viernes, diciembre 28, 2007
cerca del final
LA ÚLTIMA HORA
Hace poco más de un año, cuando se estrenó “La verdad incómoda”, todavía se podía leer en algún diario de tirada nacional, un artículo de un especialista buscándole los peros a la tesis de Al Gore y advirtiendo de los riesgos de cierto tipo de investigación alarmista. Bueno, parece ser que ha sonado la hora de preocuparse por el cambio climático y que los tipos que venían anunciándolo hace rato, no eran tan opas como parecía. La pregunta es: ¿había necesidad de llegar al límite sin tomar, por lo menos, precauciones, hasta estar seguros de que el calentamiento global no fuera un subproducto de la revolución industrial? Y sí… había necesidad, porque si hay algo que caracteriza a la especie humana (y mucho más a cierta subclase de la especie existente en el hemisferio norte) es la estupidez.
“La última hora” es un documental narrado, co-escrito y producido por Leonardo DiCaprio que se pone la responsabilidad al hombro y utiliza su fama (y su fortuna) para alertar a la población de un riesgo global. Por eso sólo, este filme merece ser recomendado, visto y discutido. Y aunque el cambio climático ha ganado su lugar en la agenda internacional, todavía hay mucho por difundir y discutir. Como ejemplo, esta página logra rescatar las mejores frases de las películas que comentamos, de los sitios que ofrecen descargar gratuitamente subtítulos en varios idiomas. Entre esos sitios y la vital imdb.com, generalmente estamos bien cubiertos. Bueno, uno cree que en un filme de DiCaprio deberíamos conseguir los subtítulos fácilmente. No fue así. No hemos logrado hallar las mejores frases del filme, cosa con las que nos hubiera gustado contar.
“La última hora” no tiene el nivel didáctico del filme de Al Gore. Esa es una desventaja. Es un típico documental de gente que habla, esto es, sucesión de testimonios de expertos que explican u opinan. Otro síntoma paralelo es que no tiene un sólido desarrollo expositivo, como lo tenía “La verdad incómoda”. Por eso es un documental difícil de seguir. Tiene el valor de contar con los testimonios de personalidades como Mikhail Gorbachov o Stephen Hawkings, pero hay una dispersión temática que nos obliga a perseguir las ideas a lo largo del filme.
Sin embargo, “La última hora” tiene un par de hallazgos interesantes en este tema de tomar conciencia para evitar una catástrofe global. El primer punto es el de vincular esta catástrofe inminente con un esquema de consumo exacerbado. La maquinaria que nos impele a consumir y a acopiarse de bienes materiales, no puede mantenerse. Ha encontrado su frontera en el uso de los recursos limitados. Hay que bajar un cambio, lo que no implica volver a la época de las cavernas, si no a recuperar el valor de la frugalidad.
El segundo punto interesante es el de introducir en este capitalismo del primer mundo, el concepto de externalidades (para más datos, en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Externalidad). La solución del mercado competitivo dista de ser la socialmente eficiente ante la presencia de externalidades, porque en la ecuación no se incluyen los costos soportados por terceros, no incluidos por el empresario al producir. Si la elección de la técnica “más barata” de producción incluyera el costo de la contaminación que afecta a terceros (por ejemplo: el costo de los tratamientos para tratar las alergias, los cánceres, las enfermedades degenerativas), entonces, muy posiblemente, esa técnica dejaría de ser “la más barata”.
(Un off topic: un claro ejemplo de externalidad se da con el tema de la famosa pastera de Fray Bentos, exista o no contaminación; la sola presencia de una fábrica con la posibilidad de algún grado de contaminación frente a una ciudad turística plantea un costo: la pérdida de los turistas que dejarán de ir a Gualeguaychú, sean efectivos o no los controles ambientales. Este argumento suele dejarse de lado en el análisis del tema, que nos llevaría a la pregunta de “¿era neutral levantar una (casi dos) pasteras frente a un balneario?”. Esa pregunta no suele aparecer habitualmente en los medios de comunicación argentinos, seguramente porque los periodistas que escriben en esos medios suelen tomarse sus vacaciones en el país hermano… y no en Fray Bentos, claro).
“La última hora” aporta algunos datos, como el que por cada camión de producción se generan 32 camiones de desechos, o que la población mundial (estable en menos de mil millones hasta la revolución industrial) se ha duplicado desde Kennedy a la fecha y que de existir una catástrofe como la que propone el calentamiento global, no podríamos alimentar a las 7 mil millones de personas de la población mundial (para ver la población mundial “al instante”: http://www.census.gov/ipc/www/popclockworld.html).
El retorno a la naturaleza (sin retroceder tecnológicamente) y enfocarse en lo que los humanos parecen elegir cómo lo más importante en la vida: el amor. Con la inclusión de esos elementos, “La última hora” va un paso más allá de “La verdad incómoda” preguntándose qué cambios debemos realizar en nuestra matriz mental para poder enfrentar esta crisis de proporciones.
Un aporte más. Las deficiencias para implementar un cambio no vienen del lado de la ciencia ni de la producción. Ya existen las tecnologías para reducir el efecto de la producción y el consumo humano sobre el clima. El desafío es grande, implica rediseñar las estructuras de producción, distribución y consumo, pero no es que carezcamos de las herramientas. De lo que se carece es de aptitud de la clase dirigencial política que ha financiado el acceso al poder por los fondos del lobby de la industria petrolera. Es muy difícil que impongan la agenda de la gente, cuando los que llenan sus bolsillos son los responsables del problema.
Se puede calificar a “La última hora” de localista y que el mensaje está dirigido, casi exclusivamente, a la sociedad norteamericana. No deja de ser válido por eso. Leonardo DiCaprio apela a su pueblo (como si fuera poco, la principal potencia mundial). Pero, además, porque Estados Unidos es el principal responsable de la polución responsable de esta crisis, además de haber sido el país que más trabas puso a que este tema se incluya en la agenda internacional.
Para los que quieran más información sobre este tema, vale visitar el sitio de la película (http://wip.warnerbros.com/11thhour) y su derivado el “11th action” (www.11thhouraction.com). Y difundir y pasar la información, el único modo de cambiar esta realidad antes de que sea verdaderamente tarde.
CONSEJO: película de visión obligatoria.
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