domingo, julio 20, 2008
el fantasma de Don Adams recorre las salas cinematográficas
EL SUPERAGENTE 86
Alguna supo escribir Oliverio Girondo que a la poesía, como a las mujeres, llega el momento que la única manera de no faltarles el respeto es levantándole la falda. Algo así (salvando las distancias) sucede con este desembarco en el cine del genial Superagente 86 (como las conocimos por estos pagos). Hay tanto cuidado para no imitar a la serie original que termina siendo perjudicial para la película. No es que no se vaya a reír con esta versión del clásico de Mel Brooks; pero tampoco le va a volar la cabeza. Y eso no deja de ser un punto en contra.
“El superagente 86” tiene el casting justo. A priori, cuesta pensar, hoy en día, a otro actor que no fuera Steve Carell para este papel y la elección de la ascendente Anne Hathaway no está tirado de los pelos; tampoco Alan Arkin como el jefe. Pero una vez reunido, el elenco no funciona. Hay que reconocer que en algunos escasos momentos y con gran esfuerzo, logran alcanzar algo así como eso dado en llamar química. Pero no es lo más frecuente.
Y uno sospecha que el problema está en que el guión de Tom Astle y Matt Ember es demasiado convencional, con poca audacia para salir del molde preestablecido. En más de un gag se quedan en el primer efecto, cuando podrían seguir exprimiéndole un poco más de jugo a la situación. Eso altera un poco el clima.
Si el guión no ayuda a los buenos, a los malos los sepulta. En ningún momento, el gran Terence Stamp logra dar con el tono de su Sigfrido. Pasa desorientado por la película.
Esas son las fallas del filme que, sin embargo, nos arranca alguna carcajada y más de una sonrisa. Desde esa vereda funciona. No es antológico, pero compensa la entrada. Una babita a la derecha para Anne Hathaway en traje de fiesta ajustado.
Escenas destacadas: el duelo del baile; el gag del columpiarse del edificio; las torpezas de los agentes de campo de Control cuando están a cargo de la Administración.
Frases:
-¿Me estás mirando el trasero?
-No, no... yo estaba... yo no... lo estoy haciendo de nuevo...
-¿Viste algo mientras estaba bailando?
-Sólo una vez... pero no esperaba que te levantara bailaras tan alto...
Los grandotes sienten dolor también.
Concéntrense, las próximas 240 páginas pueden ser aburridas...
-¿Cómo sé que usted no es de Control?
-Si yo fuera de Control, usted estaría muerto.
-Si usted fuera de Control, usted estaría muerto.
-Ninguno de nosotros dos está muerto. Por eso no soy de Control.
-Tiene sentido.
CONSEJO: esperar al DVD.
Comments:
Publicar un comentario