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EL ÚLTIMO REY DE ESCOCIA

La sensación final que nos deja “El último rey de Escocia” es que nos quedamos con ganas de saber más de la historia de Idi Amin. Y eso no es porque el filme nos enfrente a las ambigüedades de un personaje histórico, sino, justamente, porque es tan pobre su abordaje que nos quedamos ayunos de saber cómo era en realidad el hombre que manejó los destinos de Uganda y masacró a 300 mil compatriotas.

El guión de Jeremy Brock, Peter Morgan y Giles Forden (autor de la novela original) peca en la elección del personaje desde el que se cuenta la historia. El punto de vista del espectador pasa a estar del lado del Dr. Nicholas Garrigan, un recién recibido médico escocés que, para escapar de sus padres y de un futuro mediocre, elige al azar viajar a Uganda. Lejos está de imaginar que esa aventura iniciática lo enlazará, profundamente, con el dictador militar Idi Amin Dada, tan popular como paranoico.

¿Y por qué es un punto flojo dicha elección? Porque el personaje mira todo desde una cándida ingenuidad (comodidad burguesa, por otro lado), como si fuera un leve cuento de hadas que va desde un cargo ministerial a un romance prohibido. Todo parece pasar por casualidad, como las anécdotas de un viaje adolescente. Pero la gran historia política que hay atrás, queda en un segundo plano. Y allí se pierde algo trascendente para la película.



En realidad, el problema no está en el punto de vista elegido, sino en lo que puede llegar a ser explotado desde ese lugar. “El último rey de Escocia” sólo parece hablar de la historia de Idi Amin. En realidad, cuenta la historia de Garrigan. Y esa historia es, notoriamente, menor a la otra historia que está sucediendo en Uganda, al mismo tiempo.

Le faltó al guión ese condimento político, ese análisis profundo de la realidad africana, ese cruce de intereses imperialistas que transforman a otro dictador más en el villano más grande o en el santo mártir de la causa popular.

“El último rey de Escocia” será unos de esos filmes que sólo se recordarán por una muy buena actuación, la de Forest Whitaker que no explota a pleno, por las señaladas limitaciones del guión. En el elenco, hay una irreconocible Gillian Anderson, rubia y sexy, tratando de dejar atrás a ese icono de los ’90 que fue Scully. Su personaje entra y sale por la ventana de la historia, lamentablemente.

Escenas: la escena de la tortura en el aeropuerto; la escena del primer encuentro entre Garrigan e Idi Amin; la escena del “envenenamiento” de Idi Amin.



Frases:

Donde pare, ahí irás. Canadá. Uganda.

Jamás en mi vida he comido si mis soldados no han comido primero. Y así será en Uganda ahora. Juntos haremos de este un país mejor.

-Cantaban igual para Obote. Hasta que se dieron cuenta que convirtió la economía en su cuenta bancaria personal.
-Vamos, dale una oportunidad.
-Hablo en serio. Ya verás en un par de años.

-¿Es británico?
-Escocés. (MOSTRÁNDOLE LA CAMISETA DE LA SELECCIÓN ESCOCESA, DEBAJO DE SU CAMISA) ¿Ve? Escocés.
-¡Escocés!

-Es que a veces... cuando estás casada con un hombre tan bueno... A veces te sientes...
-Como una mierda.

Es un poco impredecible pero tiene mano firme. Lo único que los africanos entienden de verdad.

-Me avergüenza que me haya visto así. Tenía miedo.
-Soy doctor. Todo lo que salga entre nosotros en confidencial. ¿OK? Tomé un juramento.
- El hombre que muestra su miedo es débil. Y es un esclavo.
-Bueno, si le temes a morir eso muestra que tienes una vida que vale la pena cuidar.
-¿Ya ves? Eres doctor... y también filósofo.



Vengo de una familia muy pobre. Creo que debes saberlo. Mi padre me dejó cuando era niño. El ejército británico se convirtió en mi hogar. Me aceptaron como mozo de limpieza en la cocina. Limpiando olla. Me pegaban. Pégale a esa pared, Amin. Cava esa letrina, Amin. Y ahora aquí estoy, el presidente de Uganda. ¿Y quien me puso aquí? Los británicos.

-No me gusta como me mira ese hombre. ¿Crees que me mira extraño?

Esto es África. Se responde a la violencia con violencia. De otra forma, estás muerto.

Nicolás. Ay, Nicolás. ¿Qué es todo esto de que te vas a casa?

Nada viene de la nada. Tienes una conciencia. Sé que la tienes. Por eso viniste en primer lugar. ¿O eres como todos los otros británicos? ¿Solo viniste a tomar y llevarte?

-No te engañes a ti mismo como si no supieras. Eres un hombre más fuerte que eso.
-No quería que muriera.
-Pero lo hiciste. ¿Por qué? ¿Quieres saber por qué? Lo hiciste porque me quieres. Te has metido dentro del corazón de mi país. Uganda. Uganda te abraza.

Él siempre ha sido así. Es que no te lo había mostrado hasta ahora.



-Esperaré a que las cosas se pongan mal.
-Ya están muy mal.

-¡Debiste decirme que no echara a los asiáticos desde un principio!
-¡Lo hice!
-Pero no me convenciste, Nicolás. ¡No me convenciste!

Mírate. ¿Has hecho alguna cosa que sea buena? Seguro pensabas: “Iré a África. Jugaré a ser el hombre blanco con los nativos”. ¿Te dijiste eso? No somos un juego, Nicolás. Somos reales. Esta habitación... es real. Creo que tu muerte será la primera cosa real que te pase.

Estoy cansado de odiar, Dr. Garrigan. Este país se ahoga de odio. Merecemos algo mejor. Vaya a casa. Dígale al mundo la verdad sobre Amin. Le creerán.
Usted es blanco.

CONSEJO: esperar al video sin apuro.