martes, abril 14, 2009
el pasado no terminó con uno
LUCIÉRNAGAS EN EL JARDÍN
“OK, tú has terminado con el pasado. Pero… ¿el pasado terminó contigo?”. La frase es de “Magnolia” y cabe para esta pequeña película con el estilo cine independiente norteamericano, drama familiar, no antológica pero que merece una atenta mirada. Es otra de esas películas que pasarán desapercibidas por las pantallas locales, ganándose un menosprecio de la crítica que cuesta entender. No es perfecta, no redefine el género, no es un hallazgo estilístico, pero es una buena historia, emotiva, con un gran elenco. Tal vez, el desenlace no es todo lo redondo que uno querría y ahí se escapa parte de la valoración final del film. Pero, aún con esos peros, alcanza para ser catalogada como una buena película.
“Luciérnagas en el jardín” empieza con una escena que define a un personaje. Charles, el autoritario padre de familia, al volante, verdugueando a su hijo que lo retrasó al perder sus anteojos, peleando con su esposa. La escena prevé un palo que no llega sino treinta y pico de años después. La repetición de la escena inicial nos sugiere que ese personaje no puede cambiar, que está preso de su ira, su visón inflexible del mundo y su relación antagónica con su hijo. Todos los elementos están en esa escena. La muerte inicial que sacude el tablero dramático de la historia, desencadena un nuevo juego de enfrentamientos, de secretos compartidos, de frustraciones que el tiempo sólo ha logrado azuzar. Llega la hora de pagar las cuentas y de cerrar heridas.
Dennis Lee (director y guionista del filme) se inspiró en un breve poema del poeta norteamericano Robert Frost, llamado precisamente “Luciérnagas en el jardìn” (el que lee Michael como si fuera suyo):
Aquí vienen estrellas verdaderas a colmar los altos cielos,El poema habla de la pobre imitación de las luciérnagas, pálidos ecos de las estrellas verdaderas. En la película, el conflicto dramático por excelencia es el enfrentamiento de un padre y un hijo. El padre, un hombre frustrado, una persona que ha masticado desilusión y rencor y amargura, inflexible y abusivo; el hijo que lo ha soportado desde la rebeldía, enfrentándolo desde el miedo (en su infancia) a la burla (en su madurez). No parece que el hijo intente imitar el brillo de ese padre. Pero van por el mismo camino: Michael (el hijo) enfrenta una crisis matrimonial como la enfrentó su padre Charles. De las soluciones que se tomen, derivará el futuro.
y aquí en la tierra llegan emulantes voladores,
que aunque nunca igualen en tamaño a las estrellas,
(y en el fondo realmente nunca lo han sido)
a veces logran un comienzo muy parecido al de ellas.
Sólo que, claro, no consiguen sostenerlo.
Fuente: “Estrellas que no logran brillar” crítica de la película de Juan Pablo Cinelli en “Página 12”
“Luciérnagas en el jardín” se despliega en una constante yuxtaposición de momentos presentes y pasados, flashbacks que reproducen sus ecos en el futuro. Algunas cosas (la relación de Michael con su tía Jane) apenas se intuyen, se sugieren, en una caricia o una mirada; otras, archivadas en una caja del placard, se descubren ahora para echar una mirada distinta a lo recordado.
La pregunta clave es la que hace Michael a su padre Charles: ¿siempre fue así? ¿Cuándo fue que empezamos a llevarnos de esta manera? Y en la respuesta de esa cruel pregunta se resuelve gran parte del conflicto entre padre e hijo. Hubo una vez que había amor; será cuestión de reencontrarlo.
“Luciérnagas en el jardín” brilla con luz propia por su elenco, lo más sólido de esta propuesta. Se luce Willem Defoe como el padre tiránico; admiramos los pequeños momentos de Emily Watson; irradia su magia Julia Roberts (muestra panza verdadera); destacamos la presencia de Hayden Panettiere, la joven Jane, que supo distinguirse en la serie “Héroe” (la irrompible Claire). Pero todo el elenco es muy parejo y sólido.
¿Dónde falla “Luciérnagas…”? En el desenlace. La trama llega a un grado de tensión y ahí se desdibuja en un final que nos deja una sensación de ausencia. Falta algo más, alguna confrontación, una escena en la que explote todo lo que no se ha dicho en años. Como en las peleas en las que los últimos rounds define al ganador, Dennis Lee no lanzó el golpe de K.O. final. Gana por puntos, pero no luce.
Escenas destacadas: la escena inicial; el diálogo entre la joven Jane y el joven Michael, cuando ella lo recibe en ropa interior; la escena en la que Michael “elige” el nombre de su hermana; la escena de Michael con su sobrino en el techo; la escena en la que Michael y Jane lavan los platos; la “paliza” de Michael a su padre.
Frases:
-¿Dónde está Michael?
-Está haciendo los preparativos.
-¿Michael hace los preparativos?
-¡No empieces!
-Es que…
-No empieces. Todo debe ser perfecto.
Tu mamá me enseñó todo lo que no debía saber, Era astuta.
Mi padre acostumbraba decir que si no prestamos atención a las cosas, no merecemos tenerlas.
-¿Leíste mi libro?
-No lo necesito, Michael.
-¿Por qué no?
-Porque lo viví.
-¿Desde cuándo te convertiste en budista?
-No, no lo soy.
-Debes ser budista si dices que eres la reencarnación de Robert Frost. De otra manera, ¿por qué serías tan estúpido para decir que escribiste uno de sus poemas?
Tu madre guardaba todo. Más vale guardar que llorar. ¿Encontraste algo interesante?
-¿Ella era feliz? ¿Mi madre era feliz contigo?
-Sí.
-¿La querías?
-Mucho.
-¿Cuánto tiempo hace que estaban juntos?
-Michael, ¿eso interesa ahora?
-¿Cuánto tiempo hace? ¿Cuánto hace que estaban juntos como pareja?
-Dos, tal vez tres años.
-Tres años.
-¿Qué es lo que recuerdas más de mi madre?
-Los ojos Cuando se reía. Tenía los ojos de felicidad.
-Michael, lo siento.
-No lo sientas. No. La hiciste feliz, eso es lo que importa. Gracias.
Quiero que pienses, ¿está bien? Piensa en esto. Si tu madre no te hubiese dejado hacer aquel último lanzamiento. Si tu hermana no te hubiese lanzado la pelota haciendo un buen pase. Si mi padre no hubiese conducido demasiado rápido. Si mi madre hubiera usado el cinturón… tal vez, estaría viva. Tal vez. Pero son muchos “tal vez” que no tienen nada que ver contigo. ¿Entiendes? No es tu culpa. No es tu culpa.
-¿Papá?
-Sí, Michael.
-¿Qué nos ocurrió?
-¿Qué quieres decir?
-No siempre fue así. Como es ahora. Entre nosotros. ¿Lo fue?
-No puedo recordar, Michael.
-Tu madre y yo tuvimos una conversación. Habrá cambios aquí. Grandes cambios.
Yo voy a cambiar.
-¿Sí?
-Voy a intentarlo.
CONSEJO: se puede esperar al DVD. Pero agendar.
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