domingo, mayo 22, 2005
un lugar bajo el sol
TIEMPO DE VOLVER
Anoten el nombre de esta película: "Tiempo de volver" ("Garden state" su título original). Es uno de esos filmes independientes chiquitos, emotivos, coherentes, tal vez no del todo completo, pero que logra emocionarnos. No va a revolucionar la historia del cine, pero se gana el precio de la entrada. Y a esta altura del partido, no es poco.
"Tiempo de volver" es la película de Zach Braff, director, guionista y actor, al que algún seguidor de Sony habrá visto en la serie "Scrubs". La historia es simple: Andrew Largeman, actor fracasado aletargado en antidepresivos, regresa a su hogar, para asistir al entierro de su madre a la que no ha visto en años. La oportunidad es buena para que Andrew derive por el pueblo (mediocre, limitado, parco, gris) reconociendo a sus vecinos y amigos, a los que la vida los cambió también. En ese raid existencial, Andrew se cruzará con Sam, una chica extrovertida, emocional, disfuncional, patética por momentos, increíble la mayor parte del tiempo. Su vida cambiará, drásticamente, y empezará a equilibrar las cuentas que han empañado los kilos de Prozac.
La película acierta en el detalle delirante de personajes que bordean los confines de la normalidad. Perros que se masturban, coleccionistas de figuritas del Operativo Tormenta del Desierto, psicólogos al borde del colapso, madres patéticas, hermanos africanos caídos del cielo. Detrás del derroche de personajes pintorescos, está el núcleo emotivo de seres que buscan un hogar, un lugar donde sentirse en casa, definitivamente. En un mundo de personas que pasan por al lado, habrá alguno que nos tome la mano y camine a nuestro paso. Es la moraleja final de una película sencilla, con algún que otro bache, pero que nos gana con su honestidad intelectual.
El buen guión de "Tiempo de volver" abunda en pequeños apuntes poéticos, imágenes simples que definen a los personajes y sus sentimientos: una casa-arca al borde de un abismo; una toma cenital de una pileta en la que se distingue una nadadora alejándose del grupo que chapotea en la profundidad, para acompañar al único que hace pie en la parte baja, marginado en el extremo menos atractivo de la pileta; un personaje que llora la muerte de una persona que no conoce, sentada en medio de un casero cementerio de hámsters (¡y algún que otro pez!); una vieja moto con sidecar, del tiempo de la guerra, única herencia de un abuelo querido. Hebras de una historia que se construye desde el corazón.
Tal vez pueda pedirse a "Tiempo de volver", un final menos convencional o que desarrolle mejor el conflicto entre Andrew y su padre (componente central del relato). Pero esas fallas no logran opacar el mérito que tiene Zach Braff de haber logrado, en su ópera prima, una película que no pase desapercibida.
Alguien se destaca del elenco: Natalie Portman (una babita a la derecha, plís). Por momento amenaza con desbalancearse y caer en brazos de la sobreactuación, pero sortea el riesgo y en gran parte del filme logra transmitir esa sensación de vulnerabilidad y emoción que necesita su personaje, Sam, el alma gemela de Andrew. En más de una escena, logra enamorarnos de ese personaje que camina por la cuerda floja, portando su corazón en la mano.
Escenas: la de la pileta y la del cementerio de mascotas, ya mencionadas; la primera charla entre Andrew y Sam; la búsqueda del regalo de Andrew, al final del film; el beso en el aeropuerto entre Andrew y Sam (ganador del premio al mejor beso de los MTV Awards, según fuentes no debidamente testeadas); la postergada conversación entre Andrew y su padre.
