lunes, septiembre 29, 2008
la máquina de picar carne
BACKSTAGE
Interesante película francesa que ha pasado rauda por los cines locales y, tal vez, mereció mejor suerte. “Backstage” es la historia de un ídolo cruel que subordina su entorno personal (amantes, posibles hijos, fans, colaboradores, agentes) a su capricho arbitrario, discrecionalidad ejercida con saña y sin remordimientos.
Esta es la historia de una fanática que cae rendida a los pies de la estrella popular y de la evolución de un deterioro mental persistente y sistemático. Lucie es una adolescente enamorada de Lauren Waks, una cantante con el lomazo de Emanuelle Seigner. A la piba le cambia la vida, un día que llega a su hogar y descubre que es involuntaria protagonista de un programa televisivo que le ha traído a su estrella preferida a casa para cantarle una canción. Lucie enmudece, la abraza llorando y luego se esconde en su habitación.
Pasado el papelón, la va a buscar a París y logra llamar la atención de la cantante que está pasando un pésimo momento personal tras la ruptura con su pareja. Lucie logra transformarse en una confidente de la estrella y, poco a poco, se convierte en un títere más de su obsecuente entorno.
Ése es el principal hallazgo de la historia escrita por Emmanuelle Bercot (directora del filme) y Jérome Tonnerre, el grado de perversidad que despliega un personaje que se pasa, la mayor parte del filme, haciendo las veces de víctima endeble.
Sutil en su descripción, el guión de “Backstage” detalla, muy precisamente, esos modos con que el ídolo logra que todo su entorno se rebaje a niveles impensados para conseguir su capricho del momento. No hay imperativo moral ni límite que la sociedad le marque al ídolo mediático. Todo le es permitido con una sonrisa y buena disposición. Sobre todo (hay que destacarlo) porque ese entorno lucra con el talento de ese ídolo al cual todo se sacrifica.
Una atractiva banda sonora (de colección) y dos muy buenas actuaciones, la de la mencionada Gran Baba del Mes Emanuelle Segnier y la de Isild Le Besco como la adolescente que idolatra a la estrella pop. El resto del elenco acompaña con solvencia.
No rompe los formatos, pero se destaca. “Backstage” es una película que deben anotar aquellos que les gusta la sutileza del cine francés.
Escenas destacadas: la aparición de Lauren en casa de Lucie; la discusión final de Lucie y Lauren; la canción del final, sobre títulos.
CONSEJO: esperar al DVD, pero agendar.
sábado, septiembre 27, 2008
frases de "Una guerra de película"
En el invierno de 1969, el Ejército de los Estados Unidos envió una fuerza de elite para una misión secreta al Sureste de Vietnam. El objetivo: rescatar al Sargento Four Leaf Taybin de una prisión de alta vigilancia. La misión fue considerada casi un suicidio. De los diez hombres que fueron sólo volvieron cuatro. De esos cuatro, tres escribieron lo que sucedió. De esos tres, dos los publicaron. De esos dos, de uno se hizo la película. Esta es la historia del hombre que intentó hacer esta película.
-No siento mis piernas.
-No fue nada.
-Sostén mis manos…
-Alguien cercano a él dijo: "Otro fracaso y está acabado".
-¿Alguien dijo que era “cercano” mío?
-Ahora eres como ese niño en el patio de recreo, el que tiene piojos y los niños no quieren jugar con él.
-¿Qué quieres decir?
-Lo que quiero decir es que te tenemos que afeitar la cabeza y ponerte a jugar.
¿A quién le importa cuánto talento pueda tener? Si él llora, tú lloras el doble.
¿No mataron a tu perro o algo así cuando eras niño? Vamos, piensa en eso.
¿Ya tienes TiVo?
¿Sabes cómo se controla un actor? Cuando empiezan a lloriquear por cualquier cosa, le bajas el pantalón y le das unas cuantas nalgadas.
-¿Quién es ése?
-Les, ése es Forley.
-Stanley Forley. Yo escribí el libro.
-¡Oh! Usted es un buen americano. Este país le debe mucho a usted. Ahora se calla la boca y me deja hacer mi trabajo.
