sábado, febrero 28, 2009
frases “Frost / Nixon”
El abuso del poder es la esencia de la tiranía. Y consideren, si se desea, las aterradoras consecuencias de esto para una sociedad libre.
Recuerdo exactamente dónde estaba. Mi padre llamó. El teléfono sonó, mi padre llamó y dijo: “Enciende el televisor ahora mismo. Es la caída de Richard Nixon".
Pero en lugar de la satisfacción que, me imaginaba, debía sentir, sólo me enfurecía más y más. Porque no hubo admisión de culpabilidad. No hubo ninguna disculpa. No sabía que un día sería parte del equipo que intentaría obtener y obtendría esa disculpa. Y ese equipo sería liderado por el menos probable de los caballeros, un hombre sin convicción política alguna, un hombre que, según sé, no había votado una sola vez en su vida. Pero tenía una gran ventaja sobre el resto de nosotros: entendía la televisión.
-¿Qué hora es en Washington?
-Nueve de la mañana.
-¿Por qué no esperó? Son las seis de la mañana en la Costa Oeste. La mitad de su audiencia todavía duerme.
Un telegrama de Virginia decía: “Roosevelt hizo un Nuevo Trato. Truman hizo un Trato Justo. Ahora Ford hizo un Trato Torcido".
Nunca se retire, Sr. Lazar. Para mí, la gente más infeliz del mundo está retirada. No tienen ningún propósito. Lo que le da significado a la vida es tener un propósito... Una meta, una batalla, una lucha. Bueno, aunque no la gane.
En todos los negocios, tienes que conocer las debilidades del adversario. Para hacer ese tipo de valoración, puedes llamarlos tarde en la noche o el fin de semana. Si reciben la llamada, están desesperados. Y a partir de ese momento, sabes que tienes las mejores cartas.
-Señor Presidente, es medio millón de dólares por una entrevista. No tiene precedentes.
-¿Sí? ¿Y cuál es la trampa?
-¿Con Frost? Ninguna. Será coser y cantar. Este tipo estará tan agradecido que saltará de alegría toda la noche y pagará medio millón de dólares por el privilegio.
-¿Te parece que puedas conseguir 550?
-Tengo 600.
El éxito en los Estados Unidos es diferente al éxito en el resto del mundo.
Y el vacío que deja cuando desaparece. Y la horrible idea de que puede que no regrese una vez que se ha ido. Hay un nuevo restaurante en Nueva York llamado Sardis. Los simples mortales no pueden conseguir reservación. John… ¡era mi cantina!
No me hubiera gustado ser un líder ruso. Nunca saben cuándo les están sacando información.
-¿Te fijaste en sus zapatos?
-No.
-Italianos. Sin cordones. ¿Qué te parece? Mi gente intentó hacerme usar un par de esos.
-Señor, creo que los zapatos de un hombre deben tener cordones.
-¿Eso crees?
-Sí. Esos zapatos italianos me parecen muy afeminados.
-Sí, tienes bastante razón.
En estos momentos, considero que es imposible que haya algún sentimiento hacia Nixon que se parezca a la lástima. Él subvaloró la Presidencia y dejó traumado al país que lo eligió. El pueblo americano necesita una simple y pura disculpa. La integridad de nuestro sistema político, la idea de democracia, depende completamente de eso. Y si en los próximos años la gente mira al pasado y dice que fue en esta entrevista que Richard Nixon se exoneró, ése sería el peor de todos los crímenes.
¡No lo soporto, Jack! Reducir la Presidencia a una serie de anécdotas banales.
Me siento como un animal de circo haciendo trucos. ¡Y pensaba que había sido claro! ¡No quería que me hicieran preguntas sobre Watergate, maldición!
¡Tan pronto llegó la hora de las preguntas, lo único de lo que querían escuchar hablar esos hijos de perra era de Watergate! Es como si mis otros logros hubieran dejado de existir.
-El ansía aún no desapareció para mí, Jack. Creo que todo se reduce a Watergate, ¿eh?
-Bueno, no hay de que preocuparse, señor. Ni que hubiera alguna revelación que hacer.
-Y sólo por diversión, como su querido amigo Jack Kennedy.
-Ese hombre, que destruía todo lo que se movía, manipuló las elecciones y nos llevó a Vietnam. ¡Y el pueblo americano lo adoró por eso! ¡Mientras que a mí, Richard Milhous Nixon, que trabajé día y noche al servicio de ellos, me odiaron!
Miren, miren. Ahora estoy sudando. ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Y Kennedy tan apuesto y con sus ojos azules! ¡Y todas las mujeres siempre encima de él!
-Usted sabe tan bien como yo que el 60% de lo que él hizo en la Presidencia estuvo bien y el 30 % mal, pero en ese momento pensó que estaba bien.
-Sí, pero aún falta un 10% en el que hizo lo incorrecto sabiendo que era así.
-¡Maldita gente de los medios! Son unos petulantes. Puedo garantizarle que si nos jode el 60%, me dedicaré el resto de mi vida a destruirlo.
-Casi se casó con Diahann Carroll.
-¿Quién?
-La cantante.
-¿No es negra?
-¿Cuánto costó?
-¿Le molesta que le pregunte? Oiga, por favor. Vamos, es sólo entre nosotros.
-Muy bien. Dos millones.
-¿Dos millones? Vaya, no sabía que estábamos filmando “Ben-Hur”.
¿Por qué no quemó las cintas?
Sabes que en boxeo siempre hay un momento en que ves a la cara a tu oponente. Es el momento en que se siente el impacto del primer gancho del campeón. Es como un momento de mucha rabia, cuando él se da cuenta de que todos esos meses de conversaciones y despliegue publicitario, de tantas ilusiones, habían sido decepcionados. Se veía en la cara de Frost. Si antes de la entrevista no conocía el calibre del hombre al cual se enfrentaba, se enteró mientras el Presidente respondía la primera pregunta.
No, no. Tenemos que sacar algo de la noche en que renunció, ¿de acuerdo? Fue cuando Nixon cayó más bajo, era un total desastre. ¿De rodillas? ¿Rezando con Kissinger? ¡Vamos! Puedes ponerlo al descubierto con eso.
Y el día de las vistas por las acusaciones, cuando mi hija Julie, la más pequeña, vino a mi oficina, me rodeó con sus brazos y me besó. Lloró. Y ella casi nunca llora. Me dijo: "Papi, eres el mejor hombre que conozco".
-Inclusive, podrían decir que yo fui la última baja de la Guerra de Vietnam.
-Sí, dígales eso a los parapléjicos.
Si le dio una paliza tal con lo del asunto de Vietnam, imagina lo que hará con todos sus verdaderos logros.
Después de terminar la grabación, oí decir a dos miembros del equipo que no votaron por él cuando tuvieron la oportunidad, que si se volviera a postular, contaría con el apoyo de ellos. ¡Estás haciendo que parezca un buen presidente, por el amor de Dios!
-¿Celebrar? ¿Celebrar qué, David? ¿Qué vayamos todos a trabajar a Burguer King? ¿Qué celebraremos?
-¡Es mi cumpleaños, Bob! Quisiera celebrar mi cumpleaños con algunos amigos.
-David, el simple hecho de haberlo organizado es un tremendo logro. Nadie más podría haberlo hecho. Y las entrevistas quedarán para las futuras generaciones de académico e historiadores políticos.
-¿Son tan malas?
¿Qué he hecho? ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué nadie me detuvo? ¡Debieron haberme obligado a que no lo hiciera!
