<$BlogRSDUrl$>

críticas chatarras

miércoles, marzo 27, 2013

frases de “Anna Karenina” 

 photo annakarenina92_zps10bc10eb.jpg

Sé buena hoy.

-Alexei, ¿crees que un matrimonio que duró nueve años y con hijos, no cuenta para nada contra un capricho?
-No. Muy bien. Pero el pecado tiene un precio.

El papeleo es el alma de Rusia. La vida rural es sólo el estómago.

Es tan injusto. Te casas por amor y eres un buen marido... Los niños llegan, los años pasan... Y así, de repente, tu esposa envejece, su cabello está delgado. Y su cuerpo... Mientras que tú mismo, todavía tienes tu vigor. Y luego te encuentras mártir de la distracción por tantas mujeres a tu alrededor.

Es sólo uno de esos ricos y apuestos oficiales de caballería que no tiene nada mejor que hacer salvo hacerle el amor a una hermosa mujer.

Estás en el lado equivocado de la historia. No porque el privilegio sea inmoral. Sino porque es irracional.

El amor romántico debe ser la última ilusión del Antiguo Régimen.

 photo annakarenina98_zps5f0d1921.jpg

-Creí que volverías casado.
-¿Eso creíste?
-Pero sólo volviste con un sombrero.

Por el amor de Dios, ¿qué he hecho?

-No estoy acostumbrada a que me hable así, un hombre que vi una vez en una estación ferroviaria.
-Me atrevo a decirlo, pero si no bailo contigo me saldré de esta opereta y me iré a casa.
- Está bien. ¡Lo haré por Kitty!

-Si eres un hombre bueno, te olvidarás de todo.
-Lo haré ¿y tú lo olvidarás?

Tu marido es un santo. Y todos debemos atesorarlo por el bien de Rusia.

¡La sombra de Anna ha llegado antes que Anna!

No tengo paz que dar. No puede haber paz para nosotros... Sólo miseria o la felicidad más grande.

Tu marido es imposible. Sus opiniones son completamente equivocadas, pero él habla tan brillantemente que gana cada discusión.

 photo annakarenina95_zpse286482e.jpg

-He venido a llevarte a casa.
-No. Me quedaré. Manda el carruaje de vuelta por mí.

Es posible que, sin darte cuenta, por indiscreción y descuido, le hayas dado al mundo, la oportunidad para hablar de ti.

-¿Quieres las noticias de Moscú?
-¿De Babilonia? No.

-Este hombre no merece tus lágrimas. Créeme.
-No me importa él. Ni siquiera pienso en él. O ella. Excepto que la odio.

-¿Por qué lo llaman enamorarse?
-Por qué es amor.

-De cualquier forma, alguien podría estar mirando. Pero estoy condenada de todas maneras.
-Yo no. Fui bendecido.

 photo annakarenina94_zps46044b87.jpg

-¿En qué estabas pensando? Dime.
-Estoy embarazada.
-¡Ay, mi amor!
-Bueno, el amor jamás fue un juego para nosotros. Hay una cuota por vivir ocultos en las esquinas.

Las leyes son hechas por los esposos y padres.

-Tengo que decirte que te comportaste inapropiadamente hoy.
-¿Y cómo fue eso?
-Al mostrar tus sentimientos abiertamente, cuando uno de los jinetes se cayó.

Le agradezco a Dios que la maldición del amor me ha dejado.

Alexei... El divorcio es una cosa. Pero la cena es otra distinta.

-¿Morirías por amor, Konstantin Dmitrich?
-Yo lo haría. Pero no por la mujer de mi prójimo.

Yo traté de salvarla. Ella eligió la ruina.

 photo annakarenina93_zpsa856e3df.jpg

Te has humillado tú y has deshonrado a un hombre que ha dado su vida por Rusia.

Por favor, por favor, por favor... ¡deja de tronarte los nudillos!

Soy una mala mujer... Pero me asfixio.

Anna no es ninguna criminal. Le llamaría si hubiera roto la ley. Pero rompió las reglas.

¿Tu madre quiere que te cases con la viuda o con su hija?

-¿No me desprecias por lo que hice?
-No. Yo desearía hacer lo mismo. Sólo que nadie me lo pidió. La verdad es que no tendría tu valor.

-¿Cómo se sabe qué es lo correcto?
-Sólo lo sabes. ¿De qué otra forma?

