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críticas chatarras

viernes, agosto 30, 2013

frases de “Viaje a las Estrellas. En la oscuridad” 

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-Spock, ¿estás bien?
-Estoy sorprendentemente con vida.

Spock nadie sabe las reglas más que tú… pero deben haber excepciones.

Doctor, las necesidades de muchos importan más que la de unos pocos.

-Si Spock estuviera aquí y yo allá. ¿Qué haría?
-Dejaría que murieras.

-Eso es un tecnicismo.
-Soy un Vulcano, Señor. Adoptamos abiertamente los tecnicismos.

-¿Expresas una postura?
-Expreso muchas posturas, señor.

Crees que las reglas no te aplican. Hay grandeza en ti pero ni una pizca de humildad. Piensas que no puedes cometer errores, pero va a llegar el momento en que te vas a dar cuenta de que te equivocas. Y vas a conseguir que tú y todas las personas a tu cargo mueran.

-Entiendo tu compulsión a seguir las reglas. Pero yo no puedo. De donde yo vengo, no se apuñala por la espalda a quien te salva.
-Los vulcanos no pueden mentir.
-Le hablo a tu lado humano.

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-¿Puedes rastrear a dónde fue?
-Ya lo hice, Señor. Y no le va a gustar. Él fue al único lugar al que no podemos ir.

Las regulaciones prohíben a la Flota ejecutar a personas sin un juicio. Algo que usted y el Almirante Marcus han olvidado.

Podemos iniciar una guerra con los Klingons y por definición eso es inmoral.

¡Ahora hay gente loca viajando a través de la galaxia!

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-Capitán, creo que ha tomado la decisión correcta. Si le soy útil, estaré feliz de acompañarlo junto a su equipo.
-¿Usted? ¿Feliz?
-Simplemente utilicé su lenguaje vulgar.
-Gracias, Sr. Spock.

Jim, ¿no descenderás, cierto? No robas un banco y escapas en un auto con los neumáticos bajos.

Envías a un hombre a jugar póker, con malas cartas y sin poder bluffear.

-La posibilidad de querer matarnos es de 91,6%.
-Fantástico.

-Preferiría hablar en privado.
-Tú preferirías no hablar de ello.

-Tu sugerencia de que no me importa la muerte, es incorrecta. Todos los seres quieren larga vida y prosperidad.
-¡Genial!
-Eso no es una canción de amor, Spock.

Cuando moría el almirante Pike, me uní a su mente. Y sentí lo que sentía cuando estaba muriendo. Ira. Confusión. Soledad. Miedo. Experimenté esos sentimientos anteriormente, multiplicados varias veces, cuando fue destruido mi planeta. Elegí no volver a sentir de esa manera nunca más.

Me trajo aquí porque hablo Klingon. Déjeme hablar Klingon.

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Me rendí a usted porque intenta probarme de que sí tiene una conciencia, Sr. Kirk. Si no fuera así, me sería imposible convencerlo de la verdad.

¿Crees que mundo es seguro? Es una ilusión. Una reconfortante mentira que se dice para su protección. Disfrute de estos momentos finales de paz. Porque he vuelto para tener mi venganza.

No esté de acuerdo conmigo, Spock. Es muy incómodo.

-¿Quién es usted?
-Un remanente del pasado.

-¿Por qué un almirante de la Flota Estelar le pediría ayuda a un hombre congelado hace 300 años?
-Porque soy mejor.
-¿En qué?
-En todo.

Marcus debe responder a amenazas incivilizadas en tiempos civilizados.

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-¿Sugiere que el Almirante rompió todas las reglas que juró defender sólo para aprovechar sus conocimientos?
-Quería aprovechar mi salvajismo. El ingenio no es suficiente en la guerra, Sr. Spock. Si no puede romper una regla, ¿cómo espera romper un hueso?

No puedo creer que el hombre que me crió sea capaz de destruir una nave llena de personas inocentes.

Si sirve de consuelo, nunca quise perdonar tu tripulación.

-No me aliaré, lo usaré. “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
-Cita un proverbio atribuido a un príncipe traicionado y decapitado por sus súbditos.
-Sigue siendo una gran cita.

Lo que haré es insensato e ilógico. Es una maldita corazonada. No sé lo que debo hacer. Sólo sé lo que puedo hacer.

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El Enterprise y su tripulación necesitan a alguien que sepa que está haciendo. No soy ese hombre. Tú lo eres, Spock.

Señor Sulu, recuérdeme nunca hacerlo enojar.

-Es un salto desde un coche andando por un puente a un vaso pequeño.
-Está bien. Lo he hecho antes.

Tú debiste dejarme dormir.

-Nos traicionaste.
-Es muy inteligente, Sr. Spock.

Fue una buena decisión. Es lo que hubieras hecho.