A partir de ahora mi puño va a estar tan cerca de tu culo que cada vez que quieras cagar, vas a tener que pedirle permiso a mi anillo. Controla a tus actores o te mato.
-Sacamos a esos hombres. Coddy y yo incendiamos la maldita jungla para que esos malditos actores se caguen del miedo y empiecen a gritar. Van a desear estar muertos.
-Hagámoslo. Tiene estilo.
He hecho más escenas con efectos especiales que tú. Y creo que puedo reconocer una cabeza de utilería cuando la veo. Es sólo jarabe de maíz. Jarabe de maíz con látex. Tibio. Jarabe de maíz con sabor a sangre.
¿Alguien leyó el guión?
Mira, Dustin Hoffman en "Rain Man" parecía retrasado. Él no es retrasado, pero logró un retrasado de forma artística. Y Tom Hanks en "Forrest Gump". ¿Lento? Tal vez. ¿Retrasado? Quizás. Trabajó mucho, pero si ganó una competencia de ping pong, eso no es ser retrasado. Ni uno ni el otro eran verdaderos retrasados. Tú no eras un retrasado total. Nunca fuiste un retardado convincente. Si no lo crees, pregúntale a Sean Penn. Mira su personaje.
-Maté un panda, Rick. Creo que hay más en el bosque.
-Mónica, deja de escuchar la conversación. La mataste. ¿Mataste a una prostituta? Cálmate. Esto es lo que vamos a hacer: mete las manos en blanqueador, tómate un Prozac y todo está bien.
-No, maté un panda. Maté un panda.
-¿Amanda? Vamos, socio. Ése ni siquiera es su nombre.
Tú eres el Jack. Tú eres el del “Simple Jack”.
-¿Estás prestando atención? Estoy hablando de… ¡G5, Pecker! ¡Es como puedes rodar! ¡No más putas millas de viajero, muchacho! ¡Oh, sí! ¡Juega, juega, juega, Gran Pene, juega!
-¡Dobla las rodillas!
-¡Gran Pene, bebé!
-¡Sí!
-O… puedes hacer crecer una conciencia en los próximos cinco minutos y veremos dónde te lleva…
-¿Quieres que deje a mi cliente de 15 años, uno de mis mejores amigos, que muera en la selva, sólo por un poco de dinero y un G5?
-Sí.
-¿Un avión G5?
¡Tú mmmmmmeeeee hacés fe-fe-liz!
¡Yo no quiero morir como Hendrix!
viernes, septiembre 26, 2008
balas sobre Hollywood
UNA GUERRA DE PELÍCULA
Si usted se rió con “Zoolander” y considera que fue una de las comedias más divertidas de los últimos tiempos, no puede dejar pasar “Una guerra de película”. El estilo Ben Stiller en una cruda radiografía de Hollywood. Feroces gags que atacan la maquinaria delirante de la producción y la creación de la industria cinematográfica norteamericana. Actores, directores, guionistas, productores, todos caen la volteada de esta muy buena película de Ben Stiller.
Nos cuesta entender la postura de ciertos críticos locales, que se enredaron en la “incorrección política” del humor de “Una guerra…”. A esta altura, ¿hay que explicar que el gag de la discusión de cuán retardado mental debe ser un personaje para ganar un Oscar, es un gaste a la Academia y a los actores, y no a los chicos con discapacidad mental? ¿Le cuesta tanto a un crítico percibir adónde apunta el chiste, para colgar el cartelito más acorde a sus propios prejuicios? El humor de los hermanos Farelly debió luchar con ese mote de incorrección cuando en realidad es todo lo contrario. Es en estos puntos donde vemos las fallas de nuestra crítica que no tiene la menor idea de lo que está mirando y opina con gratuidad.
“Una guerra…” es la historia de cinco actores que buscan reanimar sus alicaídas carreras con una película bélica, muy en el tono patriotero heroico norteamericano. Las carencias del equipo son tantas que, tras arruinar una escena muy cara, el director decide llevarlos a una zona de guerra y “simular” la acción, para tomarlos en vivo, con la adrenalina corriendo por sus venas en el campo de combate.