¿Los elitistas de allí lo miraban con desprecio? Claro que sí. Ésa es nuestra cruz, ¿no es así, señor Frost? No importa lo alto que lleguemos; siempre nos menosprecian.
-¡Al diablo con eso! Ninguno de nosotros dejará que eso ocurra. Vamos a enseñarles a esos vagos. ¡Vamos a hacer que se atraganten con nuestro continuo éxito o continuas noticias o nuestros continuos premios, poder, gloria! ¡Vamos a hacer que se atraganten esos hijos de perra! ¿Tengo razón?
-Así es. Excepto que sólo uno de nosotros puede ganar.
-Sí. Y yo seré su más fiero adversario. Arremeteré contra usted con todo lo que tengo, porque la luz puede brillar sólo para uno de nosotros. Y para el otro quedará la jungla. Nada ni nada nadie lo acompañará, excepto las voces martillando en la cabeza.
-Cuando estás en la Presidencia, a veces tienes que hacer cosas que no siempre son estrictamente legales… ¡pero las haces porque son por el interés supremo de la Nación!
-Espere, si estoy entendiendo correctamente, ¿está usted diciendo que en determinadas situaciones, el Presidente puede decidir que algo es conveniente al país y hacer algo ilegal?
-Lo que digo es que cuando el Presidente lo hace, eso significa que no es ilegal.
-¿Disculpe?
-Eso es lo que yo creo. Pero me doy cuenta de que nadie más comparte mi opinión.
-¿Qué harías tú, Jack? ¿Tirar la toalla? ¿Te di lástima?
-Señor, sentí que si usted iba a hacer alguna revelación movido por la emoción, deberíamos tomarnos un momento para pensarlo mejor, para organizarlo. Sólo quería recordarle la crucial importancia de este momento y las devastadoras consecuencias que podría causar una revelación no planeada y movida por la emoción.
-Lo sé. Pero seguir negándolo todo... Aprecio el gesto.
-Bueno, es cierto. Cometí errores, errores horrendos, errores indignos de un presidente, errores que no correspondían con las normas de excelencia con que siempre soñé en mi niñez. Pero, si recuerda, eran tiempos difíciles. Me vi atrapado en una guerra de cinco frentes, contra una prensa opositora, un Congreso opositor, un Comité Ervin opositor. Pero sí, admitiré que hubo momentos en que no estuve completamente a la altura de esa responsabilidad y estuve envuelto en un encubrimiento, como usted lo llama. Y por todos esos errores, estoy profundamente arrepentido. Nadie sabe lo que es renunciar a la Presidencia. Ahora, si lo que quiere es que me eche al suelo y me humille... ¡No! ¡Nunca! Todavía insisto en que fueron errores del corazón. No fueron errores de la mente. Pero fueron mis errores. No culpo a nadie. Yo mismo me hundí. Les di una espada, la clavaron y la hicieron girar saboreando su momento de triunfo. Y supongo que si hubiera estado en el lugar de ellos, habría hecho lo mismo.
-¿Y el pueblo americano?
-Lo defraudé. Defraudé a mis amigos. Defraudé al país. Y lo que es peor, defraudé a nuestro sistema de gobierno. Y los sueños de todos esos jóvenes que deberían confiar en el Gobierno, pero que ahora piensan, "es demasiado corrupto" y a todos. Sí. Defraudé al pueblo americano y tendré que soportar esa carga por el resto de mi vida.
El principal y mayor pecado o decepción que trae la televisión, es que simplifica y reduce grandes y complejas ideas, a porciones de tiempo. Carreras enteras se ven reducidas a una foto instantánea. Al principio no entendía por qué Bob Zelnick se ponía tan eufórico después de las entrevistas o por qué John Birt sentía impulsos de desnudarse y se tiraba al mar para celebrar. Pero eso fue antes de que comprendiera en realidad la capacidad de reducción que tiene un acercamiento de cámara. Ya que David había logrado obtener, en ese último día,
por un breve instante, lo que no había conseguido ningún investigador periodista, fiscal, comité judicial o enemigo político. El rostro de Richard Nixon, hinchado y compungido por la soledad, el odio a sí mismo y la derrota. El resto del proyecto y sus defectos no sólo serían olvidados sino que dejarían de existir.
Por favor, disculpen mi atuendo de golfista. Es el uniforme oficial de los retirados.
No tiene idea de lo afortunado que es. Ya sabe, que le caiga bien la gente. Tener esa facilidad, esa ligereza, ese encanto. Yo no los tengo. Nunca los tuve.
Me hace pensar por qué escogí una vida que gira en torno a caerle bien a la gente. Yo sirvo más para una vida de pensamientos, de debate, de disciplina intelectual. Tal vez nos equivocamos. Tal vez usted debió haber sido político
y yo el riguroso entrevistador.
-David. ¿De verdad lo llamé aquella noche?
-Sí.
-¿Hablamos de algo importante?
-De hamburguesas de queso.
viernes, febrero 27, 2009
una verdad rehuida
FROST / NIXON
1977. Nixon ha mantenido silencio durante tres años, desde su vergonzoso retiro de la Presidencia de los Estados Unidos. Su sucesor lo ha cubierto para que no tenga que afrontar investigaciones criminales por Watergate. Ahora, pasado un tiempo, Richard Nixon sueña con ganarse, una vez más, a la opinión pública. Confía en la frágil memoria de sus compatriotas y en su inteligencia y habilidad para que, aquella trasgresión, le sea perdonada.
Sólo necesita un escenario, lo suficientemente masivo, para atraer al electorado, para que lo perdonen y crean que vale más sus dotes de estadista que su moral de delincuente de callejón. Sabe que necesita una oportunidad, una sola y estará en carrera de vuelta hacia la Casa Blanca.
Estamos en 1977 y para Richard Nixon la oportunidad es una serie de reportajes a cargo del animador británico David Frost, un anfitrión lo suficientemente endeble para que ese combate sea un paseo, un simple juego del gato y del ratón para un hábil orador como el ex Presidente.
De eso trata “Frost / Nixon” de la historia de esos reportajes que son un hito en los manuales de periodismo. De la confrontación de dos hombres que quieren volver, de dos tipos surgidos de las clases bajas que van a dar todo por recuperar el sitial perdido. Una lucha a muerte con un solo resultado posible: la gloria para uno y el ocaso definitivo para el otro.
El guión de “Frost / Nixon” es una adaptación de Peter Morgan de su propio obra teatral. Es la típica película de palabras, de diálogos, de sentencias políticas y de confrontación ética. Una película de gente que habla, con una tensión dramática surgida de la oposición de los protagonistas montada sobre una soberbia dupla actoral. “Frost / Nixon” es una brillante observación sobre el poder, la transformación de los medios, el peso agobiante de la verdad y la desesperación por permanecer.
Desde el principio sabemos que David Frost le ganará la pulseada a Richard Nixon y lo obligará pedir perdón al pueblo americano por sus pecados en la Presidencia. Esa revelación (que aparece al comienzo del filme, en un parlamento de Sam Rockwell en su rol de James Reston Jr.) no quita ni un mínimo de suspenso a la película. Por eso podemos contarlo en esta crítica. Porque el interés no está en quién ganará, sino en cómo logrará Frost quebrar la resistencia de su oponente. El viejo duelo David y Goliat, ante las cámaras de televisión.
Y cómo repetimos con asiduidad en esta página, la acción surge de la confrontación de personajes con necesidades dramáticas opuestas. “Frost / Nixon” tiene mucha tensión, mucha acción, mucho nervio. Y no hay bombas explotando ni asesinos ninjas descolgándose de las alturas ni persecuciones a alta velocidad. Dos tipos luchando por ver quién cae. Todo se reduce a eso y por eso funciona.
