miércoles, abril 12, 2006
caminando con la muerte al lado
LA ERA DE HIELO 2
Confieso que iba con muy bajas expectativas a ver “La era de hielo 2”, en parte por las tibias críticas y porque la primera parte no era una de las cimas de la animación. Y, debo confesar ahora, recibí una grata sorpresa. “La era del hielo 2” no sólo ha ganado respecto a su primer episodio, sino que ha sumado algunos notables apuntes psicológicos. Hasta la estructura tiene algunos hallazgos que merecen considerarse.
En primer lugar, llama la atención, en una película dirigida al público infantil, la presencia tangible de la muerte que hay en esta segunda parte. Los personajes caminan junto a la muerte, es un personaje más, tangible y real, en cada bache del camino.
No sólo hay depredadores que se comen a otros, sino hasta contamos con un musical protagonizados por buitres que especulan de que manera se van a comer a los personajes cuando los encuentren muertos al otro día. Convengamos que no es tan común para el género, por más de lo que haya evolucionado éste.
También, pese a esa convivencia con el fin, los protagonistas no son pesimistas. Están llenos de vida, como ese valle que se descongela y donde todo revive, pese a la proximidad de la catástrofe. Con sus miedos, sus decepciones, sus temores, la manada (la familia) encara la muerte y se permite reírse en su cara.
En esta parte, volvemos a compartir las aventuras de nuestros amigos, Diego (el tigre sable), Manny (el mamut) y Sid (el perezoso) huyendo de un valle que está a punto de inundarse fatalmente, por la ruptura de una barrera de hielo que se quiebra con el deshielo. En el viaje de salida, nuestros amigos afrontaran sus temores y realizarán sus deseos: Manny, encontrar a otros de su especie; Sid, ser respetado; Diego, superar su único temor: no sabe nadar. En el camino del héroe, cada uno encontrará lo que busca, aunque deba pasar una prueba trascendental para lograrlo.
La estructura del filme tiene su interés. La historia principal, la huida de nuestros amigos, está interrumpida por la lucha de la ardilla con la bellota (personaje célebre de esta historia). Las escenas de la ardilla segmentan la historia principal que se estructura en bloques aislados. Cada uno de estos bloques, plantea, desarrolla y finaliza, un tema. Opera como una sucesión de cortos, enlazado por otros cortos. Si bien hay una continuidad de la historia central, podrían verse por separado, como cortos independientes. Esta estructura (con reminiscencias de las ocho unidades inhundibles de Stanley Kubrick) es más que interesante para mantener la atención del espectador infantil. Posiblemente, también haya sido la causa para que se la señalara, en alguna crítica, como una carencia de guión. No es así. El filme tiene su estructura y no falla. Sólo que su formato está tabicado.
Desde la animación, vale prestarle atención a las texturas de los dibujos. El personaje destacado es Ellie, la mamut que se cree una zarigüeya. Una joyita, uno de los personajes del año. Escenas: el musical de los buitres; el encuentro de Sid con los perezosos adoradores del Dios del Fuego; todos los gags de la ardilla y la bellota; el gag del abuelo que no quiere irse de su casa y debe ser tironeado por sus nietos. (Una lástima que no haya copias subtituladas.)
Frases: “¿Realmente crees que es la chica para mí?”, “Seguro. Ella es toneladas de divertida. Tú no lo eres. Ella te completa”; “Diego, retrae las garras, por favor”; “Si tu especie está por sobrevivir, ¡no dejes de aplaudir!”; “¡Viviremos! (PAUSA) Moriremos…”; “Si alguien pregunta… eran como cincuenta… ¡Todas serpientes!”; “Padres: por favor, no dejen sus niños sin vigilancia. Todos los niños sin vigilancia serán comidos”.
CONSEJO: ir a verla, amantes de la animación.
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