jueves, marzo 31, 2016
del Dios Todopoderoso al terrenal mundo de los mortales
BATMAN VS. SUPERMAN: EL ORIGEN DE LA JUSTICIA
data: http://www.imdb.com/title/tt2975590
“Batman vs. Superman” tiene un largo y confuso comienzo. Varias líneas expuestas al mismo tiempo, distintos personajes con motivos diferentes y la falta de un villano aglutinante (agravada por la decepcionante actuación de Jesse Eisenberg, en general un muy buen actor que acá la pifia mal). La película tarda en armarse. Por eso, lo mejor del filme viene en la lucha final, porque se unifican las necesidades dramáticas de los personajes: vencer a Doomsday.
Si no es perfecta, está lejos del bodriazo que unánimemente califican los críticos. Motivos espurios (léase sobre bajo la mesa, valga la paradoja) se adivinan en el horizonte. Pero eso forma parte del lado comercial del cine. Cuando abordamos “Batman vs. Superman” desde la orilla del arte, si bien el guión no es una pieza de relojería, contiene varias ideas interesantes. No es una película más, tiene la suficiente sombra y oscuridad para avanzar más allá.
La primera reflexión es sobre la lucha entre el Azul y el Negro. Es algo más que una lucha de egos. Superman y Batman representan dos modos distintos de afrontar la responsabilidad de sacar la cara para el lado del bien. Superman es el Todopoderoso, lo Divino, el Destilado Perfecto del Bien, el Día; Batman es el limitado, el hombre, el justo que se impone en el caos violento de cada día, la Noche. La tesis del filme es cómo nace la Justicia, como se logra entronizar el concepto del bien en una sociedad. Hay algo más que la inexorable secuela de la Liga de la Justicia. Es un principio rector que surge en la sociedad cuando los dos conceptos opuestos se sintetizan. Uno debe morir: pero es el principio moral del sobreviviente.
“El poder no es inocente” proclama Lex Luthor en un momento del filme y es clave. No se puede ejercer el poder sin ensuciarse las manos, no es factible luchar contra la oscuridad sin que esas sombras tiñan nuestras almas. Sólo un héroe puro, un Dios, el Superman volador esperanza y representante de los valores más nobles, puede no seguir las reglas. Él crea las reglas, él la representa. Pero cuando el Dios se retira de la sociedad, cuando se marcha y nos deja solos (remember Cristo), debemos con nosotros, con nuestras limitaciones para enfrentar al reino del mal. Y las últimas palabras de Batman señalan el camino: le falló cuando vivía y sólo la unión de los distintos puede marcar la diferencia para que ese símbolo que ya no está, siga invicto.
“Batman vs. Superman” es la descripción de cómo dejamos el milagro y nos acostumbramos a sobrevivir fuera del paraíso. Anhelamos esa etapa de una entidad superior que nos protegía y discriminaba entre justos y pecadores. Pero cuando la sociedad se corrompe empieza a dudar del Dios, reclama la justificación de su protagonismo central en la comunidad.
Un acto de sacrificio recuerda la bondad de la divinidad. Y su ida nos deja con las migajas de una sociedad en ruinas. Una sociedad en ruinas que debe persistir pero ya con las taras de la ausencia. El principio divino rige los actos de la justicia, como un faro que alumbra desde el pasado pero ya no desde el presente.
Y en esa pulseada, indudablemente, nos identificamos con Batman. Porque en sus falencias (su violencia, su depresión, su ira, su falta de fe en la humanidad) nos iguala. Superman es el Dios, el ideal de pureza al que aspiramos pero no alcanzamos. Sólo lo adoramos pero sabemos que este mundo real tiene tantas imperfecciones que nunca llegaremos a lograr su reinado de bondad.
Eso es, en el fondo, el drama que palpita en el duelo histórico de estos protagonistas máximos del cómic. Y en esta reflexión, la película de acción deja un metamensaje más sustancioso que lo parece en principio. Con eso trabaja Zack Snyder y si los titubeos del guión están generados seguramente en el monstruo que tiene entre manos (en términos de millones de dólares y rentabilidad exigida), el producto final tiene aspectos de valía.