Claro, hay un problema: el equipo cae en una zona verdaderamente en guerra, tomada por un grupo de narcotraficantes. Y ahí van ellos, creyendo que están filmando una película, cuando en realidad se meten solitos en la boca del lobo.
“Una guerra…” es el registro irónico de todos los tics de la gente involucrada en la industria cinematográfica norteamericana. Desde el ego desmedido de los actores, chiquillos inseguros y caprichosos, hasta la falta total de valores morales de los productores, sólo guiados por sus ansias de taquilla.
No hay papel que sobre en este elenco muy parejo que se muestra cómodo en el delirio de la trama. Hay más de un cameo para disfrutar, de los amigos de Stiller. Nos quedamos con el excelente trabajo de Tom Cruise, como un productor gordo y pelado (cuesta reconocerlo); Robert Downey Jr. (el actor que se pigmenta de negro para ponerse en personaje); las caras de Ben Stiller (Simple Jack, impresionante) y Nick Nolte como el veterano de guerra que le faltan las manos.
Escenas destacadas: el gag de la cabeza; el gag de las manos; el corto de presentación de cada actor, como una publicidad cinematográfica, en especial “El callejón de Satán” con Kirk Lazarus; el chico que revolean del puente; el gag del Panda; el mencionado gag de la discusión de cuán retardado mental debe ser un personaje para ganarse un Oscar; la discusión entre el productor Less Grossman y el representante de Tugg con la discusión ética de la elección entre un avión biplano o dejar morir a su representado; el gag de Jon Voight esperando el Oscar.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: imperdible. Ojo: si usted es de esos tipos que le buscan la vuelta a las películas de humor, siga de largo.
miércoles, septiembre 24, 2008
no va más
CLIMAS
Éste es el tipo de películas que hace delirar a la crítica local y bostezar al público. “Climas”, la película escrita, dirigida y actuada por el turco Nuri Bilge Ceylan, es la historia de la ruptura de una pareja. El guión sincroniza el final de la pareja con el fin del verano y el comienzo del invierno. No es la primera vez que, en una historia, el cambio climático indica la evolución de un protagonista. Acá, más o menos como excusa, el paso de un día de playa bajo el sol, a una tarde fría bajo la nieve, marca el final de un romance. El amor que nos embriagaba, un rato después, es apenas un mal recuerdo.
“Climas” tiene el pecado de ser una de esas películas con personajes que miran en silencio a cámara, marcando el hastío y la incomunicación de la pareja. El recurso podía ser novedoso en los '60; en estos tiempos, con un par de escenas precisas, nos damos cuentas enseguida de lo que pasa. Parece un subrayado innecesario en estos tiempos de espectador cinematográficamente entrenado por la videocasettera y el DVD player.
Para el guionista novel, es interesante observar la única escena que funciona de toda la película, el intento de reconciliación de Isa con Bahar (Ebru Ceylan, la esposa del director). Pese a que “no se dice nada”, hay tensión dramática en el diálogo y seguimos atentos los silencios y tanteos que se prodigan los protagonistas. Porque Isa tiene algo que ocultar y promete que va a cambiar y Bahar lo pone a prueba. Y el tipo pisa el palito. Ahí acechamos, a la vera del diálogo, cómo sale de la situación. Somos conscientes de que en ese lugar, en ese momento, se define el futuro de la pareja. Si Isa la convence a Bahar de que es otro hombre, de que tiene auténticos deseos de cambiar, la reconciliación está al caer. Si no...
Insistimos en la idea: una escena con un contrapunto dramático, mantiene nuestra atención, aunque estén los personajes sentados alrededor de una mesa en silencio. Funciona tanto en “Climas” como en “Kill Bill”. Para aprender al escribir un guión.
