miércoles, julio 12, 2006
se hace camino al andar
CARS
Los largos de animación de PIXAR, las películas de John Lasseter y Joe Ranft, han ganado carta de ciudadanía: son clásicos. Con las producciones de PIXAR pasa como con las obras de Woody Allen o Quentin Tarantino: no importa si el nivel está un poco por arriba o un poco por abajo, de sus anteriores trabajos; siempre hay algo que nos va interesar. Tal vez haya espectadores que se pierdan estas películas, por el prejuicio de que el cine de animación es sólo apto para niños. Lejos de eso. Películas como “Cars” pueden ser leídas en dos dimensiones. Los chicos se divertirán con los gags humorísticos o la moraleja simple del autito fanfarrón que aprende una lección en un pueblo perdido; los grandes, en cambio, desentrañarán el mensaje subliminal, los símbolos pop y la metáfora melancólica de todo aquello que hemos perdido en esta absurda búsqueda de la competencia sin propósito.
Dicho esto, vale aclarar que “Cars” está un escalón por debajo de “Buscando a Nemo” o “Los increíbles”, para citar dos casos recientes de PIXAR, aunque varios peldaños por encima de otras producciones que asolan la pantalla de estos días (¿“Patoruzito”? ¿Quién dijo “Patoruzito”?). Tal vez su historia no sea tan ajustadita, peque de exceso de color local norteamericano (posiblemente, también sea muy fierrera) y su desenlace sea algo más convencional. Pero en la secuencia en la que Rayo McQueen contempla con Sally, el paisaje espléndido que se le presenta ante sus ojos, “Cars” destila más magia y emoción que tantos bodriazos pseudointelectuales premiados en algunos de esos festivales turístico-cinematográficos. Hay en esa escena la cálida emoción del paraíso perdido, el pasado que tuvimos y que dejamos pasar por estar tan apurados por llegar a alguna parte. Más aún: es la emoción de que todo eso está esperándonos allí. Sólo hay que alejarse un par de pasos fuera de la autopista, excluirse del vértigo delirante, para reconocer que todo espera, todavía, a aquel que se tome el tiempo necesario para percibirlo.
¿Película infantil? Y… si usted insiste.
Reconocimiento para Paul Newman, la voz detrás de Doc Hudson, el comisario del pueblo. Otros famosos de la F1: Michael Schumacher y Mario Andretti. Escenas: los coches transitando como chicos por la calle recién asfaltada; los gags de Guido y Luigi, los autitos italianos devotos de Ferrari; el gag de los títulos en homenaje a John Ratzenberger (Mack); la carrera final; Doc tomando las curvas en el árido pueblo de Radiador Springs.
Frases: “Te digo, hombre, que el tercer parpadeo es más lento”, “¿Los ’60 no te trataron bien, no?”; “Yo genero sentimientos en los otros que ellos no pueden entender”; “¡Ka-chow!”; “¡Oh, por el amor de Chrysler!”; “Los coches de carrera no necesitamos faros porque las pistas están siempre iluminadas”; “Hola. Rayo McQueen me dijo que este era el mejor lugar en el mundo para comprar neumáticos” (dicho por la Ferrari con la voz de Schumacher); “¡Ah! ¡Guido! ¡Una Ferrari de verdad en mi taller! ¡Una verdadera Ferrari! ¡Golpéame, Guido! ¡Golpéame en la cara! ¡Es el día más glorioso de mi vida!”; “Tienes más talento en una tuerca que lo que muchos autos tienen en toda la carrocería”, “¿En serio? ¡Oh!”, “Pero eres estúpido”; “Gracias, Fred”, “¡Oh! ¡Sabe mi nombre!”; “Luigi sólo sigue Ferraris”; “Una chica bien parecida. Parecía un Jaguar, era como un camión. Tú sabes, solía estrellarme contra ella sólo para hablarle”; “Es simple. Si vas suficiente fuerte a la derecha, terminarás doblando a la izquierda”; “Los tractores son tan tontos”; “¿Cuándo fue la última vez que te interesóalguien, excepto tú, chico? Dime una vez y me retractaré de todo”
“¡Oh, oh, oh! Me gusta tu estilo. Regateas duro. Hagamos un nuevo trato: compras uno y te regalo tres”; “Nunca sentí el camino así en años”; “¡Respeta a los clásicos, hombre! ¡Es Hendrix!”; “Yo sólo veo copas vacías”; “¡Jesús-Chrysler!”; “Cuarenta años atrás, la Interestatal no existía”, “¿En serio”, “Sí. Entonces, los coches tenían una forma diferente de cruzar el país”, “¿De qué modo?”, “Bien, no cortaban camino como la Interestatal. Seguían el terreno, subían, bajaban, giraban. Los coches no conducían para hacer un gran tiempo, sino para tener un gran tiempo”.
CONSEJO: imperdible.
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