críticas chatarras

Creo que te amaría siempre, como sea y donde sea.

Tú... niña traviesa.

Incluso un mayordomo tiene sus favoritos

¿No has oído? Yo no tengo corazón.

-Ni siquiera el Sr. Carson nació en posición de firme.
-Espero por su madre que no.

Señor Bates, si vamos a enfrentar esto, lo haremos como marido y mujer.

En mi lápida ponen “Mrs. Bates” o no descansaré tranquila.

-Si yo fuera un caballero, no querría saberlo.
-Pero no lo eres.
-Afortunadamente.



¿Qué es un fin de semana?

-Me voy por la mañana, Mrs. Grantham. Dudo que nos volvamos a encontrar.
-¿Me lo promete?

De un modo o de otro, todo el mundo camina hacia el altar con la mitad de su historia escondida.

Nadie dice lo que piensa.

A veces me siento como si estuviera en una novela de H.G. Wells.



-¡Santo cielo! ¿Dónde estoy sentada?
-En una silla giratoria.
-¿Otra de sus geniales ideas?
-No. La inventó Thomas Jefferson.
-¿Por qué hoy en día todo supone una lucha con un americano?

A ningún inglés se le ocurriría morir en la casa de otro.

-Entonces, ¿somos amigas?
-Somos aliadas, querida. Lo cual puede ser mucho más efectivo.

No seas derrotista, querida. Es muy de clase media.

Soy una mujer, Mary. Puedo ser tan contradictoria como me plazca.



¡Lo amo, Mr. Bates! Sé que no es propio de una dama decirlo, pero no soy una dama y no pretendo serlo.

Espero que sepa que la gente verdaderamente inteligente, duermen en cuartos separados.

-¿Así que tragó el anzuelo?
-Por lo menos yo no voy a pescar sin carnada.

-Puede que tengamos que tener a una sirvienta en el comedor.
-Anímate, Carson. Cosas peores ocurren en el mundo.
-No peor que una criada sirviendo a un duque.

Tú has vivido tu vida y yo, la mía. Ahora es el momento que la vivamos juntos.

Tengo algo de autoestima. Pero no la suficiente para hacer que te cases con la persona equivocada.

Puedes trabajar con la gente veinte años y no conocerla.

-Lady Sybill y yo vamos a casarnos.
-¿No tienes vergüenza?

El matrimonio es un negocio de largo plazo. No hay manera de salir de ello para gente como nosotros. Uno va a vivir cuarenta o cincuenta años con una de esas mujeres. Sólo asegúrese que sea la correcta.

Eres mucho más agradable de lo que eras antes de la guerra.

Soy americana. No comparto tu odio inglés por el confort.

Dr. Clarkson, no soy una revolucionaria jacobina ni trato de derrocar al mundo civilizado. Sólo estoy pidiendo una cama para un muchacho de este pueblo.

-¿Ése es tu novio, un hombre que presta dinero y luego lo utiliza para chantajear al que lo recibió?
-Vive en un mundo difícil.
-¿Va a unirse a él?



El mundo estaba en un sueño antes de la guerra. Pero ahora se despertó y debemos decirle adiós. Así debemos hacerlo.

Yo lo prohibo. Hombres extraños andando de un lado a otro de la casa. Para no hablar de robarse las cucharas. Está fuera de discusión.

La guerra tiene su manera de distinguir entre las cosas que importan y las que no.

A veces siento como si todos los hombres con los que he bailado están muertos. Y me siento tan inútil, perdiendo mi vida, mientras ellos sacrifican las suyas.

Mantener los estándares es la única manera que podemos mostrar a los alemanes de que no vamos a ser derrotados en al final.