-Yo creo en la razón.
-“Razón”. ¿Acaso tu razón eligió a tu esposa?

martes, marzo 26, 2013

cómo abordar un clásico 

 photo annakarenina97_zps2f205a67.jpg
ANNA KARENINA
data: http://www.imdb.com/title/tt1781769

El problema con los clásicos es que han sido tantas veces representados que toda nueva incursión corre el riesgo de la repetición. Joe Wright se topó con ese problema en “Orgullo y Prejuicio” y lo resolvió más que satisfactoriamente. Y cuando aborda “Anna Karenina”, toma un riesgo y, a nuestro entender, también cumple el cometido. Esta versión del clásico de Tolstoi no ha despertado la pasión de la crítica. Pero vale la pena llamar la atención sobre los recursos que Joe Wright utilizó para contar, otra vez, esta historia y que parezca distinta. Lo que para algunos es pretencioso, desbordado, artificioso, para nosotros nos parece una inteligente decisión de un talentoso director que se permite ser audaz y trabajar con el material, sin transitar caminos que otros han elegido. Así que vale dedicarle un momento a esta película y a las ideas que hay detrás.

“Anna Karenina” empezó como un folletín por entregas que León Tolstoi publicó entre 1875 y 1877, con una edición final ese último año, con el “corte” que tenía pensado el escritor. Leemos en el artículo en Wikipedia, que Tolstoi se inspiró en María Hartung, la hija de Alexander Pushkin, para desarrollar el personaje de Anna. Y que tras conocerla en una cena, soñó “un aristocrático codo desnudo” que fue el comienzo del personaje.

“Anna Karenina” es una tragedia. La tragedia de una pasión. Una pasión que emerge en la vida de una aristócrata rusa para arriesgar esposo, hijos, familia, reputación social. El amor como una tragedia, el amor como una fuerza irrefrenable y destructiva. Tolstoi contrapone el amor puro de Kitty – Liovin con el sexual de Anna y Vronski. El amor que se realiza en el matrimonio cristiano con aquel que se deja librado a las pasiones.

 photo annakarenina91_zps540fff27.jpg

Wright toma el original y enfatiza el rol de Anna. Anna es una mujer fuera de su tiempo. Una mujer que arriesga todo por su felicidad. Para su sociedad, Anna es un mal ejemplo. Para nuestra tiempo, que Anna ame a su hijo y pretenda la felicidad personal, nos parece razonable. Tolstoi asume que podemos racionalizar nuestras pasiones; hoy comprendemos que poco puede hacerse al respecto. Anna es una heroína trágica por su tiempo. Sólo en esos estrechos límites de su tiempo y de su nación, Anna se inmola. En estos tiempos, lo suyo no da carnadura de heroína de novela; apenas un chimento de barrio en la peluquería, entre página y página de la revista “Hola”. Tal falta de épica ha subestimado el amor en estos tiempos.

Una idea central de la traducción cinematográfica de Joe Wright es la teatralidad de la historia. Gran parte de las escenas se desarrollan sobre un escenario. Los límites de la realidad del relato se desvanecen cuando vemos a los personajes desplazándose sobre un escenario que aparece a escondidas, como un elemento más del Universo en el que se desarrolla la historia. Conste: no es teatro filmado. Es un elemento del teatro, el escenario, inserto inverosímilmente en la historia. Una carrera de caballos, por ejemplo, se representa por una platea asistiendo al trote de los caballos y sus jinetes sobre el escenario de un teatro.

 photo annakarenina90_zps2e1d203a.jpg

¿Por qué hace eso Wright? ¿Por un mero afán de innovar? No. Es un elemento central de la lectura que Wright (y su guionista, Tom Stoppard) le dio a la historia. La sociedad aristócrata en la que se presenta Anna, es una sociedad de ostentación, de muestra, de movimientos desarrollados hacia los otros. La serie de convenciones en cada presentación social, es una puesta en escena a los otros, es una representación teatral que se hace, en cada momento, en cada lugar. Esa angustia de las convenciones se potencia por el artificio del teatro. El teatro, por estar fuera del lugar del verosímil de la historia, es un elemento de crítica del autor. Todos los personajes son juzgados. Juzgados por los otros, platea permanente. Y esa imposición tiránica preanuncia la tragedia de Anna, una sombra que es imposible de obviar. La artificialidad del recurso teatral, en este caso, contribuye a darle peso dramático a la historia. Es una herramienta ingeniosa y válida. Y es el principal hallazgo de esta versión.

