jueves, abril 06, 2006
mucho marketing
MRS. HENDERSON PRESENTA
En una línea: de tan calculada y tan taimadamente especuladora, “Mrs. Henderson presenta” apesta. En ningún momento el guión de Martin Sherman se preguntó cuál era la historia que estaba contando. ¿La historia de un amor platónico entre una viuda millonaria maleducada y un bohemio creativo orgulloso? ¿O acaso la historia de cómo se vencen a los pacatos con los que convivimos en cada época? ¿O, tal vez, la exaltación del cuerpo desnudo y el erotismo? Cualquiera de esas cosas pudo ser “Mrs. Henderson presenta”. Pero en su lugar, se prefirió acumular calculadas escenas para ganarse el fácil favor del público, envuelto en un exquisito ropaje visual (responsabilidad de la fotografía de Andrew Dunn y de la dirección de Stephen Frears), pero que no puede disimular las flaquezas de la trama.
Mrs. Henderson queda viuda y millonaria. Y, harta de la vida social de una viuda inglesa a fines de la década del 30, decide comprar un teatro, montar espectáculos durante el todo día y, como si fuera poco, incluir chicas desnudas en los cuadros musicales, todo un escándalo para la tradicional flema británica. Para esa tarea contará con Vivian Van Damm, un productor holandés con el que tendrá una instantánea relación amor – odio.
Ése es, en líneas generales, el planteo de “Mrs. Henderson presenta”, inspirados en “hechos reales”. El inconveniente se da cuando, a casi media hora del film, y con las chicas desnudas sobre el escenario, el guión cae de a ratos en el melodrama, en otros en el relato patriótico y en otros en la reconstrucción de época. Nos quedamos con ganas de ver más cruces entre Mrs. Henderson y Mr. Van Damm (más allá de los patéticos intentos de la señora por entrar disfrazada a su propio teatro, una decisión deplorable del guión).
Algunas cosas para rescatar del filme: algunas réplicas perversas de la protagonista, el duelo actoral entre Judi Dench y Bob Hoskins, los desnudos de Kelly Reilly, la inglesita de “Las muñecas rusas” y “Piso compartido” (¡qué personaje desaprovechado! ¡qué actriz desaprovechada!), algunos toques de comedia y la reconstrucción de Londres antes de la guerra.
Escenas: el encuentro inicial de los protagonistas; el Full Monty de los ensayos; el encuentro entre Mrs. Henderson y Lord Chamberlain.
Frases: “Estoy aburrida de ser viuda. Tengo que sonreír a todos. Nunca he sonreído antes. En la India, siempre había gente a la que despreciar”; “¡Necesitamos pezones británicos!”; “¿Y qué hay, discúlpeme, sobre el follaje…?”, “¿Follaje?”, “Ya sabe… debajo de…”; “¡Mr. Van Damm! Es judío después de todo”; “Cuando retiré sus cosas encontré una de esas fotos… ¿cómo la llaman ustedes? ‘Postales francesas’ Y entonces me di cuenta que, probablemente, había muerto sin haber tenido la ocasión de ver a una mujer desnuda”.
CONSEJO: esperar al video.
En una línea: de tan calculada y tan taimadamente especuladora, “Mrs. Henderson presenta” apesta. En ningún momento el guión de Martin Sherman se preguntó cuál era la historia que estaba contando. ¿La historia de un amor platónico entre una viuda millonaria maleducada y un bohemio creativo orgulloso? ¿O acaso la historia de cómo se vencen a los pacatos con los que convivimos en cada época? ¿O, tal vez, la exaltación del cuerpo desnudo y el erotismo? Cualquiera de esas cosas pudo ser “Mrs. Henderson presenta”. Pero en su lugar, se prefirió acumular calculadas escenas para ganarse el fácil favor del público, envuelto en un exquisito ropaje visual (responsabilidad de la fotografía de Andrew Dunn y de la dirección de Stephen Frears), pero que no puede disimular las flaquezas de la trama.
Mrs. Henderson queda viuda y millonaria. Y, harta de la vida social de una viuda inglesa a fines de la década del 30, decide comprar un teatro, montar espectáculos durante el todo día y, como si fuera poco, incluir chicas desnudas en los cuadros musicales, todo un escándalo para la tradicional flema británica. Para esa tarea contará con Vivian Van Damm, un productor holandés con el que tendrá una instantánea relación amor – odio.
Ése es, en líneas generales, el planteo de “Mrs. Henderson presenta”, inspirados en “hechos reales”. El inconveniente se da cuando, a casi media hora del film, y con las chicas desnudas sobre el escenario, el guión cae de a ratos en el melodrama, en otros en el relato patriótico y en otros en la reconstrucción de época. Nos quedamos con ganas de ver más cruces entre Mrs. Henderson y Mr. Van Damm (más allá de los patéticos intentos de la señora por entrar disfrazada a su propio teatro, una decisión deplorable del guión).
Algunas cosas para rescatar del filme: algunas réplicas perversas de la protagonista, el duelo actoral entre Judi Dench y Bob Hoskins, los desnudos de Kelly Reilly, la inglesita de “Las muñecas rusas” y “Piso compartido” (¡qué personaje desaprovechado! ¡qué actriz desaprovechada!), algunos toques de comedia y la reconstrucción de Londres antes de la guerra.
Escenas: el encuentro inicial de los protagonistas; el Full Monty de los ensayos; el encuentro entre Mrs. Henderson y Lord Chamberlain.
Frases: “Estoy aburrida de ser viuda. Tengo que sonreír a todos. Nunca he sonreído antes. En la India, siempre había gente a la que despreciar”; “¡Necesitamos pezones británicos!”; “¿Y qué hay, discúlpeme, sobre el follaje…?”, “¿Follaje?”, “Ya sabe… debajo de…”; “¡Mr. Van Damm! Es judío después de todo”; “Cuando retiré sus cosas encontré una de esas fotos… ¿cómo la llaman ustedes? ‘Postales francesas’ Y entonces me di cuenta que, probablemente, había muerto sin haber tenido la ocasión de ver a una mujer desnuda”.
CONSEJO: esperar al video.
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