Hay otra idea en “Frost / Nixon”, la transformación del periodismo hacía el modelo de Homo Videns que analizara Giovanni Sartori. Los periodistas especializados Reston y Zelnick son dinosaurios en un medio que ha cambiado. Son universitarios formados en un periodismo de palabras, de razonamientos, de conceptos. Son tan buenos como su rival, Richard Nixon, un experto en relaciones internacionales, un tipo brillante (pero inmoral). David Frost es un mero animador, un hombre de los shows televisivos, un tipo simpático sin formación. ¿Cómo pretende ganar con tamaño handicap?
Lo que ellos no ven (como no lo vieron las grandes cadenas que despreciaron con sorna el proyecto de Frost) es que el medio ha cambiado y lo que la gente necesita es, sólo, una imagen. No importa que David Frost se gaste los cinco programas pautados para lograr esa imagen. Ni siquiera importa su ínfima proporción en el total del producto. Una imagen y Nixon está afuera. Y tanto han cambiado el medio que Reston no entiende, al final de la entrevista, que han arrasado. Fueron testigos de la victoria pero son incapaces de percibirla. Su formación los incapacitó para esa batalla en la que sólo podía ganar un hombre mediático como Frost.
Otra idea muy interesante, es la manipulación de la verdad. Si no fuera tan repulsivo a la moral, es delicioso observar los pasos de baile de Nixon alrededor de Frost, el oficio para responder sin responder, las chicanas para ignorar la verdad, para velarla con sofismas y juegos verbales. Sus asesores, los hombres que lo admiran, los tipos que lo vivan en la calle, todos ellos no se han detenido a pensar qué espera a una sociedad en la que se horade la certidumbre de la verdad. En esa descripción, “Frost / Nixon” tiene ecos actuales. La incapacidad en la que nos hallamos para revelar la verdad y coincidir en lo que es irrebatible. Cuando asistimos a los juegos de Nixon, no podemos sacarnos la imagen de George W. tratando de demostrar que el submarino seco es una técnica de interrogatorio. Los mismos tipos que redactan esas argumentaciones, son los tipos como Jack Brenan o Swify Lazar (Kevin Beacon y Toby Jones, brillantes en sus roles) que se sientan al costado a disfrutar del imponerse sin importar cómo.
Una última idea: la verdad se impone, más tarde o más temprano; tiene su propia fuerza, un peso específico tal que incómoda, como una brasa ardiendo, a aquel que intenta ocultarla. Ley fatal, la verdad no puede reprimirse por un largo lapso: debe ser reconocida en voz alta, para podernos liberar de su terrible opresión.
Los brillantes diálogos de Peter Morgan tienen el engarce justo en un elenco sin flancos débiles. Michael Sheen y Frank Langella se llevan la atracción principal, por obvios motivos. Pero el resto del elenco no decae en ningún momento y son altamente responsables de que “Frost / Nixon” se convierta en una película antológica.
Escenas destacadas: la charla nocturna de Nixon con Frost; la primera entrevista, cuando Nixon lo baila a Frost; la confesión de Nixon en el último día; la charla de Nixon y Jack Brenan, su asesor, tratando de impedir la inmolación; el último diálogo de Frost, despidiéndose de Nixon; la escena en la que Reston Jr. le da la mano a Nixon.
Las mejores frases (muchìsimas!) mañana.
CONSEJO: ir a verla.
miércoles, febrero 25, 2009
frases de “Milk”
Soy Harvey Milk, hablando un viernes 18 de noviembre. Esto sólo debe escucharse en caso de mi muerte por asesinato.
Mi nombre es Harvey Milk. Y quiero reclutarlos.
Sé que no soy lo que esperaban, pero dejé los tacos altos en casa. Me di cuenta que una persona que defiende lo que yo defiendo, un activista, un activista gay…
es el objetivo de aquellos inseguros y temerosos de ellos mismos.
-Ya tienes cuarenta.
-Cuarenta años y no he hecho nada.
-Sigue comiendo esa torta y engordarás para los cincuenta.
-Si es que llego a los cincuenta.
-Si abre, la Asociación de Comerciantes y la policía le quitarán su licencia.
-¿Bajo qué ley?
-¿Disculpe? Están las leyes del hombre y las de Dios en este vecindario.
Soy un hombre de negocios, Scott. Y los negocios deben ser buenos con sus clientes. Aún si el cliente es gay.
Comenzaremos con una cuadra, en una ciudad y luego nos apoderaremos del vecindario.
La política es como el teatro. No se trata mucho de ganar, si no de hacer una declaración, y dices: "Estoy aquí, préstenme atención".
Me refiero a que podemos cambiar Phoenix. Pero debemos comenzar por nuestra calle.
Debes ser un cretino, pero ven con nosotros y sé un cretino. Pelea contra el municipio, contra los policías. Pelea contra la gente que te hizo venir aquí a hacer lo que haces.
Harvey, somos como la Iglesia Católica. Recibimos al converso pero no lo hacemos
Papa el mismo día.
He pasado más años en el clóset de los que me interesa recordar.
Ya eres viejo para ser Hippie, Harvey Milk.
¿Sabes? Tienes habilidad para debatir. Hablas mucho de lo que estás en contra, ¿pero estás a favor de qué? En esta ciudad debes darles una razón para ser optimistas o estás jodido.
-¿De veras crees que ganarás?
-El ganar no es mi fuerte.
-Bueno yo nunca pierdo. Tal vez huya algunas veces...
Si a los homosexuales se les permiten derechos civiles luego serán las prostitutas, los ladrones, o a cualquier otro.
Si ésta es la única gente que debemos convencer, los hippies y los gays, ganarás. Ganarás. Ganarás con ventaja. Serás el primer hombre gay elegido para Supervisor en los Estados Unidos.
-Mis padres me llevarán a un lugar mañana, a un hospital, para "arreglarme".
-No tienes nada malo, escúchame. Sube a un autobús y ve a la ciudad grande más cercana... Los Ángeles, Nueva York o San Francisco. No importa, sólo vete. Y no estás enfermo. Y no estás equivocado. Y Dios no te odia. Sólo vete.
-No puedo. No puedo caminar, señor.
¡Salgan del bar y vayan a las calles, Anita Bryan viene por ustedes! ¡Sé que están enojados! ¡Yo estoy enojado! ¡Marchemos por las calles de San Francisco y compartamos nuestra ira! ¡Derechos para los gays ahora! ¡Derechos para los gays ahora!
Estoy aquí esta noche para decir que ya no nos quedaremos en silencio. Debemos luchar. Y no sólo en el Castro. No sólo en San Francisco. Iremos donde nos necesiten. Anita Bryan no ganó esta noche. ¡Anita Bryan nos ha unido! ¡Acaba de crear la "Fuerza Nacional Gay"! Y la gente joven en Jackson, Mississippi, en Minnesota, en Richmond, en Woodmere, New York que la escucha por televisión… que escucha a Anita Bryan por televisión... diciéndole que están enfermos… que están equivocados... que no hay lugar en este gran país para ellos… no hay lugar en este mundo... ellos buscan algo en nosotros esta noche. Y yo digo... ¡tenemos que darles esperanza! Para un mundo mejor. Por una mañana mejor. Esperanza de venir a un mejor lugar, donde se los respete. Esperanza para el trabajador que espera el sueño americano, sólo para darse cuenta que todos los trabajos se fueron del país.
Saquen lo viejo y que venga lo nuevo. Esto se acabó.