CONSEJO: dejar pasar.
lunes, septiembre 22, 2008
retacitos de vida
LA COMEDIA DE LA VIDA
Retacitos de vida. Eso es lo que hizo el sueco Roy Andersson en su surrealista película “La comedia de la vida”. Junto una serie de sketchs, escenitas chiquitas, por momentos humorísticas, con personajes muy ridículos que se repiten de un gag a otro. El humor absurdo, más o menos afortunado, nos produce una extraña sensación. En algún momento reímos, en otros echamos una carcajada. La película parece una locura, un experimento estilo “Cha Cha Cha”, un humor sólo para una parte del público. Frases alocados que se repiten; personajes improbables atrapados en ceremonias descabelladas, angustiados por obsesiones pueriles. Imposibilidades, deseos frustrados, limitaciones propias y torpezas ajenas.
Aparentemente, Andersson no cuenta nada. Su película parece un collage experimental, afortunado por momentos, pero desvertebrado. Entonces, cuando creemos haberle tomado la mano a la historia, ésta empieza a mostrar otros perfiles, como si sus rasgos aparecieran por un lento pero constante proceso de eficaz sedimentación. Detrás de ese puñado de personajes que corren sin saber hacia adónde, asoma una metáfora de aquellos que vivimos. En las tonadas machaconas, en los sueños mal contados, en las pequeñas empresas cotidianas, se eleva una dulce poesía tristona. Sin saber cómo, llega el momento que esos esfuerzos cotidianos nos provocan una profunda compasión, un sentimiento mutuo de tristeza injusta, por el esfuerzo con que esos personajes se empeñan en olvidar que la muerte está ahí nomás, al acecho, para desbaratar con su barbarie aleatoria, toda pretensión.
Los bombarderos de la escena final, volando en formación, acechando desde las alturas a la ciudad, es la imagen final de esta tesis, la prueba de que el director sueco quiso contar algo más y que hay una historia detrás de esta sucesión de chistes lisérgicos.
“La comedia de la vida” es una de las rarezas de la pantalla actual que el cinéfilo entrenado no debe dejar pasar. Es de esas clases de películas que buscan a su espectador. Casi que no puede recomendarse, porque su sintaxis no es apta para todo público. Pero es una película digna de mirarse y de analizar.
Escenas destacadas: el banquete de la Logía en la que los comensales cantan mientras suben y bajan de sus sillas; el “casamiento” de la chica y el guitarrista; la escena de los bombardeos del final; la mujer que llora que nadie la quiere; la mujer que reza pidiendo perdón para todo y todos.
Frases:
¡Nadie me entiende!
¡Bien todo mundo! ¡Los últimos pedidos ahora! ¡Las últimas ordenes! Mañana será otro día. La última oportunidad de emborracharse.
Creo que tocas muy bien.
Trata de relajarte, Benny. Benny, trata de relajarte.
La silla eléctrica es un invento terrible. ¿Cómo se le ocurrió a alguien tal cosa? Es terrible.
-Una vez tuviste que caminar desde Carlsbad hasta Oslo. ¿Puedes contarnos de eso, ma? Y que tu hermano Benjamín, que murió cuando era joven. Te gustaba mucho él, mamá. Tu pequeño hermano Benjamín.
-¿Quién es ése?
¿Cuál sería tu precio si te dijera: “sin recibo”? Lo se, lo sé. La calidad no es barata. "Sin dinero, no hay tornados" como los antiguos griegos decían.
La gente exige mucho. Esa es la conclusión a la que he llegado luego de muchos años. Ellos exigen ser felices, al mismo tiempo que son egocéntricos, egoístas y nada generosos.
Pasando hora tras hora en terapia, tratando de hacer a una persona mala, feliz. No tiene sentido. No se puede hacer. Dejé de hacerlo. En estos días sólo prescribo pastillas. Mientras más fuertes mejores. Es como es.
Si puedo hablar ligeramente, la Junta ha expresado su sería preocupación con la actual situación. No puedo levantar mi brazo. No puedo levantar mi brazo. No puedo…
¡Señor, por favor, Señor! ¡Perdónalos!
Tocas tan bien, Mike. Muy bien. Y eres un fantástico cantante.
CONSEJO: esperar al DVD, pero agendarla. Público pochoclero, abstenerse.
sábado, septiembre 20, 2008
frases de “Cuatro minutos”
-Solo me preocupo por mis alumnos.
