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críticas chatarras

jueves, febrero 18, 2016

frases de “Creed: Corazón de campeón” 

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-Yo no tengo padre.
-¿Qué dijiste?
-Dije que yo no tengo padre.
-Eso no es verdad. Él murió antes de que tú nacieras. Pero tú si tienes padre.
-¿Lo conociste?
-Fue mi esposo.

Adonis, los chicos vienen aquí para sobrevivir. Luchan por la vida. Asesinar o ser asesinado. Personas mueren ahí. Tu papá murió en el cuadrilátero. Esto no es ninguna broma.

¡Nosotros no bailamos, no cantamos! ¡Nosotros luchamos! Se lucha cada día. Se lucha por algo.

¿Dónde estaban cuando yo estaba en orfelinatos?

Traté de decirle que no tirarás, hermano. Pero nunca escuchas. Nunca escuchas. Quieres aprender cosas de la forma más difícil.

-¿Dónde te pasó esto? ¿En México?
-No es tan malo. No está tan mal.
-No te puedes golpear a ti mismo. ¿Sabes cuántas veces tuve que llevar a tu padre por esas escaleras porque no podía caminar?
-Sí.
-¿Cuántas veces tuve que limpiarle el trasero porque no podía utilizar sus manos? ¿Eso es lo que quieres?
-No puedo ser lastimado si no hago nada.
-Apollo no salió lastimado. Lo mataron. La gente muere. No le dio tiempo de ir hacia atrás. Eres mejor que esto.

Eres como tu padre, hijo... Eres parte de él. Pero no seas igual él.

-Oí hablar de una tercera pelea entre tú y Apollo a puerta cerrada. ¿Es verdad?
-¿Cómo oíste eso?
-¿Quién ganó?
-Es una especie de secreto.

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-¿Qué tan bueno era él?
-¿Quién? ¿Apollo? Sí, era muy bueno. Perfecto boxeador. Nadie ha sido mejor.
-¿Cómo lo venciste?
-El tiempo lo venció... Le gana a todo el mundo. Está invicto.

-Es mi padre.
-No lo es. No te creo.
-Llama a Mary Anne. Mary Anne, su esposa. El teléfono de casa todavía funciona. Es verdad, no has hablado con ella desde el funeral. Ella dijo que diste un buen discurso.

-¿Has estado en la escuela? Me imagino que tienes cerebro. Porque quieres tener una vida de boxeador cuando no necesitas serlo. Si Apollo estuviera aquí te diría eso también.
-No está aquí. He luchado toda mi vida y no tengo opción.
-Siempre habrá una opción. Yo he estado en el cuadrilátero. Vi como cayó al suelo. Esa pelea debió haber sido detenida. Se debió detener.
-Quizá él quería retirarse como boxeador.
-Quizá eso era exactamente lo que quería. Creo que preferiría estar hablando ahora contigo.

-Ya que estamos casi en familia... ¿quién ganó la tercera pelea?
-Él ganó.

-¿Me llamaste “Tío”?
-Sí. Era eso o “O.G.”.
-¿Qué es “O.G.”?
-Pandillero con viejo culo.
-“Tío” es mejor.

Ésta es una “B” de Boxeo.

-¿Qué tal si le pasa algo a esa cosa y se rompe?
-Ya lo subí a la nube.
-¿Qué nube?

Cada vez es más difícil subir esta colina. ¿Eso qué significa? En fin… Éste es un buen día... es un buen día hoy. No tengo problemas. Las deudas están pagadas. Lo único que me es difícil es dormir por las noches… me duele la espalda. No importa lo que hagas, siempre nos llega. En fin, veamos, ¿qué hay hoy de nuevo en el mundo?

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Ni siquiera sé lo que estoy haciendo aquí porque tengo otros planes para mi vida. Y esto no era parte del plan. Tu padre era muy especial. Y a decir verdad… no sé en qué eres especial. Solo tú lo sabrás cuando sea el momento adecuado.

Cada golpe que he tirado está hecho por mí. Nadie me ha mostrado cómo hacer esto.

Esa campana no significa que es hora de salir de la escuela. Continua. Esa campana significa el infierno.

Creo en el boxeo y creo en la vida. ¿Sí? Lanza un recto hacia la mandíbula.

-Ahora, todo el tiempo que golpeas a este tipo, ¿qué estás haciendo?
-Me está lanzando un golpe de regreso.
-Correcto. Así que lo bloqueas y te sales de este lado. ¡Vamos!

-Rocky... ¿para qué entrenamos?
-Sí. ¿Para qué entrenamos? Estamos entrenando para ganar. No para morir. Todavía no estás listo.

¿Cuándo me dijiste que tu tío era Rocky Balboa?

Los peleadores de Filadelfia, sabes, creo que son los tipos más duros en el mundo. En muchos sentidos. Tal vez es el agua. No sé... es un gran lugar.

Yo tuve una Harley, pero me caí. Así que decidí usar mis pies.

No puedes aprender nada cuando estás hablando. Ése es tu defecto. Cuando estás hablando no estás escuchando.

-¡Nunca me dijiste que tenías esas manos! ¿Por qué nunca me dijiste que tenías esas manos?
-Bueno, hermosa, porque soy distraído.

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¿Puede el joven combatir igual que el anciano?

-¿El hijo de Creed? ¡Estás bromeando!
-No. Sólo tiene una pelea profesional
-Sí, sí, sí. Pero tiene a Balboa en su esquina.

-Tengo miedo de tomar un nombre y perder. Que me llamen un fraude. “Falso Creed”.
-Lo que dicen de Apollo es cierto. ¿Te gusta pelear, no? ¿Te hace feliz, no? Sí. Eres el hijo de Apollo Creed. ¿Verdad?
-Sí.
-Entonces usa el nombre. Es tuyo.

No es fácil para mí estar en tu esquina. No sé si estás listo. No sé si yo estoy listo para ello. Pero haré lo que tú quieras hacer.

Yo ya tuve mi carrera y me fue bien. ¿Cuál es tu excusa? No tienes excusa. Es tiempo de que estés a la altura.

Si pudiera tomar todo lo que tengo y lo pudiera en un tazón o algo y les dijera: “¡Ey, tomen, quiero comprar un día más con mi esposa!”, lo haría. Moriría como un hombre feliz. Valdría la pena. Pero no sucederá. Entonces, todo lo que tengo ha seguido adelante. Y yo sigo aquí.

Eres un buen chico. Un buen peleador. Pero tienes todo tu futuro por delante.

