miércoles, enero 23, 2008
juego de zonzos
JUEGO MACABRO
¿Usted se acuerda de esa película con Sir Lawrence Olivier y Michael Caine, que el amante de una mina le va a pedir el divorcio al carnudo marido y que empieza un juego del gato y el ratón, en el que no se sabe quién va a matar a quién? Bueno, esa era “Sleuth” (“Detective”, su título original) la obra teatral de Anthony Shaffer, dirigida por Joseph Mankiewicz hace más de treinta años. Después de “Alfie”, Jude Law se quedó con las ganas de hacer otro papel de Michael Caine y no tuvo mejor idea que convocarlo a Caine (para hacer el papel que fuera de Olivier), a Kenneth Branagh para dirigirlo y a Harold Pinter para adaptar la obra de Shaffer y mandarse con la remake de esa “Sleuth” original.
Lo primero que uno dice con esos nombres es: “¡Guauuu! ¡Lo que va a ser eso!”. Lo segundo que uno dice cuando termina de ver los 80 minutos y monedas esta versión 2007 es: “¡Qué ladri es Harold Pinter!”.
¿Qué hizo? ¿Qué le agregó al original? ¿Cómo tuvo tan poca imaginación para darle tan poco jugo dramático a la historia? Resumiendo: ¿tardaste 35 años para hacer otra versión y te salió esto? Vamos…
Lo novedoso es que los protagonistas desfilan por una casa llena de chiches electrónicos, diseño innovador, mucho lujo y novedades high tech. Claro, la idea dramática tras esos chiches es que los personajes se enfrentan en un duelo para demostrar quién es el más macho, alarde de masculinidad para ocultar una homosexualidad no asumida. Los juguetes electrónicos, el placard con el vestido de miles de dólares, el ascensor con diseño futurístico, todo eso es una fanfarronada para demostrar poder, para ostentar hombría. El choque principal entre ambos protagonistas, es otra dimensión del mismo juego: la humillación del macho alfa al macho de rango inferior en la manada. Poco importa la mujer que está en disputa: es un accesorio en ese contrapunto.
Esa idea (más que interesante en la teoría), está muy mal llevada en la práctica. El diálogo no alcanza nunca el voltaje necesario. La película parece incompleta, quedada en el tiempo, con una estructura obsoleta, sin hallazgos de importancia. Es tal la debilidad del guión que resiente la faena de los actores principales. Jude Law está constantemente fuera de tono (recuérdese lo bien que había logrado “suplantar” a Caine en “Alfie"); a Michael Caine le alcanza para destacarse con un par de mirada a cámara. Pero sabe a poco para tal categoría de actor.
Escenas destacadas: Caine poniéndose las joyas en el espejo; el diálogo inicial en que se presentan los personajes, gastándose mutuamente.
Frases:
-Vine en auto.
-¿Manejaste?
-Ese es mi auto.
-¿El pequeño?
-No. El grande.
-No, el grande es mío.
-No veo traducciones al italiano.
-No, la cultura no es algo de ellos.
-El nombre de mi padre es Tindellini.
-Que lindo, como una campanita. ¿Por que no retomas el apellido?
-Nunca confíes en el amor. El amor te pateará el culo. Un minuto, es amor. A los diez siguientes se vuelve un juicio.
-Esa es tu experiencia.
-No, una observación. No olvides que me doy cuenta. Observo a la gente. Cuando te hartes de ella, regresará a mi. Pero no quiero que ella regrese, ya me hartó.
Quiero deshacerme de mi esposa pero quiero que sea para siempre. No la quiero en mi espalda, la quiero en la tuya.
-Escucha, baja el arma.
-¿Por que?
-Me estás apuntado. No me gusta la idea.
-¿Por que no?
-¿Éste es un juego?
-Si, un juego de verdad. El juego verdadero recién comienza.
-¿Que es eso?
-Tú y yo. Tú sin poder defenderte del arma.
Muy listo ¿quien es el pato muerto?
¿Sabes? no creo que los aros me queden bien.
Déjala ir. Quédate conmigo. Quizás te guste
CONSEJO: esperar al DVD, sin mucho apuro.
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