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-Tengo miedo, Spock. Ayúdame a no tenerlo. ¿Cómo elegiste no sentir?
-No lo sé. Ahora no lo estoy logrando.

-Quiero que sepas porque no te dejé morir. Porqué volví por ti.
-Porque eres mi amigo.

Siempre habrá gente que querrá hacer daño. Para detenerlos arriesgamos despertar esa maldad dentro nuestro. Nuestro primer instinto es buscar venganza cuando los que amamos son arrebatados. Pero no somos así. Estamos aquí para renovar al U.S.S. Enterprise y para honrar a los que perdieron sus vidas.

jueves, agosto 29, 2013

respetando el original 

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VIAJE A LAS ESTRELLAS. EN LA OSCURIDAD
data: http://www.imdb.com/title/tt1408101

J.J. Abrams ha logrado darle vida a las películas de “Viaje a las Estrellas” que han sido, tradicionalmente, muy inferiores a la serie. Ha tenido el buen gusto de preservar la tradición, caminando por la senda de las líneas temporales alternativas. Si se cambia la historia, no se alteran las series originales: estamos sólo en un universo paralelo.

Este nuevo episodio de “Viaje a las Estrellas” (“En la oscuridad”) no deja de ser la clásica película de aventuras. Pero, al ajustado mecanismo de acción, Abrams le ha agregado un toque emotivo y un guiño a los seguidores de la serie. El resultado es más que satisfactorio.

“Viaje a las estrellas. En la oscuridad” empieza con una brillante secuencia que hace gala de las bondades del 3D. La persecución de Kirk por una tribu en “tonos blancos y amarillos” en medio de un bosque rojo, es visualmente destacable. Los planos cenitales, profundizando los abismos tridimensionales, son muy eficaces para lucir esta tecnología.

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Acertadamente, aunque visualmente atractivo, no es la fotografía lo más grande de la película. La dinámica de interacción entre los personajes es el fuerte de lo que sigue, más allá de la persecución de un terrorista que es el tema inicial del filme. Hay una tesis principal: Kirk debe aprender a manejarse con reglas en la dirección del comando; Spock debe aprender a romper las reglas cuando sea necesario. Una sublínea es la relación romántica entre Spock y Uhura.

De los idas y vueltas de la acción, la captura del terrorista, el descubrimiento de quién es en realidad y de las agachadas que el Alto Mando le tiende a Kirk y los integrantes del Enterprise, la trama arma un momento notable en un homenaje al pasado.

(Atención: para los que no vieron la película, salteen el párrafo siguiente. ¡Se viene el momento del spoiler!)

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La muerte de Kirk replica la muerte de Spock en “La ira de Khan”. Cambian lugares, con un fuerte resultado dramático: Spock aprende el significado de la palabra “amistad”. Y la trama juega con la dualidad que hizo tan rico el personaje del vulcano más famoso de la ciencia ficción, esa lucha entre la razón y el sentimiento, el duelo entre la parte vulcana y la parte humana de Spock. La aparente frialdad enmascara el combate subterráneo personal de Spock. Una lágrima, en esa escena, es para un espectador común un signo menor; para un trekkie auténtico, un hecho épico. Eso hace que, aunque el ajeno al mundo trekkie pueda entender sin problemas la historia, el iniciado valorara con más dedicación estos pequeños detalles.

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Particularmente, no deja de emocionarme la filosofía que hay detrás de “Viaje a las Estrellas”. Es el credo del espacio como último límite, en la época que el ser humano podía pensar grandes epopeyas. El espíritu de aventuras detrás de la máxima de Kennedy, la de elegir el espacio no porque fuera fácil sino porque es difícil. Los que en nuestra infancia soñamos con los vuelos espaciales, con el futuro de una humanidad en las estrellas, no podemos mirar sin nostalgia esa década del ’60 que se animó a llevar a un hombre a la Luna. Hoy, en un mundo de ambiciones más modestas, precarias, casi miserables, no deja de provocarnos nostalgia por el futuro que pudo ser y no fue.

Mañana, las mejores frases.

viernes, agosto 23, 2013

los tiempos de la resaca 

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LOS AMANTES PASAJEROS
data: http://www.imdb.com/title/tt2243389

Paradoja: “Los amantes pasajeros” es una película menor en la filmografía de Pedro Almodóvar, tal vez hasta podría decirse una película fallida. Sin embargo (y he ahí la paradoja), será un película imprescindible cuando se analice la obra del director manchego. Hay en esta comedia amarga, una visión crítica, no sólo de la España actual, sino una mirada desencantada de esa movida posfranquista, plena de droga, liberación sexual, orgullo gay y descontrol festivo. Ahora, cuando el sueño español está en jaque, Almodóvar se pregunta si ese desenfreno no fue un velo para evitar que se hicieran las preguntas que debían haberse hecho tiempo atrás.

