lunes, octubre 22, 2007
están entre nosotros
INVASORES
“Invasores” es la remake de una película de 1956, “Invasión of the body snatchers”, conocida en español de varias maneras como “Secuestradores de cuerpos”, “La invasión de los ultracuerpos” o “La invasión de los ladrones de cuerpos”, con más de una versión posterior (entre ellas, una de Abel Ferrara, que I-Sat está pasando en estos días). La película es un clásico y uno se pregunta qué necesidad hay, en estos días, de tomar un clásico y hacer una versión muy pero muy descafeinada, sin propósito. Lo peor es que se reunió un muy buen elenco, con Nicole Kidman y Daniel Craig como cabezas notables de reparto y a un director, Oliver Hirschbiegel que se hizo notar contando los últimos días del nazismo en “La caída”. Es un misterio de marketing y descoordinación. Pero “Invasores”, sin ser un bodriazo (cabe aclarar), carece de alma.
La historia se basa en una idea sencilla pero eficaz. ¿Qué pasaría si un día te levantás y te das cuenta que todos a tu alrededor están cambiando? ¿Cuánto tardarás en ser uno como ellos? La película empieza con el accidente de un trasbordador espacial que, al estallar en la atmósfera, esparce con sus restos, una forma de vida del espacio exterior. Las esporas toman al individuo y, durante el sueño, transforman al individuo en otra entidad. Al despertarse sigue siendo el mismo tipo de siempre, sólo que no tiene emociones, es una pálida imagen serena e imperturbable del que alguna vez fue.
Carol Benell es psicóloga, está divorciada y tiene un hijo. Y es la protagonista central de este relato. Al principio, cuando sus pacientes le cuentan que sus cónyuges están cambiando, no les hace mucho caso. Pero cuando comprueba personalmente que todo el mundo cambia a su alrededor, entonces sabe que Freud no podrá ayudarla.
Si el original tenía una pizca de la histeria de la Guerra Fría, ¿desde cuál flanco podría atacarse la historia ahora? Podríamos especular y ése es el problema. Es lo que no hicieron los adaptadores de esta versión. Ponen tanto empeño en lograr “explicar” cómo se produce la contaminación y cómo se puede vencer, que se olvidan que en la buena ciencia ficción, lo más importante es lo que esa historia representa, más allá de la bondad de la argumentación técnica que la sostenga. Tal vez, ese sea el mayor déficit de “Invasores”: la incapacidad de contar otra cosa en segundo plano.
Esta debilidad central hubiera podido evitarse con un buen desarrollo dramático, con momentos de mucha tensión, con diálogos brillantes. Pero “Invasores” carece de eso también. Todo sucede muy velozmente, demasiado rápido, como si el director quisiera sacarse de encima la historia que está contando. Y ese vértigo (que ya hemos encontrado en otros filmes, esperemos que no se vuelva una moda estilística) atenta contra el suspenso, los sutiles y delicados mecanismos del suspenso.
Tampoco se agrega nada nuevo desde lo estético, con una fotografía fría, locaciones asépticas, ciudades de neón, vidrio y acero. Desde lo visual, “Invasores” tampoco logra imponerse.
Repetimos: no es terriblemente mala. Es tibia. Por eso podemos ver el filme sin cabecear, pero lo olvidaremos cuando salgamos del cine.
Para destacar, lo linda que está Nicole Kidman, terriblemente hermosa en esta película. Otra cosa: que buen actor en el que se está convirtiendo Daniel Craig (pese a que el guión no lo ayuda), uno de esos tipos que cada papel que hace es distinto y peculiar.
Escenas destacadas: la escena del subte, donde un grupo de no infectados intenta disimular que tiene emociones; el abrazo entre Ben y Carol cuando ella se da cuenta que él ha sido infectado; la secuencia de la farmacia, cuando Carol está por ceder ante el sueño.
Frases:
Mi marido no es mi marido
Cuando te despiertes, te sentirás exactamente igual.
No muestre ninguna emoción. Ellos no pueden decir quien es quien.
Cuando lo veas otra vez, asegúrate de decirle que no se duerma.
CONSEJO: esperar al DVD, sin apuro.
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