viernes, enero 15, 2010
un guión 2D para una película 3D
AVATAR
data: http://www.imdb.com/title/tt0499549/
Cuando se conoció que James Cameron volvía al ruedo para filmar una historia que necesitaba la tecnología 3D para ser contada, nos ilusionamos con que en sus manos, esta nueva herramienta encontraría la senda adecuada. Hasta el momento, se ha utilizado el 3D para fascinarnos con objetos arrojados a la cara del espectador o profundidades de campo que provocan el vértigo, pero rara vez están integrados a la historia, no han fundando aún una nueva estética en la disciplina. Poníamos una ficha que tras una década de voluntario ostracismo, Cameron podía ser el tipo que refundara el cine.
Bueno, no.
“Avatar”, sin ser un bodrio, no revoluciona desde lo estético. Y es absolutamente menor en el rubro guión. Los personajes de la historia son tan planos que achatan las imágenes tridimensionales. Operan en un nivel elemental: perfiles psicológicos en blanco y negro, malvados o héroes sin escala. No hay progresión dramática ni sorpresa. Sabemos cómo va a terminar la historia a diez minutos de empezada.
La metáfora del imperialismo yanqui y la evocación a Vietnam en el mundo de Pandora es clara. Pero no se desprende de ella una “lección”, sino una reacción de igual tenor. Cuando los Navi’s vencen, a punta de pistola, echan a los humanos. Nadie ha aprendido nada, nada ha cambiado.
Hay una línea dramática que podría haber dado muy buenos resultados y está apenas sugerida: ¿Dónde somos verdaderamente, en la vida que vivimos o en la que soñamos? ¿Jake Sully es el inválido que arrastra su silla de ruedas y sigue órdenes sin objetar o es el Navi que se gana la confianza de los suyos y aprende el equilibrio del Universo? ¿Dónde está su auténtica naturaleza? ¿Dónde está la realidad? “Avatar” define el conflicto con un deus ex machina hollywoodense, inventando transferencias forzadas. Dramáticamente, el conflicto entre lo que quiere ser y lo que es Jake Sully era varios niveles superior a la resolución elegida.
Aunque no ha logrado establecer una nueva estética en el 3D, James Cameron ha hecho un aporte al filmar con esa tecnología sin pretender aprovecharla al 100% en cada momento del filme. Hay muchas escenas de “Avatar” en la que el espectador le va a costar “ver” la tercera dimensión. Tal vez sea la mayor enseñanza de “Avatar” en estos primeros pasos del 3D: no abusar o, mejor aún, no usar por usar, sino recurrir al efecto cuando tenga algún sentido dramático.
No obstante los peros, la fórmula comercial de “Avatar” es infalible. Y sí… vaya a verla y en 3D porque no va a ser lo mismo en DVD. Claro: vaya con pocas expectativas, para sorprenderse.
Comments:
Publicar un comentario