jueves, febrero 12, 2015
frases de “El Código Enigma”
¿Cree que porque está sentado donde está y yo estoy sentado donde estoy, que está en control de lo que está a punto de suceder? Se equivoca. Yo estoy en control. Porque sé cosas que usted no sabe.
-Ahora, aquí dice que era un prodigio en el Departamento de Matemáticas.
-Yo no estoy seguro de que pueda evaluar eso, señor...
-¿Qué edad tiene, señor Turing?
-Eh… 27.
-¿Y qué edad tenía cuando se hizo miembro en Cambridge?
-24.
-¿Y qué edad tenía al publicar este ensayo que tiene un título que apenas puedo entender?
-Eh… 23.
-¿Y usted no cree que califica como un prodigio certificado?
-Bueno, Newton descubrió el Teorema Binomial a los 22 años. Einstein escribió cuatro ensayos que cambiaron al mundo a la edad de 26 años. Por lo que puedo decir, yo apenas he hecho un par de cosas.
Creo que acaba de establecer el récord para la entrevista de trabajo más corta en la historia militar británica.
-¿Cómo diablos se supone que va a descifrar comunicaciones alemanas, si usted no habla alemán?
-Bueno, soy realmente excelente resolviendo crucigramas.
Los códigos alemanes son un rompecabezas. Un juego, al igual que cualquier otro juego.
-No, Enigma no es difícil; Es imposible. Los americanos, los rusos, los franceses, los alemanes, todo el mundo cree que Enigma es irrompible.
-Bueno. Déjeme intentarlo y lo sabremos a ciencia cierta. ¿No es así?
Bienvenidos a Enigma.
Si no pueden jugar juntos, entonces me temo que no podemos dejarle jugar en lo absoluto.
-Éste es Stewart Menzies. De MI6.
-Sólo hay cinco divisiones de inteligencia militar. No hay un MI6.
-Exactamente. Ése es el espíritu.
-Señor Turing, ¿sabe cuántos militares británicos han muerto a causa de Enigma?
-Eh… No. No lo sé.
-Tres mientras hemos tenido esta conversación. ¡Oh! Mire… ¡Ahí va otro.
Esta guerra, que el Comandante Denniston ha estado teniendo, no estamos ganándola. Quiebre el código y al menos tendremos una oportunidad.
-Ya sabes, para lograr esta rutina de genio irascible, uno realmente tiene que ser un genio, Alan. Y sin embargo, nosotros somos los que estamos haciendo progresos aquí, ¿verdad?
-¿Oh, lo hacen?
-Sí, lo hacemos. Hemos descifrado una serie de mensajes alemanes mediante el análisis de la frecuencia de la distribución de las letras.
-¡Oh! Incluso un reloj estropeado marca bien la hora dos veces al día.
Estoy diseñando una máquina que nos permitirá quebrar todos los mensajes, todos los días, al instante.
Enigma es una máquina muy bien diseñada. Nuestro problema es que sólo estamos utilizando a hombres para tratar de vencerla. ¿Y si sólo una máquina puede derrotar a otra máquina?
-Alan, no puedes simplemente despedir a Keith y a Charles.
-Bueno, él acaba de decir que puedo.
-¡No! Yo no hice tal cosa.
-Pero Churchill lo hizo.
¿Sabe por qué a la gente le gusta la violencia? Es porque se siente bien. Los seres humanos encuentran a la violencia profundamente satisfactoria. Pero remueva la satisfacción y el acto se convierte en algo hueco.
A veces es la misma gente de la que nadie sospecha nada, las que hacen las cosas que nadie puede imaginar.
-Tienen seis minutos para… eh… completar la tarea delante de ustedes. Eh… caballeros y dama: comiencen.
-Seis minutos. ¿Es eso siquiera posible?
-No. A mí me lleva ocho.
Cuando la gente habla entre sí, nunca dicen lo que quieren decir. Dicen algo más y se espera que sólo sepas lo que significa.
Eh… en realidad, todo el asunto es… es bastante… eh... decoroso.
Algunas personas pensaron que estábamos en guerra con los alemanes. Incorrecto. Estábamos en guerra con el reloj. Gran Bretaña estaba literalmente muriéndose de hambre. Los estadounidenses enviaron más de cien mil toneladas de comida cada semana y… eh… todas las semanas los alemanes mandaron nuestro pan, que necesitábamos desesperadamente, al fondo del océano.
Nuestro fracaso diario fue anunciado con las campanadas de la medianoche. Y el sonido perseguiría nuestros sueños no deseados. Tic... tac... tic.
Medianoche. Todo el trabajo que hemos hecho hoy es inútil.
-¿Estás tratando de construir tu máquina universal? Leí tu ensayo en la Universidad.
-¿Es que ya se enseña?
-No. No. No. Yo fui precoz.
-No sabía que bebías.
