viernes, junio 15, 2007
primera parte
LA MEJOR JUVENTUD
Hace un par de años recomendamos, muy efusivamente, “Cien pasos”, una película italiana dirigida por Marco Tullio Giordana, un milanés de cincuenta y pico de años, interpretada por Luigi Lo Cascio. El mismo dueto vuelve a las pantallas, en un producto peculiar, que está en los cines pero no es una película, sino una miniserie televisiva. Originalmente a ser emitida en 4 episodios de hora y media, en la RAI, la pachorra de los directivos de la cadena televisiva italiana, para ponerla al aire, llevaron a su productor a lanzarla en Cannes, donde tuvo un cálido recibimiento. Así, las seis horas de “La mejor juventud” llega a los cines locales en dos tandas. Ahora, esta primera parte de tres horas; en agosto, la conclusión.
“La mejor juventud” es un filme político, una descripción de la vida política italiana contada a partir de la vida de dos hermanos, Nicola y Matteo, jóvenes prometedores en la Italia de los fines de los ’60 que tomaron distintos caminos. Nicola, se vuelve psicólogo, onda psicobolche; Matteo se hace policía, arquetipo del facho. En ese crecer y comprometerse, los hermanos participan de las luchas sociales de esos años, en los que una generación creyó que podía cambiar el mundo y descubrió que sólo serían otros giles más que pasarían por este planeta, sin poder alterar en lo más mínimo, la realidad que les ha tocado vivir.
El guión de Sandro Petraglia y Stefano Rulli tiene la justeza de desarrollar personajes muy humanos, lejos del estereotipo, protagonistas que danzan sobre la cuerda de la historia. Conjuntamente a un elenco de fuerte empatía, no tardamos en “comprar” la historia de la película y sentirnos parte de ese abrumador peso que es el transcurrir de una vida.
El guión de “La mejor juventud” se monta sobre un hecho y una divergencia de caracteres. El hecho es el fracaso de los hermanos para salvar a Georgia de su destino de reclusión en un psiquiátrico. Ese hecho marca el punto de fractura de los dos hermanos. Cada uno afronta ese fracaso de un modo distinto. Nicola, proactivo, optimista, abierto al cambio, progre, decide ser psiquiatra y trabajar para abrir las salas de los neuropsiquiátricos; Matteo, dolido y avergonzado por su incapacidad para intervenir, busca una institución con reglas claras, formal, conservadora, como es la fuerza policial. Los dos son sensibles. Pero mientras uno logra perdonarse y cambia para cambiar, el otro, no logra perdonarse el haber fallado y prefiere seguir las órdenes de otros para luchar contra la injusticia.
Hay en el relato de “La mejor juventud” el agobio de la perspectiva histórica. Momento a momento, aquel individuo de la generación que se lanza a la vida, siente que tiene todas las alternativas para cambiar el mundo. El fracaso parece una utopía. Pero al crecer, se poda el árbol de posibilidades y todo termina igual, enredado, en un laberinto sin salida. Apenas queda un sedimento, un precipitado de esos pasos erróneos dados en el trayecto, eso que constituye lo que le dicen vida.
Otro apunte: la sociedad devoradora de generaciones. La generación de los ’70 (estamos hablando de Italia, no de Argentina) es fatalmente triturada por los dinosaurios (como cita un personaje, al principio del telefilme). Creen cambiar su tiempo, pero van a un sacrificio. Y lo serán, no importa desde que trinchera, ni en la militancia activa, ni en la resistencia pacífica, ni en la represión institucional. Todos son peones desechables en el gran juego que otros juegan, desde tableros más lejanos y cómodos.
Hay un contraste para analizar, como apunte sociológico, entre la generación de Nicola y Matteo y la de los padres de ellos. Hay cierta frivolidad en la vieja generación, cierta liviandad en el vivir que hace la felicidad como algo probable, bastante posible de alcanzar algunas veces. Esa certidumbre es nula en la generación de sus hijos. Para los Nicola, los Matteo, los Fabrizio, las Giulia y las Georgia, la felicidad no sólo es improbable: es imposible. No hay otras opciones más que sobrevivir y resistir, sinónimos que resumen la resignación de la derrota.
Del notable elenco, destacamos a Luigi Lo Cascio (como Nicola), Jasmine Trinca (Giorgia, un admirable personaje), Andrea Tidona (Angelo, el papá de los protagonistas) y la belleza de Sonia Bergamasco (Giulia).
Escenas destacadas: la escena frente a la rocola entre Matteo y Giorgia; el reencuentro de Georgia y Mateo, en la clínica; el flechazo entre Nicola y Giulia; la ida de Giulia; la escena entre Angelo y Giulia, cuando la convence de tocar el piano; las declaraciones judiciales de los “loquitos” de Nicola.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: se puede esperar al video / DVD, pero no la pierdan.
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