Señor, mi novia dice que a ustedes no les gustan las mujeres y sólo pregunto: ¿hay lugar en esto para nosotras o le temen a las mujeres?
-¿Va a ser Supervisor para todas las personas?
-Pues tengo que serlo. Para eso me eligieron.
-Anita Bryan dijo que los gays trajeron la sequía a California.
-Bueno, a mi me parece que finalmente comenzó a llover.
-Harvey, ¿qué hace Dan por ti? En serio, políticamente.
-Me intriga. Yo creo que es uno de los nuestros.
-No.
-Es una teoría.
-Sólo crees que es lindo.
-No. Sé como es vivir esa vida. Puedo ver en los ojos de Dan el miedo y la presión.
-Tenemos que pelear contra la máquina. No quieren cambiar, quieren permanecer en el pasado.
-Empieza a ser realista.
-¿Realista? No estamos interesados en quedarnos en el clóset y perder.
Si queremos convencer al 90%, a los que le importamos un demonio, los que somos el 10% debemos hacerles saber quiénes somos. Todos tienen que salir. Y cruzar el Estado completo. Sal, sal de donde sea que estés. Si queremos vencer a la Propuesta Seis le diremos a cada gay que se confiese, ya sea abogado, médico, maestro... Tenemos que liderar esto. Tenemos que hacer que todas las personas de afuera sepan que conocen a uno de nosotros. Si alguien no quiere salir del clóset, le abrimos la puerta.
-Hay algo que se llama "derecho a la privacidad".
-Privacidad. En este momento, a esta hora, y no lo digo como Supervisor, la privacidad es el enemigo. Y si quieren un verdadero poder político... si eso es lo que quieren... intenten decir la verdad por una vez. Empezando aquí.
-Hay niños ahí. Les pides que pierdan a sus familias.
-Si las familias no los aman por quienes son, por quien son realmente... entonces deberían perderlos.
Eres un activista ahora, tendrás que marchar. Quiero que marches frente las puertas del Ayuntamiento. Y si las cosas empiezan a ponerse malas... el Supervisor de la ciudad vendrá a pacificar.
¡Derechos civiles o Guerra Civil! ¡Derechos para los gays ahora!
-Perdemos contra la Propuesta Seis por el 60% y tú festejas un disturbio.
-Lo que necesitamos es exposición. Para vencerlos debemos darnos a conocer.
-¿Quieres que apoye a los maricas contra la Propuesta Seis?
-Preferimos el término "Gay", Dan. Al igual que estoy seguro de que tú prefieres el término “irlandés americano", en lugar de “Mick".
-Harvey, la sociedad no puede existir sin la familia.
-No estamos en contra de eso.
-¿No? ¿Dos hombres pueden reproducirse?
-No. Pero Dios sabe que seguimos intentándolo.
-Esto llegó por correo hoy. "Recibirás el primer balazo en cuanto te pares frente al micrófono".
-Bueno. La publicidad funciona.
¡Hermanos y hermanas, deben salir! ¡Salir a sus padres! ¡Salir a sus amigos... si es que son sus amigos después de todo! ¡Salir a sus vecinos! ¡Salir a sus compañeros de trabajo, de una vez por todas! ¡Rompamos el mito y destruyamos las mentiras y distorsiones! Por su paz mental y la de ellos... por la de todos los jóvenes que han estado asustados... por los votos desde Dade hasta Eugene.
La Estatua de la Libertad dice: “Denme sus cansados, sus pobres, sus masas tristes añorando ser libres”. Está escrito en la Declaración de la Independencia: “Todos los hombres fueron creados iguales y le pertenecen derechos innegables”. Entonces, para el Sr. Briggs y la Sra. Bryan y todos los grandes allá afuera… ¡sin importar cuán duro lo intenten, nunca podrán borrar esas palabras de la Declaración de la Independencia! ¡Sin importar cuán duro lo intenten nunca podrán cambiar esas palabras en la Estatua de la Libertad! ¡Eso es Estados Unidos! ¡Ámalo o déjalo!
Un mensaje de esperanza ha sido enviado a todos esos jóvenes, a todos aquellos que tenían miedo por este odio, todos aquellos que perdieron sus hogares esta noche... Ahora tenemos un lugar para nosotros. Mis hermanos y hermanas... podemos volver a casa…
Pido que el movimiento continúe, porque no se trata de la ganancia de una persona, ni del ego, ni del poder... es por nosotros. Y no sólo los gay, negros, asiáticos, ancianos, discapacitados... nosotros... los sin esperanza... que nos rendimos y no podemos vivir solos. Pero sin esperanza no vale la pena vivir. Así que tú, y tú y tú tienes que darles esperanza. Tienes que darles esperanza.
martes, febrero 24, 2009
saliendo del clóset
MILK
“Milk” es una clase práctica del sistema democrático de gobierno de los Estados Unidos. Describe, con extremada precisión, como un grupo minoritario, discriminado y sin peso en la sociedad, escala posiciones, adquiere poder y termina siendo una coalición influyente en la arena política. También refleja esta otra ley implícita norteamericana de asesinar a aquellos líderes sociales que han alcanzado suficiente poder para alterar el statu quo.
Harvey Milk se pasó cuarenta años de su vida escondido en el placard. Como era norma para los homosexuales antes de los 70, llevaban una doble vida, a escondidas de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Milk afronta el riesgo de mostrarse como es y parte al Oeste, al pueblito de Castro cercano a San Francisco, a poner un negocio con su pareja. El prejuicio y la persecución también están ahí. Pero en lugar de esconderse, Milk agarra un cajoncito de madera y se pone a hablar en la calle. Empieza el largo camino del activismo que lo llevará a ser el líder del movimiento gay, al punto de transformarlo en un decisivo factor de presión política.
Lo interesante de la historia de Milk es verlo transformarse en político, de cómo aprende de sus derrotas, como se convierte en un líder mejor y cómo guía a sus representados hacia el autoconocimiento de su fuerza como grupo. Cuando las balas asesinas acaben con Milk, su liderazgo seguirá intacto porque el grupo que representa ha tomado conciencia de su fortaleza. Ése es el auténtico triunfo de un grupo discriminado: cuando se sienta a la mesa de los actores sociales. Es, también, el triunfo del sistema democrático de gobierno.
El ascenso de Milk es un claro ejemplo de cómo funciona el sistema democrático en Estados Unidos. No es que no haya violencia, golpes bajos, agachadas. Pero quién persevera y es suficientemente inteligente para liderar un cambio, logra un lugar bajo el sol. En países como los nuestros, en cambio, los activismos sociales transitan por otras vías meramente declarativas y estériles.
Hay otra línea interpretativa en el ascenso de Milk: el orgullo de su naturaleza. Milk ha aprendido a no esconder lo que es, a no sentir vergüenza por su identidad sexual. Es el primer paso para salir del ghetto. Es el auténtico cambio que le pide a sus dirigidos: salir del clóset, confesarse ante amigos y parientes, mostrar que son seres humanos y no monstruos, enfermos o malvados. Cuando no se avergüenzan de sí mismos y ganan la calle, logran la victoria.
Gus Van Sant ha tratado esta historia con un tono de falso documental, sugerido desde la fotografía de Harris Savides. Trozos de ficción se yuxtaponen con segmentos auténticos. La representación y la realidad se mezclan, desde el relato en off que cuenta Harvey Milk frente a su grabador, poco antes de morir.
