críticas chatarras

-Prácticamente puedes verlo desde aquí.
-¿Qué?
-El hogar.

-Muchachos… bien hecho. Bien hecho…
-Todo lo que hicimos es sobrevivir.
-Eso es suficiente.

-¿Qué ves?
-El hogar.

-Los tanques enemigos se han detenido.
-¿Por qué? ¿Por qué desperdiciar tanques valiosos cuando nos pueden aniquilar desde el aire como a un pez en un barril?



¿Dónde está la maldita Fuerza Aérea?

No hablas inglés. Y si lo hace es con un acento más grueso que la salsa de chucrut.

-Dunquerque está muy lejos, ¿por qué no cargan en Calais?
-El enemigo tiene algo que decir al respecto.

-Bueno… lo sabremos en seis horas.
-Pensé que la marea venía cada tres horas.
-Es bueno que yo esté en la Marina y tú en el Ejército.

-La marea está cambiando ahora.
-¿Cómo puedes saberlo?
-Los cadáveres están regresando.



-¿Adónde vamos?
-Dunkerque.
-¡No voy a volver!
-No hay manera de esconderse de esto, hijo. Tenemos un trabajo que hacer.

-¡Está detrás de mí!
-¡Estoy detrás de él!



Se siente más seguro en cubierta. Tú también lo harías si hubieras sido bombardeado.

No podemos decir que es un cobarde, George. Él está conmocionado. No es él mismo. Puede que nunca vuelva a ser el mismo.

-Es un hombre mayor. Debería estar en casa.
-Hombres de mi edad dirigen esta guerra. ¿Por qué deberíamos mandar a nuestros hijos a combatir?

No habrá un hogar si nuestros hombres no cruzan el Canal.

-La lucha está aquí.
-Salvan sus destructores y aviones para Gran Bretaña.



-¡Tenga cuidado con él!
-Está muerto.
-Asegúrese de tener cuidado con él...

¿Tu rifle calibre 33 te ayudó contra los bombarderos? Claro que no... No hay lugar donde esconderse…

Las guerras no se ganan con evacuaciones.

Lo que ha sucedido es un colosal desastre militar. Seguiremos hasta el final. Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos cada vez con más confianza y más fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla sea cual fuere el precio a pagar. Lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en las calles, lucharemos en las colinas… ¡nunca nos rendiremos!