martes, febrero 28, 2006
el nacimiento de la caja boba
BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE
La libertad es un raro fruto en la historia de la humanidad. El sistema democrático de gobierno es un delicado acuerdo entre el bien general y el interés particular. En su sencillez (reflejar la opinión del pueblo) está su fortaleza; pero es particularmente débil, porque depende de un colectivo susceptible de ser modificado por la manipulación. Tras la posguerra, el Occidente democrático desarrolló un notable instrumento, capaz de dotar de conciencia y responsabilidad a un electorado no instruido; también, arma de doble filo, tenía el potencial para volverse en una letal herramienta en manos de un demagogo. La televisión. Los medios de comunicación.
"Buenas noches y buena suerte" es la historia de Edward Murrow, un prócer del periodismo radiotelevisivo norteamericano. Su programa "Sépalo ahora", en la noche de CBS, tuvo el privilegio de ser un ariete en defensa de los derechos individuales cuando denunció la demagogia en la caza de brujas del senador Joseph McCarthy, una voz solitaria y valiente, en tiempos que otros callaron con miedo. El guión de George Clooney y Grant Heslov relata esos días, en que Murrow le apuntó a McCarthy y lo deshizo antes las cámaras, apelando a la inteligencia y la moral del pueblo norteamericano.
Pero "Buenas noches..." es algo más que eso: es la historia de una victoria pírrica. La gran batalla que Murrow denuncia en un discurso, un par de años después, ya estaba perdida. En ese exacto momento, la televisión norteamericana se estaba transformando en una empresa comercial. La posibilidad de explotar el potencial de la televisión, para instruir a las masas y dotarlas de conciencia política y social, quedaba trunca; en una de las escenas finales, Murrow y Friendly son los únicos conscientes de que la lucha se ha perdido: McCarthy continúa como senador, aunque desacreditado; ellos son barridos a un horario marginal, para ser sacados del aire poco tiempo después. De eso trata "Buenas noches...", del nacimiento de la caja boba.
Filmada en un exquisito blanco y negro (notable la fotografía de Robert Elswit), con la imagen sucia de la pantalla televisiva de los '50 - '60, toda la trama transcurre en interiores, aguzando la sensación de claustrofobia. Los protagonistas proyectan una tensión paranoica, reflejo de la caza de brujas que había desatado el legislador por Wisconsin. Los personajes están en una guerra soterrada y esa conciencia del riesgo permanente está presente, en todo el filme.
Indudablemente hay una lectura actual del film, a los cómplices mediáticos de la administración Bush, que no es muy difícil de identificar. Si alguna duda queda, basta oír, atentamente, el discurso de Ed Murrow que abre y cierra el filme. Los males del futuro se derivan de las decisiones del presente.
George Clooney, en su segunda película tras la cámara, nos ofrece otro notable producto. Notable desde lo estético pero, especialmente, desde lo intelectual. El cine comprometido con su sociedad y su momento, una actitud que uno envidia, al compararla con tanta medianía local, tanto chico aburrido en pantalla, como hemos mencionado al criticar "Syriana".
Una mención, del muy buen elenco, para David Strathaim, la cara del mítico Ed Murrow. Un deseo: que la televisión local rescaté cierto telefilme de los años '80 (producida por HBO), que narra la historia de Ed Murrow, con más detalles que los que vemos en esta película.
Escenas: el discurso que cierra y abre el filme; la reunión de producción cuando Murrow y Friendly anuncian que el próximo programa será sobre McCarthy; la reunión entre Murrow, Friendly y el jefe de la CBS; la charla final entre Murrow y Friendly, al final de esa reunió, donde se dan cuenta que McCarthy sigue en el Senado y ellos son arrojados al horario marginal de los domingos a la tarde.
Un aviso: las frases elegidas de este filme, por su extensión, serán tema del post de mañana.
CONSEJO: imperdible. (Ojo: es necesario tener alguna noción de quié fue McCarthy y qué hizo en los años '50. Para los norteamericanos es un capítulo importante de su historia; para el resto, apenas una nota al pie en el manual de la historia. Interesante pensar en eso: que los gansos que suelen arruinarnos la vida, raramente dejan su marca en esa gran corriente que es la Historia, así con mayúsculas).
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