El trabajo de Sean Penn deglute todo como un monstruo voraz. Se llevó un Oscar más que merecido porque es de esos actores que no se repite y que se subordina al personaje. Cuando buscamos en Internet imágenes del verdadero Harvey Milk, llama la atención los gestos que le vimos repetidos a Sean Penn. A su lado, Josh Brolin completa otro trabajo excepcional, como su asesino y (tal vez) homosexual no reconocido.
Escenas destacadas: la noche que vencen a la Propuesta 6; el discurso en el que Milk encauza un disturbio popular (azuzado por sus propios hombres); el llamado telefónico del chico paralítico que va a ser llevado a una hogar de “reeducación” de homosexuales.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: ir a verla.
domingo, febrero 22, 2009
frases de “Slumdog Millonaire. ¿Quién quiere ser millonario?”
Jamal Malik está a sólo una pregunta de ganar 20 millones de rupias.
¿Cómo lo hizo?
A: Hizo trampa
B: Tuvo suerte.
C: Es un genio.
D: Está escrito.
Me levanto cada mañana deseando no haber sabido la respuesta a esa pregunta. Sí no fuese por Rama y Alá todavía tendría una madre.
Sólo necesito que a Maman le guste como canto, y empezamos a hablar de dinero.
-¿Querían ver un poco de la verdadera India? ¡Aquí está!
-Bueno, aquí tienes un poco de la verdadera América pequeño. Dinero.
Dinero y mujeres. Las causas de la mayoría de los errores en la vida.
Esa solía ser nuestra villa. ¿Puedes creerlo? Solíamos vivir justo aquí. Ahora son todos negocios. India está en el centro del mundo ahora, hermano. Y yo, yo estoy en el centro del centro.
-¿Por qué todos aman a este programa?
-Es una oportunidad de escapar ¿No? Huir hacia otra vida.
Un muchacho de las villas se hace millonario de la noche a la mañana. ¿Sabes quien es la única persona que ha hecho eso? Yo. Sé lo que se siente. Sé por lo que estás pasando.
-Supongo que sabes la respuesta.
-Es lo que tú crees, no lo sé.
-¿No la sabes? ¿Así que tomarás los 10 millones y te retirarás?
-No. Jugaré.
-“A”.
-¿”A”, por qué?
-Sólo...porque sí.
Bésame.
D: Está escrito
sábado, febrero 21, 2009
espíritu de la India
SLUMDOG MILLOINARE. ¿QUIÉN QUIERE SER MILLONARIO?
En una entrevista, Danny Boyle comentó que la decisión de filmar en las calles de la India significó arrojarse en brazos de la incertidumbre. Era imposible controlar todo el proceso de producción, como lo hacía habitualmente. Era tal el caos que llegó un momento en que, simplemente, se dejó llevar por el azar. Y “Slumdog Milloinare” alcanzó su esplendor al dejarla librada a las fuerzas del destino.
El Destino. Esa es la tesis de esta excepcional película, un mosaico de la India, en la historia cuasimelodramática de un chico nacido en el hoyo más miserable de Bombay que está a una pregunta de ganar el millonario premio del programa televisivo “¿Quiere ser millonario?”.
El guión de Simon Beaufoy (“Full Monty”) adaptando la novela de Vikas Swarup, recorre la vida de Jamal, un chico indio, a partir de cada una de las preguntas del concurso que lo fueron llevando a la final. Cada pregunta es un flashback sobre su vida, un momento trascendental en el viaje del personaje a su destino: encontrar el amor de su vida.
La historia recorre el horror cotidiano de los pobres de la India, con una liviandad que ha irritado a cierta crítica local. Pero esa es la realidad de la India y, más aún, esa posición filosófica de “Todo pasa”, es característica de su pueblo. “Slumdog Millonaire” es una historia de chicos de la calle que quedan huérfanos, esquivan bandas que le sacan los ojos a los chicos para que ejerzan la mendicidad, se enamoran de niñas que son prostituidas, se alían con mafiosos inescrupulosos, se emplean en modernas empresas de telemarketers o son guías en reliquias turísticas como el Taj Mahal. Ese pastiche de hondos dramas y empleos modernos es el complejo tapiz social de la India.
Las diferencias de clase de la sociedad india aparecen desde la primera escena: la policía que tortura al protagonista porque no puede creer que el “perro de los tugurios” sea capaz de ganar las pavotas preguntas del más pavote concurso televisivo. Otros indicadores: la euforia final de la población, los celos del conductor, el tono de agresividad de sus comentarios.
Como en “Forrest Gump”, Jamal convive con varios personajes que pretenden ganarse su lugar en la historia a la fuerza o se entregan vencidos resignados al dolor. Y como Forrest, Jamal se deja mecer por las fuerzas subyacentes del Destino. Será lo que deba ser. Cuando se deja caer en brazos de lo aleatorio, se torna invencible. Esa es la principal tesis de “Slumdog Millonaire”: todo está escrito y nada podemos hacer más que dejarnos llevar, sin traicionar nuestra bondad.
“Slumdog Millonaire” tiene varios homenajes al cine de Bollywood, desde el mismo melodrama desbordado central de la historia, los musicales, los villanos malos de toda maldad, el romance al estilo de las telenovelas, el humor simplón. Danny Boyle (en codirección con Loveleen Tandan) despliega su peculiar sintaxis visual, sus saltos en el tiempo, su vértigo narrativo con la fotografía de Anthony Dod Mantle como aliada principal. El otro punto fuerte de la película es el elenco indio, con la excepción del protagonista, Dev Patel, nacido en Londres.
Escenas destacadas: la prueba de “canto” de los niños; la última respuesta de Jamal y la llamada telefónica; el final del hermano de Jamal; el gag del autógrafo de Amitabh Bachchan; la visión de la nena disfrazada de Rama; el baile final en la estación de tren; la escena de Latika esperando debajo de la lluvia.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: ir a verla.
jueves, febrero 19, 2009
frases de “W.”
Irán no es Irak e Irak no es Irán. Lo sé.
Cuando hace amenazas, señor, tiene que respaldarlas. Nos comprometería a planificar tres guerras con tres países.
Nos van a atacar otra vez. Todos lo sabemos. A menos que vayamos allá y los ataquemos primero.
-En realidad, hay 80 mil terroristas en unos 80 países.
-A eso me refiero exactamente.
-Y seguro que se da cuenta de que lo que complica las cosas es que no nos atacó ni Irán ni Irak. Fue Osama Bin Laden.
Lo único mejor que ganarle a Princeton, es ganarle a Harvard.
Te digo, hay cosas que uno desearía volver y hacer de nuevo.
Eres un Bush. Compórtate como tal. Ni siquiera logras mantener un empleo. Siempre trabajamos para vivir. Es hora de que te unas a nosotros y decidas lo que vas a hacer con tu vida.
-Abrimos esta Guantanamera.
-Guantánamo…
-Nadie va a saber de esa gente durante mucho tiempo.
-Señor, yo trabajé para su padre. Y era un hombre capaz y honorable. Y ganó la guerra de Irak. Pero él, Powell y yo dejamos que ese ímpetu se escapara. Y de no ser así, no estaríamos esperando otro 9/11.
-Le dije lo mismo a mi padre en ese entonces: "Saca a ese idiota".
-¿Qué es eso que tienes ahí?
-Es una autorización. Nos autoriza a usar "técnicas de interrogación con combatientes enemigos ilícitos con la máxima persuasión efectiva".
-¿Como arrancarles las uñas de los pies?
-No, señor. Técnicas de interrogación mejoradas significa utilizar situaciones de miedo, como perros o aislamiento o ahogamiento simulado o privación del sueño o posiciones de estrés, pero nada fatal.
