jueves, agosto 08, 2013
frases de “Woody Allen, el documental” (I)
Escribir es la gran vida. Porque te levantas a la mañana, escribes en tu habitacion.... ya sabes, en la habitacion... Todo es genial. Porque no hay ninguna presión. Entonces lo escribes e imaginas que es “El Ciudadano” o, ya sabes, todo lo que escribes es genial. Pero cuando luego tienes que sacarlo y hacerlo, entonces la realidad se hace presente. Entonces todos tus planes sobre
hacer una obra maestra se reducen a: “me prostituiré de la manera que sea para sobrevivir a esta catástrofe”.
El día que él termina de editar una película, es el día que empieza a tipear el guión de la siguiente.
¿Quién diablos es bueno durante 20 años? Este tipo ha sido bueno durante 40 años.
No es simplemente que todavía estamos interesados en Woody Allen. Él todavía está interesado en contar historias.
Para realmente contextualizar a Woody Allen en la historia del cine norteamericano, uno tiene que retroceder hasta Charlie Chaplin.
Mis padres no estaban a favor de que Woody entrara en el negocio del espectáculo. Querían que fuese farmacéutico. Era el hijo equivocado para esos padres.
Mi madre siempre solía decir que era un chico muy dulce y feliz desde el comienzo. Y luego, alrededor de los 5 años o algo así, me volvi mas gruñón y ácido. Sólo puedo pensar que fue cuando fui conciente de mi mortalidad. No me gustó esa idea. ¿Qué quieres decir con que esto termina? Esto, ya sabes, esto es... ¿Esto no continua así? No. Termina. Ya sabes, te desapareces para siempre. Cuando me di cuenta de eso, pensé: “¡Hey! ¿Sabes? ¡Borrenme! No quiero jugar este juego”. Y nunca fui el mismo después de eso.
No estoy diciendo que mi valuación siniestra sea correcta. Por supuesto, yo creo que lo es. Pero ésa es sólo mi percepción particular de ver las cosas... Que todos conocemos la misma verdad. Y nuestras vidas consiste en cómo elegimos distorsionarla.
Mi pequeño adorable padre trabajó para la misma empresa durante 14 años. Lo despidieron. Lo reemplazaron por un artefacto de este tamaño. Hace todo lo que mi padre hace. Sólo que lo hace mucho mejor. Y lo deprimente es que mi madre salió corriendo a comprar uno.
-Presta mas atención a tu trabajo en la escuela. Y menos a la radio.
-Tú siempre escuchas la radio.
-Es distinto. Nuestras vidas ya están arruinadas.
Me dijo que si pudiese hacer cualquier cosa del mundo, le hubiese encantado ser clarinetista. Más que cineasta.
Y una de las personas con la que trabajaba era un tipo llamado Mike Merrick, que tenía poco más de 20 años. Y Merrick tenía estos anteojos redondos negros. Y yo pensé: “¡Hey, me quedarian bien esos!”. Entonces me compré estos anteojos de marco negro, me los puse y los usé y nunca pensé en cambiarlos durante el resto de mi vida.
Es raro... cuando eres muy joven, ya sabes, sales y vas al cine y a jugar a los bolos y vas a los autocines. Y luego no queda más que casarse. No sabes que más hacer. Hemos hecho todo.
Me casé con una mujer muy inmadura y no funcionó. Mira si esto no te parece inmaduro. Cuando estaba en casa, en la bañera, tomando un baño, mi esposa entraba siempre que se le antojaba y hundía mis barcos.
Woody nunca soñó con ser comediante. Era escritor. Y no fue fácil.
Y me dijo y recuerdo esto tan claramente, dijo: “Hazme un favor... simplemente confía en mí. Tú sólo trabaja y no pienses en ello. Dejame pensarlo. Haz lo que te digo. Ven a visitarnos dentro de un año y veamos donde estás”.
¡Oh, el viaje de Richard Nixon a Rusia! Va a Rusia y dice que espera llevarse bien con ellos. Y entonces... en realidad... ya sabes... si no se lleva bien con ellos, estará en una especie de problema, porque, ya sabes, no puedes... no puede llamar a todos comunistas y arruinar sus carreras allí...
Estaba tan desacostumbrado a estar frente al público que se ataba el cable del micrófono alrededor de su cuello. Y asustaba a la gente. Pensaron que se asfixiaria.
No era un intérprete. Apenas podía hablar a la gente. Nunca le importó actuar para ellos. Y algunas noches era espantoso. Pero otras noches era absolutamente brillante.
Debo detenerme durante un breve segundo y decir unas breves palabras sobre la anticoncepción oral. Estuve involucrado en un muy buen ejemplo de anticoncepción oral, dos semanas atras. Le pedí a una chica ir a la cama conmigo y ella dijo: “No”.
No puedo dibujar un caballo, ni ninguna otra cosa. Pero puedo escribir chistes.
Charlie y yo teniamos que, literalmente, empujarlo al escenario para hacer su pequeño acto. No dejaba de decir: “No soy gracioso. No soy un cómico. Yo, saben, no puedo hacer esto. Lo odio. No me gusta el horario. Soy tímido, y, saben, no me gusta estar de pie frente al público”.
Y entonces, una noche, simplemente subió al escenario y era Woody.
La compañía de teléfonos tenía este servicio para los emocionalmente perturbados llamado “disque-una-plegaria”. Tienen un numero que discas si eres ateo. Y no escuchas nada al otro lado de la línea.