Ése tipo que está en esa pared, en la parte de atrás. Rápido. No irá a ningún lado.

Para ti yo sólo soy un viejo entrenador. Eso es lo que nos juntó. ¿Sabes? No somos una familia real.

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Si me odias, eso es lo que es. Pero tu padre no está aquí, Donnie. No puede defenderse. ¿Sabes? Entiendo por lo que pasas. Juro que he estado ahí. Y sé que se siente sentirse abandonado por todos. Pero tú eres mejor que eso. Perdónalo. Porque no hay nada que puedas hacer al respecto. Te está costando. Aun estas atrapado en su sombra. No puedes retroceder el tiempo.

¿Cómo se siente saber que me entrenaras mientras yo te veo morir?

Así que si yo peleo, tú peleas.

¿Nunca has estado frente a tanta gente antes, verdad? Eso no importa. Nunca has estado tan lejos de casa. Eso no importa. Lo que importa es lo que dejas en ese ring y lo que te llevas contigo. ¿Sabes lo que es?
Orgullo. Y saber que hiciste lo mejor posible. Y que lo hiciste por ti mismo. No por mí. Ni por el recuerdo de tu padre. Sino por ti.

Es el hijo de Apollo Creed y tiene a Rocky Balboa en su esquina. Pero ni todas las leyendas del mundo pueden ayudarnos a saber si sabe pelear. La pregunta es... ¿puede pelear?

Perteneces aquí. Ellos no saben lo que has pasado. Y te aseguro que no saben lo que nosotros hemos pasado.

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Ahora sabe que eres real. Debes creer que puedes hacerlo.

Quiero que te enfoques en su cuerpo y te prometo que su cabeza caerá.

-Debí detener la pelea de tu padre y voy a detener esto ahora.
-¡No! Déjame terminarlo. Debo probarlo.
-¿Probar qué?
-Que no soy un error.

Tú me enseñaste a pelear de nuevo. Quiero volver a casa y pelear contra esta cosa. Pero si yo peleo, quiero que tú también pelees. Quiero que vayas al otro lado y derribes al hijo de puta. ¿Puedes hacerlo?

Ya no sólo es el hijo de Apollo Creed. Es su reencarnación.

Ricky Conlan gana la pelea pero Adonis Creed gana la noche.

-Veamos si puedo subir por las escaleras
-¿Cuándo fue la primera vez que lo hiciste?
-Tenía doce. Creo que es mi lugar favorito. Cuando llegas a la cima, crees que puedes volar.

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Uno más. Tú puedes. Vamos, jovencito...

Nada de descansos. Descansas arriba.

-Vamos. Uno a la vez. ¡Vamos! Un paso a la vez.
-¿Quién te dijo eso?
-Un viejo que conocí...

Creo que le añadieron algunos escalones más...

-Si te esfuerzas, puedes ver toda tu vida desde aquí arriba.
-¿Cómo se ve?
-Nada mal. ¿Y tú?
-Nada mal.

miércoles, febrero 17, 2016

la línea de puntos que une a Rocky Balboa, “X-files” y la “Guerra de las Galaxias” 

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CREED: CORAZÓN DE CAMPEÓN
data: http://www.imdb.com/title/tt3076658

No podemos juzgar a “Creed” como una película aislada de su propio pasado. Como no se puede hacerlo con el Episodio VII de “La Guerra de las Galaxias” o los seis capítulos que añaden horas extras a la legendaria saga de Fox Mulder y Dana Scully. Porque exentas de su contexto, ajenas a la leyenda, serían banales, otras historias más en el muro de cuentos de la larga trayectoria de Hollywood. Lo que películas como “Creed” nos dicen, no es cómo contar de nuevo la historia del perdedor que resiste en un ring, porque quiere tener el orgullo pírrico de no caer allá arriba como lo ha venido haciendo allá abajo, en las duras calles de concreto del barrio bajo. Porque esa historia ya fue contada en 1976 y, en tantas reediciones, ha demostrado que es muy difícil (si no imposible) de mejorar. No. Lo que “Creed” nos dice es que estamos viviendo una etapa sin héroes, sin glorias, sin símbolos tan fuertes, sin historias que borre todo lo demás. Atravesamos una era de superhéroes exentas de héroes, de símbolos míticos, de leyendas con mayúsculas, que reconfiguren la cinematografía y la lancen a otro nivel, más alto, más emotivo, más memorable. Y es tan presente esta ausencia, que Hollywood recicla los viejos mitos, los deconstruye y los vuelve a armar, buscando sacarle la última gota del jugo que los hizo diferentes. Vuelven los Terminators, los Rockys, los Robocop, los Jedis, vuelven Fox y Scully, aunque ya no tengan nada que decir, aunque balbuceen como viejos gagas que se repiten en sus no menos viejas historias. Y si nos conmueven, nos emocionan, hacen delirar a la crítica (la misma crítica que ayer los subestimaba), no es por su valor actual, no por lo que aportan, si no porque nos señalan nuestra orfandad de gloria, el paso de una juventud que nos mira desde la nostalgia, porque lo que vino después fue bastante menos heroico, con menos lustre, que lo que soñamos vivir sentados en la butaca de un viejo cine que ya no está.

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(Sabemos que todo arte que se encuentra en una etapa contemplativa de su pasado es un arte en decadencia. Toda creación es un combate entre el presente y el pasado, una lucha en el que el hoy se impone al ayer, confronta con él y lo reemplaza, por lo cual crece, evoluciona, mejora. Cuando lo actual no se atreve a arrasar con la herencia ni lo desprecia lo suficiente para reemplazarlo, empieza a dialogar con él, a recrearlo, repetirlo en homenajes masturbatorios, por lo tanto estériles. Cuando se llega a esa etapa, el arte se anquilosa, se estanca y es muy probable que fenezca, tal vez irreversiblemente, como los ejemplos vigentes del tango o el rock nacional que dieron lo mejor de sí y hoy son meras caricaturas de una época superior).

