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críticas chatarras

jueves, marzo 22, 2012

el mundo tal como lo conocemos al mundo tal como lo sentimos 

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PERFECT SENSE
data: http://www.imdb.com/title/tt1439572

Una interesante idea desarrolla “Perfect Sense”, guión del danés Kimp Fupz Aakeson, en una sencilla pero eficaz película fantástica: la pérdida de los sentidos, en una epidemia masiva, secuencial y progresiva. El guión de Aakeson (dirigido por David Mackenzie) centra la historia en dos protagonistas, una pareja (él cocinero; ella, epidemióloga) que atraviesa su romance concurrentemente con una catástrofe mundial. Una extraña enfermedad de causas desconocidas asola a la población mundial. Los síntomas empiezan con un desarreglo emocional y, acto seguido, la pérdida de un sentido. Primero el olfato; luego, el gusto. Sigue la audición. Conjuntamente, ataques de angustia, pánico, gula, ira.

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La idea fundamental de “Perfect Sense” es la reducción de los que nos une a lo básico: una pareja besando y tocándose, con los ojos cerrados, compartiendo la respiración del otro. Metafóricamente, la intimidad del amor. No se necesita más para seguir con la vida. Alguien a quien amar, para atravesar juntos el curso de destrucción de la vida.

La trama del filme es coherente con esta idea central, permitiéndose algunas digresiones intelectualmente interesantes. En primer lugar, la idea de como el mundo que nos rodea se define según, no como es, sino como lo sentimos. Interactuamos por el mundo a través de nuestras percepciones, pero cuando ellas cambian, mutan el modo en que nos relacionamos con el contexto y con los otros.

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Cuando se pierde el gusto, cambia drásticamente la ceremonia social del comer. No sólo es incorporar alimentos. Con grasas y harinas se puede vivir. El sabor en sí no tiene importancia. Adicional al acto de comer, está el encuentro social, la percepción de elementos hedónicos a la ingesta de materias primas para el organismo. De este modo, al perder el sentido del gusto, no se anula la ceremonia del comer. La gente busca sustitutos: la textura del plato, el sonido que producen las copas, el color del alimento. En tal sentido, es muy eficaz la escena en la que el periodista gourmet describe la comida del establecimiento del protagonista, en la época posterior a la pérdida del sentido del gusto. Los adjetivos calificativos son táctiles o visuales, suprimidos los sentidos del olfato o el gusto.

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Otra línea para reflexionar es la capacidad del ser humano de recrearse en la tragedia, de rearmarse para volver a poner en marcha la vida, aunque ésta nunca vuelva a ser la misma. Pasado el momento de desconcierto, se reconstruyen la sociedad y se retorna a lo ya conocido: los restaurantes, los hospitales, los servicios de defensa.

Una reflexión más: como la humanidad olvida, habitualmente, una serie de ventajas que posee naturalmente. Cuando se pierde un sentido, se pierde un universo de cosas que damos por supuestas, por preexistentes, aunque no sea así. Existen porque la percibimos de ese modo específico. Ante la pérdida, valorizamos lo que queda. Es notable que no lo valoremos antes, cuando somos poseedores de esa percepción que creemos inmutable. Tal vez, de ser otra la conducta, revalorizaríamos el acto de oler una flor, degustar un chocolate, oír una sinfonía, ver un atardecer. Los simples milagros cotidianos que dejamos de lado, gastados en la repetición de lo rutinario.

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Una última reflexión: cuánto de nuestro bagaje tecnológico se sostendría con una gama limitada de sentidos. Algunos atribuyen a los delfines la misma capacidad cerebral que un ser humano; no son seres tecnológicos porque carecen de una mano con pulgar oponible para hacer herramientas y cambiar su entorno. No sabemos cuán precisa es esa afirmación (posiblemente sea una leyenda) pero sirve como plataforma de especulación. ¿Cuánto tardaríamos en perder nuestro actual nivel de desarrollo tecnológico de la sociedad si perdiéramos el rango de nuestros sentidos? ¿Cuál sería el retraso individual de la sociedad? Un paso más: ¿qué sentidos son cruciales para mantener nuestro nivel tecnológico y cuáles podríamos “prescindir”?

Reflexiones que nos sugiere esta muy buena película, con dos actores centrales para los papeles protagónicos: Eva Green (babita plus) y Ewan McGregor. Para tener en cuenta y agendarla. Mañana, las mejores frases.

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