-Cuatro.
-¿Perdón?
-Cuatro. Tiene cuatro alumnos. Una se ahorcó ayer por la noche.
Piano, ¡tú eres libre!
No quiero escucharla jamás tocando esa música de negros.
Dios debe haberle dado algo especial. Pienso que es despreciable, debe saberlo... Pero tiene un don. Y tiene la obligación de preservar ese don.
Le puedo ayudar a convertirse en una pianista mejor. Pero no la puedo convertir en una persona mejor.
-¿Qué hay en esto para mi?
-Regla número cinco: “Esto no tiene que ver con usted”.
-Estás asustada.
-Si, seguramente, estoy asustada. ¡Oh, estoy tan asustada!
-Es normal. El muchacho de allí también está asustado. Como debería ser. Él no tiene talento. Contigo es diferente.
Hoy hiciste algo extraordinario. Y luego lo estropeaste todo. ¿Qué es lo que te pasa?
Escribe que usted es la mejor pianista alemana de su generación. Ideológicamente pura, pero mentalmente confundida.
Solo quiero llevarme el piano.
-Sólo amo la música.
-Nadie ama sólo la música.
-Sé que es una estúpida zorra.
-No. Soy una estúpida lesbiana.
Una vez ame a una mujer. Está muerta. Aún la amo.
Hannah sabía lo que es el odio. Y sabía lo que es el amor. La mayoría de la gente es feliz si recibe un beso de buenas noches.
¿Qué otra cosa hay en la vida? ¿Cuál es nuestro propósito, Jenny von Loeben? ¿Romperle el cráneo a alguien? ¿Desperdiciar los años en una prisión durante décadas? ¿O reducir el mundo a escombros? ¡Tenemos un trabajo que hacer, maldición! No sé cual es mi trabajo aquí, quizás sea sólo perseverar. Pero tu trabajo es tan claro como un día brillante. Tu trabajo es (y discúlpame mi lenguaje) levantar el culo del asiento y ponerte en movimiento.
-Denle estos pocos minutos. Por favor. Por favor.
-¿Qué quiere decir con pocos minutos?
-Cuatro.
viernes, septiembre 19, 2008
la escena del final
CUATRO MINUTOS
“Cuatro minutos” (el título del filme) es la última frase de la película. La escena que sigue a continuación es el gran remate para una historia opresiva, agobiante, oscura. Hay una historia de maestro y discípulo y de discípulo que enseña al maestro. Hay una historia de ser uno mismo y de escapar volando; no mimetizándose. “Cuatro minutos”, la obra escrita y dirigida por Chris Kraus, es el nuevo éxito del cine alemán y una de las películas interesantes que deambulan por la cartelera local.
La historia es el contrapunto de dos personajes: Traude Krüger, una estricta maestra de piano, que da clases a las reclusas de una cárcel, y Jenny von Loeben, una presa, homicida, que se empecina en estropear todas las posibilidades. Ambas cargan con su pasado. Ambas carecen de futuro, por las heridas de su pasado. Y ambas, a su pesar, se asocian para superarse.
Hay en Traude una resignación que opera como expiación. Hay en Jenny una rebeldía que es la puerta de escape a la liberación. Poder salir es una parte de la historia; la otra es salir tal como se es, que es otra cosa.
Austera, con una fotografía oscura, “Cuatro minutos” nos sumerge en un clima claustrofóbico dado por el ambiente carcelario, proyección de los muros que encierran las vidas de las protagonistas. Entorno degradado, anticuado, oxidado, clave para intuir que las protagonistas se están gastando la última chance del destino. En esta condición, la elección final de Jenny es un acto de suprema valentía.
Notable actuación de Mónica Bleibtreu (como Traude) y Hannah Herzsprung (como Jenny), sostenes fundamentales para el despliegue de esta historia.