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Constantemente, el guión de Ryan Coogler se mira en el espejo de la épica, no teme pecar en el plagio del pasado. Repite la ceremonia, superpone las imágenes de sus predecesoras, como esa secuencia símbolo en la que Adonis Johnson repite los golpes de su padre sobre una proyección en la pared. Eso es “Creed”: un ejercicio de repetición, una rutina de evocación conjunta. Y si el joven Michael B. Jordan abre un capítulo de nuevas películas, Sylvester Stallone parece estar cerrándolo. Con la misma capacidad evocativa que mostró en “Los Indestructibles” (http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2010/09/pasando-el-testimonio.html), Stallone no sólo reflexiona sobre su Rocky original, si no sobre sí mismo, en este momento de la vida. Paradigmática la última escena, la de Balboa y Johnson en la cima de la escalera sobre la que se ve Filadelfia y (¿por qué no?) la vida. Y Johnson le pregunta cómo se ve, cómo se la vida desde ahí. “Nada mal” contesta Balboa / Stallone “Nada mal”. No estamos viendo al viejo entrenador pasando la posta a su pupilo: estamos viendo a un símbolo de Hollywood viendo su legado, examinando la marca que dejó en la historia del cine, entre deformes colágenos y rayas de celuloides.

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¿Conmueve, no? Como no va a conmover. Como no va a conmover la imagen de un hombre cerca del final que examina con caridad la vida que dejó atrás.

No es sólo cine. Es la vida.

La de Stallone. Y la de los espectadores que lo seguimos en todos estos años.

Mañana, las mejores frases.

domingo, febrero 14, 2016

frases de “En primera plana” 

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No pregunto si los de PD están mintiendo. Sé que lo hacen... Sólo pregunto quién está detrás.

De acuerdo. Pero el hecho es que un sacerdote de Boston abusó de ochenta niños
y tenemos un abogado que dice poder probar que se sabía. Y sólo hemos hecho dos historias de esto en los últimos seis meses. Esto me parece una historia esencial para un periódico local. Creo que por lo menos tenemos que revisar esos documentos.

-¿Cómo quiere hacer eso?
-Bueno, no sé cómo funciona la ley aquí, pero en Florida iríamos a la Corte.
-¿Quiere demandar a la Iglesia?
-Técnicamente no “demandaríamos” a la Iglesia. Pondríamos una moción para levantar el sello de esos documentos.
-La Iglesia verá eso como una demanda. Como todos los demás.
-Es bueno saberlo.

Valiente decisión para un primer día.

-¿Creen que esa demanda tiene posibilidades?
-Depende del Juez.
-Y a qué parroquia pertenezca.

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-¿Veinte mil por abuso infantil?
-Así es como funciona el sistema. Sí. La Iglesia es fuerte. Así que su mejor oportunidad es llevar estos casos a la prensa.

-Yo ya hablé con el Phoenix.
-Si y es la razón por la que no lo vi. Ya nadie lee el Phoenix, están
quebrados. No tienen poder. El Globe sí. Si cubrimos esta historia, todos la escucharán.
-La Iglesia piensa en siglos, Señor Rezendes. ¿Cree que su periódico tiene los recursos para aguantar eso?

-¿Han hecho algún progreso?
-Absolutamente, es una buena historia.
-¿Por qué? ¿Porque eres otro católico enfadado con la Iglesia?

-¿Qué tal resulta el nuevo editor?
-Bueno... no le gusta el béisbol. Pero, parece un tipo muy inteligente.
-Si, leí un artículo sobre él. Decía que era el primer editor judío del Globe.
-Debió ser un día flojo de noticias.

-Así que el nuevo editor del Globe es un judío soltero que odia el béisbol.
-Sí.
-Debieron dárselo a Ben. Era el paso lógico.
-Supongo que no levantó la mano lo suficientemente rápido.

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-¿Crees que Marty tiene idea de lo que viene?
-No. Y no creo que le importe tampoco.

Creo que descubrirá que Boston también es, todavía, un pueblo pequeño, Marty.

-Descubrí que la ciudad florece cuando sus grandes instituciones trabajan juntas.
-Gracias. Pero personalmente creo que para que un periódico funcione bien debe trabajar solo.

-Éramos 11, en nuestra última reunión... No, 10. Karen se mudó.
-¿Tenían a una mujer en su grupo?
-Claro que había una mujer. Ellos no discriminan cuando se trata de abuso. Y no tiene nada que ver con ser gay. Es simplemente un sacerdote usando la sotana para violar niños. Chicos. Niños y niñas.

Cuando se es un chico pobre de una familia pobre, la religión cuenta mucho. Y cuando un sacerdote te presta atención, es algo grande. Te pide que reúnas las donaciones o saques la basura y te sientes especial. Es como si Dios te pidiera ayuda. Quizá es un poco raro cuando te cuenta un chiste verde, pero ahora comparten un secreto juntos. Así que no le das importancia. Luego te muestra una revista porno. Y no le das importancia y sigues así... Y sigues así. Hasta que un día te pide que lo masturbes o se la chupes. Y aceptas porque te sientes atrapado. Porque te ha encerrado. Es difícil decirle que no a Dios, ¿cierto?

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Es importante entender que esto no es sólo abuso físico. Es abuso espiritual también. Cuando un sacerdote te hace esto, te despoja de tu fe. Así que vas a la botella o la aguja. Y si no funcionan, te tiras de un puente. Por eso nos llamamos sobrevivientes.

-Phil, ¿qué es un centro de tratamiento?
-Es a donde mandan a los sacerdotes cuando los atrapan. Está todo en la caja. Les envié todo esto hace cinco años.
-¿Al Globe? ¿A quién se lo enviaste?

Tienen que entenderlo. Esto es grande. No es sólo Boston: es todo el país. Es todo el mundo. Y llega hasta el Vaticano.

-¿Va a usar mi nombre?
-No. Si usted no quiere, no.
-Acabo de tener un hijo. Sólo tiene un año. Pero no estoy seguro de que quiera saber de esto.

Comenzó a quitarse la ropa y dijo que yo estaba muy deprimido. Que tal vez podría animarme, si me daba una mamada.

Sólo era un tipo espantoso treinta y ocho años mayor que yo, pero... pero tienes que entender que esta era la primera vez en mi vida que alguien me dijo que estaba bien ser gay. Y era un sacerdote.

Es uno de los afortunados. Todavía está vivo.

Mira Mike, la Iglesia quiere que creamos que sólo son algunas manzanas podridas. Realmente es un problema mayor que eso.

Un tipo como Geoghan, va detrás de los chicos, no porque los prefiera, si no porque se avergüenzan más, para que no puedan hablar. Estos tipos son depredadores, Robby.

Permiso por enfermedad. Es la designación oficial.

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-Ya nos conocimos.
-¿En serio? ¿Mencionó lo del traje?
-No. Pero me dio una copia del catecismo.
-Si. Bueno, el Cardenal no es conocido por su sutileza.

