martes, julio 27, 2010
tuneadas
BRIGADA A / KARATE KID
data: http://www.imdb.com/title/tt0429493 / http://www.imdb.com/title/tt1155076
Las remakes son un asunto delicado. Uno tiene que hacer algo parecido pero diferente. Al menos que hagas la Gran Van Sant y copies, plano por plano, la versión original. ¿Hasta dónde se puede ser parecido sin ser igual? Tal vez la respuesta sea: hasta no traicionar el espíritu del original. Y llevar al plano operativo ese principio es tan etéreo como su definición.
“Brigada A” y “Karate Kid” son dos remakes de dos éxitos de los ’80. Una serie simpática pero muy elemental; una película de clase B que fue un impensado éxito de taquilla. Más riqueza de guión tenía la “Karate Kid” original que la “Brigada A” primitiva. La calidad del guión se invierten en estas versiones del 2010: “Brigada A” tiene muchos más elementos que “Karate Kid”.
Ambas caen, sin embargo, en un error común: los fuegos de artificios. Los originales tenían un elemento común destacado: la simplicidad de sus propuestas. No había necesidad de revoleos de cohetes, saltos en el aire, dobles invertidos, entrenamientos estilo Rocky. “Karate Kid” funcionaba porque el pibe protagonista era común y tenía un karate (en realidad un kung fu, parece) no sofisticado. La imagen de Pat Morita cagando a golpes a los malos, apenas moviéndose, era poderosa. El karate era mucho más una filosofía de vida que un revoleo atlético. La versión del 2010 cae en ese error: a Jaden Smith lo entrenan como si fuera al campeonato del mundo. Y pega saltos en el aire como un profesional con años de entrenamiento. No es verosímil.
Otro error común es la propaganda: en “Brigada A”, el panfleto del ejército de los Estados Unidos en Irak; en “Karate Kid”, el recorrido turístico por China. No ganan mucho con el marco propagandístico de fondo.
Se diferencian, sí, en la superioridad del guión de “Brigada A” y de su elenco, sobre el de “Karate Kid”. Ni Jaden Smith ni Jackie Chang logran dar carnadura a sus personajes. Posiblemente porque el guión no los ayude mucho. Como muestra: nos enteramos por una marca en la pared, que el padre de Dre Parker (el protagonista de “Karate Kid”) se murió. Él debe emigrar con su madre a China porque “ya no tienen nada en Detroit”. ¿Por qué? ¿Cómo murió el padre? ¿Qué siente él por su ausencia? ¿Qué pasa con la mamá? Todas estas preguntas hubieran enriquecido la relación entre Dre y su maestro Han, el padre sustituto que la vida le ha dado. (Y el hijo sustituto como vemos en el final). Responder esa pregunta del protagonista, podría haber dado más emoción a, por ejemplo, la escena de la destrucción del auto de Jackie Chan.
(Entre nosotros, la Posición de la Grulla es claramente superior a la Postura de la Cobra. Que quiere que les diga…)
El elenco de “Brigada A” es muy bueno, encabezado por Liam Neeson. Se destaca Sharito Copley de destacada actuación en “Distrito 9”, acá luciéndose como Murdock, el loco. Hay empatía y química y hasta los malos se destacan. En contraposición, los malos de “Karate Kid” no salen de la caricatura.
De esta comparación, “Karate Kid” es apenas regular y “Brigada A” es buena (por momentos muy buena). Hay otro pero en “Brigada A” respecto a su versión original: es mayor el grado de azar. En más de un tramo, los héroes escapan por auténticos milagros, excepciones al plan. El tanque que sale volando es un buen ejemplo. En la serie original, el fuerte era como Hannibal Smith había trazado todos los universos posibles y tenía todas las bases cubiertas. No había imprevistos en el aceitado mecanismo de relojería de la serie; acá hay más de un deus ex machina para que los protagonistas no terminen contra una pared o con un tiro en la cabeza.
Acorde al mejor guión, los diálogos de “Brigada A” son muy superiores a los de “Karate Kid”. Podrán comprobarlos en los próximos dos posts, con las mejores frases de cada filme.
En suma: pochoclo para disfrutar a medias. No quedarán en la memoria.
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