Dijimos que lo de Eisenberg es decididamente malo. Brilla Holly Hunter. Ben Affleck da la talla de Batman. Henry Cavill no termina de convencerme como Superman. Laurence Fishburne, Diane Lane, Amy Adams y Jeremy Irons no sobresalen demasiado. La revelación es Gal Gadot, la nueva Mujer Maravilla.
Mañana, las mejores frases.
sábado, marzo 12, 2016
frases de “Deadpool”
Una película de un imbécil esteralizada por el perfecto idiota: ¡el hombre más sexy del mundo! Una chica ultra-ardiente. Un villano británico. El amigo chistoso. Una adolescente malhumorada. Un personaje generado por computadora. Un cameo innecesario. Producida por patanes. Escrita por los verdaderos héroes de la historia. Dirigida por un títere con un sueldo excesivo.
Huele bien ¿no? No la flor aromatizante. La chica.
-Dopinder, empiezo a pensar que estoy en este taxi por una razón.
-Sí, señor. Usted lo pidió.
El amor es algo hermoso. Cuando lo encuentras, el mundo entero sabe a flores aromatizadas.
-¿Por qué el traje rojo tan elegante, Señor Pool?
-Porque es Navidad, Dopinder. Y voy a ver a alguien que se portó muy mal.
Nueve, diez, once, doce balas… O morir en el intento.
¿A quién tuve que sobarle las pelotas para conseguir mi propia película? No puedo decírselos, pero rima con “Polverine”.
-¿Cuándo madurará y verá los beneficios de unirse a los X-Men?
-¿Cuáles? ¿Los trajes idénticos? ¿La casa que explota cada par de años? Por favor...
-El que explote tu casa te hace más fuerte.
Quizás se pregunten porqué el traje rojo. Es para que los malos no me vean sangrar. Ese tipo entiende el concepto. Trae los pantalones marrones.
Quizás piensas: “Mi novio me dijo que era una película de superhéroes. Pero el del traje rojo acaba de hacer brochette al otro”. Sí, soy súper. Pero no soy ningún héroe. Sí, técnicamente esto es un asesinato. Pero las mejores historias de amor comienzan con uno.
Sólo propino golpizas a quien se las gana.
-Eres mi héroe.
-No, no, no. No soy eso. No. Nunca lo seré.
-Vete al carajo, Wade.
-Sólo soy un tipo malo que cobra por golpear a otros más malos.
Bienvenidos al Bar “Hermana Margaret”. Es como una feria de empleo para mercenarios. Imagínennos como hadas de los dientes depravadas. Pero nosotros tiramos los dientes y tomamos el dinero. Ojalá nunca leamos tu nombre en una tarjeta dorada.
Apostaste a que yo muero. Hijo de puta… eres el peor amigo del mundo.
-¿Qué hace un lugar como tú en una chica así?
-Oye... no toque la mercancía.
-¿Mercancía? ¿Tú coges por dinero?
-Sí.
-¿Infancia difícil?
-Más que la tuya. Papá se fue antes de que yo naciera.
-Papá se fue antes de concebirme.
-¿Te han apagado un cigarrilo en la piel?
-¿Dónde más se apagan?
-Sufrí abuso sexual.
-Yo también. Mi tío.
-Tíos. Tomaban turnos.
-Vi mi fiesta de cumpleaños encerrado en mi clóset... que también era mi...
-...habitación. Tuviste suerte, yo dormía en el lavaplatos.
-¡Tenías lavaplatos! Yo no dormía. Todo eran mordazas, sexo por detrás y porno con payasos.
-¿Quién haría algo así?
-Tú, espero... ¿esta noche? ¿Qué obtengo a cambio de 275 dólares y cupones para helado de yogurt?
-Cuarenta y ocho minutos de hacer lo que quieras. Y un postre bajo en calorías.
-Te encantan los juegos de destreza. Al parecer, más que las vaginas.
-Es una decisión difícil. Es que quiero conocer a la verdadera tú. No el objeto sexual bidimensional que Hollywood quiere venderme.
Feliz Día de San Valentín. Feliz Año Chino. Año del perro.
El rojo es tu color. Resalta tus ojos irritados.
-¿Por qué hacemos tan buena pareja.
-¿Por qué? Tus locuras encajan con las mías.
