críticas chatarras

BE WITH ME

Mínima en su desarrollo y en los recursos cinematográficos a los que echa mano. Desde Singapur nos llega “Be with me”, la película de Eric Khoo, una historia mitad verdad, mitad ficción, sobre el amor y sus distintos caminos. La película toma su tiempo para contar la historia, con mucha sencillez y austeridad. Pero hay un sentimiento de sinceridad y de emoción que logra imponerse al final. Sin ser “la” película, sin revolucionar la actividad, sólo una película con una historia que contar. No es poco.

“Be with me” son tres historias de amor que sólo se cruzan para alterar la vida de los personajes, de manera casi aleatoria. Una historia es la del guardia de seguridad gordo que acecha a la distancia a una oficinista con la que intercambia mensajes en el chat; otra es la historia de amor de dos adolescentes que está a punto de terminar por la presencia de un tercero; la historia central es el relato de Teresa Chan, una mujer sorda y ciega desde su juventud, que recita en off su autobiografía, libro que será pasado a máquina por un joven cuyo padre, cocinero, atraviesa una profunda depresión por la muerte de su esposa. La biografía de Teresa movilizará al padre del joven que saldrá de su parálisis emocional por su reciente viudez.



En primer lugar, hay que contar que Teresa Chan no es un invento de guión, un personaje de ficción: existe verdaderamente y es ella la que pone el cuerpo para contarnos su historia. El director y guionista Eric Khoo ha decidido rodear a su historia de las otras historias de ficción, para pintar algunos apuntes sobre el amor, sobre cuánto nos cuesta encontrar a otros y, cómo una vez logrado, que difícil es mantenerlo.



En “Be with me”, el amor parece ser un fruto raro y, en este universo de seres solitarios que orbitan paralelos a otros seres igualmente solitarios, a veces, sólo a veces, las trayectorias se tocan y, por un momento, brota la luz de la compañía y la ternura. Por unos (escasos) instantes, compartimos nuestras vidas con alguien que nos ama. Y algo así como una claridad que no ciega, ilumina nuestra existencia.

Mencionamos la parsimonia del desarrollo de “Be with me”. Esta tranquilidad se combina con escasos diálogos y una preminencia de la imagen y del primer plano. La historia de “Be with me” funciona por acumulación. Cuando la historia de Teresa Chan asume el mando central del relato, el filme gana en vuelo y en poder narrativo. Esa es la historia principal, sin lugar a dudas, y la fuerza de la vida de Teresa Chan supera la barrera del celuloide y nos toca con su magia.



Hay algunas escenas de notable poesía que merece destacarse. Todas las secuencias en que vemos al viejo cocinero comiendo en su casa, junto a su esposa, que no prueba un solo bocado, nos dice (sin explicitarlo) que la mujer ha muerto y que ése es su fantasma que espera a su lado. La escena en la que el fantasma se retira (cuando el viejo cocinero empieza a olvidarla, al prepararle los platos a Teresa Chan) es notable.

Otras escenas destacadas: el “suicidio” de la adolescente; la escena del guardia, semioculto, mirando de lejos a la mujer amada; Teresa Chan cocinando; la última escena de Teresa abrazando al cocinero que llora la muerte de su esposa; Teresa Chan dándole clases a un niño; Teresa cocinando.



Frases:

¿Dónde está el destino que nos conduce? Iremos donde sea, él nos lleva.

El amor desaparece solo cuando no puedes entender lo que significa.

¿Cuanto dolor y sufrimiento puede una persona soportar? He luchado a menudo con esta pregunta. He perdido mi audición, y ahora estoy por perder mi visión también.



Yo dudo que la mayoría de la gente pueda entender lo que es ser sordo y ciego. Es como si alguien tuviera una pared que nadie pudiera romper o derribar. No puedo ver hermosos espectáculos o escuchar hermosos sonidos. Pero nunca ví u oí nada desagradable tampoco. Dios trabaja de maneras misteriosas.

Alguna gente aparece y simplemente cambia el curso de tu vida.



No podía hablar inglés en ese entonces y una de las cosas más importantes fue enseñarme a hablar. Fue probablemente desconcertante para mucha gente como alguien como yo, que es a la vez ciego y sordo, puede aprender un idioma totalmente nuevo. Supongo que es verdad lo que dijeron: "Si hay voluntad, hay una manera".

Yo fui bendecida y afortunada por demás por haber viajado por el mundo. Fue en Bombay que encontré mi primera experiencia dolorosa. Una noche, Dios quiso que conociera su mundo. Mi compañera de viaje, Peggy y yo estábamos paradas en el balcón del hotel, cuando ella me describió lo que veía. En las sucias veredas, había multitudes de familias sin hogar, durmiendo en la calle. Peggy dijo que parecían hambrientos y exhaustos. Eso me golpeó entonces. Mientras estuve discapacitada, yo tuve todo. Esa gente tenía dificultades para poder sobrevivir.



Hice mucho creciendo en América. Recibí una educación, hice cosas que nunca pensé que podía hacer. Hasta tuve citas.

-Tu padre es un buen cocinero.
-Mi padre está muy feliz de cocinar para ti.



Todos tenemos sueños. Yo no soy diferente. Yo soñé con ser una cantante de ópera china a los tres años, pero el destino me robó ese sueño. ¿Hay sueños que no mueren? Solo Dios sabe y yo confío en Él.



Casi me caso una vez. Pero él pero falleció por un cáncer de nariz, el día de Navidad de 1968. Hasta hoy, a las cinco menos cinco, cada mañana de Navidad, mis lágrimas fluyen libremente. Hoy todavía sigo soltera y sigo muy enamorada de él.

Quédate conmigo, amor. Que no se desvanezca mi sonrisa.

CONSEJO: se puede esperar al DVD. Para seguidores del cine arte.