te aconsejo que desistas antes de que salgas lastimado.
-Debería sentirme así todos los días.
-Bueno, tenemos el día de hoy. Tenemos un día para hacer lo que tú quieras. Y mañana volveremos a la vida real.
-¿Solo un día?
-Bueno, quizá el fin de semana.
-La Reina lamenta no poder verlos.
-¿En serio?
-Claro. El otro día estaba diciéndome: “¿Qué se sentirá ser la mujer más famosa del mundo?”.
A todas las niñas deberían decirles lo bonitas que son. Deberían crecer sabiendo cuánto las quiere su mamá.
-Eton data de hace 500 años. La fundó el rey Enrique VI.
-Con razón hay tanto polvo.
Es la primera vez que beso a alguien más joven que yo.
Caramba. El joven Colin está enamorado.
-¿Ése es Abraham Lincoln?
-Es mi papá. Bueno, como no sé quién fue mi verdadero padre, podría ser él, ¿no? ¿Tienes un hogar, Colin? ¿Un hogar de verdad? ¿Con una mamá y un papá?
-Sí.
-¿Te quieren?
-Estoy seguro de que sí.
-Eres afortunado.
-Sí.
-¿Tú me quieres, Colin?
Sólo quiero que me quieran como a una mujer común y corriente.
Lo único que la gente ve en mí siempre es a Marilyn Monroe. En cuanto ven que no soy ella, huyen.
-Marilyn, hazme un favor. Llega a tiempo al estudio mañana y demuéstrale a todos de qué eres capaz. Demuéstrale a Larry que eres una gran actriz.
-Bueno.
-Digan lo que digan los demás. Con el corazón alegre y sin compromisos. Es como uno debe de empezar. Sin nada que perder. Hasta que pierdas el corazón.
Pues… no sé qué le hiciste pero sigue haciéndolo. Nunca la había visto tan feliz.
¡Ay, mi linda niña! Sé que ahora es difícil para ti. Pero sobrevivirás a esto. Te esperan cosas mejores. Eres joven. Tienes toda la vida por delante. Tu vida apenas empieza.
Quizá después de todo sí acabemos esta película.
El primer amor trae amargura de lo más dulce, Colin.
Quisiera que recordaran que me esforcé.
-¿Te rompió el corazón?
-Un poco.
-¡Qué bueno! Te hacía falta.
-Es maravillosa. Carece de formación y de oficio como actriz. No emplea astucia, sólo instinto. Es asombrosa.
-Debería decírselo.
-Y se lo diré. Pero no va a creerme. Es quizá ahí donde radica su grandeza. Estoy seguro de que es lo que la hace tan inmensamente infeliz.
Hice todo lo que pude por cambiarla pero ella sigue siendo brillante, a pesar de mí.
Creo que dirigir una película debe de ser el mejor de los trabajos que se hayan inventado. Pero Marilyn se encargó de que nunca más vuelva a hacerlo.
-Tengo una solemne advertencia que hacerle.
-¿De qué se trata, querida?
-Usted sabe qué es lo que va a pasar. Voy a enamorarme de usted. Voy a enamorarme de usted porque siempre, siempre me pasa.
Cuando pienso en ella ahora, la veo como la época en que realicé un sueño. Y mi único talento era no cerrar los ojos.
jueves, junio 07, 2012
detrás de la diosa hay un corazón
MI SEMANA CON MARILYN
data: http://www.imdb.com/title/tt1655420
Recuerdo haber conocido a una chica que transmitía sensualidad hasta cuando escupía aceitunas. Conocí mujeres con mejores físicos, más simpáticas, con rasgos más armónicos. Pero, no sé porqué, en su presencia el aire brillaba, la piel se ponía tensa y hasta costaba respirar. Pongo sobre la mesa un hecho como prueba empírica de que esta sensación personal era absolutamente general. Caminábamos con la susodicha diosa por la calle, cuando le dejamos el paso a un tipo que venía de frente a nosotros. El tipo la miró (¿cómo no hacerlo?) pero también me miró a mí. Y hubo una transmisión instantánea de pensamiento porque, sin necesidad de telepatía alguna, yo sabía exactamente lo que el tipo estaba pensando. Por la sencilla razón que era lo mismo que yo estaría pensando de estar de su lado de la calle: ¿cómo puede ser que este minón que raja las piedras vaya al lado de un pelotudo como éste? Casi me daba ganas de correrlo y decirle que sólo éramos simples compañeros de trabajo. Pero resistí a la tentación. No puede negarme al placer de que el tipo se fuera rumiando bronca, arruinándose el día.