-Él no lo hace, en realidad. Él sólo como que da sorbos a la espuma.
-Bueno, le diré un pequeño secreto, ¿señorita...?
-Clarke.
-Señorita Clarke…
-Por favor.
-La espuma es mi parte favorita, también.
Porque soy una mujer haciendo el trabajo de un hombre. Y no puedo darme el lujo de ser una idiota.
Alan... no importa lo listo que seas: Enigma es siempre más inteligente.
-Eso es, eh... en realidad no es una idea totalmente terrible.
-Creo que ese fue Alan diciendo “gracias”.
Él tiene razón. Alan tiene razón. Su máquina puede funcionar y es, probablemente, la mejor oportunidad que tenemos.
Bueno. Él es un maricón. No un espía.
-Joan... ¿es tu segundo nombre Caroline o Catherine?
-Elizabeth.
-Eh, Joan Elizabeth... Clarke, eh... ¿quieres casarte conmigo?
Por supuesto que las máquinas no pueden pensar como la gente lo hace. Una máquina es diferente de una persona. Por lo tanto, piensan de manera diferente. La pregunta interesante es: sólo porque algo… eh… piensa diferente a ti… ¿significa eso que no está pensando?
-El amor hará que un hombre haga cosas extrañas, supongo.
-En este caso, el amor acaba de hacer perder a Alemania toda la maldita guerra.
Dios mío, lo hiciste. Acabas de derrotar al nazismo con un crucigrama.
Hay cinco personas en el mundo que conocen la posición de cada barco en el Atlántico. Están todos en esta habitación.
A veces no podemos hacer lo que se siente bien. Tenemos que hacer lo que es lógico.
Si alguien está esperando una mentira, tú puedes sólo… eh… darles una.
Nuestro trabajo es… es, no salvar a un convoy de pasajeros. Es ganar la guerra.
-No eres Dios, Alan... Tú no puedes decidir quién vive y quién muere.
-Sí. Lo hacemos.
-¿Por qué?
-Porque nadie más puede hacerlo.
Alan, rara vez tengo motivos para decir esto, pero eres exactamente el hombre que siempre esperaba que serías.
Algunos aconsejan sobre el guardar secretos. Es mucho más fácil si no los conoces en primer lugar.
Dios, ojalá hubieras sido un espía. Serías mucho mejor en esto que él.
-¿Tú… has colocado a un... un agente soviético en Bletchley Park?
-Es realmente muy útil poder filtrar lo que queramos a Stalin. Churchill es demasiado paranoico.
Conozco a un montón de espías, Alan. Tienes más secretos que los mejores de ellos.
Oh, Alan... ¡vamos a tener una guerra tan maravillosa juntos!
Tú… tú... tú no eres el marido perfecto. Bueno, te prometo, no tengo ninguna intención de ser la esposa perfecta. Yo no voy a estar preparando tu cordero todo el día, mientras llegas a casa de la oficina. Voy a trabajar. Vas a trabajar. Y nos vamos a hacer compañía uno al otro. Vamos a estar en la mente del otro. Eso suena como un matrimonio mejor que la mayoría. Porque me preocupo por ti. Y tú te preocupas por mí. Y nos entendemos el uno al otro más que nadie lo ha hecho.
Cada día decidimos quien vive y quien muere. Todos los días ayudamos a los Aliados con la victoria y nadie lo sabía. Stalingrado. Las Ardenas. La invasión a Normandía. Todas las victorias que no hubieran sido posibles sin la inteligencia que aportamos. Y la gente habla de la guerra como esta épica batalla entre… eh... civilizaciones... La libertad frente a la tiranía. La democracia contra el nazismo. Ejércitos de millones sangrando en el suelo, flotas de barcos que se hunden en los océanos, aviones tirando bombas desde el cielo hasta que borraron el mismo sol... La guerra no era así para nosotros. Para nosotros, era sólo media docena de entusiastas de los crucigramas en un pequeño pueblo en el sur de Inglaterra.
Dios no ganó la guerra. Nosotros lo hicimos.
Entonces, dígame... ¿qué soy? ¿Soy una máquina? ¿Soy una persona? ¿Soy un héroe de guerra? ¿Soy un criminal?
Como he dicho… no lo conocía muy bien.
No estoy solo. Nunca lo he estado. Christopher ha llegado a ser tan inteligente…
Nadie normal podría haber hecho eso. ¿Sabes? Esta mañana yo estaba en un tren que pasó por una ciudad que no existiría si no fuera por ti. Compré un boleto de un hombre que probablemente estaría muerto, si no fuera por ti. Leí en mi trabajo que hay todo un campo de investigación científica que sólo existe gracias a ti. Ahora, si lo quisieras, podrías haber sido normal. Te puedo prometer que yo no querría. El mundo es un lugar infinitamente mejor precisamente, porque no lo fuiste.
Comments:
Publicar un comentario