-¿A su esposa no le molesta que trabaje todo el tiempo?
-Sí, sí lo hace. Es por eso que nunca me casé. Estoy muy ocupado. Lo que hago es muy importante.

-El nuevo editor es judío ¿cierto?
-Eso es verdad, sí.
-Bueno, verás... Él llega y de repente todo mundo está muy interesado en la Iglesia. ¿Sabes por qué?
-No.
-Porque se requiere a alguien de fuera.

Esta ciudad. Esta gente. Hacen que el resto se sientan como que no pertenecemos. Pero no son mejores que nosotros.

Pero por mi trabajo sé, Señor Rezendes, que si requiere habilidad el criar a un niño, más requiere de habilidad para abusar de uno.

-Conocí a tu nuevo editor. Parece un tipo decente.
-Él cree que lo es.

-Escúchame, Jimmy. Vas a querer estar del lado correcto en esto.
-És la Iglesia de lo que estás hablando, Robby. Mira a tu alrededor. Son personas buenas. Han hecho mucho bien por la ciudad.

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-Pensamos que tenemos trece sacerdotes aquí, en Boston, que se ajustan a este patrón. Lo cual sería una historia muy, muy grande. ¿Esto sonaría correcto para ti?
-¿En términos de la escala? No. Realmente no, Robby. Me suena a muy poco. Yo estimaría que el 6% es el que abusa de menores.
-¿6% de qué?
-El 6% de los sacerdotes en total.
-¿Cuántos sacerdotes tenemos en Boston?
-Bueno, 1500. El 1% son 15; el 6% son... ¿90?

-Si hubiera 90 de estos bastardos, la gente lo sabría.
-Tal vez si saben.
-¿Y nadie dice nada?
-Buenos alemanes.
-No creo que sea una comparación que quieras hacer pública.

NIÑOS. Mantenganse alejados de la casa en 276 Calle Pelton. Y alejense de los
hombres que vivan adentro.

-¿Cuantos?
-87. 87 sacerdotes en Boston.

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Tenemos dos historias aquí. Una historia sobre el clero en general. Y tenemos una historia sobre un montón de abogados que transforman el abuso de niños,
en una industria redituable. Ahora, ¿cuál historia quieres que escribamos? Porque escribiremos sobre una de ella.

-Ya les he enviado una lista con los nombres.
-¿De qué estás hablando? ¿A quién?
-Al Globe, hace años.
-Después del caso de Porter, tenía muchas causas. Eran 20 sacerdotes. Sólo en Boston. Pero no podía perseguirlos sin la prensa. Por eso se los envié a ustedes, chicos. Una lista de nombres. Y los enterraron.

-Bueno, la Iglesia es una institución, Mike. Está hecha por hombres. Es momentánea. Mi fe es en lo eterno. Trato de separarlos también.
-Suena complicado.
-Lo es. Especialmente porque la Iglesia continua viniendo detrás de mí. Lo toman todo, Mike. Tratarán de silenciar a cualquiera que diga algo. Estoy seguro que irán detrás de ti y de tu equipo, muy pronto.

-Lo que significa mucho ruido. Pero no cambiará las cosas ni un poco. Tenemos que enfocarnos en la institución. No en los sacerdotes como individuos. Práctica y política. Muéstrenme que las Iglesia manipula para que estos tipos evadan los cargos. Muéstrenme que ponen a los mismos sacerdotes de vuelta en las
parroquias, una y otra vez. Muéstrenme que es sistémico y que va desde la cima hasta el fondo.
-Suena como que iremos tras Law.
-Vamos detrás del sistema.

-No, pero tengo un primo en Queens que el Obispo vio unos años después. El Obispo vino a la casa. Dijo que nada como esto había ocurrido antes y nos pidió no presentar cargos.
-¿Y que hizo tu madre?
-¿Mi madre? Ella le dio unas malditas galletas.

-Ellos dicen que abusó de ellos, ¿es verdad?
-Seguro. Los acosé. Pero nunca para satisfacerme a mí mismo.
-Bien, ¿pero admite que acosó a niños en San Juan el Bautista?
-Sí, sí. Pero como dije, no obtuve ningún placer con ello. Es importante que lo entienda.
-Cierto, pero, pudiera decirme, ¿dónde y de qué manera tocó a esos niños?
-Voy a ser muy claro, nunca violé a ninguno. Existe una diferencia. Debería saberlo.
-¿Cómo lo sabe?
-Porque yo fui violado.

-¿Así que puedo entrar a esa Corte en este momento y obtener esos documentos?
-No. No puede. Porque los documentos no están ahí.
-Pero acaba de decir que son públicos.
-Sé que lo dije. Pero esto es Boston. Y la Iglesia no quiere que sean encontrados. Así que no están ahí adentro.

-Tal vez debería contar la historia al Herald.
-Bien, Phil. Ve y haz eso. Deshará todo el trabajo que nosotros hemos hecho. Pero no te puedo detener. Escúchame, estoy aquí porque me importa. No nos iremos. Contaremos la historia y la contaremos bien. Sólo necesitamos un poco más de tiempo. Eso es todo lo que pedimos.
-¿Por qué molestarse en pedir? Si harán lo que quieran de todos modos. Siempre lo hacen.

-¿Para eso estamos aquí? ¿Para acordar estar todos de acuerdo?
-No. Estamos aquí porque fuiste un alumno importante, Robby.
-Y un amigo.
-Exactamente. Y sabemos que la escuela te importa tanto como a nosotros.
-¿Hiciste deporte aquí Jack?
-Si, fútbol. ¿Por qué?
-Yo corría en pista. Fui a Providence, ayer, a hablar con una de las víctimas del Padre Talbot. Él jugó hockey aquí. Y... mejoró cuando tuvo una esposa, hijos... un buen trabajo. Pero a los diez minutos de estar conversando, el tipo rompe a llorar. ¿Saben? No podía parar de llorar. Dice que nunca pudo saber por qué el Padre Talbot, lo eligió a él. El Padre Talbot entrenó al equipo de hockey. Así que supongo que sólo tuvimos suerte... Tú y yo.

-Estas pruebas que necesita, Señor Rezendes... son registros muy sensibles.
-Con todo respeto, Su Señoría, ésa no es la pregunta. Los registros son públicos.
-Puede que sí, pero dígame... ¿dónde está la responsabilidad editorial sobre publicar registros de esta naturaleza?
-Bueno ¿dónde está la responsabilidad editorial en no publicarlos?