“Los amantes pasajeros” es una comedia gay, o mejor dicho, decadentemente gay. Son sus protagonistas tres azafatos (acéptese el término) en un avión con problemas mecánicos. A la clase turista ya la han drogado para que no se entere que el avión (de la aerolíneas Península, dato no menor), con el tren de aterrizaje roto, está volando por el país en busca de una pista dónde aterrizar, cosa que se vislumbra complicada. A la clase ejecutiva, en tanto, le han informado lo que está sucediendo, pero cabe emborracharlos y drogarlos amén de amenizar la crisis, para que la cosa no se desbande.


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La historia se vuelve absurda y burda por momentos, con escenas guarras al estilo de los primeros tiempos de Almodóvar. Pero lo que llamaba la carcajada en esos tiempos, lo que fue visto como un símbolo de nuevos aires de libertad, ahora parece la rutina ajada de un cómico veterano al borde de la senilidad. La grandeza de Almodóvar, sin embargo, es que esta perdida de eficacia de la comedia de sus primeros tiempos, no es por por falta de ingenio ni repetición. Sino que adquiere una lectura política. Y ése es el punto más interesante del filme.

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En “Los amantes pasajeros” hay una no tan oscura crítica sobre cómo la movida de los primeros años sirvió, en realidad, para distraer la atención de los problemas importantes, para no preguntarse sobre cuáles eran los auténticos intereses que operaban detrás del boom español. Hoy, cuando cuesta disimular las taras de la maquinaria, que se mantiene en el aire pero con serios problemas que ya no se pueden disimular, esa estudiantina sexual y desenfrenada, no deja de parecer ingenua, egoísta, mediocre. Cuando los velos de la droga y el alcohol se disipan, quedan los dramas humanos, los seres que penan o se regocijan, por amores no correspondidos o (peor aún) plenamente correspondidos. El avión pierde altura pero nadie se pregunta sobre la capacidad de quien lo maneja, de los que deciden por sí los destinos del resto: una minoría con el privilegio de saber el problema; una mayoría a la que hay dormir porque ni siquiera tiene el derecho de conocer que se puede venir abajo en cualquier momento.

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En este Almodóvar oscuro, hay buenos gags, personajes interesantes, mucho delirio, mucho culto al kitsch. El cóctel no funciona en su conjunto. No obstante, nos deja cosas para pensar y reflexionar. Cuando hagamos una revisión histórica sobre la obra de Almodóvar, ésta película marcará su postura sobre el fin de fiesta desencantado del sueño español.

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Frases:

Para mí cualquier tecnicismo es una forma de mentira.

Nada más levantarme sentí que hoy dejaría de ser virgen.

-Yo, que he sido mula muchos años, para pasar fronteras el culo es lo más seguro.
-Yo también creo mucho en el culo.

¡Cómo sois las parejas gay-hetero!

El musical ha matado al auténtico cabaret.

Los azafatos y yo les haremos hacer pasar el viaje lo más agradable posible. No me pregunten cómo.

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viernes, agosto 09, 2013

frases de “Woody Allen, el documental” (II) 

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No todos se corrompen. Tienes que tener un poco de fe en las personas.

Cuando la terminé, no me gustaba la película para nada. Y la vi y... y hablé con United Artists, en aquel entonces, y les ofrecí hacer una película para ellos por nada si no la estrenaban. Simplemente pensé para mí mismo: “a esta altura de mi vida, si esto es lo mejor que puedo hacer, no deberían darme dinero para hacer películas”.

Después de “Manhattan”, el público estaba listo para seguir a Woody Allen a donde sea. A cualquier lugar excepto “Recuerdos”.

Ésa fue mi película favorita durante un tiempo. Fue mi película menos popular. Pero es ciertamente mi favorita.

Para ustedes soy un ateo. Para Dios, soy la oposicion leal.

No le gustan los trucos, no le gustan los efectos, no usa artefactos. Le gusta tener colaboradores a su alrededor. Tú sabes es sólo una palabra. En realidad, yo diría que es “simplicidad”.

Si quieres comparar a Woody Allen en la esfera de la productividad, en realidad tienes que retroceder una era. Tienes que retroceder a la década del 30, cuando John Ford y Howard Hawks y Raoul Walsh y tipos así hacían más de una película al año. Hacían películas bajo el sistema del estudio. Ellos eran básicamente parte de la fábrica de sueños. Ahora Woody Allen hace una película al año y escribe una película al año hace 40 años. Eso es inédito. Casi no tiene precedentes. Excepto por Ingmar Bergman.

El logro que yo busco es intentar hacer una gran película. Y eso me ha eludido durante décadas.

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Mia Farrow se convirtió en su musa. Y él empezá a mostrarnos a Mia Farrow en una dimensión que nos había sido negada en, digamos, “El bebé de Rosemary” o “Huracán”. Simplemente facetas de ella que no teníamos vistas. Y Woody Allen logró hacerlas surgir en todo su arcoiris de colores. Y a través de ella exploró una cantidad de formas maravillosas de filmar. Y, de alguna forma, al hacerlo también testeaba sus propios límites.