Sí, tengo algo en el striptease. Ayudo a las chicas a vestirse y desvestirse. Lindo empleo, 20 francos a la semana. No es mucho. Es todo lo que puedo pagar.
Al día siguiente iba a dirigir su primera película. Y estaba nervioso al respecto. Y entré al dormitorio y él estaba sentado en la cama, ya sabes, con las piernas estiradas como te sientas en la cama y lees. Y en la cubierta del
libro decia: “Cómo dirigir”.
Mi jugada era en realidad forzar a Woody a que le gustara. Así que siempre estaba tramando sobre como él podría llegar a verme como una mujer atractiva.
Era obvio que él estaba loco por ella, en todos los niveles. Sabía que eso iba a ocurrir, totalmente. Especialmente cuando dejaron de invitarme a cenar.
Me esforcé, sabes. Realmente me esforcé en tratar de lograr que se enamorara de mí. No se enamoró de mí precisamente pero yo andaba siempre cerca. E hicimos un buen equipo.
Nunca trabajamos juntos mientras estuvimos casados porque sentíamos que arruinaría el matrimonio. Así que ahora, que hemos estado divociados durante un año, sentimos que podíamos trabajar juntos. Y, por supuesto, la conseguí por mucho menos.
Había una película de Bergman que daban en el barrio, con Harriet Andersson. Era “Un verano con Monika”. Y ella estaba totalmente desnuda en la película. Entonces me abrí camino velozmente por la puerta y fui a ver esa película, sólo para poder ver a una mujer sin la ropa puesta. Y era una película fabulosa, más allá del desnudo. Luego, unos cuantos años mas tarde, dieron “El séptimo sello” y “Fresas salvajes” y “El mago”. Pensé que no tenía sentido para mí trabajar más porque nadie jamás conseguiría ser capaz de hacer algo mejor que aquello. Bergman, sabes, simplemente ha alcanzado los límites de lo que puedes hacer en una película y no había ningún otro lugar adonde ir.
Y habia muchas personas a mi alrededor que dijeron: “¿Por qué quieres hacer una película como 'Annie Hall'? Sabes que puedes hacer reír al público y ser gracioso y mis amigos y yo, preferiríamos ver 'Bananas' o 'La última noche de Boris Grushenko'”. Y sentí que sacrificaría algunas carcajadas por una historia sobre seres humanos. Y ellos se engancharían con la historia de una manera en la que nunca han estado enganchados antes. Y será más rica y será una mejor experiencia para ellos. Y divertido para mí intentarlo. Y lo peor que puede suceder es que terminé haciendo de tonto.
Sabes... sólo siento que la vida está dividida entre lo horrible y lo miserable. Esas son las dos categorias, ¿sabes? Lo horrible sería como, um, no sé, casos terminales. Y las personas ciegas, tullidas. No sé como hacen para ir por la vida. Es sorprendente para mí, sabes.. Y lo miserable es todo lo demas...
Y Arthur Krim se sentaba a la mesa, te miraba a los ojos, decidía cuán loco estabas, te preguntaba cuánto dinero necesitabas para hacer la película. Le decías. Él te daba un poquito menos, porque, ya sabes, construye el carácter.
-¿Con qué frecuencia duermen juntos? ¿Tienen sexo a menudo?
-Casi nunca. Quizás tres veces por semana.
-Constantemente. Yo diría que tres veces por semana.
“Annie Hall” es la película dónde toma la decisión de no empezar siempre con chistes.
¡Hey, no menosprecies la masturbacion! Es sexo con alguien a quien amo.
La historia que cuenta es la historia de todos los que se enamoran y luego se desenamoran y siguen adelante. Y eso es lo que la hace tan universal y tan significativa para tanta gente.
Hablamos de “Annie Hall” como un cambio de juego. Puede que no haya sido un cambio de juego para Woody Allen. Porque él parece ir donde quiere ir. Pero fue un cambio de juego para la industria. Creo que la comedia en sí misma empezó a ser reevaluada.
Valoro más la musa trágica que la musa cómica. Siempre he sentido que la escritura trágica, el teatro trágico, las películas trágicas afrontan la realidad de frente y no la satirizan, la provocan, la engañan, la desvían, la opacan con alguna clase de de gag a último momento.
Pero obtengo más placer en fallar en un proyecto de lo que me entusiasma tener éxito.
Woody Allen comprendió algo sobre el blanco y negro que Hollywood había olvidado, que es que le agrega glamour. Y entonces una de las caracteristicas de “Manhattan” es que crea una nostalgia en el presente.
Él ama tanto a Nueva York.... Quiero decir que es... que es su ciudad. Y en esta película, que es simplemente es una declaración de amor a Nueva York...
Nueva York fue su ciudad. Y siempre lo será.
A “Manhattan” quisimos filmarla en wide screen simplemente porque no era una película de guerra o una de amplio espectro. Era una historia de amor íntima. Sólo por eso.
No sé si el acto de enamorarse se ha hecho alguna vez con más poder o más economía que en aquel instante junto al puente de la calle 59, donde Woody y Diane Keaton están sentados en el banco del parque, observando el amanecer.
¡Oh, lo sé! Me encanta. Ésta es realmente una ciudad genial. No me importa lo que nadie diga.
(continúa mañana)
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