miércoles, marzo 23, 2005
rachas de luz
THE COMPANY
En algún momento de "The Company", uno de los personajes, Mister A (homenaje a Georges Balanchine, el mítico bailarín y coreógrafo apodado Mister B) se refiere a un malogrado bailarín muerto de SIDA y dice: "Lo único que dejamos en esta tierra, es nuestra luz". Esa es una clave para entender esta película de Robert Altman sobre el Joffrey Ballet de Chicago. La otra pista: Altman eligió contar su película, no desde el lugar común de las películas de ballet (la toma estética, el giro acrobático, el encuadre perfecto), si no poniendo la cámara desde bambalinas, mostrando el arduo trabajo (monótono, repetitivo, agobiador) de ese grupo de bailarines. Prefirió que la moraleja se desprendiera por contraste, tras la acumulación de situaciones cotidianas, casi monótonas, sin sentido dramático. Sólo entonces, por ese metódico trabajo de sedimentación, emergen brillantes esas rachas de luz, esos momentos sublimes de un cuerpo fundido en la armonía del éxtasis artístico, en el nirvana de la perfección. Pero esas rachas surgen tras mucho esfuerzo, trabajo duro, azar y egos encontrados y pequeñas miserias y ambiciones y dolor (emocional, pero también físico).
Esta manera desde donde contar la historia es lo más original de "The Company", una película menor en la filmografía de Robert Altman, es cierto, pero no tan descartable como lo sugirieron las críticas nacionales. Es una película que disfrutarán los amantes del ballet, pero no porque sea una sucesión de cuadros coreográficos, con la estética videoclip, si no porque muestra ese otro lado del mostrador, la cocina, el trabajo arduo para crear a un bailarín consagrado.
Esta es la originalidad, pero también la mayor contra que puede tener "The Company". Por eso lo más probable es acusar a Altman de que no tenga nada que decir o que la película no cuente nada. No. Hay una idea mínima, coherente desde la estética y el planteo. Efectivamente, no hay acción dramática en los términos convencionales. Pero si uno se deja empapar por la sintaxis que propone la película, ésta termina funcionando.
Una babita aparte: la pollerita cortita de Neve Campbell, coproductora del filme, bailarina también hasta que las lesiones la hicieron dejar el ballet, protagonista del clásico de terror "Scream" de Wes Craven.
Escenas a destacar: la rotura del tendón de Aquiles de la bailarina; la escena del baile en la tormenta; el entrenamiento en el columpio; el acto de fin de año; las reprimendas de Mister A (el personaje de la película, deliciosamente interpretado por Malcolm McDowell).
Frases: "Pensar el movimiento, no es el movimiento"; "¿Por qué siempre me hacen eso? Bailan muy bonito. ¡Y odio lo bonito! De eso no se trata el ballet".
CONSEJO: sólo para aficionados a la danza. El resto, esperar al video.
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