sábado, junio 23, 2007
lo que anda por ahí
THE HOST
Todos los elementos están ahí. El sol, la gente disfrutando a la orilla del río, las risas, el helado, los chicos jugando en bicicleta. Entonces, también está él. Sale del río Han y empieza a devorar personas. El mundo que hasta entonces era una tarde soleada y una picazón de gozo en la piel, se volvió un lugar oscuro y peligroso. Las nubes cubren el sol, el agua huele a podrido y los soldados cercaron tu ciudad. Ellos lo buscan a él; sí, no importas, sólo eres un daño colateral.
“The host” es una de las joyas cinematográficas de este año. Éxito en Corea, con 13 millones de espectadores, es un filme que mezcla géneros y estilos, contando la típica historia del monstruo que sale del río (tantas veces contada) como excusa de una visión sin piedad de la sociedad. Pese a su ferocidad, su viscosa presencia implacable, su primitiva crueldad, el monstruo del río Han no llega ni a los talones de aquel otro monstruo que convive con él: la estupidez humana. Ingenuos y patéticos, los humanos que cruzan el relato (con la excepción de nuestros entrañables héroes) son avaros, ambiciosos, cretinos, desalmados, moldeados por los dirigentes que los manipulan, cerrados, incapaces de escuchar ni de reconocer el daño que ellos mismos generan.
Mezcla de cine de terror, sátira política, comedia y cine clase B, “The host” se inspira en un hecho real: en el 2000, una base militar norteamericana volcó residuos tóxicos al río Han (el principal curso de agua de Corea). A partir de esta noticia, el director Bong Joon-ho junto a Baek Chul-hyun, armaron un lisérgico guión. Imaginaron que los residuos producían una mutación, un pez gigantesco con patas, que sale del río para comerse a la gente. Pronto, el pánico recorre el país y una noticia surca los medios: el monstruo es el huésped de un virus fatal. Como si el monstruo no fuera poco para la pobre Corea, hacen su intervención los Estados Unidos de América, con su corte de los milagros de científicos, asesores, diplomáticos y militares, uno más peligroso que el otro, más venenosos que el “agente amarillo”.
El guión de “The host”, sin embargo, tiene la ventaja de contar este rico contexto en un discreto segundo plano, como frases sueltas que escapan de los televisores o las radios. La historia central es la lucha de una familia, un abuelo y sus hijos, un padre un poco tonto, una arquera olímpica que tarda mucho en disparar su flecha y un revolucionario universitario desempleado, que deambulan por las cloacas de la ciudad en busca del monstruo que tiene como rehén a la pequeña niña de la familia.
La película salta de un clima al otro. En un momento, emerge el pánico junto a la niña que se esconde en la cloaca del monstruo que vomita los huesos de los cadáveres digeridos; en otro, asistimos al discurso delirante de los científicos que “racionalizan” lo que escuchan, reinterpretando a su gusto, distorsionando toda verdad; un poco más allá y el desborde de una familia que llora la muerte de su niña, proporciona un momento de humor negro, al volverse una escena de comedia, mirando ácidamente a la prensa morbosa. Eso es el fuerte de “The host”: la dificultad de encasillarla en un género. Y, creemos, eso es lo que va a disgustar a más de un espectador, si es que no capta este espíritu lúdico del director.
En reportajes que circulan por Internet, Bong Joo-ho confiesa haber tenido en mente a “Señales” de M. Night Shyamalan, a la hora de filmar “The host”. Y vale la referencia porque participa de esa misma cualidad destacada: crear terror con elementos comunes, con cosas de todos los días. Que el monstruo aparezca una tarde de sol, cuando estamos paseando por la ribera, es más efectivo que cualquier construcción creada ex profeso.
Entre las lecturas políticas del filme, señalemos el comentario sobre “la falla de comunicación” que un experto internacional recita frente a una cámara, como explicación de la crisis. En realidad, la única “falla de comunicación” es la absoluta falta de ella. Los dirigentes internacionales hacen gala de un autismo provocador. Mientras gente como la familia Park, lucha día a día contra el hambre, la degradación de la ciudad, la agresividad y la muerte, escuchar los discursos pseudoiluminados de los que deberían hacer algo y no hacen, suena a burla y provocación.
El apunte feroz a unos Estados Unidos más atento a responder destruyendo que a analizar lo que está pasando, nos recuerda alguno de los mejores momentos de “Doctor Strangelove” de Stanley Kubrick, la sátira suprema de la Guerra Fría.
Escenas destacadas: la aparición del monstruo; el intento de escape de Hyun-Seo trepando por la cuerda; la escena final del kiosko sobre la nieve; la secuencia de la destrucción del monstruo.
Las mejores frases:
Dr. Kim, el Río Han es muy amplio. Vamos a pensar de forma amplia con respecto a esto. En todo caso, es una orden. Así que date prisa.
La perspectiva del cliente es importante porque está pagando.
-¿Puedes verlo?
-¿Cuánto tiempo ha estado allí?
-Hace un buen rato.
-Te lo dije.
-Ah, es equipo de construcción.
-¿Es algo que colgaron...?
-No. No lo creo. Se está moviendo.
¡Pensé que era la mano de Hyun-Seo...!
No puedo proporcionar esa información sin el consentimiento de los EE.UU.
-Pero papá, mi espalda me pica y la siento rara. Es como si algo se moviera. Ah, mierda... Es una sensación extraña, como si algo estuviera allí.
-No pasa nada, eso es porque nunca te bañas.
-Papá, ¿puedes escucharme? ¡Responde por favor!
-¿Eres tú Hyun-seo?
-Papá, ¡escúchame! ¡No puedo salir!
-¿Estás viva? ¿Dónde...?
-Es como una gran cloaca. Muy grande y profunda.
¿Te has graduado de la universidad y no puedes convencer a un policía?
Estos días hay muchos graduados sin empleo... Sacrifiqué mi juventud por la democratización de este país y esos cabrones ni siquiera me dieron un trabajo.
-Todos estamos bien, ¿por qué siguen hablando de ese puto virus?
-Si es lo que dice el gobierno, hay que aceptarlo. ¿Qué podemos hacer?
El corazón roto de un padre que pierde a su hijo... Cuando el corazón de un padre se rompe, el sonido puede viajar kilómetros. Necesitaba decirles esto.
Papá, ¡despierta! Papá, se acercan los soldados. ¡Papá!
-Debió ser difícil conseguir empleo en una empresa de telecomunicaciones.
-Gano un sueldo muy bajo.
-Pero debes hacer alrededor de 60 o 70 de los grandes al año.
-La deuda de mi tarjeta de crédito es de 60 o 70 de los grandes.
-Por favor, no me interrumpan. Mis palabras también son importantes... ¿Por qué no escuchas lo que te digo?
-Definitivamente el virus ha invadido su cerebro. Justo como sospechamos.
-La reciente crisis en Corea del Sur ocurrió como resultado de un error...
-No hay nada bueno en la TV. ¿Quieres ver otra cosa?
-Mejor apágalo. ¡Concentrémonos en la comida!
CONSEJO: imperdible.
Si les queda alguna duda de si ir a verla o no, péguenle una mirada al siguiente trailer.
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