jueves, marzo 01, 2012
frases de “Hugo”
Él te encerrará en su pequeña celda y jamás saldrás. Jamás irás a la escuela. Jamás te casarás ni tendrás tus propios hijos que se roben cosas.
Papá Georges no es mi abuelo. Y no es un ladrón. Tú eres el ladrón.
Claro que lo repararemos. Somos relojeros, ¿no?
El tiempo es... sesenta segundos en un minuto. Sesenta minutos en una hora. El tiempo lo es todo.
Creo que estoy enamorada de David Copperfield.
-¿Por qué me estás ayudando?
-Porque esto podría ser una aventura. Y jamás he tenido una. Fuera de los libros, claro. Creo que debemos ser muy... clandestinos.
-Ya tengo un trabajo.
-Robar no es un trabajo.
-“Robin Hood”. Yo vi esta película. Con Douglas Fairbanks. ¿Tú la viste?
-Jamás he visto una película.
-¿Qué?
-Qué infortunio, ¿no?
-Nos vamos a meter en líos.
-Así sabes que es una aventura.
Mi papá me llevaba mucho al cine. Me contó sobre la primera película que vio. Entró en un cuarto oscuro y en una pantalla vio un cohete volar al ojo del hombre en la luna. Penetró hasta dentro. Dijo que era como ver sus sueños de día.
El cine era nuestro lugar especial. Ahí podíamos ir y ver algo y no extrañar tanto a mi mamá.
Adoro la poesía, sólo que... no en la estación. Estamos aquí para subir a los trenes o bajar de ellos. O trabajar en las distintas tiendas. ¿Quedó claro?
Esto es maravilloso. Me siento como Jean Valjean.
¡Qué idiotez pensar que lo podía reparar! ¡Está roto! ¡Siempre lo ha estado!
Eres muy joven para comprenderlo. No deberías sentir esa tristeza.
-Me lesioné en la guerra y jamás sanará. Buenas tardes, mademoiselle.
-Yo perdí a mi hermano.
-¿Dónde?
-Verdún. Buenas tardes, monsieur Inspector.
Lo que empezó como una novedad se convirtió en algo más cuando los cineastas descubrieron que podían usar el nuevo medio para narrar historias. El cineasta Georges Méliès fue uno de los primeros en reconocer que las películas tienen el poder de capturar los sueños.
-¿Cómo empezó a hacer películas?
-Nadie lo sabe.
-Miren lo feliz que está.
Si alguna vez te has preguntado de dónde vienen tus sueños mira a tu alrededor. Aquí se fabrican.
El tiempo no trata bien a las películas viejas.
-Siempre hace eso. Le da a los libros un buen hogar. Así lo llama él. Tiene un verdadero propósito.
-¿Qué quieres decir?
-Todo tiene su propósito. Hasta las máquinas. Los relojes te dicen la hora. Los trenes te transportan. Hacen lo que deben hacer. Como monsieur Labisse. Quizá por eso las máquinas rotas me ponen triste. No hacen lo que deben hacer. Quizá sea igual con las personas. Si pierdes tu propósito es como si te rompieras. Como Papá Georges.
-Quizá podamos repararlo.
-Ése es tu propósito? ¿Reparar cosas?
-No lo sé. Es lo que hacía mi padre.
A las máquinas no les sobran partes. Siempre tienen las piezas exactas que necesitan. Así que pensé que si el mundo es un gran mecanismo, yo no podía ser una pieza extra. Tenía que estar aquí por alguna razón.
No éramos estrellas como hoy en día. Pero nos divertimos.
Reconocería el sonido de un proyector de cine en donde sea.
Llevas mucho tiempo tratando de olvidar el pasado. Sólo te ha brindado tristeza. Quizá sea hora de tratar de acordarte.
Señor, Madame, adentro tenemos imágenes que se mueven. ¡Vean el evento más grande de sus vidas!
Los trucos mágicos y las ilusiones fueron mi especialidad. El mundo de la imaginación.
Pero estalló la guerra. La juventud y la esperanza desaparecían. El mundo no tenía tiempo para trucos de magia y películas. Los soldados, habiendo visto tanta realidad, se aburrían con mis películas. Los gustos habían cambiado pero yo no había cambiado con ellos. Nadie quería ver mis películas.
Mi castillo encantado quedó en ruinas.
Mi vida me enseñó una lección, Hugo, y no era lo que me esperaba: los finales felices sólo se ven en las películas.
-¡No tengo padres!
-Entonces irás al orfanato. Aprenderás un par de lecciones. ¡Yo las aprendí!
Cómo obedecer órdenes. Cómo no llamar la atención. Cómo sobrevivir sin familia porque no la necesitas. ¡No necesitas una familia!
Yo no entiendo por qué murió mi padre, por qué estoy solo. Ésta es mi única oportunidad... de trabajar.
Damas y caballeros, estoy aquí ante ustedes, esta noche, debido a un jovencito muy valiente que vio una máquina averiada y contra viento y marea la reparó. Fue el truco de magia más compasivo que yo jamás había visto.
Y ahora, amigos míos, me dirijo a ustedes esta noche como lo que realmente son: hechiceros, sirenas, viajeros, aventureros... magos. Vengan y sueñen conmigo.
Tranquilo. Ya soy un hombre completamente funcional.
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