Pudiste haber sido tú, pude haber sido yo. Pudo haber sido cualquiera de nosotros. Tenemos que acabar con estas basuras. Tenemos que mostrarle a las personas que nadie puede salir impune con esto. Ni un sacerdote o un
Cardenal, ¡o un maldito Papa!

Yo dejé de ir a la Iglesia con mi abuela. Era... Era muy difícil. ¿Sabes? Estaba sentada ahí y comenzaba a pensar en Joe Crowley o en alguien más y... me enojaba mucho.

-De verdad me gustaba ir a la Iglesia cuando era un niñito.
-¿Por qué dejaste de ir?
-La basura hipócrita. Lo más raro es que... creo que, creo que pensé que quizas un día yo... que yo realmente regresaría. Realmente me aferraba a eso. Y leí esas cartas y luego... como si algo se hubiera roto.

-Sabes, el Cardenal, puede que no sea perfecto pero no podemos tirar todas las cosas buenas, por unas pocas malas manzanas. Te traigo esto a ti porque sé que es idea de Baron. Su agenda. Debo decirte, honestamente por Dios, a él no le importa la ciudad como a nosotros. Es decir, ¿cómo podría?
-Así es como sucede en otros lugares.
-¿El qué?
-Un tipo se inclina sobre otro y de repente toda la ciudad mira hacia el otro lado.

Marty Baron sólo intenta dejar su marca. Estará aquí un par de años y luego seguirá adelante. Tal como hizo en Nueva York y en Miami. ¿A dónde irás tú?

-¿Oye Pete?
-Sí.
-Cuando publiquemos la historia, necesitaré un comentario del Cardenal.

Es una gran victoria para La Primera Enmienda. Sin mencionar que tienes a
una jueza católica irlandesa fallando en contra de la Iglesia.

-¿Qué cosa? Ésta es la maldita historia.
-No es toda la historia.

Vamos. Es nuestra ciudad, Jimmy. Todos sabían que algo pasaba y nadie hizo nada.
Tenemos que ponerle fin a ello.

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-Sí. Ayudé a defender a estos basuras. Pero ese es mi trabajo, Robby. ¡Hacía mi trabajo!
-Sí. Tú y todos los demás.

-Tenías razón, Robby. Todos sabíamos que algo sucedía. ¿Y dónde estabas tú? ¿Por qué te tomó tanto?
-No lo sé, Jim.

-¿Sabías que el domingo es el día de la epifanía?
-Parece adecuado.

-Robby, la historia necesitaba a Spotlight.
-Mike, Spotlight ha estado desde 1970. ¿Y qué? No podíamos ver el alcance de esto.
-Nadie podía. Robby esto comenzó con un maldito sacerdote.
-Macleish nos envió una carta hace años sobre veinte sacerdotes. Sacha encontró el recorte.
-¿Supieron de veinte sacerdotes? ¿Cuándo?
-Luego de lo de Porter. Diciembre del 93. Enterramos la historia en Ciudad. No la seguimos.
-Habrías sido tú. Eras de Ciudad.
-Sí. Ése fui yo. Simplemente la eliminé. No la recuerdo para nada. Pero sí.
-¿Puedo decir algo aquí? A veces es fácil olvidar que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo tropezando en la oscuridad. De repente una luz se enciende y hay un sentimiento de culpa que se esparce. No puedo hablar por lo sucedido antes de mi llegada, pero todos ustedes han hecho muy buenos reportajes aquí. Reportajes que creo que tendrán un impacto inmediato y considerable sobre nuestros lectores. Para mí, por este tipo de historias es por lo que hacemos esto.

-¿Cómo dormiste?
-No muy bien. ¿Y tú?
-No he dormido bien en meses.
-Yo... de hecho he comenzado a escribir.
-¿A escribir?
-Sí. Trabajo en un libro. Me da algo distinto en lo que concentrarme.
-¿Qué clase de libro?
-De horror.

sábado, febrero 13, 2016

todos los hombres del editor 

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EN PRIMERA PLANA
data: http://www.imdb.com/title/tt1895587/

“En primera plana” nos recuerda la epopeya de “Todos los hombres del Presidente” (http://www.imdb.com/title/tt0074119), la película que retrató la investigación periodística del affaire Watergate que significó la caída de un gobierno. Es una minuciosa descripción de una investigación realizada por el diario Boston Globe en la que expuso ante la opinión pública los casos de sacerdotes pedófilos protegidos por la cúpula de la Iglesia Católica. En un caso se lucha contra la Casa Blanca; en el otro, con el Vaticano. En ambos, es la fábula democrática del Cuarto Poder, la función vital del periodismo para lubricar los engranajes de una sociedad libre, la misión primordial de mostrar aquello que se quiere ocultar, sacar a la luz eso que no se quiere decir ni reconocer por parte de los poderosos y de la sociedad.

Acertadamente, “En primera plana” señala las taras dentro del elenco de los héroes. Los protagonistas no son ajenos a ese mirar a otro lado: al final de la investigación, cuando la evidencia es decisiva, se preguntan cómo pudieron dejar pasar esa historia años atrás, porqué no se hicieron las preguntas que había que hacer oportunamente. Era su ciudad, la iglesia que unía a los descendientes de irlandeses, las instituciones que sostuvieron la sociedad. En esa dinámica, los hechos fueron negados, interpretados como hechos aislados sin percibir el patrón que se adivinaba bajo la superficie. Sólo la llegada de alguien de afuera, el nuevo jefe de redacción Marty Baron (judío, soltero y sin ningún interés por el béisbol, como lo define un personaje en algún momento), impulsa la investigación. Él ve lo que los otros no quisieron o supieron ver. Y aunque al principio, el escepticismo y la desconfianza, los lleva a iniciar la investigación con ciertos reparos, finalmente se impone la naturaleza del periodismo: saber la verdad, sólo la verdad.

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(Para los argentinos, “En primera plana” tiene otra lectura, en estos tiempos en que los émulos goebbelsianos del K fanatismo ha agitado la bandera del periodismo militante, los usos del equipo del Boston Globe expone lo que es ser un periodista en serio, lo que implica desarrollar con profesionalidad el oficio. Los hechos, sólo los hechos. Preguntar y preguntar. Comparar, juzgar, interpretar. No hay dos lados de un hecho. Sólo hay un hecho. Y exponerlo a la opinión pública es la función del periodismo. Lo otro es propaganda, panfletarismo propio de publicitarios. Que no tengan la indignidad de llamarse periodistas.)

