lunes, abril 11, 2005
arriba y abajo del escenario
CONOCIENDO A JULIA
Una pieza menor pero interesante. Un vodevil de sentimientos, un personaje egocéntrico y vulnerable que se refugia en el lugar donde se siente seguro: un escenario. Sólo allí es capaz de interactuar con los otros. Sólo actuando, sobrevive. Monstruo fabuloso y feroz, manojo de nervios a punto de desarmarse como un fantoche, seductora y fatal, Julia Lambert, diva teatral en la Inglaterra de 1938. "Conociendo a Julia" es una amena película, con un ritmo muy europeo, manejada con cierta parsimonia por el experimentado István Szabó. No es un filme completo, pero luce con un muy buen final. Pese a eso y a la brillante actuación de Annette Bening, la película no termina de cuajar en la perfección. Pareciera como que la historia no se x despoja de cierta artificialidad cuasi teatral. Quizá sea por eso que no terminamos de identificarnos totalmente con la película.
Julia, estrella teatral londinense, es una mujer madura que manipula a los que están alrededor. A su marido Michael (soberbio Jeremy Irons), a sus asistentes, a sus aduladores, a sus amistades, a su público. Pulpo monopolizador de afectos, Julia tiene el síndrome del actor genial que necesita ser querido y que, más aún, reclama ser constantemente adorado. A ese personaje patológico que no distingue el límite entre la realidad y la ficción (como le reclama su hijo, en un diálogo clave cerca del final), le sucede algo imprevisto: se ha enamorado de un joven. Y en ese romance desbalanceado, Julia cede el control y se entrega como nunca lo ha hecho, ni arriba ni abajo del escenario.
Lo mejor de esta película es la sutileza para perfilar los sentimientos de los personajes, a través de los diálogos en los que los protagonistas dicen una cosa pero expresan otra, totalmente opuesta. Ese juego de aparentar los deseos, una norma social de la época, está muy bien presentado en el guión de Ronald Harwood (sobre una obra de W. Somerset Maugham). Es la constante de la historia, todos los personajes aparentan ser algo que no son. Pero lo que es más extraño, todos saben que el otro actúa y que aparenta ser lo que no es. Pero le siguen el juego y juegan a creerse lo que el otro intenta hacerles creer. En ese ambiente, sólo puede sobrevivir quien actúe y sólo una actriz puede ser la mejor.
Para destacar, el personaje que compone Michael Gambon, Jimmie Langton, el profesor fantasmal de Julia. Escenas: la batalla final en el teatro; el primer té entre Julia y Tom; el saludo de Michael a Julia, tras el estreno; la escena en la que Michael le reprocha a Julia, su mala actuación; el diálogo entre Julia y su hijo. Frases: "En estos tiempos, con el peróxido, hay muchas rubias", "Pero ella es rubia natural", "¿Cómo lo sabes?"; "Eres el único amigo que tengo. No me dejes".
CONSEJO: esperar al video.
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