Escenas destacadas: la escena final; la escena del baile entre Jenny y Traude; el pedido de perdón de Jenny al guardia; la “revelación” de Trade, a Jenny, antes del concierto final.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: se puede esperar al DVD. Pero agende.
miércoles, septiembre 17, 2008
frases de “Tus santos y tus demonios”
Dito. Cielos. No puedo creer que estoy escuchando tu voz en la contestadora. Soy tu madre.
-¿Qué le pasó a tu nariz? Estás sangrando.
-Fue mi padre. Es un estúpido.
-No digas eso de tu padre.
¿Quieren aprender? Vengan a mí, porque yo soy el rey. Y el rey se sienta aquí.
Mi amigo nuevo.
Sé que le agrado
pero creo que me necesita.
Yo también lo necesito.
A veces este lugar da temor.
Pero mi amigo nuevo
me necesita porque juntos
no somos igual que los demás.
-¿Quieres China? Para eso está el barrio chino. ¿Quieres Italia? ¿Adónde van los italianos?
-A la Calle Mulberry.
-La Pequeña Italia. ¿Quieres ir Puerto Rico? Ve al norte. Está lleno de puertorriqueños. ¿Sabes lo que Antonio me dijo recién? Que hay perros salvajes
en Italia. ¿Quién necesita eso?
-Yo no.
-Yo no quiero estar allí.
-El niño es bueno. Me simpatiza este niño.
(LO GOLPEA)
-¿Eres un estúpido? ¿Qué te sucede? Larguémonos. Larguémonos. Vamos.
-Le dejé un mensaje.
Es como mi madre. Como te dije. Te dije que está emocionada por verte, pero conmigo... Cuando... cuando me ve en la calle se oculta. Y está muy gorda pero intenta ocultarse detrás de los postes. Postes como los de allá. Se oculta de mí. Y es mi madre. Se supone que no debe hacer eso.
Las cosas no mejoran aquí. Me dices que así será, pero...
Soy una basura. Eso es lo que soy.
Dime que estás preocupado por mí.
Ahora está muerto y es un estúpido.
Papá, ¿puedes ser mi padre por un momento? Quiero irme y hacer algo. Ya no puedo quedarme aquí. Estar aquí es una pesadilla.
Si a tu padre le hicieran una prueba con el detector de mentiras y le preguntaran si él fue el mejor padre, saldría exitoso. Y es porque te amó con todo lo que tuvo. Hasta lo último. Él te amó.
Te necesitábamos más de lo que tú nos necesitabas.
¿Cómo podías amarlo tanto en tu libro y no verlo por tanto tiempo?
Quieres irte de aquí, pero corres detrás de Antonio. Es un cretino, Dito. Por él, te estás arruinado.
-¿Por qué jamás escuchas lo que te digo?
-Te estoy escuchando. Escúchame. Todo estará bien. ¿De acuerdo?
-No me toques.
-Sólo escúchame.
-Suéltame. No me toques. ¡No me toques!
Se supone que no debes odiar a tu padre.
Sabes que... esperé en mi ventana un año cuando te fuiste. Compré mapas de California. Cada vez que lo oía mencionar, pensaba en ti. Vergonzoso. Pequeña niña tonta.
¿Crees que eres un hombre? Hay sólo un rabo entre tus piernas. Ve a casa
y cuida a tu madre. Ve a casa y hazte cargo de tu padre. Eso te convertirá en un hombre. Es todo lo que te queda. Porque si no lo haces, será demasiado tarde.
-¿Alguna vez que amaste?
-Dije que te fueras.
-Papá, ¿me amaste o no? Papá, debo saberlo. Miente y di que sí. Hazme sentir como la basura que soy. ¿Me amaste o no?
Ese muchacho me simpatiza.
Pero tu amigo Antonio te necesita ahora. Porque no tiene a nadie que le diga lo que yo te he dicho.
Al final, como dije, dejé todo y a todos. Pero ninguno de ellos, jamás, me dejó.
lunes, septiembre 15, 2008
de vuelta al barrio
TUS SANTOS Y TUS DEMONIOS
Ésta es la historia de una vuelta y de una traición. Una descripción de la imposibilidad de toda huída y de que no importa cuan lejos corramos, llevamos el infierno con nosotros, llamas que arderán hasta que logremos conciliar una tregua con el pasado.