-Me recuerda a mis épocas en la fraternidad. Recuerda, no usamos la tortura en este país.
-Nada de tortura. Pero también incluye a nuestros ciudadanos. Si están ayudando y apoyando a organizaciones terroristas.
-Tiene sentido.
-Mi consejo para ti, Junior: vete a una reunión de Alcohólicos Anónimos. Busca ayuda.
-Gracias, Sr. Perfecto. Sr. Héroe de Guerra. Sr. Dios Todopoderoso.
-No le hables así a tu padre.
-Le hablaré como yo quiera.
-¿Cuándo demonios va a salirse de este camino? ¿Cuántas oportunidades espera que le demos?
-¿No puedes hablarme a mí? ¿Por qué se lo dices a ella?
-Eres mejor en el póquer que buscando petróleo.
-¿Es mi culpa que el Señor no pusiera petróleo donde excavé?
Mira, te diré una cosa. No me volverán a superar como tejano o como cristiano.
W... la vida cristiana no es una felicidad constante.
De todas las condiciones sociales, somos un país de pecadores heridos. Una nación, una nación cristiana. Hay millones de nosotros que nacieron otra vez.
Soy un estudioso permanente del animal político. Por lo que veo, tienes talento natural. Tienes el estilo del pueblo. Pero debes salir al mundo, hacer algo.
No sé cómo decirlo, pero aún no has hecho nada.
-Todos van a decir: "¿Qué hizo el muchacho?". ¿Quién recuerda al hijo de un presidente?
-John Quincy Adams.
-Sí, pero eso fue como hace 300 años, ¿no? ¿Sabes qué? Ojalá hubiera perdido.
-Acabamos de hacerlo en Afganistán. Concentrémonos en acabar con Bin Laden.
-¡Por Dios, si quieres llamar guerra a Afganistán, Colin! Sabes que no había verdaderos objetivos para bombardear ahí.
"Drenamos este pantano" como dice Don. Lo reconstruimos. Desarrollamos sus recursos al máximo. Ellos lo poseen, nosotros lo manejamos.
-¿Y cuál es la verdadera estrategia para salir de Irak, Dick?
-No hay salida. Nos quedamos.
-Hablas como un verdadero petrolero.
-Eso no es un nuevo orden del mundo. Es un mundo enloquecido. Tiene que haber una cooperación global.
-Nadie está en contra de la cooperación, Colin, lo sabes. Mientras nosotros mandemos.
Cuando era pequeño era un mundo peligroso. Pero sabíamos exactamente quiénes eran los otros. Sabíamos que éramos nosotros contra ellos y estaba claro quiénes eran. Hoy en día no estamos seguros de quiénes son ellos, pero sabemos que están ahí.
Debemos empezar esta guerra antes del verano, Rummy.
Sigues vendiendo a nuestros amigos de la ONU pero digan lo que digan, al final, la decisión final es mía.
Tengo un presentimiento. Cómo lo maneje yo de algún modo va a determinar mi legado como presidente. No queremos otro reclutamiento, otro Vietnam. Un final descuidado. Es crucial que tome la decisión correcta. Por mí. Por el mundo.
Eres dueño de un equipo de béisbol. Ahórrate el dolor de cabeza. Tal vez sea mejor que te mantengas lejos del cañón.
-¡Cien horas, Dios mío! Supongo que finalmente nos quitamos ese síndrome de Vietnam.
-Te hace querer seguir hasta Bagdad, ¿no?
-Probablemente lleguemos allá en dos días. Pero con un poder de ocupación en tierras árabes, la coalición se derrumbaría. Estaríamos ahí completamente solos. La misión se extendería. Yendo tras Saddam, lo convertiríamos en un héroe. Ese no es nuestro trabajo. ¿Y cuántos estadounidenses vale Irak?
-Tiene elecciones en noviembre.
-No. Ya fui suficientemente lejos. Buen trabajo, muchachos. La guerra más limpia de la historia. Estoy orgulloso de ustedes. Es el día de más orgullo de mi presidencia.
-La mejor persona no ganó esta noche. El mejor hombre no ganó, George. Está muy por debajo de ti. No se merece ser presidente. Y no lo sería si no fuera por los malditos medios.
-Fuiste un presidente estupendo, papi. Un presidente estupendo.
-Le di todo lo que pude. Pensé que la guerra nos haría continuar.
-Pues... si le hubieras dado una paliza al hijo de puta.
-¿Qué?
-Ya saben, es decir… Ir hasta Bagdad. Vencerlo.
-¿Estuvo bebiendo algo que yo no?
-Yo gané esa guerra.
-Por supuesto que sí, papi. Por supuesto que lo hiciste.
Ojalá tuviera más de mamá en él porque es débil de espíritu. Eso es lo que hace la diferencia. Él no cree como yo.
¿Gobernador de Texas? Debes estar bromeando.
Un Bush a la vez, hijo.
-Mira, eres el hijo de un presidente. Te graduaste en Yale. Fuiste a Harvard, tienes un título en negocios... Si no puedes pararte frente a ellos por dos minutos y pensar una respuesta convincente... ¿entonces para qué te postulas para gobernador?
-Sólo dime qué hacer. Lo que sea que haga falta. Mira, si tengo que leer toda la maldita constitución… ¡lo haré!
Porque sinceramente, muy adentro de mí, soy un tipo como tú, un tipo en el que puedes confiar.
-Todo se resume a con quién el votante común quiere sentarse a beber cerveza. Y adivina quién es ése.
-Recuerda que la mía sea sin alcohol.
¿Por qué te sientes mal por Jeb? ¿Por qué no te sientes bien por mí?
-¿Crees que alguna vez pueda decirme algo directamente a mí en vez de usar notas?
-Es su manera.
-¿Crees que será feliz conmigo?
-Cariño, está feliz.
-¿Por qué no llamas a tu hijo y le dices lo que tienes en mente, lo que te mantiene despierto?
-Estoy preocupado por él. Muy preocupado. No puedo hablar con él. A mí no me va a escuchar. Se toma las críticas peor que yo. Ahora él es el presidente. Es su decisión.
-Señor Presidente. ¿Su padre alguna vez le ofreció consejos sobre Irak?
-No, no se lo pedí. No los necesito. Es el padre equivocado al cual recurrir. Hay un padre más elevado al cual recurrir. Amén.
Castigar a Francia. Ignorar a Alemania. Perdonar a Rusia.
No hay armas aún, Tony, pero sabemos que las tienen.
Me gustaría llenar de papas fritas la garganta de ese francés.
Señor, no pierda el sueño por los franceses. Él nunca estuvo en esto.
-Están Italia, Australia, los checos, España, Polonia, Corea del Sur y los británicos.
-Rumania, Eslovenia, Bulgaria.
-Sí. Japón enviará observadores.
-Y no olvidemos a las 90 tropas de Mongolia. Escuché que son muy buenos luchadores.
-Tenemos a más de 40 países en esta coalición, ¿verdad?
-Sí, 49, señor, pero la mayoría no tiene militares.
-Algunos envían equipos.
-Marruecos envía monos.
-¿Monos?
-Monos entrenados para localizar y hacer explotar campos de minas, sí.
-Hola, Tommy. ¿Cómo estás allá?
-Caliente como el ano de una cabra, señor.
-Yo no sé elegir objetivos, Tommy, pero tampoco soy Clinton. No quiero dispararle un misil de dos millones de dólares a un camello.
-No pasará mientras yo vigile, señor.
-Asegúrate de no atacar escuelas ni hospitales.
-Pues, escuché lo de los hospitales. A las escuelas iremos de noche.