El asunto es éste: la vida es una serie interminable de desastres con intervalos breves, como comerciales, de felicidad. Éste había sido el mejor corte comercial. Así que era el momento de volver a la programación habitual.
Vanessa ya está ideando un Plan A… B. Hasta Z. ¿Yo? Memorizo los detalles de su rostro. Como si fuera la primera vez que lo miro. O la última.
Damas y caballeros, lo que están presenciando es una dulce venganza.
Bien, estoy a punto de hacerte lo que Limp Bizkit a la música a finales de los 90.
Considéralo limpieza de primavera. Pero la primavera es la muerte.
Bebé: sólo tengo cáncer de hígado, pulmones, próstata y cerebro. Ningún órgano indispensable.
Ambos sabemos que el cáncer es un espectáculo desastroso. Como que un comediante de quinta abra el concierto de los Spin Doctors en la Feria Estatal de Iowa. Y por ningún motivo te voy a llevar a ese espectáculo. Quiero que me recuerdes a mí. No a mi Fantasma de la Navidad.
Además, acabo de darme cuenta de algo. Tú ganas. Tu vida está oficialmente mucho más jodida que la mía.
-Tienes cara de que necesitas una mamada y una ducha.
-Por cortesía, primero la ducha.
¿En qué puedo ayudarle? Además de traer niños a una camioneta.
No sólo lo curaremos. Lo convertiremos en algo mejor. En superhéroe.
Tuve una pesadilla con Liam Neeson. Soñé que secuestraba a su hija y él no me lo permitía. Oye, hicieron tres de esas películas. En algún momento te preguntas si no será un mal padre.
La peor parte del cáncer no es lo que te hace a ti sino a quienes amas.
No sabía si ese tipo podría salvarme la vida, pero sabía que solo había una forma de salvar la de ella. ¿No es lo que hacen los superhéroes?
Bien, valoremos los pros y contras de ser superhéroe. Pro: tienen chicas por montones. Descuentos de lavado en seco. Lucrativos contratos de cine, precuelas y películas con otros superhéroes. Contras: todos son unos ñoños respetuosos de la ley.
Te lo advertimos, Deadpool. Usas tus poderes vergonzosa e imprudentemente.
Si decido convertirme en un bienhechor chaquetero que vive con otros tarados en la mansión Neverland de un hijo de puta viejo, calvo, siniestro y fanático, ese día, te enviaré una solicitud de amistad.
Todos los dinosaurios temían al tiranosaurio.
-Vamos a hablar con el Profesor.
-¿McAvoy o Stewart? Esas tramas son muy confusas.
¿Vieron “127 horas”? Les voy a arruinar el final.
Aquí el sentido del humor jamás sobrevive.
¿Qué tan rudo puede ser con un nombre como Francis?
“Ajax” lo tomó del detergente.
Te diré un secretito, Wade: este taller no hace superhéroes; hacemos superesclavos.
¿Les dije que esto era una historia de amor? No. Es una película de terror.
Te encerraré de nuevo, Wade. No porque tenga que hacerlo. Porque quiero hacerlo.
Deadpool. Amerita una franquicia.
Agua carbonatada con limón para quitar la sangre. O vístete de rojo.
No me hagas preguntártelo dos veces. ¿Dónde está Francis? Me hizo preguntárselo dos veces. ¿La máscara hace que no se escuche mi voz?
¿Es sexista golpearte? ¿Es más sexista no golpearte? La línea es muy delgada.
-¿Señor Wilson? Luce usted muy vivo.
-Sólo por fuera.
Ella es la Robin de mi Batman. Salvo porque es vieja y negra. Y ciega. Y creo que está enamorada de mí. Esperen... creo que Robin también ama a Batman.
Hoy fue tan divertido como un consolador de lija.
¿Crees que Ryan Reynolds llegó a donde está por sus grandes actuaciones?
-El amor es ciego, Wade.
-No. Tú eres ciega.
El médico dice: “Le resta poco tiempo de vida”. El paciente pregunta: “¿Cuánto?”. El médico dice: “Cinco”. El tipo pregunta: “¿Cinco, ¿qué?”. El médico responde: “Cuatro... tres... dos...”.
¿Hay una palabra para “temeroso y enojado”? Sí. “Temejado” supongo.