“Tus santos y tus demonios” es una película chiquita, con todas las trazas de los dramas del cine independiente norteamericano. Funciona por un elenco excepcional, donde brilla ese gran actor que es Robert Downey Jr., un tipo que todo lo vuelve interesante. Y una historia menor pero muy sincera, con una detallada descripción de cada personaje.
Ésta es la historia de Dito Montiel (director y guionista que adaptó su propia novela autobiográfica), un pibe que crece en el pequeño infierno que es Queens a fines de la década de los 60. Un ambiente racista, intolerante, brutal, donde la violencia se despliega como un elemento más del contexto, como los edificios destruidos, los pibes pirados, las chicas de faldas cortas manoseadas en las esquinas.
En ese ambiente, Dito se da la cabeza contra la pared, para liberarse de un padre con un sentido de negación pleno y de un grupo de amigos con trayectoria de destrucción. Dito es consciente (en edad tan temprana) que nada lo espera en Queens, que si se queda en ese barrio se destruirá, perderá todo futuro, que será uno más de los perdedores que pueblan sus calles. Pero para liberarse, deberá traicionar: a su familia, a sus amigos, a la chica que ama.
Corre Dito, corre y deja atrás lo que te sostiene. En el sol de California, se volverá un escritor y, 20 años después, regresará para convencer a su padre que debe internarse. Dos décadas para cerrar las cuentas de una ida que todavía duele y por la que todavía pena.
La estructura de “Tus santos y tus demonios” es una superposición de hechos en el presente y el pasado. Los pibes de ayer y las caricaturas de hoy, vuelven dramáticos los tonos de patetismo. Hay una mirada melancólica de lo inexorable, de los fracasos ciertos desde la cuna. El regreso del hijo pródigo ahonda esa certeza de la justificación de una traición. También de la nobleza de aquel que se quedó, consciente de la inutilidad de todo futuro.
“Tus santos…” gana en un guión fresco pero, principalmente, en un brillante elenco que aporta varias dosis superlativas de credibilidad. Hace tiempo que no vemos un filme con personajes que hayan alcanzado tanta dimensión que logren despegarse de la pantalla y sentirlos vivos, cercanos, a nuestro lado.
El puntal principal es Robert Downey Jr. (el Dito adulto que regresa), un actor delicioso, sólo detenido por la adicción que parece (afortunadamente) haber dejado atrás. Ha enhebrado unos cuantos papeles contundentes en los últimos tiempos, desde el “Iron Man” memorable. Es una buena noticia que esté entero y que puede proporcionar todo el talento que le conocimos desde “Chaplín” y que ratificó en esa temporada de “Ally McBeal” que salvó una serie que se deshizo, como un castillo de naipes, un año después.
Otras gemas del elenco: Chazz Palminteri, Dianne West y los breves pero decisivos parlamentos de Rosario Dawson. Y en el elenco joven se destaca, Shia LaBeouf (el chico de “Transformers”) y, muy especialmente, la brillante actuación de Channing Tatum.
Escenas destacadas: la charla de Dito y su madre, tras su regreso; la pelea con el padre, antes de irse de Queens; la escena del andén del tren; el reencuentro de Dito con Laurie asomada en la ventana.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: puede esperarse al DVD, pero agendar.
sábado, septiembre 13, 2008
experimental
PARANOID PARK
Experimental en el mejor sentido del término, “Paranoid Park” está en la misma línea austera de “Elefante”. Éste es un claro ejemplo de un cine “difícil”, con una sintaxis y recursos distintos del cine comercial, pero que logra “explicarse”, esto es, descubrir la idea que está proponiendo el director y seguir la secuencia de decisiones artísticas que la ponen en práctica. Para comparar con cierto cine independiente nuestro que confunde la dificultad conceptual con la ausencia absoluta de algo que contar.
