viernes, enero 26, 2007
una historia global
BABEL
Si Alejandro González Iñárritu se hubiera escondido tras la cámara, dejando que la historia fluyera naturalmente, “Babel” hubiera ganado peso específico. Durante las largas dos horas y media que dura el filme, se adivina la presencia de su director: aquel plano “artístico”, esa mirada de un personaje suspendido un segundo más de lo necesario, cierta morosidad en el tratamiento cotidiano de la realidad. En comparación a “21 gramos” y a “Amores perros”, “Babel” está, en términos dramáticos, un escalón debajo. Un ajuste en el guión, mayor intensidad dramática en los diálogos y un poco más de síntesis, le hubieran dado fulgor a esta interesante historia global. No deja de ser buena, pero le falta dimensión épica.
“Babel” es una película a tres bandas: un chico marroquí, “jugando” con un rifle, le pega un tiro a una turista que viaja en un micro. Ese tiro, como la mítica mariposa de la teoría del caos, tiene repercusiones en todo el globo. Lo tiene en Los Ángeles, en la casa de la turista, en los niños criados por una doméstica mexicana que no sabe con quién dejarlos, para poder viajar a la boda de su propio hijo. Lo tiene en la aldea marroquí, donde los niños responsables del disparo, esconden su “travesura”. Lo tiene en Tokio, en el hombre que puso el rifle en manos de un guía en el desierto.
El tema de “Babel” es el bloqueo en la comunicación. Los conflictos se agravan porque cada uno (no importa en que punto del globo esté) no escucha lo que el otro está diciendo. La falla está no está en el discurso sino en la recepción, viciada por el prejuicio (social, racial, cultural). A fuerza de darse la cabeza contra la pared, a veces, se abre una grieta, y el muro se derrumba. Allí, entonces, los personajes pueden ser entendidos y el conflicto (que creció a niveles insoportables) se desinfla.
Eso es “Babel”. La incomunicación. La incomunicación en una era de medios de comunicación que desinforman y refuerzan el estereotipo. Cuando las escenas se suceden, vemos que, más allá de las diferencias, sea en el primer mundo norteamericano, en el subdesarrollo africano, en el tecnificado Japón, los seres que deambulan por la superficie del planeta tienen las mismas necesidades, los mismos temores: aman, sufren, ríen, festejan, asimilan el duelo.
Entre los aciertos del guión de Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu cabe señalar la yuxtaposición, sutil, de costumbres similares, en distintos puntos del planeta. La chica japonesa que se empastilla con sus amigos en la disco, no es muy distinta a los mexicanos que se maman en la boda. La imagen de una droga como lubricante social se logra con la sucesión de dos planos. El miedo de los turistas blancos y obesos ante la mirada de los morochos aldeanos marroquíes, no es muy distinto al miedo que Chieko, sordomuda, demuestra cuando enfrenta a los adolescentes con capacidad auditiva normal. El collage enfatiza el discurso, sin necesidad de agregar un parlamento al respecto.
Justamente, las falencias de “Babel” se encuentran cuando González Iñárritu no confía en la capacidad del espectador para decodificar ese collage. Ahí cae en el plano estático o el pañuelo que ondea al viento, como para decir “acá hay un artista”. “Babel” se ganaba desde la historia, desde el diálogo, no desde la imagen. Ese fue el pecado de su director. No obstante, no hay que dejar caer en saco roto esos apuntes notables, desde el otro lado del Primer Mundo.
Para el novel aprendiz de guionista, vale destacar la capacidad que ha mostrado González Iñárritu para alterar la flecha del tiempo, en sus tramas, con notables logros dramáticos. Tanto en “Amores perros” como en “21 gramos” utilizó el mismo recurso, con igual eficacia. En “Babel”, la alteración de la estructura temporal, aunque menos drástica, tiene un fin: poder contarnos las tres historias en paralelo, reforzando las coincidencias temáticas de cada una, aunque las tramas tengan una evolución cronológica secuencial.
Noten el ordenamiento: la compra del rifle – el disparo – la asistencia a la turista – la ida a México – la pérdida en el desierto – la investigación en Japón. Desplegada de esa manera, la trama perdía fuerza. Partida en su estructura temporal, se refuerza dramáticamente. No es para dejar pasar, González Iñárritu muestra un gran dominio en la utilización de este recurso. Para prestarle mucha pero mucha atención.
En términos actorales, “Babel” se ve desorientada por estos tics del director. Por eso, tal vez, no haya actuaciones descomunales, con la excepción de Rindo Kikuchi, en su papel de la chica sordomuda que ha perdido a su madre. Su actuación se destaca claramente del resto. (Babita para el look colegiala adolescente). Un apunte: ¿no la ven conocida a la nenita rubia, la estadounidense que deambula con su niñera por México? ¿A quién se parece? Sí, efectivamente. Es Elle Fanning, la hermana de Dakota.
Escenas: la escena del tiro; la mirada de los turistas occidentales en la aldea marroquí; la mujer marroquí que le da el cigarro a la turista herida; la escena del beso entre Brad Pitt y Cate Blanchett, mientras ella orina en un sartén; la escena de la detención en el control fronterizo; la cara del niño norteamericano cuando ve como degüellan a una gallina delante suyo; la escena del abrazo de Chieko, desnuda, a su padre, en el balcón de una torre en Tokio; el intento de Brad Pitt, antes de subir al helicóptero, de pagarle al guía marroquí, que éste desestima y el abrazo posterior.
Frases:
Te apuesto a que la bala no llega tan lejos.
¿Qué me das si le acierto a ese coche?
¿Qué sucede? Nos vieron como si fuéramos monstruos.
Ahora van a conocer al verdadero monstruo peludo.
-Aparentemente unos terroristas mataron a un turista americano.
-¿Un americano?
-Si, los terroristas atacaron un camión turístico en la carretera.
-No, no hay terroristas aquí.
-Nunca se sabe.
-¿Que clase de doctor es?
-Es veterinario. Pero es bueno.
No caminen entre las tumbas.
Hoy, cerca de Tazarine, hubo un incidente. Le dispararon a una americana. Las autoridades dicen que pudo haber sido un robo. Pero el gobierno americano rápidamente sugirió un enlace terrorista.
-¿Es tu hija?
-Si. La tercera de cinco. ¿Tienes hijos?
-Si. (MOSTRÁNDOLE UNA FOTO EN LA BILLETERA)
-¿Solo dos? DeberÍas tener mas.
-Como que mi embajada se encarga? Este es tu país de mierda, es tu responsabilidad. Haz algo, ¡haz algo!
-Los americanos detuvieron la ambulancia. Quieren enviar un helicóptero, pero hay problemas.
-¿Que esta pasando? ¿Por que nos escondemos si no hemos hecho nada malo?
-Porque ellos piensan que hicimos algo malo, querido.
-Eso no es verdad. Eres mala.
-No, yo no soy mala. Tan solo hice algo estúpido.
¿Sabe cuantos niños mueren cada año tratando de cruzar la frontera?
CONSEJO: se puede esperar al video.
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