Cada vez que la veo, es como si fuera la primera vez. En especial desde este ángulo.
El amor no se puede comprar. Pero se puede rentar por tres minutos.
-¿Qué es eso?
-El emoji de excremento. El pedazo de mierda que sonríe y tiene ojos. Yo que creía que era yogurt de chocolate...
-Necesito armas.
-Bien, ¿cuáles?
-¡Todas las armas!
Son como tres mil balas. Todos sabemos lo que puedo hacer con doce.
Sí. Soy yo. Deadpool. Y tengo una oferta que no puedes rechazar.
Es una casa grande. Es raro ver sólo a ustedes dos. Como si el estudio no tuviera presupuesto para otro X-Men.
No es común que un tipo te desfigure, destruya tu cordura, secuestre a la futura madre de tus hijos y sea responsable de cuatro de los cinco peores momentos de tu vida. Digamos que esto empieza a parecerse mucho a la Navidad.
¿Y tu mochila?
Lo haré a la manera tradicional. Con dos espadas y máximo esfuerzo.
Aterrizaje de superhéroe. ¡Lo vas a hacer! ¡Ya verás! ¡Aterrizaje de superhéroe! Es pésimo para las rodillas. Y muy impráctico. Todos lo hacen.
Compadezco al que la presione a tener sexo en su graduación.
El rojo en verdad es mi color.
Tengo un plan. No te va a gustar.
-¿Quieres decir que después de todo esto, no puedes arreglarme?
-Suena más estúpido cuando lo dices tú.
-¿Cómo admitir que no puedes hacer lo único por lo que te mantengo con vida?
-Cuatro o cinco momentos es lo que se necesita.
-¿Para qué?
-Para ser un héroe. Todos creen que es un trabajo de tiempo completo. Que despiertas, te lavas los dientes, vas a trabajar como héroe. No es verdad. En la vida, solo hay cuatro o cinco momentos que en verdad importan. Momentos en los que se te presenta una decisión. De hacer un sacrificio, superar una debilidad, salvar a un amigo, perdonarle la vida a un enemigo. En esos momentos nada más importa. Cómo nos ve el mundo. Cómo nos vemos... ¿Por qué?
-No parabas de hablar.
Si usar mallas de superhéroe implica dejar vivir a los psicópatas, quizá yo no deba usarlas.
Ahora, si me disculpan, no soy más que un chico a punto de estar frente a una chica y decirle... ¿Qué carajos voy a decirle?
-Han sido un par de años difíciles.
-¿Difíciles? Vivo en una casa de drogadictos. Con una familia de doce. Dormimos juntos para calentarnos. Todos pelean por Noelle. Es la más obesa. Compartimos todo: espacio en el piso, hilo dental... incluso condones.
Debí ir a buscarte antes. Pero, amor, el tipo bajo esta máscara ya no es el que recuerdas.
Tras un breve periodo de ajuste (y mucho alcohol) es un rostro sobre el que me sentaría con gusto.
No tienes que ser un superhéroe para quedarte con la chica. La chica correcta hará salir al héroe que tienes dentro.
Bien, terminemos esta épica toma panorámica. Alejamiento. Eso es. Se ve muy bien. Yo también tendré acción esta noche. ¿A quién no le gustan los finales felices?
¿Siguen aquí? Se acabó. Váyanse a casa. ¿Esperan un avance de Deadpool 2? No tenemos tanto dinero.
viernes, marzo 11, 2016
el héroe atípico
DEADPOOL
data: http://www.imdb.com/title/tt1431045
“Deadpool” es un héroe atípico. No tanto por ser políticamente incorrecto, humorístico, vengativo y torpe. Es un superhéroe débil. Logra las cosas con un gran dolor. Su habilidad (regenerarse) ha nacido del dolor (del sádico dolor de un programa clandestino). Y su ejercicio cotidiano se basa en el dolor, el dolor soportado para ganarle por cansancio al villano de ocasión. Un héroe que viste de rojo para que los contrarios no noten su propia sangre. Un héroe que se toma en joda, mientras se corta un brazo (que regenerará, aunque esa posibilidad no implique un ahorro en la cuota de sufrimiento). Un héroe que sufre al ocultar su cara desfigurada tras una máscara para que la persona que ame no lo vea en esa condición. Un héroe con el corazón en la mano, sufriendo y riéndose de ese dolor. Algunos podrán ver en “Deadpool” y su guiño al espectador, rompiendo la convención de la cuarta pared, como una vuelta de tuerca hacia un género que corre el peligro de hacerse previsible. Puede ser. No lo negamos. Pero señalamos que la novedad en “Deadpool” es que en un género donde los héroes suelen poner cara de malos para disimular el golpe del rival, acá el superhéroe enarbola su dolor como su argumento más destacado.