Escribí roles para ella. Y nunca me decepcionó.

Ésa era mi intención, sabes, en un nivel profundo mucho más pretencioso, que las personas son enfrentadas, en la vida, con tener que elegir entre la realidad y la fantasia. Y es muy placentero elegir la fantasia. Pero de esa forma se encuentra la locura. Y eres forzado, finalmente, a elegir la realidad. Y la realidad siempre decepciona, siempre te lastima.

Como admiradora de sus películas, cada vez que voy a verlas veo que el elenco siempre funciona. Es como que todos estan perfectos para cada personaje. Y él puede hacer esas decisiones en cinco segundos. Solo diciendo: “Hola, encantado de conocerte” a alguien, él sabe si esa persona es la correcta para ese personaje.

Bueno, ése es todo el secreto. Si contratas a gente genial y no los complicas con un montón de análisis y conversación y especulación y cosas sin sentido... si tú sólo te apartas de su camino y te callas, te darán la interpretación que los ha hecho los grandes artistas que son.

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Creo que “Hannah y sus hermanas” es la película que la gente esperaba después de “Manhattan”. Y cuando él consiguió eso, volvió con una fuerza aún mayor de la que tenía antes.

Es sólo optimista en los segmentos en que fallé.

¿Qué demonios sé por que hubo nazis? ¡No sé cómo funciona el abrelatas!

Woody ha dicho que hacer una película distrae la mente. Y entonces no tiene que pasar todo el día pensando sobre el sentido de la vida. En cambio se pasa el día haciendo una película sobre el significado de la existencia.

Escucha, para aquellos que quieren moralidad, hay moralidad.

Lo que hay que recordar sobre la comedia es que si se dobla, es gracioso; si se rompe, no es gracioso.

-Le estoy preguntando si cree en Dios.
-Es increíble... ésta es la tercera vez, esta noche, que alguien me hace exactamente esa pregunta. Sabes, me encantaria. Créame: sé que sería mucho más feliz.
-Sí. Pero no puede.

Si pensara que no hay nada más que esto, me mataría. He pensado en ello. Hubo muchas veces en que mi cerebro ha dicho: “¿Por qué no?”. Lo que quiero decir es... que nada tiene sentido. Pero, de alguna manera, mi sangre siempre dice: “¡Vive, vive!”. Y siempre escucho a mi sangre.

Y creo que Woody Allen hace estas preguntas importantes: ¿Hay un Dios?, ¿No hay un Dios?, ¿Hay vida más allá de la tumba?. Y eso lo hace único entre los cineastas contemporáneos, pero también lo hace único en la historia del cine norteamericano. Ésas son las dos preguntas clave. Y él sólo sigue insistiendo en ellas.

Rodamos durante dos días. Él dijo: “Esta noche ven a ver las preliminares conmigo”. Me senté allí y vi este doloroso, doloroso intento de hacer este rol, patético, patético... Él dijo: “¿Ves?”. Y yo dije: “Sí, vi”. Él dijo: “Bueno, ya sabes, ¿qué vas a hacer?”. Y yo dije: “Tienes que levantar el teléfono y tienes que encontrar a alguien que pueda hacer esto. No está en mí. Tienes que reemplazarme”. Él dijo: “No, no, no, no. Hay algo que podemos hacer. Hay algo”.

Fue allí que consiguió, creo, el segundo premio de la Academia.

Y entonces es raro... Es un director cuyos actores consiguen tremendas cantidades de premios o nominaciones a premios. Pero si lo observas en el set, es el director menos “directivo” que puedas imaginar.

Algunas de las instrucciones son algo así como, ya sabes, “lo que estás haciendo está muy bien pero, sabes, hay un juego de los Knicks... y apurate”.

Odian a los judíos mucho más. ¿Por qué? De los negros, tenían miedo de que tuvieran un pene demasiado grande. A los judíos los odiaban, aún con penes pequeños.

Woody allen nunca se ha sentido obligado a autosuperarse. Se ha sentido obligado a hacer lo que más le interesa y hacerlo con total compromiso. Pero cuando acaba, sigue adelante, y simplemente se mete directamente en lo que sigue.

Un personaje que es demasiado neurótico para funcionar en la vida, que sólo puede funcionar en el arte.

Su carrera ha sido guiada enteramente por su intuición de que es lo correcto que él debía hacer y no por “que es lo que el público quiere que haga". Y no tiene miedo de fracasar. Eso cuenta, también.

Yo sólo pongo el límite de un suicidio, evidente y flagrante. Realmente no me interesa el éxito comercial. Y el resultado final es que raramente lo logro.