-Recuerda, a los estadounidenses no les gusta ver niños muertos.
-Sí. La muerte suele darle a la guerra una imagen deprimente.
Pues fue un largo trecho, caballeros, damas. No me importa lo que pase, cuántos votos nos den o no en la ONU... El lunes, a las 10 de la mañana, les daré a Saddam y a sus dos hijos 48 horas para salir de Dodge City.
Muy bien, así se hace. Esto es como la caída del Muro de Berlín. Tengo piel de gallina.
-Me temo, Sr. Presidente, que es un trecho más largo del que creíamos.
-¿Y dónde diablos estás las armas de destrucción masiva?
-Nosotros controlamos el país, señor, así que seguro las encontraremos.
-Me gustaría pararme por usted, señor.
-No, no lo haga, sargento. No, yo soy el que se levanta por usted.
Dejé los dulces desde que empezó la guerra, Rummy. Mi sacrificio personal para mostrar apoyo a las tropas.
-¿Así que lo que me dices se reduce a nada sobre nada?
-Francamente, no lo vimos, porque Saddam fingía que tenía las armas.
-No tiene sentido. ¿Por qué arriesgaría su vida y su gobierno al no confesar?
-Porque creo que no quería que su gente supiera que no tenía las armas.
Parte de su imagen de Superman. Temía que le cortaran el cuello si descubrían la verdad.
-¿Dices que este tipo decía que las tenía pero no era cierto? Vamos, es una locura.
-Él pensó que usted estaba fanfarroneando. Hasta el final.
-¿Yo, fanfarronear?
Lo único que quise hacer fue un mundo mejor y más seguro para todos. Existe el bien y existe el mal. Y tú y yo y el resto de la gente de Estados Unidos sabe la diferencia. Que el bien finalmente gana. Pero tienes que luchar por eso.
Porque me decepcionas, Junior. Me decepcionas profundamente.
-Lo arruiné. ¿Qué arruiné?
-Lo arruinaste para nosotros.
-¿De qué estás hablando?
-Del nombre Bush. Sal de mi oficina. 200 años de trabajo. Para Jeb. Lárgate. Con este fiasco. Sal de mi vida. Y eso es lo que es. Un maldito fiasco. ¡Lárgate!
En la historia, todos estaremos muertos.
miércoles, febrero 18, 2009
cómo contentar a papi
W.
Hace mucho que Oliver Stone ha perdido el favor de los medios. Sus películas son ignoradas, como esta “W.”, el retrato despiadado pero humano de un Presidente al que el cargo le queda grande. “W.” no es una película para ignorar. Es un capítulo más de ese análisis del poder y la Presidencia que Stone inició con la monumental “JFK” y la muy buena “Nixon”. Aunque ideológicamente Stone está en la vereda de enfrente de George W. Bush (como casi todo el mundo), ha logrado algo destacable: entender al personaje.
El George W. del guión de Stanley Weiser (el escritor de “Wall Street”) tiene una necesidad dramática: satisfacer a su padre. La sombra de George Bush recorre toda la película de cabo a rabo. George W. compite por el afecto de su padre quién ha puesto sus fichas por Jeb, el más capacitado para seguir la dinastía familiar. Todo lo que hace George W. está dirigido a lograr la aprobación de un padre, tan cohibido emocionalmente, que sólo con notas escritas logra expresar sus sentimientos a su hijo.
Un grupo de imbéciles con títulos y riquezas y la confabulación de la historia, lo pone a George W. en el centro del mundo, como si un mandato divino justificara su ambición de superar al padre y lograr su aprobación. Quien logre instaurar un Imperio Global, ¿no se ganará el respeto de su progenitor?
“Todo es un gran fiasco” pronuncia el Padre Todopoderoso, en un sueño final, que resume el experimento de George W. Si no contáramos con los muertos y el desquicio en el que quedó el mundo, nos conmovería la soledad del hombrecito, consolado por su esposa, dándose cuenta que se ha puesto en ridículo. Buscaba el respeto de su padre, pero se ha ganado algo peor: su lástima.
En un ritmo ligero de comedia que afloja el hondo dilema dramático del personaje, “W.” tiene una serie de notables actuaciones. La de Josh Brolin como el protagonista principal, es memorable. Otras para agregar: Ellen Burstyn como Barbara Bush; Richard Dreyfuss como Cheney; James Cromwell como Bush padre. Un apunte aparte, las líneas pavotas de Condoleeza Rice.
Escenas destacadas: la visita de Bush a los heridos de guerra; la reunión de gabinete en la que George W. se da cuenta que le mintieron sobre las armas de destrucción masiva; la noche de la derrota de Bush padre a manos de Clinton; el sueño final de George W.; la charla de Bush padre con su hijo, recomendándole apartarse del cañón.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: ir a verla.
lunes, febrero 16, 2009
cine arte
EL SUEÑO DE EMMA / LAS HORAS DEL VERANO
Entre el torrente de películas por el Oscar, hay dos pequeñas producciones en las salas de cine arte, que merecen citarse. Nos referimos a la alemana “El sueño de Emma” y la francesa “Las horas del verano”, pequeñas historias, fuera de la gran producción norteamericana, pero con un par de ideas que vale la pena señalar.
La más poética y emotiva es “El sueño de Emma”, una historia sobre la muerte, centrado en Emma, un personaje memorable. Emma es una joven que vive sola en una granja, pretendida por el policía del pueblo (al que requiere a la hora de pedir ayuda, pero ignora para las cosas del amor).
La primera escena de Emma nos define la complejidad psicológica del personaje, su rico mundo interior y el rutinario contacto de la muerte que tiene en su cotidiano quehacer de la granja. La vemos acariciando a un cerdo, besándolo en la cabeza y luego, sigilosamente, degollándolo mientras lo sostiene y lo calma, esperando el final. “Uno, dos, tres... ya está... te dije que no duele”.
A los pies de esa mujercita solitaria llega Max, un hombre que acaba de enterarse que fallecerá de un cáncer terminal. No ha tenido mejor idea que robarse la plata de la agencia de coches del amigo con el que trabaja. En la huida, termina rodando con su coche a puerta de la granja de Emma. En ese cruce cósmico, los dos solitarios compartirán unas semanas, para cambiar sus mundos drásticamente.
“El sueño de Emma” es esa clase de películas con una idea que parece muy sencilla, pero que sólo es sencilla una vez que ha sido vista. Con una anécdota mínima, sin caer en el drama, con un tono que no escatima el humor, el director Sven Taddicken ha sabido conducir la historia con el decoro que debía.
Del sólido elenco, se destaca la pareja central, la excelente Jördis Triebel como Emma y el desamparado Jürgen Vogel, el moribundo Max. Escenas destacadas: la inicial, del sacrificio del cerdo; el encuentro de Max en la puerta de su granja; la última escena entre Max y Emma, debajo del árbol; la boda. La frase: “Olvídala. Es demasiado para ti”.
La otra película que comentamos en esta crítica, es la obra de Olivier Assayas, guionista y director de “Las horas del verano” y, también, coincidentemente, nos habla de la muerte. Aquí, Helene, la madre que se despide del mundo, se reúne en un último almuerzo familiar con sus tres hijos, Frederic, Jeremie y su hija Adrianne. Helene ha cuidado del patrimonio artístico de su tío, un pintor de cierta fama, con un celo que sugiere ciertos secretos que la familia intuye pero prefiere callar. Lo cierto es que Helene, sintiendo cercano el final, dispone las cosas para asegurar el legado que ha cuidado todos esos años.