Basada en la novela homónima de Blake Nelson, “Paranoid Park” es la historia de un adolescente que ha sido testigo de algo terrible pero que no sabemos qué, hasta el final de la película. Su absoluta y total inexpresividad esconde el terremoto emocional del interior. Alex, el protagonista de la historia, sólo encuentra paz mental observando a los jóvenes skaters que danzan en el aire, suspendido en un lugar sin tiempo ni reglas, en un decadente lugar debajo de un puente de la ciudad de Portland.
Cuando vemos a Alex hundirse en la contemplación de los skaters, sabemos que está próximo al Nirvana. La angustia existencial de Alex encuentra un momento de descanso en la observación de los skaters, en la ejecución de esos pasos que desafían la física y que permiten, por un momento, sentir la libertad de volar.
Pero esos remansos de paz son temporales, provisorios, efímeros. La realidad está ahí, en cada pasillo de la escuela, en las aulas, en el living de su hogar. Alex reacciona ante los otros (padres, amigos, docentes, policías) con una indiferencia plena que revela el amplio espacio que lo separa de los otros. En Alex, la mentira nace en forma espontánea, indubitable. Su seguridad para esquivar la verdad, revela que ha cruzado una línea, de la que no podrá volver.
Estructuralmente, Gus Van Sant cuenta más de una vez la historia. Algunas escenas repetidas, cambian de significado al verla por segunda vez. Las escenas intermedias mutan el sentido de lo dicho. No es el tema principal del filme, pero se desprende la pobre capacidad de la visión para sostener el nivel de veracidad.
“Paranoid Park” se define en una escena (la del guardia en la vía férrea). Para llegar a ella, hay que armarse de paciencia y recorrer, palmo a palmo, el camino aparentemente soso de un adolescente. Tras esa escena, todo lo visto cambia su sentido para ganar un matiz más oscuro, depresivo, aterrador. Se puede vivir (se debe vivir) cuando somos protagonistas de algo demasiado horrible para ser contado a otros, algo tan terrible que apenas nos atrevemos a contarlo a nosotros mismos. Que un adolescente sea consciente de esa elección, en la edad que la vida está recién por desarrollarse, torna más brutal la negrura del tema.
CONSEJO: se puede esperar al DVD, pero no es apta para cualquier público. Espectador adicto al cine arte. El resto seguir de largo.
jueves, septiembre 11, 2008
frases de "Se busca"
Actuar por cinco minutos como si Janice no nos hiciera miserables a todos, es el trabajo mas duro que hice en todo el día.
Estos dias se me hace dificil que algo me importe. De hecho lo único que me importa es el hecho de que no me importa nada.
Tu padre fue uno de los mejores asesinos que hayan vivido. El hombre que lo mató está atrás tuyo.
Locura es tirar tu vida por nada teniendo sangre de asesino en las venas. Locura es que se te caguen encima, que te golpeen, ir por la vida con una existencia miserable, teniendo la clave para poder abrirla.
La primaria debió ser difícil pero no te da el derecho a tratar a tus trabajadores como basura, Janice.
-A éste lo llamamos el “Cuarto del Destino”. Despues de hoy, no volverás a entrar aqui.
-¿Por que no?
-Porque después de hoy todo será pasado.
Es un asunto de necesidad. Necesidad de mantener el balance en el mundo. Hay órdenes que deben ejecutarse.
¿Qué tipo de órdenes vienen del destino? ¿Se supone que porque lo quiere el destino lo que hacemos está bien matar a alguien de quien no sabemos nada?
No sabemos hasta donde van las consecuencias de nuestras decisiones. Matamos a uno y quiza salvemos a mil. Ese es el codigo de la fraternidad. Eso es en lo que creemos y por eso lo hacemos.
Su nombre salió... El tuyo también.
Elegimos los objetivos que nosotros seleccionamos. Podemos redistribuir el poder
donde queramos. El cuarto de los lobos, no de las ovejas. Si alguno de ustedes siente la necesidad de seguir el codigo de la fraternidad a la letra, los invito a que pongan su pistola en la boca y disparen.
Ése no soy yo cumpliendo mi destino. Ése no soy yo siguiendo los pasos de mi padre. Ése definitivamente no soy yo salvando el mundo.
¿Qué carajo has hecho últimamente?