¿Cuántas grandes películas ha hecho? Un montón. Ya sabes, ha hecho unas cuantas chatarras. Pero, no obstante las chatarras, siempre tienen algo. Siempre. Eso es el arte.

Quiero decir... quiero decir, que (“Match Point”) es más sexual que cualquier otra cosa que hayan hecho tipos de la mitad de su edad.

Él ama a las mujeres. Valora a las mujeres. Ha escrito algunos de los mejores personajes femeninos de todos los tiempos. Y me encanta lo bien que conoce a las mujeres neuróticas.

Te haces viejo, pero no envejeces hasta que realmente estás físicamente incapacitado.

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Hay un montón de sorpresas que ocurren entre escribirla, hacerla y verla en la pantalla. La mayoría de las sorpresas son negativas.

He hecho unas cuarenta películas en mi vida y pocas de ellas han valido realmente algo. Porque no es fácil. Si fuese fácil no sería divertido, no sería valioso.

Cada película tiene una cantidad de tiempo de atención que el público prestará a la historia.

El único obstáculo entre la grandeza y yo, soy yo.

-Su película dice muchas cosas sobre la muerte. Entonces me gustaria preguntar: ¿Cuál es su relación con la muerte ahora?
-Mi relación con la muerte sigue siendo la misma. Estoy totalmente en contra de ella.

Me gustaría que se me ocurriese una idea que agradara a multitudes y, ya sabes, enormes enjambres de personas reunidas que vieron la película dos y tres veces. Y romper récords de taquilla. Pero no creo que eso vaya a pasar en mi vida jamas. (…) Un año despues, “Medianoche en París” ha pasado a ser la película más taquillera que Woody Allen haya hecho en todo el mundo así también como en Estados Unidos.

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En el pasado, me he referido a Woody allen como el Albert Camus de la comedia. Camus dijo: “No quiero morir. No quiero que nadie que amo se muera. Voy a morir y todos los que amo van a morir. Y eso hace que la vida sea absurda”. Y Woody cree eso pero es capaz de entrelazarlo con humor. Ahora, creo que probablemente hace que sea un poco más aceptable. Pero querría preguntarle, si la vida es realmente absurda Y horrible y brutal... ¿por qué nos estamos riendo?

¿Quieres hacerle un verdadero servicio a la Humanidad? ¡Cuenta chistes más graciosos!

Cuando repaso mi vida, veo que he sido muy afortunado de haber llegado a concretar todos estos sueños de la infancia. Quise ser actor de películas yme convertí en uno ellos. Quise ser director de películas y comediante, me convertí en uno de ellos. Quise tocar jazz en Nueva Orleans y toqué en desfiles callejeros y cuchitriles de Nueva Orleans. Y toqué en óperas y conciertos por todo el mundo. No hubo nada en mi vida a lo que haya aspirado que no se haya hecho realidad para mí. Pero a pesar de todos estos golpes de suerte, ¿por qué todavía siento que fallé de alguna manera?

jueves, agosto 08, 2013

frases de “Woody Allen, el documental” (I) 

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Escribir es la gran vida. Porque te levantas a la mañana, escribes en tu habitacion.... ya sabes, en la habitacion... Todo es genial. Porque no hay ninguna presión. Entonces lo escribes e imaginas que es “El Ciudadano” o, ya sabes, todo lo que escribes es genial. Pero cuando luego tienes que sacarlo y hacerlo, entonces la realidad se hace presente. Entonces todos tus planes sobre
hacer una obra maestra se reducen a: “me prostituiré de la manera que sea para sobrevivir a esta catástrofe”.

El día que él termina de editar una película, es el día que empieza a tipear el guión de la siguiente.

¿Quién diablos es bueno durante 20 años? Este tipo ha sido bueno durante 40 años.

No es simplemente que todavía estamos interesados en Woody Allen. Él todavía está interesado en contar historias.

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Para realmente contextualizar a Woody Allen en la historia del cine norteamericano, uno tiene que retroceder hasta Charlie Chaplin.

Mis padres no estaban a favor de que Woody entrara en el negocio del espectáculo. Querían que fuese farmacéutico. Era el hijo equivocado para esos padres.

Mi madre siempre solía decir que era un chico muy dulce y feliz desde el comienzo. Y luego, alrededor de los 5 años o algo así, me volvi mas gruñón y ácido. Sólo puedo pensar que fue cuando fui conciente de mi mortalidad. No me gustó esa idea. ¿Qué quieres decir con que esto termina? Esto, ya sabes, esto es... ¿Esto no continua así? No. Termina. Ya sabes, te desapareces para siempre. Cuando me di cuenta de eso, pensé: “¡Hey! ¿Sabes? ¡Borrenme! No quiero jugar este juego”. Y nunca fui el mismo después de eso.