El director Tom McCarthy (coguionista del filme) utiliza recursos clásicos, una narración que toma sus tiempos y que apela a lo mejor del cine: contar una historia, ceñirse a lo principal y recortar todo vedettismo (de actores, guionistas o directores) que puedan superponerse con el cuento a contar. Esa simpleza puede ser engañosa. “En primera plana” parece una película de los '70. No quiere decir que sea vieja; es eficaz.

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McCarthy tiene un elenco a destacar, imprescindible para pulsar con temple las cuerdas de la película. Anoten: Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachael Adams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Billy Crudup. Todos ellos nos regalan diálogos memorables.

“En primera plana”, en nuestra humilde opinión, es la mejor de las películas que se candidatean a ganar el Oscar en estos días. Merece reconocimento.

Mañana, las mejores frases.

miércoles, febrero 10, 2016

frases de “Carol” 

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-Me pregunto si pudiera ayudarme a buscar esta muñeca para mi hija.
-Bright Betsy. Ella llora y se moja encima. Pero me temo que no tenemos en existencia.

Pero tenemos muchas otras muñecas. De todo tipo realmente...

-¿Cuál fue su muñeca favorita cuando tenía cuatro años?
-¿La mía? Yo nunca... No con muchas para ser honesta.

-¿Qué querías tú a esa edad?
-Un juego de trenes.

Amo la Navidad. Envolver regalos y todo eso. Y luego, de algún modo, acabas quemando el pavo de todas formas.

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-¿Dónde aprendiste tanto de trenes?
-Yo leo... demasiado probablemente.

-Tú tienes trabajo, Phil.
-¿Llamas a eso trabajo? Yo lo llamo ilusión.
-Pero te pagan.

-La esposa de Cy Harrison...
-Jeannette.
-Jeannette preguntó por ti.

-¿Es la empleada 645-A, Therese Belivet?
-Sí.
-La estamos comunicando.
-¿Hola?
-Así que eras tú.

Lo que quería decir era... ¿Toman el almuerzo ahí? Déjame llevarte a almorzar. Es lo menos que puedo hacer.

-¿Harge es su esposo?
-Bueno... técnicamente nos estamos divorciando.
-Lo siento.
-No lo estés.

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-¿Y tú vives sola, Therese Belivet?
-Sí. Bueno. Está Richard. Le gusta vivir conmigo. No... no es nada de eso. A él
le gustaría casarse conmigo.
-Ya veo. ¿Y a ti te gustaría casarte con él?
-Bueno, apenas sé qué pedir para comer.

-Qué chica tan extraña eres.
-¿Por qué?
-Salida del espacio.

-Eres siempre la mujer más hermosa de la habitación.
-Dile eso a tu madre.

-¿Cómo son tus fotografías?
-No sé. Probablemente no muy buenas.
-No. ¿De qué son? ¿De qué tomas fotos?
-Pájaros, árboles, ventanas. De todo en realidad.

-Siempre me siento rara tomando fotos de personas. Es como un tipo de...
-¿Una invasión de su privacidad?

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-Todos tenemos afinidad por las personas. Nos gustan ciertas personas. A ti
te gustan ciertas personas, ¿no?
-A veces.
-Y no te gustan otras. Y no sabes por qué estás atraída por algunas y no por otras. La única cosa que sabes es si eres atraída... o no lo eres. Es como la física. Rebotando unos con otros como bolas de pinball. Pero no todo es tan simple como bolas de pinball reaccionando entre sí.
-No.
-Algunas cosas ni siquiera reaccionan. Pero todo está vivo.

-¿Puedo hacer algo?
-Sólo déjalo ser.

Justo cuando crees que no se puede poner peor, se acaban los cigarros.

-¿Él puede hacerlo? ¿Es correcto?
-No sé si correcto. Pero sí legal.

-¿Cuántas veces te has enamorado?
-Nunca.

-Dos personas que se enamoran el uno del otro. Digamos un chico y un
chico. Así como así.
-No conozco a nadie así. Pero te diré esto: siempre hay una razón para eso, en el fondo.
-¿Entonces no crees que pueda pasarle a alguien, a cualquiera?
-No. No lo creo. ¿Qué quieres decir? ¿Estás enamorada de una chica?

¿Crees que tienes lo que se requiere para manejar una pelirroja?

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-¿Dime que sabes lo que haces?
-No lo sé. Nunca lo supe.

¿Tienes algo en el refrigerador además de los químicos de fotos?

¿Tiene algún sentido... no sé... en luchar contra eso?

-Me voy a ir por un tiempo.
-¿Cuándo? ¿Dónde?
-Donde mi auto me lleve. Al oeste. Pronto. Y pensé que tal vez te gustaría venir conmigo. ¿Quisieras?

-Estás muy enamorada de esa mujer. Es por eso que actúas como una colegiala.
-No es así. Sólo me agrada. Es todo. Me gusta cualquier persona con la que pueda hablar.

Nunca he estado más despierta en toda mi vida.

¿Por qué no tomar la suite presidencial? Digo... si el precio es atractivo...

-Siempre pasaba año nuevo sola. En la multitud... Este año no estoy sola.
-Llévame a la cama.

-Mi reputación se basa en mi eficiencia, señora Arid.
-¿Cómo sé que no mientes?
-No lo sabe, señora.
-¿Cómo pudiste?
-Soy un profesional, señorita Belivet. No es nada personal.

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-Y debí decirte que no. Pero nunca digo que no. Y es egoísta porque... porque tomo todo y no sé nada, no sé qué quiero. ¿Cómo podría cuando todo lo que hago es decir que sí a todo?
-Tomé lo que me diste voluntariamente. No es tu culpa, Therese.

Todo vuelve a su punto de partida. Agradece que fue más temprano que tarde.

Nuestras vidas están puestas delante de nosotros, un amanecer perpetuo.

Hago lo único que puedo... te libero.

Quiero que seas feliz. No te di eso, yo... Te fallé, los dos pudimos
haber dado más, pero... Ambos nos regalamos a Rindy. Y eso es lo más impresionante, el más generoso de los regalos. Entonces, ¿por qué pasamos tanto
tiempo alejándola uno del otro?

Y te ves muy bien, ¿sabes? Como si hubieras florecido de repente. ¿Es lo que pasa cuando te alejas de mi?

