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ESCÁNDALO

Desde Hannibal Lecter que no veíamos un villano que nos pusiera los pelos de punta como esta Barbara Covett, la solterona, lesbiana no practicante, que encarna Judi Dench. No necesita comerse a sus víctimas ni clavar un cuchillo en medio del pecho, para que nos hiele la sangre. Ms. Covett es la araña que acecha en su telaraña, con tanto nivel de impunidad que nos sacude. Su terror no es de cartón: es más que probable, es más que frecuente. Es el grado de manipulación que puede alcanzar una mente perturbada y totalmente amoral. No hay marcha atrás para su personaje, no hay dudas; sólo ese cálculo feroz, ese especular sin escrúpulos con el que cerca a su víctima de turno.

En un colegio londinense, llega una nueva profesora, la sexy, ligeramente snob, bastante mal arreglada, Sheba Hart. Su presencia no pasa desapercibida ni para el alumnado masculino adolescente en celo ni para el profesorado del mismo signo e igual alzamiento. Tampoco para Barbara Covett, una amargada profesora de historia, que analiza a su colega como el científico que examina a un bicho dentro del frasco. Lentamente, Covett se meterá en la vida de Sheba Hart y, tras descubrir un secreto que quema en sus manos, dominará completamente su futuro.



“Escándalo” es una guión de Patrick Marber (el dramaturgo de “Closer”), adaptando la novela de Zoe Heller. Como película, no presenta hallazgos estéticos o estructurales. Es un drama sin demasiadas novedades. Pero es altamente efectiva en la composición de los personajes y en la descomunal actuación de Judi Dench, enfrentada a otra actriz exquisita, Cate Blanchett. No hay más secretos que esta dinámica de la araña que acecha a su presa. Y con eso alcanza para hacer un muy buen filme.

Hay en la psicología de Barbara Covett un prejuicio de clase, cierta mirada desde la aristocracia venida a menos. Esa observación desde la altura, conlleva una fuerte carga agresiva a sus examinados inferiores. Esa violencia contenida (Covett es una auténtica olla a presión) explota en esa miradas de soslayo, en esos labios fruncidos con desdén, que Judi Dench explota con suma habilidad. Generalmente, su personaje acecha desde un rincón, sin comprometerse en la acción, operando desde lejos.



Del muy buen elenco, a las señaladas Dench y Blanchett, agregamos los escasos parlamentos de Bill Nighy. Escenas destacadas: la presentación de Sheba en la reunión de profesores; la charla de Covett con el profesor, revelando el secreto de Sheba Hart; la discusión en la puerta de casa, cuando Sheba va al acto escolar de su hijo; la escena de las caricias con los ojos cerrados.

Las frases, en un post de mañana.

CONSEJO: puede esperarse al video, pero agendarla.