Cabe reflexionar sobre aquellos individuos que viven para otros, que actúan conforme a las opiniones de los terceros. Ellos sólo pueden vivir de la aprobación del otro. Y cuando son excluidos del grupo, dejan de tener una razón para vivir. La aprobación social, en el caso de Anna, es el aire que respira. Cuando le falta ese sostén, sobreviene la tragedia. (Para pensar: en tiempos del festejo del ridículo y la infamia, cuántas vidas habremos salvado.)

 photo annakarenina96_zpsa5eae69e.jpg

El ariete fundamental es la labor de Keira Knightley, actriz fetiche de Joe Wright. Como es habitual, Knightley es una especialista en transmitir emociones con una mirada, un guiño, un labio mordido. Es una eximia del primer plano. Y es una herramienta básica a la hora de dar veracidad a esa puesta que linda con lo artificial elegida por Wright. Keira Knightley nos hace creer lo que vamos a ver. Y somos capaces de “perdonarle” caer en brazos de una pasión de forma tan incondicional y sin red.

Hay una escena que es brillante y que resume todos los factores comentados, la escena del baile, en la que Anna conquista y es conquistada por Vronski. Resume, como una buena muestra, las virtudes de la película.

Mañana, las mejores frases.

viernes, marzo 08, 2013

frases de “The Master” 

 photo themaster97_zps61701450.jpg

Siéntese, lo lamento. Estoy ajustando la luz. Debe entender que estoy ajustando la luz.

Me dedico a muchas, muchas cosas. Soy escritor, doctor, físico nuclear, filósofo teórico pero por encima de todo soy un hombre. Un hombre irremediablemente inquisitivo, igual que tú.

Antes de que existiera La Causa, era espantoso. Pavoroso. Era un ciclo, al igual que la vida. Nacimiento, excitación, desarrollo, decadencia, muerte. Y ahora... ahora... ¿qué les parece esto?

Se acerca un dragón grande, con sangre escurriéndole de las fauces y los ojos rojos. ¿Y qué tengo yo? Un lazo. Lo fustigo. Se lo enredo en el cuello y lucho con él. Lucho y lucho hasta tumbarlo. Y de pronto le digo: “¡Siéntate, dragón!”. Y el dragón se sienta. Le digo: “¡Quieto!" Y el dragón se queda quieto. Y le pongo una correa. Lo saco a pasear. Y en ese momento estamos ahora. Me obedece cuando le digo que se quede quieto. Luego le enseñaremos a echarse boca arriba y hacerse el muerto.

-Cada vez que se sienta a escribir lo atacan de algo nuevo. Y pasa demasiado tiempo defendiéndose.
-¿Quién lo ataca?
-Gente que está asustada. Gente que es codiciosa. Ex esposas.

Nosotros no pertenecemos al reino animal. Somos criaturas muy distintas. Nos erigimos como espíritus, no como bestias. Tú no eres presa de tus emociones.

 photo themaster96_zps3a2cc8d9.jpg

-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.

Es bueno reír durante un tratamiento. A veces lo olvidamos aunque sea con un sonido animal.

¿Podrías responder otra serie de preguntas sin parpadear?

¿Crees que Dios te salvará de lo ridículo que eres?

-Recuerda un sonido.
-Ella está cantando. Su voz me tranquiliza.

-¿Eres miembro de Los Gobernantes Ocultos?
-No sé que es eso.
-Cualquier organización comunista.
-No.
-¿De alguna fuerza invasora de este planeta u otro?
-No, señor.
-Eres el chico más valiente que he conocido.

Disculpe. Disculpe.

 photo themaster92_zps6ba07bdf.jpg

-Entenderá el escepticismo...
-¡Sí!
-... ¿o no?
-Sí, sí. De otra forma todos tendríamos carga positiva, nadie negativa. Carga nula. Es indispensable.

-¿A qué parte de viajar al pasado le teme tanto?
-No me da miedo.
-¿Teme que podamos descubrir que se ha reformado nuestro pasado? ¿Que se ha distorsionado? ¿Y que quizá lo que creemos saber de este mundo sea información falsa?

Si sabe la respuesta a sus preguntas, ¿por qué pregunta, cerdo de mierda? No estamos indefensos. Y buscamos combatir la ignorancia. Si no le importa, que tenga buenas noches.

