martes, diciembre 19, 2006
nuevo cine islandés
NOI, EL ALBINO
Si no viéramos los hielos de la congelada Islandia y los protagonistas no hablaran en islandés, uno pondría las manos en el fuego seguro de que “Noi, el albino” es otra de esas películas del nuevo cine nacional subsidiado. No. Nada de eso. Pero ese es el tono. Hasta con críticas ampliamente favorables de los iluminados locales de siempre.
Adolescente crecido en un pueblito gris que no puede superar la mediocridad de todos los días y las perspectivas de un futuro sin futuro. Con la mano en el corazón: este tema ya me tiene podrido. La película es del año 2003, el director es Dagur Kári, islandés residente en Dinamarca, autor del guión, además. Afortunadamente, Kári consigue meterle algunos gags, un poco de humor, para matizar la materialización de la nada que intenta representar la vida de Noi, tan brillante como incomprendido. Pero, por largos momentos, el filme sobrenada en baches de rutina. Sé que para algunos es un rasgo de genialidad, pero cuesta encontrarle sentido a esa presunción.
Hay que ponerle algunos porotos a la música y a la fotografía. No mucho más.
Escenas: la secuencia del alud; el regalo de cumpleaños de la abuela; el gag del padre que destroza el piano; el primer encuentro entre Noi e Iris; el gag del profesor enseñando a hacer mayonesa. Frases: “No hay música en este jodido piano”; “¿Qué es lo que esperas sacar por entregar esto?”, “¿Cero?”, “No. Tienes medio punto por escribir tu nombre”, “¿Sí? Es más que lo que esperaba sacar”; “Te enseñaré un truco que nunca falla: dile que está muy gorda, que tiene que ponerse en peso. Te prometo, no te dejará hasta que te acuestes con ella”; “¿Realmente estoy siendo aburrido?”, “No. Sólo borracho”.
CONSEJO: dejar pasar. Masocas del cine arte, anótenla.
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