El tema es el dolor o, mejor dicho, cómo sobrevivir al dolor. No el dolor físico, que más tarde o temprano, culmina. Si no ese dolor existencial que existe porque el mundo, inexorablemente, de un modo u otro, se encargará de legarte su dosis habitual de dolor. Y usted podrá sobrevivir al dolor como esas mutaciones que dejaron de sentir (y por lo tanto perdieron toda capacidad de humanidad) o como Deadpool que, aún en su versión más patética, no ha abjurado de la posibilidad de seguir sintiendo, de seguir amando. Y por eso (no por otra cosa) ese tipo es el superhéroe de la historia.
Mañana, las mejores frases.
jueves, marzo 03, 2016
frases de “Mi gran noche”
Es todo tan absurdo, que aquí no importa lo que hagas
-¿Ha oído usted a Enrique Iglesias?
-No.
-El hijo de Julio Iglesias.
-No conozco a ningún Julio Iglesias.
Tienes algo en la mirada. Una pestaña.
¡Por favor te lo pido! ¡Que acabamos de aplastar a un figurante en la mesa 21!
-¿Tenemos seguro?
-Contra incendio.
-¿Y qué quieres? ¿Que le prendamos fuego?
¿Hay que repetir esto?
¡La estamos pasando genial! Pero la noche no ha hecho más que empezar...
-En diez minutos estás en You Tube y te vieron la polla dos millones de personas.
-Bueno... con que la mitad compren el disco...
Tú estás aquí para hacer lo que te digan: aplaudir cuando te toca aplaudir, reír cuando te toca reír, besar cuando te toca besar.
Nos la estamos pasando genial
Vivo mi vida. Soy como soy. ¡Disparo!
A veces es mejor estar un poco loca que ser el figurante de tu propia vida.
Yo estoy aquí para que me ingresen. Tu hermana no hay quien la aguante. Y tú estás sin trabajo. No hay mala suerte que pueda empeorar esto.
-Jury... ¿por qué hemos venido aquí esta noche?
-Para promocionar su nuevo disco...
-No.
-Para relanzar su imagen.
-¿Perdona?
-Quiere decir para actua... lizarla...
-Son amenazas de muerte. ¿Por qué no me has dicho nada?
-No quería molestarle.
-¿Molestarme? No. Lo que estamos en la cima estamos hechos a eso. ¿Viste lo que le pasó a John?
-¿John? ¿Qué John?
-Lennon.
-Ah...
-Un amigo. Tú eras muy joven.
-¡Arregalo, Jury! Eres mis Relaciones Públicas, mi jefe de prensa, mi abogado, mi asistente.
-También soy su hijo, señor.
-No deberías mezclar lo personal con lo profesional. Siempre te lo he dicho.
-Perdona papá.
-Papá... papá... ¡adoptado!
miércoles, marzo 02, 2016
se viene la noche
MI GRAN NOCHE
data: http://www.imdb.com/title/tt4412362
No se puede crear aislado del contexto. Aunque “Mi gran noche” sea una comedia bizarra, un torbellino de gags sazonados con feroces diálogos, el trasfondo social español aparece sin disimular, como lo vimos en “El crimen ferpecto” cuando Alex de la Iglesia le puso la mirada a la fiesta del consumo de la España del 2005. (Nótese la fecha: diez años atrás. Los signos del derrumbe estaban ahí, pero nadie lo quería ver). Son comedias, sí, pero atrás tienen otra cosa. La realidad se filtra entre las carcajadas y adivinamos que la mirada de de la Iglesia se transforma en un guiño para los espectadores.