-Esperaba que podría gustarte venir a vivir conmigo. Pero supongo que no.
¿Te gustaría?
-No lo creo.

martes, febrero 09, 2016

solo forma 

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CAROL
data: http://www.imdb.com/title/tt2402927/

Todd Haynes le da un exquisito paquete visual a la novela de Patricia Highsmith, una historia de amor de dos mujeres, en una época donde ese tipo de relación tenía una garantía de fracaso en el orillo. Es una película sutil, es cierto, con una fotografía deliciosa y dos actuaciones sólidas. Pero cuando caiga el telón sobre “Carol” habrá un poco de insatisfacción en el espectador. Nos queda la sensación de que es mucho menos de lo que dice la crítica y un poco más de lo que diría el espectador pochoclero. Hay cierta frialdad, cierta barrera que no terminamos de romper para meternos en una historia sin demasiados giros dramáticos, envuelto en las galas del melodrama. Es un buen ejercicio cinematográfico. Pero no estoy tan seguro de que sea una historia bien contada.

Carol es una mujer casada de clase alta, con una hija pequeña. Therese es una joven que no sabe muy bien que hacer de su vida, con un novio del que no está muy entusiasmada y un trabajo rutinario en una tienda de regalos. Un día, Carol y Therese se cruzan, con la excusa de la compra de un regalo para la hija de Carol. Y desde que se miran, hay una electricidad en el ambiente que presagia que algo vital pasará entre las dos mujeres.

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Hay diferencias de clase, un amor contra las convenciones de la sociedad, una chica al principio del camino con una mujer en el término medio, una muchacha sin obligaciones con otra que no depende sólo de sí. Esas diferencias pasan a un segundo plano cuando se despliega el juego de seducción entre ambas. Therese reacciona como reacciona todo en su vida: sin decidirse demasiado, aceptando la corriente que la lleva por su destino. Carol es algo más que el amor deseado, que el territorio no explorado: es la mujer que está en el punto de no retorno. Decide seguir lo que le dicta sus sentimientos o queda encerrada en la jaula de un matrimonio contra natura. Carol sabe que no tiene más cartas para pedir; Therese puede especular con que alguna mano afortunada espera en su futuro.

El guión de Phyllis Nagis se centra básicamente en las protagonistas. Los secundarios no aportan mucho en términos de profundidad psicológica, en contraponer tensión dramática a la pareja central. Los personajes secundarios son planos, desvaidos para gravitar. Tal vez por eso, “Carol” nos parezca una historia sin demasiada emoción, fría, pese al calor romántico que la sustenta.

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Gran parte del interés que pueda provocar la película está en la interpretación de Cate Blanchett, una experta en desatar un volcán emocional con una mirada. Nos parece más elemental lo de Rooney Mara, menos sutil, menos decisivo. “Carol” es Blanchett y ella monopoliza las escenas, los planos y las miradas. Si la película no se desbarranca del todo, es por su intervención.

Correcto, mirable, con textura, sutil en los climas. Pero no es una historia que, a esta altura del partido, salga de lo predecible.

Mañana, las mejores frases.

viernes, febrero 05, 2016

frases de “La habitación” 

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Erase una vez, antes de nacer yo. Llorabas y llorabas y mirabas TV todo el día. Hasta que te convertiste en un zombie. Entonces yo vine desde el cielo y a través de la claraboya entré a la habitación. Y estaba pateando desde adentro. Y entonces salí disparado hacia la alfombra con los ojos abiertos de par en par. Entonces cortaste el cordón y dijiste: “¡Hola, Jack!”.

Mamá: ya tengo 5.

Buenos días, lámpara. Buenos días, planta. Buenos días, Serpiente de Huevo. Buenos días, alfombra. Buenos días, armario. Buenos días, TV. Buenos días, lavabo. Buenos días, inodoro. Buenos días a todos.

¿Te duele el diente malo? Ya lo sé: la mente sobre la materia. Si no te importa, no importa.

Debiste haberme avisado. Habría comprado un regalo. ¿Cuántos años tiene ya, cuatro?

Está la habitación y luego el espacio exterior. También los planetas de la TV. Luego está el cielo. La planta es real. Pero los arboles no. Las serpientes son reales. Y el mosquito que una vez me chupó la sangre. Pero las ardillas y los perros solo están en la tele. Excepto Lucky. Él es mi perro. Algún día vendrá. Las montañas son muy grandes para ser reales y el mar. Las personas en la tele son planas y coloridas. Tú y yo somos reales. El viejo Nick no sé si es real. Quizás mitad real.

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-¿Por qué los aliens nunca nos responden gritando?
-Por qué aún no nos pueden oír.
-Lo haré más alto la próxima vez.

-¿Sabes dónde está? Yo sí. Está al otro lado de esta pared.
-¿Qué otro lado?
-Jack, todo tiene dos lados.
-En un octágono no.

-Las otras cosas que ves allí son reales también. Océanos reales, arboles reales, gatos reales.
-No te creo. ¿Y cómo cabrían?
-Pues cabiendo. Todas caben. Todas caben allí fuera en el mundo.

No pude explicártelo antes porqué eras muy pequeño para entenderlo. Así que me tuve que inventar una historia. Pero ahora estoy haciendo lo contrario de mentir. Estoy desmintiendo. Porque ya tienes cinco años. Tienes cinco y ya eres grande para entender como es el mundo.

Pero yo no siempre estuve en Habitación, como Alicia. Yo era una chica pequeña llamada Joey.

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Jack, ¡el mundo es tan grande! Es tan grande que no te lo creerías. Y Habitación es simplemente una parte apestosa de él.

Jack, ellos no saben dónde estamos. Habitación no está en ningún mapa.

-No quiero estar muerto.
-Sólo pretenderás estás muerto.

-Te va a encantar.
-¿Qué?
-El mundo.

Camión. Menéate. Salta. Corre. Alguien.

-Tu habitación, Jack. ¿Qué hay fuera de ella?
-El espacio. No. El Mundo.

¡Má, estoy en el mundo!

-¿Estamos en otro planeta?
-En el mismo. Sólo que en un lugar diferente.

Ya no hay reglas, Jack, podemos hacer lo que queramos.

-Yo no soy plástico.
-¿Qué dijiste, Jack?
-Dice que él es real. No plástico.
-Tienes razón, Jack. Eres real, y eres muy valiente.

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He visto a personas con caras diferentes. Y muchas personas hablando a la misma vez.

El mundo es como un planeta TV. Todo al mismo tiempo. Así que no se hacia dónde mirar y qué escuchar.

Hay puertas y más puertas. Y detrás de cada puerta hay algo dentro. Y otras salidas. Y las cosas pasan, pasan y pasan. Y nunca se detienen.

