jueves, junio 23, 2011
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LOS AGENTES DEL DESTINO
data: http://www.imdb.com/title/tt1385826
Ligeramente inspirado en un cuento de Philip K. Dick de los años ’50, “Los agentes del destino” es una más que interesante película de ciencia ficción. No alcanza el nivel de grandeza épica, pero zafa dignamente. Buena pareja central (Matt Damon – Emily Blunt), bien acompañados por los secundarios (se luce Terence Stamp), una estética urbana tipo “Inception” con pocos pero bien distribuidos efectos especiales. Es cierto que uno podría acusar a “Los agentes del destino” de demasiada corrección, una falta de sacudir el árbol para torcer la corrección de la historia contada hasta ahí. También es cierto que puede entenderse tal cautela dado que ésta es la primera experiencia de George Nolfi en la dirección (con experiencia previa como productor de “El ultimátum Bourne” y “Ocean’s Twelve”, entre otras).
“Los agentes del destino” es la historia de un amor contra el destino. Literalmente contra el destino. David es un joven político (políticamente incorrecto, valga el juego de palabras) que en la noche de una derrota electoral, conoce a una chica en un baño (sí, en un baño de hombres además), chica que le cambia la vida. Con sólo verla, David sabe que Elise es la mujer de su vida. Pero la chica se va sin que pueda saber quién es.
Por supuesto: la va a volver a ver. Y será en esa oportunidad que descubra la existencia de una red de agentes (el “Buró de Ajuste”) que se encarga, mediante “ajustes” (léase “casualidades”) corregir las desviaciones al Plan Maestro, escrito por Ustedes Ya Saben Quién.
La mala noticia para David es que el Plan Maestro no contempla que David y Elise lleven una vida juntos. Y los Agentes están ahí, para disuadir a David de ese propósito. Desde ya, para que haya película, David no estará de acuerdo y pataleará lo suficiente para ir contra el escritor del Plan y sus empleados.
Entre las corridas y las persecuciones, hay una idea interesante: cuál es el grado de libre albedrío que uno tiene. Idea fundamental de la Historia, si uno puede cambiar las cosas, si la realidad es producto de nuestras decisiones o si somos títeres de una entidad superior que ya ha trazado todos los desenlaces, sin que nuestra participación pueda influir en el resultado final.
“Los agentes del destino” explora algo un poco más sutil: la necesidad de un tercero omnipresente para corregir los errores de conducción de los humanos. Un proceso de aprendizaje a largo plazo (no sólo para humanos, sino para los agentes del Buró de Ajuste), para que, al fin y al cabo, el Presidente pueda dejarnos el mundo en nuestras manos y retirarse a descansar.
Hay otra línea sugestiva dando vueltas: la sensación de que ciertas cosas (como la persona a la que amamos) se imponen en forma natural contra cualquier argumento fruto de la razón. Esto es, existen cosas que son evidentes por sí mismas. El amor de David y Elise, por ejemplo. Y su evidencia se impone sobre cualquier especulación. Aún, la de Dios. Y si Dios se opone, la opción es clara: debe ser que está equivocado. (No falta aclarar que esta posición es la definición conceptual de amor, una verdad que se autosustenta contra todo y todos).
Así que si acata, aprenda: hágase cargo de su destino.
Mañana, las mejores frases.
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