Caímos tan bajo como para tener que dar explicaciones, ¿y por qué?

La única forma de defendernos es atacando. Si no lo hacemos, perderemos todas las batallas que entablemos. Nunca dominaremos nuestro medio como se debe a menos que ataquemos.

¿Qué hiciste, soldadito mío?

 photo themaster91_zps2f7f3ec0.jpg

Actúas como un animal. Como un sucio animal que se come su propia mierda si le da hambre.

Debemos recordar dónde nos conocimos. Me acosa la duda. ¿A ti no?

Puedes hacer lo que te venga en gana, mientras yo no me entere. Y mientras ninguno de mis conocidos se entere. Fuera de eso, no sigas con esta idea.
Déjate de tonterías. No les resultó a ellos y tampoco te resultará a ti. Bastantes problemas tenemos ya, ¿me oyes? Termina, ¿sí?

-Tu padre está hablando. Quizá aprendas algo.
-Inventa todo sobre la marcha. ¿No te das cuenta?

Se te inculcó hace millones de años tu temor a la captura y al encarcelamiento. Has librado esta batalla desde antes de tener uso de razón. Tú no eres así.

-¡Estamos en medio de una batalla que data de billones de años y nos trasciende a ambos!
-¡Estás inventándolo! ¡Inventas todo! ¡No sabes lo que dices!

Dudo que Freddie esté tan comprometido con La Causa como La Causa con él.

 photo themaster101_zpse46de1c1.jpg

Gracias a todos por su honestidad. Pero, si no estamos ayudándolo, somos nosotros los que le hemos fallado.

-Camina a esta ventana de acá. Toca un lugar de la ventana y descríbemelo.
-Se siente como vidrio.
-Porque es un vidrio.

¡Jodida pared!

A ésta la llamamos “Aplicación 45, Versión 1”.

Doris. Ella terminó contigo, ¿verdad? Te vio como lo que en realidad eres: egoísta y solitario. Deberías ingresar al hospital junto con tu madre porque ahí es donde debes estar. Porque estás enfermo, estás cansado y necesitas estar solo, lejos de la gente.

Es una jodida pared. Y no estoy adentro de ella. No estoy adentro de ella. Es una ventana y puedo irme cuando yo quiera. Pero decido no hacerlo. Decido quedarme aquí.

-¿Qué contiene?
-Mi obra no publicada. El trabajo de toda mi vida.

 photo themaster95_zps36061df5.jpg

Tome las riendas de su vida. Tome las riendas de su vida.

He desentrañado y descubierto un secreto para vivir en estos cuerpos que ocupamos. Y sí, es muy, muy muy, muy serio. El secreto es... la risa.

Que es pésimo. Si por mí fuera, lo reduciría a un folleto de tres páginas y se lo daría a la gente en la entrada del subte. Pero edité sus libros anteriores.

-Pues, ya empecé a leerlo y en la página 13 noté que hay un cambio. Cambió la pregunta de la plataforma de tratamiento. Ahora dice: “¿Puedes imaginar?”.
-Sí. Sí.
-Si el método previo consistía en inducir recuerdos con: “¿Puedes recordar?”. No altera todo que ahora preguntemos: “¿Puedes imaginar?”.
-Invocamos un ámbito más amplio que explica la información nueva. “¿Puedes imaginar?” permite que la mente siga un canal más creativo. Más abierto.
-Pero si la nueva...
-¿Qué quieres, Helen? ¡Ésta es la nueva obra!

El juego se llama “Elige un Punto”. Eligen un punto y conducen directo hacia ese punto lo más rápido posible.

¿Quién te quebró, Freddie?

 photo themaster100_zps34d25be7.jpg

Esto es algo que, o lo haces por un billón de años, o no lo haces. No es por moda. Es inútil. No le interesa mejorar. Se ha ablandado mucho.

Freddie... marinero de los mares. No pagas alquiler. Eres libre para ir adonde quieras. Pues, vete. Alcanza esa libertad sin tierra y buena suerte. Pues, si descubres una forma de vivir sin servir a ningún amo, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo lograste. Pues serías el primero en la historia del mundo.