-¿Sabes que le pasó a ellas?
-No. Exacto. Nada. Siguieron con sus vidas y nada les pasó.

-Tú no me necesitas. Te va bien sin mí.
-¿Cómo puedes decir eso? ¿Crees que fuiste la única a la que le destrozaron la vida?
-De hecho, es exactamente lo que creo.

¡Sabes, quizá si tu voz diciéndome “sé buena” no estuviera en mi cabeza, quizá no habría ayudado al tipo con el perro enfermo!

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Cuando Jack vino todo cambió. Era tan bonito, y sólo sabía que tenía que mantenerlo a salvo.

Jack es sólo una parte de mí.

Yo elijo, yo elijo por los dos.

Má estaba apurada en llegar al cielo. Se olvidó de mí. Má tonta. Así que los aliens la mandaron de vuelta. Y la rompieron.

-Lo hice antes, en Habitación.
-¿En serio? ¡Wow! ¿Qué más hicieron allí?
-Muchas cosas. A veces la extraño.
-¿Y no era muy pequeña?
-Se extendía por todos lados. De principio a fin. No tenía fin. Y Má siempre estaba allí. Pero Armario era pequeño.

-Necesito las tijeras.
-¿Para qué?
-Para cortarme el pelo.
-¿En serio quieres hacerlo?
-Quiero enviárselo a mamá.
-¿Y eso?
-Ella necesita poder más que yo.

Todos nos ayudamos a ser fuertes. Nadie puede ser fuerte sólo. Tú y tu mamá se ayudaron mutuamente.

-Lo siento, Jack.
-No pasa nada. No lo vuelvas a hacer.
-Lo prometo.
-¿Ya estás mejor?
-Sí. Poco a poco.

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Cuando tenía cuatro ni sabía que el Mundo existía. Y ahora Má y yo viviremos en él para siempre. Hasta que muramos.

Esto es una calle en una ciudad, en un país llamado América. Y la tierra es un planeta azul y verde que siempre gira y no entiendo por qué no nos caemos. Luego está el espacio exterior. Y nadie sabe dónde está el paraíso.

Y Má y yo hemos decidido que como no sabemos lo que nos gusta probaremos todo. Hay tantas cosas aquí. Y a veces asusta. Pero eso está bien. Por qué aún somos tú y yo.

¿Podemos volver a Habitación?

-¿Esto es Habitación?
-Sí.
-¿Se ha hecho pequeña? ¿Dónde está todo?

-No puede ser Habitación si Puerta está abierta.
-¿Quieres cerrarla?
-No.

Má, dile adiós a Habitación.

jueves, febrero 04, 2016

un mundo en cuatro paredes 

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LA HABITACIÓN
data: http://www.imdb.com/title/tt3170832

Ma y Jack viven en una habitación, con una claraboya en el techo por la que ven el cielo. Hay una puerta pero tiene una combinación. Y el único que la conoce es el Viejo Nick. El hombre que cuando Ma tenía 17 años, le pidió ayuda para llevar a un perro enfermo a un auto y la secuestró. Desde entonces, Ma es su prisionera. Y hace cinco años, nació Jack. Lo único que Jack conoce es esa habitación, la claraboya, una televisión con cosas que no saben si son reales o ficticias, un ratón, una serpiente hecha con cáscaras de huevos. El mundo se reduce a esas cuatro paredes, un piso y un techo. Y una claraboya.

“La habitación” es una pequeña película, muy sensible, con actuaciones notables (principalmente la de Jacob Tremblay, el nene que es el narrador de la historia, pero brillan Brie Larson y Joan Allen) y mucha discreción para contar una historia dura. Pero advertimos: “La habitación” no es la historia del secuestro de una joven. No es un policial. No es un drama. Es otra cosa, es la reflexión sobre cuál es verdaderamente lo que llamamos mundo, si lo que existe o lo que conocemos. Si nuestro Universo no está hecho a nuestra medida, a nuestra discreta y limitada medida.

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El guión de Emma Donoghue (sobre su propia novela) está dividido en dos partes: la primera, la vida cotidiana en la habitación; la segunda, la vida cotidiana cuando logran salir de su encierro. Si el primer segmento plantea la angustia de una madre tratando de darle un marco de crecimiento a su hijo, en una situación desesperada, la segunda es más dramática. Cuando todas las arbitrariedades del encierro se superan, está la libertad. Todo es posible en el mundo, fuera de la habitación. Pero el shock es distinto para los protagonistas. El niño se adapta más fácilmente. Porque para él, el mundo es algo nuevo, algo por descubrir. Ve todo con nuevos ojos. Es todo una primera vez. Para Ma, la protagonista, todo se derrumba a la salida. Para ella el mundo no es un nuevo lugar: es el mundo que perdió. Y es el recuerdo de esos siete años fuera del mundo lo que la atormenta. Lo nuevo es una posibilidad; el pasado, una amenaza.

El filme dirigido por Lenny Abrahamson reflexiona sobre otro punto interesante, la conformación de nuestro entorno por la experiencia, por el contacto diario con la realidad. Jack ha sido artificialmente formateado a un espacio limitado, a un entorno pequeño con pocas fuentes externas de información. Cuando Jack pone un pie fuera del mundo, su primera reacción es de mareo. Jack está atontado, se tambalea, está sobrecargado de información. Como espectadores nos hacemos la pregunta de hasta qué punto nuestro universo (nuestra concepción del universo) no es tan limitado como el de Jack. Si lo que concebimos es siempre más elemental que lo real, que lo existente.

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Otra reflexión interesante de “La Habitación” es cuáles son nuestros criterios para dilucidar lo que es verdadero o real. El problema que enfrenta Jack, encerrado en una habitación, es cómo discriminar si el mundo que su madre le cuenta, el mundo fuera de las paredes del cuarto, es un invento suyo o una realidad. No hay nada más que la fe en su madre para dirimir esa cuestión. Pero esa decisión no le pertenece, no tiene ningún control sobre ella. Salir de la habitación tampoco le resolverá el tema: sólo cambia la escala.

La escena final del filme es la resolución del conflicto. La madre ha forzado al niño salir de la habitación. Pero ella, paradójicamente, sigue presa de esas paredes, aún cuando haya salido. “Má, dile adiós a Habitación” es la última frase de Jack y de la película. Ambos, madre e hijo, cierran el círculo.

A veces, es saludable despedirse del pasado. Sobre todo cuando hay un mundo esperando por nosotros ahí afuera.

Mañana, las mejores frases.

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