martes, julio 29, 2008
como en los '70
ANTES QUE EL DIABLO SEPAS QUE ESTÁS MUERTO
El veterano Sidney Lumet (flamantes 84 años, director de “Serpico” y “Tarde de perros” entre otras) vuelve al ruedo con un thriller al estilo de los '70, con quiebres en la estructura temporal del relato, al estilo Tarantino. Un elenco de lujo y una historia que promete como planteo. Pero el resultado es apenas mediano. Por algún motivo, las partes de este rompecabezas no terminan de ensamblar y “Antes que el diablo...” termina siendo un filme correcto, pero no brillante.
Andy y Hank son dos hermanos maduros, perdedores que esperan una oportunidad, una sola chance para encaminar su vida. A Hank (hábil para manipular a su hermano) se le ocurre una idea: asaltar la joyería de sus padres. Lo que es un plan simple, tan fácil como robarle un chupetín a un chico, termina desbarrancándose por una serie de decisiones y azares. La aparente solución es el comienzo del fin.
El guión de Kelly Matterson (primer guión para Hollywood) tiene los componentes para contar una gran historia. Pero, por algún motivo, cuesta encontrarle la vuelta a la historia. Es una película que, en los '70, hubiera sido un peliculón. Hoy le falta algo más. Diálogos brillantes, posiblemente. Mayor suspenso o conflicto dramático, tal vez. Pero es un misterio, porque hay mucha tensión entre los protagonistas, con conflictos cruzados. Uno esperaría que salieran más chispas de esa confluencia de voluntades.
Hay una visión muy desencantada de la sociedad, una mirada negra sobre la familia, como un círculo de mezquindades y rencores añejos. Los personajes (padres, hijos, madres, esposas, cuñados) dirimen cuentas impagas, cruces crueles, destilado de encono con corolario brutal en la escena final, al mando de Albert Finney.
Del elenco, poco para acotar, más que la corrección acostumbrada en un elenco notable. Una babita para Marisa Tomei (en osada escena inicial).
Escenas destacadas: la escena final en el hospital entre Hank y su padre; la escena inicial del robo.
Frases:
Creía que tenías pelotas. Ahora ni siquiera sé si te queda una.
-Andy.
-¿Sí?
-Ésa es la tienda de papá y mamá.
-Eso dije. Una operación en una tienda de familia.
-No puedes hacer eso.
-Sí, sí podemos. Piénsalo. Es perfecto. Entramos y salimos en un minuto.
Quiero cambiar mi vida. Sólo quiero... Eso es todo.
Todo salió mal, Andy.
Sabes, en la contabilidad de bienes raíces uno puede estudiar la lista de la A a la Z, y todo encaja. Todos los días, los cálculos coinciden. El resultado siempre equivale a la suma de sus partes. Es limpio, es claro, preciso, absoluto. Pero mi vida... no coincide. Es... Nada encaja con nada. Es... No soy la suma de mis partes. Mis partes no equivalen a mi ser, supongo.
-Consíguete un psiquiatra o una esposa.
-Ya tengo esposa.
-Consíguete un psiquiatra.
Es demasiado tarde para pensar.
-Escucha, dile a Danielle que la amo.
-Si la amaras, pagarías su pensión.
-No logré ser el padre que querías. Supongo que quería que fueras mejor que yo.
Y me dije que si te presionaba... Quizás no signifique nada para ti, pero quiero que sepas que en realidad te quiero. Y que... Que lo siento. Lo siento mucho.
-Lamento no haber sido el hijo que querías. Hiciste Io que pudiste. Aun así. Parece que siempre te agradó Hank. Él siempre fue mucho más problemático que yo.
-Era el menor.
-Sí.
-Nos necesitaba más.
-Sí, los necesitaba más.
-¿Estás seguro de que no fue su tierna apariencia?
-Fuiste el primero. Siempre es más difícil para el primero.
-Sí, eso dicen. Nunca sentí que pertenecía a la familia. Ustedes estaban hechos el uno para el otro. ¿Estás seguro de que soy hijo tuyo?
Siempre me asustó convertirme en él. ¡Toda mi vida! Toda mi vida contigo, y no es justo. No puede simplemente decir que lo siente y arreglarlo todo. Es demasiado tarde. ¡No es tan fácil! ¡No es justo! ¡No es justo, maldita sea!
El mundo es cruel, Charlie. Unos lo aprovechamos; otros quedan destruidos.
Por fin te diste cuenta de algo por tu propia cuenta.
-Si la matas a ella, tendrás que matarme a mí.
-No sería una mala idea. Sabes, de hecho, sería muy buena. Sabes que yo sé.
-¿Qué sabes?
-Yo sé.
-Lo siento. Lo arruiné todo. Hazlo. Hazlo. Adelante. Vamos. Me harías un favor.
-No fue mi intención lastimarla. Sólo necesitaba el dinero. Se suponía que no iban a usar un arma. Se suponía que ella no estaría en la tienda. Todo salió mal.
-Está bien, Andy. Está bien.
CONSEJO: esperar al DVD.
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