No estoy diciendo que mi valuación siniestra sea correcta. Por supuesto, yo creo que lo es. Pero ésa es sólo mi percepción particular de ver las cosas... Que todos conocemos la misma verdad. Y nuestras vidas consiste en cómo elegimos distorsionarla.

Mi pequeño adorable padre trabajó para la misma empresa durante 14 años. Lo despidieron. Lo reemplazaron por un artefacto de este tamaño. Hace todo lo que mi padre hace. Sólo que lo hace mucho mejor. Y lo deprimente es que mi madre salió corriendo a comprar uno.

-Presta mas atención a tu trabajo en la escuela. Y menos a la radio.
-Tú siempre escuchas la radio.
-Es distinto. Nuestras vidas ya están arruinadas.

Me dijo que si pudiese hacer cualquier cosa del mundo, le hubiese encantado ser clarinetista. Más que cineasta.

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Y una de las personas con la que trabajaba era un tipo llamado Mike Merrick, que tenía poco más de 20 años. Y Merrick tenía estos anteojos redondos negros. Y yo pensé: “¡Hey, me quedarian bien esos!”. Entonces me compré estos anteojos de marco negro, me los puse y los usé y nunca pensé en cambiarlos durante el resto de mi vida.

Es raro... cuando eres muy joven, ya sabes, sales y vas al cine y a jugar a los bolos y vas a los autocines. Y luego no queda más que casarse. No sabes que más hacer. Hemos hecho todo.

Me casé con una mujer muy inmadura y no funcionó. Mira si esto no te parece inmaduro. Cuando estaba en casa, en la bañera, tomando un baño, mi esposa entraba siempre que se le antojaba y hundía mis barcos.

Woody nunca soñó con ser comediante. Era escritor. Y no fue fácil.

Y me dijo y recuerdo esto tan claramente, dijo: “Hazme un favor... simplemente confía en mí. Tú sólo trabaja y no pienses en ello. Dejame pensarlo. Haz lo que te digo. Ven a visitarnos dentro de un año y veamos donde estás”.

¡Oh, el viaje de Richard Nixon a Rusia! Va a Rusia y dice que espera llevarse bien con ellos. Y entonces... en realidad... ya sabes... si no se lleva bien con ellos, estará en una especie de problema, porque, ya sabes, no puedes... no puede llamar a todos comunistas y arruinar sus carreras allí...

Estaba tan desacostumbrado a estar frente al público que se ataba el cable del micrófono alrededor de su cuello. Y asustaba a la gente. Pensaron que se asfixiaria.

No era un intérprete. Apenas podía hablar a la gente. Nunca le importó actuar para ellos. Y algunas noches era espantoso. Pero otras noches era absolutamente brillante.

Debo detenerme durante un breve segundo y decir unas breves palabras sobre la anticoncepción oral. Estuve involucrado en un muy buen ejemplo de anticoncepción oral, dos semanas atras. Le pedí a una chica ir a la cama conmigo y ella dijo: “No”.

No puedo dibujar un caballo, ni ninguna otra cosa. Pero puedo escribir chistes.

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Charlie y yo teniamos que, literalmente, empujarlo al escenario para hacer su pequeño acto. No dejaba de decir: “No soy gracioso. No soy un cómico. Yo, saben, no puedo hacer esto. Lo odio. No me gusta el horario. Soy tímido, y, saben, no me gusta estar de pie frente al público”.

Y entonces, una noche, simplemente subió al escenario y era Woody.

La compañía de teléfonos tenía este servicio para los emocionalmente perturbados llamado “disque-una-plegaria”. Tienen un numero que discas si eres ateo. Y no escuchas nada al otro lado de la línea.

Sí, tengo algo en el striptease. Ayudo a las chicas a vestirse y desvestirse. Lindo empleo, 20 francos a la semana. No es mucho. Es todo lo que puedo pagar.

Al día siguiente iba a dirigir su primera película. Y estaba nervioso al respecto. Y entré al dormitorio y él estaba sentado en la cama, ya sabes, con las piernas estiradas como te sientas en la cama y lees. Y en la cubierta del
libro decia: “Cómo dirigir”.

Mi jugada era en realidad forzar a Woody a que le gustara. Así que siempre estaba tramando sobre como él podría llegar a verme como una mujer atractiva.

Era obvio que él estaba loco por ella, en todos los niveles. Sabía que eso iba a ocurrir, totalmente. Especialmente cuando dejaron de invitarme a cenar.

Me esforcé, sabes. Realmente me esforcé en tratar de lograr que se enamorara de mí. No se enamoró de mí precisamente pero yo andaba siempre cerca. E hicimos un buen equipo.

Nunca trabajamos juntos mientras estuvimos casados porque sentíamos que arruinaría el matrimonio. Así que ahora, que hemos estado divociados durante un año, sentimos que podíamos trabajar juntos. Y, por supuesto, la conseguí por mucho menos.