La anécdota viene a cuento porque ese recuerdo volvió, una y otra vez, con la visión de “Mi semana con Marilyn”. Porque, como la Marilyn Monroe protagonista del filme, esa chica que caminaba junto a mí por la calle, cargaba con la maldición de no ser vista más allá de su condición de objeto sexual. Detrás de la diosa sexual, había un corazón que quería ser visto. Pero nadie, nadie a su alrededor, era capaz de pasar la primera línea de feromonas.
La película dirigida por Simon Curtis (con guión de Adrian Hodges sobre el libro autobiográfico de Colin Clark) trata de un momento en la vida de Marilyn Monroe, el non plus ultra de la sensualidad. “Mi semana…” nos cuenta el dramático rodaje de Marilyn de “El Príncipe y la Corista” con Laurence Olivier como actor y director. Quien nos cuenta la película es un joven asistente de dirección que empieza su camino en la industria del cine, Colin Clark quien, insospechadamente, se convierte en el hombre a mano para sostener a la diva. La trama de “Mi semana…” nos describe el inestable equilibrio de Marilyn, la inconstancia, su debilidad, su pánico constante, interrumpidos por esos escasos momentos gloriosos cuando emergía su seducción y fascinaba a la cámara. Por esos minutos de celuloide, Marilyn sangraba (junto a todos sus compañeros de trabajo) días enteros.
La dinámica de la historia es la oposición entre Marilyn Monroe y Laurence Olivier. Encarnan varios opuestos y varias coincidencias. Ambos eran hermosos, seductores, buenos actores, figuras del cine. Diferían en sus nacionalidades, sus egos, sus edades, sus modos de trabajo, sus métodos de actuación, sus orígenes actorales. Como bien lo define Clark en una charla con Marilyn: “Está en agonía porque es un gran actor que quiere ser estrella de cine. Y usted está en agonía porque es una estrella de cine que quiere ser una gran actriz. Y esta película no va a contribuir en nada ni para usted ni para él”. Ése es el conflicto. Tan sencillo como eso.
Deslumbrado por Marilyn, Olivier la contrata para la película que dirigirá, con el secreto deseo de tener la oportunidad de acostarse con ella. Pero Marilyn ha llegado tarde a su vida. El enojo de Olivier, su maltrato permanente, oculta su desazón por una certeza que intuye desde que la rubia fatal pisó Inglaterra: “Creí que trabajar con Marilyn me haría sentir joven otra vez. Pero en las escenas parezco muerto. Muerto detrás de estos ojos. Quería renovarme a través de ella. Pero el único reflejo que veo en ese espléndido rostro es mi propia incompetencia.”.
Marilyn es acróbata de circo, carne de cañón de un grupo de farsantes, malabarista de puñales afilados, bailarina de tap en un campo minado. Si los actores británicos viven la actuación como una fiesta, el Hollywood que representa Marilyn es una sesión de tortura de la que sólo se puede sobrevivir, hasta la próxima ronda. Que Monroe, en su inestabilidad emocional, logre persistir, es una hazaña. Aunque para ello necesite vampirizar a cuanto joven esté cerca.
Michelle Williams acapara todo el riesgo actoral en “Mi semana…” y sale indemne. La suya es una muy buen consagración. Porque, en muchos momentos, logra que su imagen se funda con la angelical Monroe y no podamos distinguir a una de otra. El resto del elenco, acompaña correctamente como Judi Dench o Kenneth Branagh o el propio Eddie Redmayne en la piel del joven Colin Clark.
Sin ser una película superlativa, “Mi semana con Marilyn” tiene muchos puntos de interés y varias ideas para ir reflexionando. Podría haber sido más profunda, más cruda en su radiografía de la destrucción de un actor y su proceso de creación. Para alcanza para redondear un buen filme.
Mañana, las mejores frases.