jueves, enero 28, 2016
el maestro de los plano secuencia
REVENANT: EL RENACIDO
data: http://www.imdb.com/title/tt1663202
Esta página supo sostener a tipos como Tarantino y González Iñárritu, así que tenemos el gusto de tener la independencia suficiente para que, ahora cuando la crítica se llena la boca con sus últimas películas, poder decir que no nos gustaron tanto. “Revenant: el renacido” tiene momentos soberbios pero nos parece que, como en el caso de “Los 8 más odiados”, le sobra metraje. Visualmente, González Iñárritu muestra su destreza, llevando a la pantalla imágenes que cuesta trabajo desentrañar cómo fueron filmadas. Pero el hueso dramático de la historia es simple por lo que la lucha de Hugh Glass para sobrevivir (pese a todo) no deja de ser esquemática. Una condensación de sus 156 minutos, la hubiera favorecido considerablemente.
“Revenant: el renacido” es la historia de una sobrevivencia. En la primera frase del filme oímos la tesis de la película: “Sé que quieres que esto se acabe. Estoy justo aquí. Estaré justo aquí. Pero no te rindas. ¿Me oyes? Mientras aún puedas sostener un aliento, sigue peleando. Respira... Sigue respirando”. Esta frase es un recuerdo del protagonista, dicho a su hijo en un momento crítico de su vida. Pero tiene un eco bíblico, un mandato divino: no despreciar el regalo de la vida, luchar hasta que ese don te sea arrancado de la piel, hasta que no haya aliento para retenerlo entre tus manos.
Esa consigna es la que lleva al extremo Hugh Glass, el protagonista de la película, basada en una historia real. Glass era un cazador que en agosto de 1823, en Dakota del sur, se enfrentó al ataque de un oso que le produjo serias heridas. Imposibilitado de moverse, con fuertes heridas y una pierna rota, fue abandonado por sus compañeros, que no se quedaron a esperar su muerte. Glass, solo en un lugar hostil, a cientos de kilómetro del Fuerte Kiowa donde había salido, emprendió el regreso por su cuenta. Créase o no, el hombre sobrevivió y llegó al final del viaje.
En esa epopeya se basa la película de Alejandro González Iñárritu. Añade un elemento de venganza y concentra la lucha de Glass en la búsqueda obsesiva de John Fitzgerald, el hombre que lo dejó por muerto y que mató a su hijo (indio para más datos). La necesidad dramática del protagonista no es sólo sobrevivir: es sobrevivir para vengarse. O para no hacerlo, como se verá como disyuntiva ética a lo largo de ese viaje.
Leonard DiCaprio en la piel (literalmente) de Hugh Class, hace un papel que se destaca más por la proeza física que por la fuerza de la interpretación. Que quede en claro: la misma historia lo limita. Porque hay algo elemental, básico, salvaje a niveles primitivos, que sostiene a Glass con vida. El ambiente es una caja de resonancia de esos ecos elementales para mantenerse vivo. Lo salvaje está en cada paso de la región del Misuri. Los personajes sólo se conectan a ese contexto y apenas pueden trascender en ese nivel de elementalidad. Por lo que la jornada actoral de DiCaprio es atravesar el páramo con la piel hecha jirones. Para transmitir ese tono salvaje, la fotografía de Emmanuel Lubezki es imprescindible.
Muchas de las escenas de la película son plano secuencias, una especialidad de Alejandro González Iñárritu. Y hay que señalar que un par de escenas tienen la virtud de dejar pensando al espectador cómo fue que logró filmarlo. La secuencia del ataque del oso es soberbia. Al espectador le parece estar luchando con el oso cara a cara y que siente hundir las garras en la propia carne. Impecable. El otro plano secuencia que me dejó con la boca abierta, fue la persecución de los indios a Grass, cuando se le acaba la planicie y cae, con caballo y todo, al vacío, sobre unos pinos. Y todo sin corte alguno de la cámara. (Sí, ya sé, tiene que haber un corte, no lo tiraron a DiCaprio al vacío; pero es increíble el efecto final). Estos hallazgos visuales de “Revenant: el renacido” me parece que son los apuntes más memorables de la película.
Tom Hardy es el contrapunto de DiCaprio en un papel que tiene la desventaja de ser unidimensional. Por eso, insistimos, no nos llenó tantos los ojos las actuaciones (por más que DiCaprio puede llevarse un Oscar) que las imágenes propiamente dichas.
Buen filme pese a los peros señalados. Pero no vayan con grandes expectativas.
Mañana, las mejores frases.
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