-Si te vas de aquí, no quiero volver a verte. O puedes quedarte.
-¿Quizá en la próxima vida?
-Si nos encontramos en la próxima vida, serás mi enemigo acérrimo y no tendré piedad contigo.

 photo themaster93_zps8b132bfd.jpg

jueves, marzo 07, 2013

la formación de un dogma 

 photo themaster94_zps8841f860.jpg
THE MASTER
data: http://www.imdb.com/title/tt1560747

De la verborragia de las primeras películas de Paul Thomas Anderson (i.e. “Boggie Nights” o “Magnolia), su filmografía derivó a obras en los que las palabras no se han reducido en número, pero han perdido peso específico para entender las acciones de sus personajes. Seres como Daniel Plainview o la dupla Freeddie Quell y Lancaster Dodd, no pueden ser comprendidos por lo que dicen, sino por lo que hacen. Tal vez porque ni ellos mismos pueden racionalizar sus deseos y sus acciones son guiadas por un impulso vital y siniestro, básicamente incomprensible.

Algunos pueden creer que “The Master” es la historia de L. Ron Hubbard y la Iglesia de la Cienciología. No parece lo fundamental. “The Master” es un estudio sobre la formación de un dogma. Sobre la necesidad del encuentro de dos partes: el que necesita creer, el que necesita ser creído. Esa es la profunda observación de Paul Thomas Anderson en una de las mejores películas de esta tanda de nominadas al Oscar.

 photo themaster90_zpsea870baa.jpg

“The Master” (como lo fue “Petróleo sangriento”) no es una película de fácil empatía. No es oscura, ni árida. Pero las principales cosas pasan en un segundo plano, más por lo que significan los diálogos que lo que esos parlamentos dicen en sí. El desencuentro final de Freddrie y Lancaster es un buen ejemplo. Su último diálogo define esa simbiosis de los personajes, esa necesidad de justificar sus psicopatologías a partir de la conformación de una creencia.

En la descripción de Anderson hay una interesante reflexión sobre la jerarquía que implica todo dogma, la imposibilidad de que el líder se permita la crítica. (La última escena de Laura Dern con Philip Seymour Hoffman es otro buen ejemplo de esto). Hay una revelación. Pero esa revelación es una construcción que se autojustifica, que no puede ser testeada con los hechos. Ése es el camino de cornisa por el que transita el creyente. El acto de fe necesita que el actor crea sin esperar pruebas. Tal actitud, define el acto religioso. Pero se expone a caer en el engaño o la manipulación. ¿Cuál es la línea que separa creer en una instancia superior o ser engañado por un inescrupuloso? Anderson no responde esa pregunta. Pero plantea la cuestión con la historia de Freddie y de Lancaster, sólo para advertir de la existencia de esa distinción. Usted crea, pero piense lo que le piden hacer como consecuencia de esa creencia.

 photo themaster99_zpsc4feb6e5.jpg

Otra línea de reflexión apunta a los que mueven los piolines detrás de escena, la burocracia que se monta alrededor del líder religioso para estructurar el dogma, para hacerlo operativo. En “The Master”, ese papel lo cumple Peggy Dodd, la esposa de Lancaster, interpretado por Amy Adams. Ella es la que lleva a la nueva iglesia a otro escalón, la que le da forma, alejándolo de la anarquía creativa de Lancaster. En el último diálogo entre Lancaster y Freddie, hay una velada alusión a que ahora Lancaster ha pasado a ser otra pieza del mecanismo, que las decisiones ya no pasan por él. “Eres libre para ir adonde quieras. Pues, vete” le dice Lancaster “Alcanza esa libertad sin tierra y buena suerte. Pues, si descubres una forma de vivir sin servir a ningún amo, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo lograste”. Lancaster es la cara de la nueva iglesia; pero Peggy es el cerebro.

 photo themaster98_zpsc596ab0b.jpg

“The Master” se sostiene en sus dos pilares protagónicos. El siempre sólido Philip Seymour Hoffman y la increíble actuación de Joaquin Phoenix. Su Freddie Quell es notable. La composición física de Phoenix para representar al atormentado ex soldado, obseso sexual, violento e inestable mental, es para destacar. Su postura encorvada, el gesto de sus labios marcados por una cicatriz, la mirada alterada, los músculos contraídos. Para un guión en donde lo sutil es crucial, la interpretación de Phoenix es fundamental. Un ejemplo de la química lograda por los protagonistas, lo da el interrogatorio de Lancaster a Freddie, al practicar su método, repitiéndole, una y otra vez, la misma pregunta, con la consigna de la imposibilidad de pestañear.

Mañana, las mejores frases.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?