domingo, octubre 12, 2008
frases de “Manuale d'amore”
El corazón tiene el tamaño de un puño cerrado y la forma de una pera con la punta hacia abajo. El corazón es el símbolo del amor, sigue el ritmo de la emoción. En una persona adulta el corazón se contrae 70 veces por minuto. En una persona enamorada, mucho más, a veces llega a 100 sin darse cuenta. El corazón es el último en irse, continúa latiendo aun cuando se le aparta del organismo,
cuando tu amado te abandona, cuando no quieres sufrir más. No lo controlas tú. Al estar enamorado, cuando tu corazón late por otra persona, ya no lo controlas tú, sino él mismo. Este manual sobre el amor te guiará por las fases del sentimiento eterno. Una verdadera guía que no pretende enseñar nada, pero que sabe que hay gente que cuando está enamorada, tiene problemas y necesita ayuda.
El hombre no sabe porqué se enamora. Se somete y basta. A veces se vuelve ridículo, a veces confuso, a veces hasta peligroso.
La mala suerte será para mí, por partida doble, porque el gato negro es mío.
Si un amigo se enamora, no sabes qué hacer. O usas la violencia y lo haces volver en sí, o te conviertes en su confesor. Te cuenta todo y a ti no te importa, porque los problemas de los enamorados son idioteces.
Debes tratar mejor a tus admiradores. Porque si fueras bajita y gorda saldrías conmigo a cenar. No me conoces pero ya me has dicho que no te gusto. Vale, no te gusto, bien. Pero sé que el del beso es un ex. El del beso es un ex. Eres como todas las demás. Si te sientes sola y abandonada, miras atrás y no adelante.
Este Tommaso es verdaderamente tierno. Un idiota tierno.
El otro día toqué fondo auditivo. Asistí al siguiente diálogo: "Patatita" y ella: "¿Sí, amorcito?" Él: "Tengo un poquito de frío. ¿Cierras la ventanita?". ¿Saben que respondió ella? : "Ya está cerradita." ¿Ya está cerradita?
El verdadero mal de los enamorados es que no oyen a nadie.
-¿Te casas conmigo?
-Te lo haria repetir mil veces. Otra vez. Esa frase nos impresiona a las mujeres.
Empecemos a decir qué pensamos cuando pensamos algo, ¿no?
-Sonreías, tenías luz en los ojos, te gustaba la gente... Te gustaba hablarme.
-¿Qué dices? La gente, el trabajo, "las colinas en flor". ¿Qué quieres que te diga? ¿Que una vieja ha chocado contra un muro? ¿Cilindros? ¿Quieres que hablemos de cilindros? No, un motor de explosión. Un motor de explosión, combustión con chispa.
-(Estos están locos. ¿Qué muestran? El vídeo del parto no es el de las vacaciones. Esto es asqueroso) Las imágenes son bastante fuertes.
-No, Marco, ¿por qué? Es la naturaleza.
-Pero después de comer, que nos deje digerir.
¡Soy Aníbal el caníbal!
-Yo esta noche mataría a todos los niños.
-Ya lo sabía. Has visto lo peor de la noche.
-No has entendido que detrás de la caca de un niño hay vida.
-¿Qué ha salido de esa boca? Detrás de la caca hay vida. Vaya pedazo de frase.
¿Por qué un punto negro? ¿Por qué lo hiciste? Yo no soy un punto negro.
-Esos dos están mal. Una historia acabada. Mira cómo se abrazan.
-¿Qué dices? ¿Qué sabes tú? Es una gran historia de amor.
Macho. Macho, macho, macho.
Le amo. Es tranquilo y confuso, pero le amo. ¿Por qué engañarle? Pero cuando veo
a Alberto Marchese, pierdo el norte.
Lo sé. Se lo he dicho mil veces. Los conejos saltan en horizontal, no en vertical.
-Mira que me mato.
-Bien, bien. ¿Dónde? ¿Cuándo? Dime dónde, que te ayudo.
¿Y si tiene que cambiar una rueda? Baja, un camionero no la ve, la engancha de la blusa, la arrastra adelante y atrás por el asfalto, cree que es un animal, un ave salvaje, una serpiente, una perra... ¿Qué hace? Sigue adelante y atrás y usted... ¿De usted qué queda? Un cadáver deshecho. Un cuerpo arruinado.
Busqué el modo de hacerla razonar. Pero no pude. No atendía razones y se convirtió en una leyenda metropolitana. Fria, determinada, vengativa e imparable, como las mujeres heridas de amor, ponía multas a la mínima infracción. Sólo a los hombres, que eran las víctimas elegidas. Fue empeorando. Una carnicería: 27 permisos retirados, 72 cepos, 54 grúas. Todo en quince días.
-Margherita, ¿recuerdas cuando decía que no tenía el valor de decir "te amo"? ¿Recuerdas que me parecía obvio, banal, infantil, que me avergonzaba? Margherita, he sido un idiota, un verdadero idiota. Te pido perdón. Esas palabras, "te amo", te las quiero decir hoy, no una vez, sino mil, hasta llenarte el contestador. Margherita, yo te amo. Te amo, te amo, te amo. Te amo, te amo, te amo. Te amo, te amo, te amo. Te amo, te amo....
-¿Quién rompe las pelotas a estas horas de la noche? ¡Qué amor ni que!
-¿Quién eres? ¿Sí? ¿Quién es?
-¿Cómo que quién soy? ¿Y tú? Son las tres.
-Perdón, ¿no es el 6797726?
-No, 259458, ¡cambia de camello!
...porque a cierta edad, las penas de amor son devastadoras. Hay que evitar, encarecidamente, tres situaciones: no insistir en la reconquista del objeto de su amor, evitar la tentación de los mensajes y correos, nunca llorar ni lamentarse con los amigos. Mantener la compostura y la dignidad. Evitar cenar solo. Quizás una comida ligera en un restaurante o una pizzeria.
Debes ser feliz porque tu cuerpo es feliz.
-Debes decirme con toda franqueza si en esta crisis hay una tercera persona que se ha entrometido. Debes decírmelo, mirándome a los ojos, mirándome, o...
-¡Cornudo! ¡Conduce recto!
-¿Sabes qué pensaba? Es la primera vez que ceno con una mujer con una llamada.
-¿Te hace dudar de mí?
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