Nosotros lo vemos porque estamos del otro lado del océano, porque estuvimos donde está ahora España y sabemos lo que se siente. Pero los críticos españoles vienen enojados con Alex de la Iglesia. Se adivina ese enojo al navegar por los blogs y diarios cinéfilos de España y advertimos que sus compatriotas están esperando otra cosa de de la Iglesia, subestimando la brillantez de un director que siempre tiene algo nuevo para contar, que transgrede límites saliendo de su zona de confort. Y que maneja la comedia ácida como pocos en habla castellana.
Algún día vamos a extrañar a Alex de la Iglesia. Y nos vamos a dar cuenta lo injusto que fuimos al subestimar sus obras aparentemente menores.
“Mi gran noche” es una comedia coral, absurda, frenética, despiadada. Todo pasa durante la grabación del especial de Noche Vieja del 2015 (un clásico de la televisión española). Aislados por las protestas sindicales de los empleados despedidos de la televisora, artistas, figurantes, técnicos, productores, están encerrados desde hace una semana, grabando un interminable programa. Las peores cosas salen a la superficie. La mezquindad, la codicia, la avaricia, el deseo de figurar. Y también las cosas más sanas: el amor, la pasión, el ansia de que la vida sea algo distinto de lo que suele ser.
En un clima bullicioso, forzadamente alegre, de repeticiones inaguantables, de locura cotidiana, se despliegan las historias de un divo tiránico y un hijo que lo odia; un ídolo adolescente que retoza con cuanta joven se ponga a tiro; un chanta manager (que como es chanta tiene, por fuerza, que ser argentino); un figurante que se enamora de una joven mufa; un fanático despechado con ínfulas de asesino; una directora con su novia asistente; un gerente corrupto y despiadado; una anciana delirante aferrada a la cruz del ataúd de su marido; una pareja de presentadores que se aman y odian al mismo tiempo. El Universo de de la Iglesia en estado puro. Sazonados con números musicales que bordean el kitsch festejados por un público pago y desmotivado.
Si la situación dramática es ideal para la comedia (y de la Iglesia la explota con mucha ironía y humor negro), hay un momento que empezamos a mirar arriba de la superficie del gag. Y nos damos cuenta que de la Iglesia ha retratado (tal vez sin querer) este particular momento de España, esta época en la que el sueño del crecimiento se ha caído y deambula entristecido, resentido con los líderes políticos que les prometieron el Paraíso, hoy perdido. En esa fiesta forzada y eterna, un pequeño grupo resiste, autoconvenciéndose de que la está pasando fantástico y que esto recién empieza, aunque los signos del derrumbe son más que evidente. Forzados a la excitación, a la complacencia, a seguir el ritmo para no quedarse afuera del banquete, el aire de estudiantina que se respira en el estudio de grabación es una muestra del creciente nivel de angustia. Aunque suban la música, se revuelquen unos a otros y rían histéricamente afuera se intercambian las balas y los gases lacrimógenos con las fuerzas de seguridad y los que están cuidando las puertas de entrada a duras penas pueden sostener a la multitud que empuja desde el exterior para tener su lugar en el jolgorio.
El desenlace habla de ese caos. Y de esa salida a la mañana, con los rastros de la resaca, con una luz matutina que iguala e ilumina. Se acabó la fiesta. Por más que algunos pocos pretendan seguir el ritmo, pretendiendo salvarse individualmente cuando la caída es tan inexorable como colectiva.
Si la mirada puede ser un poco dura, desalentadora y cruel, Alex de la Iglesia mantiene su corazón en la mano y nos aconseja aprovechar la malaria para persistir en aquellas cosas que nos mantienen vivos: la pareja de José y Paloma, el figurante gris y la bella jettatore. Cuando todo va mal, lo mejor es que la peor maldición no puede empeorar la cosa.
Es de sabios bailar entre las ruinas, porque más bajo no se puede caer.
Del notable elenco de la película, tenemos varias perlas para disfrutar. Lucho Fernández, el asesino fan de Alphonso; la deliciosa Terele Pávez como la madre delirante; la autoparodia de Raphael como ese Alphonso tiránico, manipulador, desalmado que maneja todos los hilos desde su camerino.
Nos quedamos con dos escenas: la última, la del helicóptero, y la llegada de Alphonso para escuchar cantar el tema que le da nombre al filme, en la voz del fanático que busca matarlo.
Mañana, las mejores frases.