El filme se cuenta a través de una sucesión de encuentros familiares, estampas atravesadas por una cámara en largos planos secuencia, avanzando por las estancias familiares como un testigo ocular más.
La historia de “Las horas de verano” se intuye en los diálogos, los conflictos apenas expresados, las pretensiones que quedan frustradas. Assayas ha logrado captar, con mucha delicadeza, la levedad del ser, cuán pequeña es nuestra huella por el mundo y qué poca relevancia son aquellas cosas por la que creímos que íbamos a trascender.
Cuando el patrimonio de Helene entra a remate, las joyas codiciadas por la familia, son ignoradas por el mercado. Aquellos objetos relegados, llaman la atención. Y esas cosas que nos acompañaron en vida, terminan siendo inanimados actores en salas de museos, incapaces de transmitir el calor de las personas que compartieron sus días.
Una melancolía, una mansa resignación, la certidumbre de lo insignificante que es nuestro paso por este mundo. Grandes temas tocados con mucha sutileza y austera descripción.
Hay otra línea interpretativa que cruza, sutilmente, la historia, que es la disolución de una familia en una diáspora globalizada. Los hermanos se separan y dan la espalda a su pasado y su herencia porque sus destinos están lejos de Francia. El único que siente con pesar la pérdida del patrimonio familiar, es aquel que se queda, aquel que ha enlazado su futuro con su país. Pero los otros tienen su vida en Estados Unidos o China; necesariamente deben dejar detrás su herencia, su pasado, sus recuerdos.
De “Las horas del verano” rescatamos toda la secuencia del último almuerzo familiar, la visita al museo, el café entre los hermanos, la discusión sobre qué hacer con la casa familiar.
Dos películas de características similares pese a sus diferencias conceptuales. Dos películas para no dejar pasar, de interés para el cinéfilo.
CONSEJO: esperar al DVD, pero anotar.
viernes, febrero 13, 2009
remembranzas de Oleanna
LA DUDA
Adaptación de John Patrick Shanley de su propia obra teatral, “La duda” nos deja un sabor amargo final: una historia que no alcanza su propio potencial. Con un fuerte conflicto dramático inicial, ideal para motorizar la lucha entre dos protagonistas antológicos, los escarceos de los personajes se diluyen en un final que tal vez peque de demasiado abierto. ¿Qué es lo que quiere contar esta obra? ¿La historia de una venganza? ¿La búsqueda de una verdad? ¿Una parábola sobre la envidia? ¿El cinismo y el ejercicio inescrupuloso del poder? No queda muy claro. Que la culpabilidad o no del Padre Flynn no sea necesaria para justificar la trama, habla, tal vez, de ese intento de mantener abierto todos los frentes y no definirse por ninguno.
Cuando vi “La duda” no pude dejar de acordarme de “Oleanna” de David Mamet, una obra teatral, llevada a cine por su autor (como hizo Shanley) y reducida a la mínima expresión de la interacción de dos personajes, interpretados por William H. Macy y Debra Eisenstadt. En ese caso, la obra trataba de la acusación de acoso sexual de una estudiante universitaria a su profesor. La gracia de la historia no era definir si hubo o no acoso sexual (no lo hubo, eso lo veíamos desde el primer momento), sino observar cómo un personaje iba transgiversando las palabras del otro, como sacaba frases fuera de contexto de tal modo que cambiaban, completamente, su significado. Era la victimaria que se convertía en víctima para desplegar su acción destructiva.
Cada diálogo, el profesor se enredaba más y más en una defensa que presagiaba su derrumbe. Habíamos asistido a una escena en la que el profesor decía algo inocente, línea que era dada vuelta, en la escena siguiente, cambiándole su intencionalidad. Defenderse no era la mejor herramienta, porque esa intención echaba sombras sobre la inocencia del acusado. En el fondo, el brillante diálogo de Mamet, esbozaba la verdad: una estudiante celosa por la atención de su profesor. Cada vez que el profesor estaba por romper la resistencia de su estudiante, una intervención externa (vgr.: el llamado telefónica de la esposa) hundía ese intento y, perdida la oportunidad, el conflicto se retomaba en un grado peor, con un resentimiento más alto.
Hay mucho de la dinámica de “Oleanna” en este “La duda”, en el juego obcecado de la Hermana Aloysius en destruir a su oponente, el padre postconciliar, joven, querido por sus fieles, de roce mundano con la jerarquía, todo lo que ella no puede ser, una proyección del machismo de la Iglesia Católica. Pero en la obra de Mamet nos quedaba en claro cuál era, desde el principio, la dinámica de la confrontación. Era tan fuerte y tan potente que la puesta teatral de “Oleanna” no nos molestaba como si nos molesta en “La duda”, en donde se subrayan tormentas o nubarrones de la trama con exteriores literales muy poco sutiles en el lenguaje cinematográfico. Shanley ha llevado en forma muy pobre, a la pantalla, su propia historia. Es uno de los defectos, pero no el principal.
“La duda” carece del diálogo brillante de David Mamet. En ese aspecto, es más austera, más pobre en el recuerdo de parlamentos antológicos. Y ése nos parece el pecado fatal.
“La duda” contó con la complicidad de dos actores memorables, como Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman de los cuáles cualquier elogio es, además de reiterativo, una obviedad. Ellos elevan el espesor dramático de “La duda” varios grados sobre su propia trama.
Escenas destacadas: el diálogo entre el Padre Flynn y la Hermana James; el diálogo de la Hermana Aloysius con Mrs. Miller, la mamá del presunto nene abusado; la charla entre la Hermana Aloysius, el Padre Flynn y la Hermana James, el primer cruce de la acusación.
Frases:
Cuando están perdidos no están solos.
Hay una jerarquía, úsela.
Siempre se elige el camino fácil en estos tiempos. Toda salida fácil, tendrá sus consecuencias en el futuro. Recuerde mis palabras.
Le dije: “¡Tú eres la madre, tú la criaste, tú la alimentaste, tú dile que es gorda!”.
-No es bueno ver a la gente con sospechas. Me siento menos cerca de Dios.
-Cuando se acerca un paso para señalar el mal, se aleja un paso de Dios pero para servirlo.
-Muy bien, tienen derecho a invitar a la chica a bailar. Y ella tiene el derecho de rechazarlos. El secreto es no tomárselo muy a pecho.
-¿Y qué hay si todas te rechazan?
-Entonces te haces sacerdote.
De todos los niños… Donald Miller.
¿Qué pasó en la Rectoría?
No dejaré que destruya mi espíritu de compasión.
-Hay gente que va por su humanidad, Hermana… Que dice que la luz en su corazón es sólo debilidad. ¡No les crea! Es una vieja estrategia de la gente cruel para eliminar la bondad en nombre de la virtud. El amor no tiene nada de malo.
-¿Amor?
-¿Ha olvidado el mensaje de nuestro Salvador? Se trata de amar a la gente.
Señora Miller, tal vez tengamos un problema.
Creo que sé de lo que está hablando pero no quiero saber nada con eso.
¡Usted sola está frenando a esta escuela y a la parroquia!
-No tiene ninguna prueba.
-¡Pero tengo mi certeza!
Me hubiera quedado entre ustedes por más tiempo. Pero ese viento me está alejando. Extrañaré esto. Y los extrañaré a ustedes. Pero estoy contento de que el poder que me impulsa lo hace con sabiduría, sabiendo que es lo mejor.
Y ese poder es mi fe.
Su renuncia fue su confesión. Él era lo que yo pensaba que era.
¡Tengo dudas! ¡Tengo tantas dudas!
CONSEJO: esperar al DVD.