viernes, diciembre 22, 2006
nada por aquí, nada por allá
EL GRAN TRUCO
Juegos de espejos y duplicaciones. Nada es lo que parece. Ni sobre el escenario, ni en la pantalla. Para algunos, “El gran truco” puede ser una película sobre magos que pelean. En realidad, es una gran metáfora sobre el cine y el arte, la necesidad del artista de atrapar la atención del público, inmolándose en el juego. La gran mentira de todo arte, mentira genial, tan genial que el verdadero artista termina creyéndose las posibilidades fantásticas irrealizables. Juego de espejos, a esa gran mentira del arte, le corresponde aquella otra de igual tenor, el amor. Nunca amamos a la misma persona; nunca sabemos si el amor no es otro acto de ilusionismo para atrapar nuestra atención.
Si no vieron “El gran truco”, anoten estas reflexiones y vuelvan a leerlas, sólo después que salieron del cine. Porque avanzar más allá, revelaría el truco, el enigma final, pecado que no tendría perdón en un guión tan interesante, como éste de Jonathan y Christopher Nolan, adaptando la novela de Christopher Priest. La estructura del guión refleja ese juego de cajas chinas, una serie de flashbacks dentro de un flashback, ese doble juego del tipo que lee el diario de alguien que cita el diario de aquel que lee. Como en “Memento” (esa gran película de Nolan), remontar la flecha del tiempo cambia el sentido de lo visto. La primera escena no puede ser comprendida en su plenitud, hasta ver la cadena de eventos que la antecede. Ese significado original, cambia totalmente, al transcurrir la historia.
“El gran truco” es uno de los mejores guiones de este año y una gran película. Si no ha logrado dar el batacazo, imponerse sobre el resto, en gran parte se debe a la frialdad de Cristian Bale que, lamentablemente, se ha transformado en el actor fetiche de Christopher Nolan (recordar “Batman inicia”). El contraste con Hugh Jackman y Michael Caine es sumamente fuerte. Quien pasa casi desapercibida, sin su seducción natural, es Scarlett Johansson. Una mención para Tesla (el único personaje “histórico”), interpretado por David Bowie.
Para destacar la fotografía de Wally Pfister y la dirección de arte de Kevin Kavanaugh.
Escenas destacadas: la inicial; la presentación de Tesla, entre centellas eléctricas; la secuencia final. Las frases destacadas, mañana.
CONSEJO: ir a verla.
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