Frases: "¡Ey! Te conozco", "¿Fuiste a la Secundaria Columbia?", "No. No de la escuela, de la TV. ¿No hacías el papel de deportista retardado?", "Sí", "¿Eres realmente retardado?", "No", "¡Oh! ¡Qué gran actuación! Realmente creía que eras retardado. Yo creo que eres mejor que el chico de Corky, que era en verdad retardado. ¡Si hubiera un Oscar al retardado lo ganarías! ¡Arrasarías! ¡Les patearía el trasero!"; "Ey, hombre. Creí que te habías suicidado", "¿Qué?", "Pensé que te habías suicidado. ¿No fuiste tú?"; "Sabes, hay un momento en tu vida en el que te das cuenta que la casa en la que has crecido no es realmente tu hogar, nunca más. Aún cuando tengas un lugar donde guardar tus cosas, la idea de un hogar se ha ido”, “Yo aún siento mi casa como un hogar”, “Lo verás cuando te mudes, sólo es algo que pasa de un día para el otro. Sólo se va. Y nunca vuelve. Es como tener nostalgia de un lugar que ya no existe. Quiero decir, es como un rito de pasaje, tú sabes. No tendrás ese sentimiento otra vez, hasta que crees una nueva idea de hogar para ti, tú sabes, tus hijos, una familia que empezar, como un ciclo de vida o algo así. Extraño la idea de eso. Puede que eso sea una familia. Un grupo de personas que extrañan un mismo lugar imaginario”; “Es mi vida, papá. Es esto. Gasté 26 años esperando algo para comenzar. Así que no creo que haya mucho para tomar porque es todo lo que hay. Lo veo ahora, es todo lo que hay”; “Tú sabes, nuestros cuerpos son capaces de cosas increíbles cuando estamos sujetos a la ansiedad y al stress. Yo encontré a mi ex mejor amigo acostado con mi esposa, una vez. Y no logré tener una erección en un año y medio, por ejemplo…”; “Puede que no seamos tan felices como siempre soñamos que podíamos ser, pero, por primera vez, vamos sólo a aceptar a ser cualquier cosa que seamos”; “Así que… ¿qué hacemos? ¿qué hacemos?”; “Y sabes que, no tomaré más esas drogas, porque ellas me dejan el sentimiento adormecido. He sentido tan jodidamente adormecido todo en toda mi vida. Y por eso… estoy aquí para perdonarte”; “Lo único peor que un favor, es un favor que involucre dinero”; “Sabes, este collar me trae recuerdos de mi madre. Cuando era chico, lloraba por cualquier razón. Y ella me acunaba, meciéndome adelante y atrás, y sólo puedo recordar las cuentas plateadas rodando alrededor. Y una vez que los mocos me caían de la nariz, ella me ofreció su manga y me dijo que me sonara en ella. Puedo recordarlo, siendo un pequeño chico, diciéndome, ‘Guau… esto es amor… esto es amor’ ”; “Tuve un ataque (de epilepsia) en el estudio legal donde trabajo, y ellos me dijeron que el seguro no podía cubrirme salvo que yo tuviera una cobertura preventiva”, “¿Qué es una cobertura preventiva?”, “El casco que uso… ¡Oh, vamos! ¡Es divertido! Es realmente gracioso, es decir, soy la única persona que usa casco donde trabajo como si fuera un bombero o corriendo en el NASCAR. Pero, ¿qué puedo hacer, no puedo renunciar… su seguro es increíble… qué puedo hacer? Yo río. No estoy diciendo que no llore, pero en la mitad de reír me doy cuenta que tonto es tomármelo todo tan seriamente. Además, espero un buen llanto. Se siente muy bien”; “Es la vida. No es otra cosa, es la vida. Es real y a veces podidamente dolorosa, pero es bastante mejor que lo que tenemos”; “No he mentido en dos días”, “¿Es verdad?”, “No”; “Escucha esta canción. Te cambiará la vida, lo juro”.
Para los que se enganchen con esta película, recomendamos dos links:
El sitio de la película
http://www2.foxsearchlight.com/gardenstate/
El weblog con posts del director, contando como anda la película en el mundo.
http://www2.foxsearchlight.com/gardenstate/blog/
CONSEJO: puede esperarse al video, pero es una buena segunda opción.
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