Había una película de Bergman que daban en el barrio, con Harriet Andersson. Era “Un verano con Monika”. Y ella estaba totalmente desnuda en la película. Entonces me abrí camino velozmente por la puerta y fui a ver esa película, sólo para poder ver a una mujer sin la ropa puesta. Y era una película fabulosa, más allá del desnudo. Luego, unos cuantos años mas tarde, dieron “El séptimo sello” y “Fresas salvajes” y “El mago”. Pensé que no tenía sentido para mí trabajar más porque nadie jamás conseguiría ser capaz de hacer algo mejor que aquello. Bergman, sabes, simplemente ha alcanzado los límites de lo que puedes hacer en una película y no había ningún otro lugar adonde ir.

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Y habia muchas personas a mi alrededor que dijeron: “¿Por qué quieres hacer una película como 'Annie Hall'? Sabes que puedes hacer reír al público y ser gracioso y mis amigos y yo, preferiríamos ver 'Bananas' o 'La última noche de Boris Grushenko'”. Y sentí que sacrificaría algunas carcajadas por una historia sobre seres humanos. Y ellos se engancharían con la historia de una manera en la que nunca han estado enganchados antes. Y será más rica y será una mejor experiencia para ellos. Y divertido para mí intentarlo. Y lo peor que puede suceder es que terminé haciendo de tonto.

Sabes... sólo siento que la vida está dividida entre lo horrible y lo miserable. Esas son las dos categorias, ¿sabes? Lo horrible sería como, um, no sé, casos terminales. Y las personas ciegas, tullidas. No sé como hacen para ir por la vida. Es sorprendente para mí, sabes.. Y lo miserable es todo lo demas...

Y Arthur Krim se sentaba a la mesa, te miraba a los ojos, decidía cuán loco estabas, te preguntaba cuánto dinero necesitabas para hacer la película. Le decías. Él te daba un poquito menos, porque, ya sabes, construye el carácter.

-¿Con qué frecuencia duermen juntos? ¿Tienen sexo a menudo?
-Casi nunca. Quizás tres veces por semana.
-Constantemente. Yo diría que tres veces por semana.

“Annie Hall” es la película dónde toma la decisión de no empezar siempre con chistes.

¡Hey, no menosprecies la masturbacion! Es sexo con alguien a quien amo.

La historia que cuenta es la historia de todos los que se enamoran y luego se desenamoran y siguen adelante. Y eso es lo que la hace tan universal y tan significativa para tanta gente.

Hablamos de “Annie Hall” como un cambio de juego. Puede que no haya sido un cambio de juego para Woody Allen. Porque él parece ir donde quiere ir. Pero fue un cambio de juego para la industria. Creo que la comedia en sí misma empezó a ser reevaluada.

Valoro más la musa trágica que la musa cómica. Siempre he sentido que la escritura trágica, el teatro trágico, las películas trágicas afrontan la realidad de frente y no la satirizan, la provocan, la engañan, la desvían, la opacan con alguna clase de de gag a último momento.

Pero obtengo más placer en fallar en un proyecto de lo que me entusiasma tener éxito.

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Woody Allen comprendió algo sobre el blanco y negro que Hollywood había olvidado, que es que le agrega glamour. Y entonces una de las caracteristicas de “Manhattan” es que crea una nostalgia en el presente.

Él ama tanto a Nueva York.... Quiero decir que es... que es su ciudad. Y en esta película, que es simplemente es una declaración de amor a Nueva York...

Nueva York fue su ciudad. Y siempre lo será.

A “Manhattan” quisimos filmarla en wide screen simplemente porque no era una película de guerra o una de amplio espectro. Era una historia de amor íntima. Sólo por eso.

No sé si el acto de enamorarse se ha hecho alguna vez con más poder o más economía que en aquel instante junto al puente de la calle 59, donde Woody y Diane Keaton están sentados en el banco del parque, observando el amanecer.

¡Oh, lo sé! Me encanta. Ésta es realmente una ciudad genial. No me importa lo que nadie diga.

(continúa mañana)

miércoles, agosto 07, 2013

la obra de un artista 

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WOODY ALLEN, EL DOCUMENTAL
data: http://www.imdb.com/title/tt2397619

Robert Weide persiguió a Woody Allen durante varios años, hasta que finalmente el genio neoyorquino aceptó ponerse delante de una cámara y contar su vida y su obra. El documental, por sí solo, ya tenía un lugar ganado en el rinconcito cinéfilo. Pero Weide fue un pasito más y logró un documental con coherencia conceptual. No hay un ánimo exhaustivo y enciclopédico en “Woody Allen, el documental”. El objetivo es analizar los rasgos que caracterizan el cine de Allen, la búsqueda del artista en cuarenta años de filmar película tras película. Y el resultado es, sencillamente, una de esas clases de cine memorables. Personalmente, la visión de “Woody Allen, el documental” me hizo recordar a ese otro monumento que es el libro con las charlas entre Francois Truffaut y Alfred Hitchcock. Así como ese libro es obligada referencia de cinéfilos, este documental merece ocupar esa categoría de recomendado.

