viernes, junio 13, 2008
vieja indigna
UNA DAMA DIGNA
A ver, imaginémonos cómo decidió un distribuidor local traer “Una dama indigna” para estrenarse en las pantallas argentinas:
-Che… ¿qué película está andando bien?
-Muerte en un funeral
-¡Ah! Algo así tendríamos que tener...
-Y… sí...
Momento de reflexión.
-A ver, ¿qué tiene de especial “Muerte en un funeral”, decime?
-Es británica…
-¡Eso! ¡Una película británica! ¡Eso es lo que tenemos que estrenar!
-Y… sí
Otro momento de reflexión.
-¿Qué película británica tenemos?
-Y… está…
-¡No! Corrijo. ¿Qué película barata británica tenemos?
- A ver… Está ésta…
-Ah… Puede ser… ¿De qué trata?
-No sé… de una viejita y un hotel…
-¿De cuándo es?
-De hace tres años…
-Está bien, no se van a dar cuenta que es vieja… Metamos ésta…
Otro momento de reflexión.
-Para… ¿qué vas a hacer?
-Ponerla en el DVD player…
-¿Por?
-No sé… ¿No tendríamos que verla antes?
-Noooo… ¿para qué?
Más o menos, sospechamos, así se decidió este “estreno” local. Un bodriazo digno de Hallmark, con calidad de telefilme barato, con una historia que no se sabe para dónde va ni adonde quiere llegar, actores mirando con gestos repetidos, diálogos que de tan profundos se desbarrancan en abismos insondables y movimientos de cámara dignos de un principiante. Es tal elemental lo que ofrece “Una dama digna” (traducción para Mrs. Palfrey en el Claremont”, título que resume el 99% de la trama) que cuesta creer que esto se exponga en la pantalla comercial y que hasta haya habido alguna crítica que le haya perdonado la vida.
CONSEJO: recomendásela a tu cuñada.
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