Hay un cliché sobre la obra de Woody Allen que es, a la vez, una falacia: la de que las películas de Woody Allen son todas iguales, que siempre dice la misma cosa. Bueno, puestas en contexto, una al lado de la otra, el cliché no puede ser más estúpido. Con altas y bajas, Woody Allen se permite arriesgar, una y otra vez, buscando historias, sondeando formatos, yendo allí donde el público y la crítica estaban seguros de que no iba a ir. Su alto nivel de autocrítica, su valentía para no entretenerse en ese costadito de la orilla que conoce y se siente cómodo y atreverse a explorar por otras dunas, son marcas de fábrica de Allen. Y ese arrojo, esa convicción de dejarse guiar por la búsqueda, es el signo de un auténtico artista.

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Robert Wiede logra identificar varios patrones decisivos en la filmografía de Allen. La primera, es su pericia para la dirección de actores. Woody Allen ha escrito memorables personajes y ha logrado sacar antológicas actuaciones a sus dirigidos. El ejemplo principal es Mia Farrow quien (y uno cae en la cuenta de ese hecho al ver el documental) nunca antes, ni nunca después, logró alcanzar los niveles de interpretación que obtuvo bajo la dirección de Woody Allen.

Y lo que llama la atención es que Allen parece el contraejemplo del director. No agobia a sus dirigidos con recetas, indicaciones, explicaciones minuciosas. De hecho, en la mayoría de los casos, les pasa la pelota para que ellos decidan. Con la misma sencillez que suele verse en sus guiones, Allen confiesa el secreto en una frase demoledora: “Si contratas a gente genial y no los complicas con un montón de análisis y conversación y especulación y cosas sin sentido... si tú sólo te apartas de su camino y te callas, te darán la interpretación que los ha hecho los grandes artistas que son”.

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Otro punto identificado en la obra de Allen es pivotear, una y otra vez, sobre un tema trascendental, el absurdo sentido de estar vivo. Allen rastrea en su infancia, el exacto momento en que el bebé afable y sonriente mutó en humorista ácido y gruñón: el día que supo lo que era la muerte. “¿Qué quieres decir con que esto termina? Esto, ya sabes, esto es... ¿Esto no continua así? No. Termina. Ya sabes, te desapareces para siempre” confiesa Allen “Cuando me di cuenta de eso, pensé: '¡Hey! ¿Sabes? ¡Borrenme! No quiero jugar este juego'. Y nunca fui el mismo despues de eso”. Esa duda sobre el sentido de la vida, no es privativa de Allen. Otros artistas antes que él dialogaron con esa duda en sus obras. Lo que es original en Allen, es que su diálogo recurre al humor. Y (como dice el Padre Lauder cerca del final) la pregunta que nos hacemos es entonces porqué entonces nos estamos riendo.

Hay otra idea que circula en el filme. No siempre las películas más festejadas por el público y la crítica, fueron las que dejaron conformes a Allen. Casi que la tendencia es la contraria. En sus fracasos, Woody se sintió más a gusto que en sus grandes éxitos. Tal vez porque en esos fracasos, Woody se animó a recorrer un camino distinto, una recorrida hacia otro jardín que en los que estaba jugando cómodo en las películas anteriores. De esas torpezas iniciales, Woody Allen logra sacar lecciones, ejercitar recursos. Y una de las habilidades del documental de Robert Weide es detectar en los grandes aciertos de la filmografía de Allen, esos esbozos iniciales que fueron considerados fracasos.

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Un punto más: Allen es un exquisito director de actrices y un sublime escritor de roles femeninos.

Como apunte personal, la visión de “Woody Allen, el documental” me produjo una sensación parecida a la que tuve hace unas semanas, cuando visité la exposición de Les Luthiers en el Centro Cultural Recoleta. Cuando uno tiene expuesto, uno al lado del otro, tantos trabajos, tantos años, tanto ingenio y tanto intento, es inevitable valorar con más justeza la obra del artista. Recuerdo, caminando por la Sala Cronopios del Recoleta, decirme: “Dios... cuando estos tipos se vayan, ¿cuánto tiempo vamos a tener que pasar hasta tener a otros genios como estos?”. Exactamente, lo mismo murmuré con los títulos finales del documental de Weide. Y me pregunto si acaso estamos valorando debidamente, como bichos de cine, carne de butaca, lo que es convivir en la época activa de Woody Allen. Algún día vamos a tener que enfrentarnos al hecho de que no habrá otra película de Woody en puerta. Y entonces caeremos en la cuenta de que el mundo (no sólo el cinematográfico) es un poco más pobre, un poco menos luminoso.

Mañana, las mejores frases.

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