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EL CRIMEN PERFECTO

“El crimen perfecto” es una película de una sola incógnita. Es una de esas historias policiales que se resumen en un adivinanza, en este caso, ¿cómo lo hizo?. Y la atención de relato está centrada en cómo se llega a revelar esa incógnita primordial. Dentro de ese estilo, “El crimen perfecto” no será ni una obra maestra, ni un bodriazo, apenas una película correcta, que se sigue sin demasiado esfuerzo y que podría haber dado un poco más. Pero alcanza para el aprobado. Su estética es demasiado televisiva y el casting muestra un notorio desnivel entre su protagonista central (Anthony Hopkins, repitiendo algunos tics de su Hannibal Lecter) y el resto del elenco. En resumen, “El crimen perfecto” es ese tipo de películas que dan la talla exacta para el cable o el video sabatino.

“El crimen perfecto” es la historia de Ted Crawford, un ingeniero millonario que descubre que su mujer lo engaña. Crawford es un hombre sumamente analítico, observador y reflexivo. Así que amasija a su esposa, se atrinchera en su hogar con la muerta y llama a la policía, para confesar su crimen. Con tan buen timing que, el policía que viene a cubrir el caso, no es otro que el amante de la muerta. Así empieza el filme y esa es la intriga. Porque Crawford será llevado a juicio y se enfrentará con el otro protagonista del relato, Willy Beachum, fiscal que está por dejar la función pública para pasar a un estudio importante y se encuentra que su último caso, que parecía andar sobre ruedas y llevarse solo, se topa con algunas dificultades difíciles de pensar en un primer momento.



Sin develar mucho, para no contar el final, gran parte del filme es esta sorda lucha a la distancia entre Crawford y Beachum, el juego del gato y el ratón que Crawford dirige, pese a encontrarse entre rejas. Todo el caso es un juego de causas y efectos, como los artificios que Crawford tiene en su hogar y en su trabajo, una maquinaria pensada para matar y salir libre de culpa de su crimen.

El guión del Daniel Pyne y Glen Gers le falta mayor sutileza y complicar un poco más la trama. Las dudas existenciales de Beachum van por buen camino, funcionan para darle grosor dramático a la historia, pero quedan ahí. La lucha en los tribunales parece desteñida, como un fuego artificial que no termina de explotar.



Babita para las piernas de Rosamund Pike (chica Bond) y nos quedamos con ganas de ver más de David Stathaim, como el jefe de Beachum. Ryan Gosling, en la piel del protagonista, no desentona pero tampoco le llega a los talones a Anthony Hopkins que, repitiendo tics y todo, pasea por la película buscando un antagonista.

Escenas: la escena del crimen; la escena en la que el amante de la esposa de Crawford descubre a la muerta; la escena final entre Beachum y Crawford.

Frases:

“El conocimiento es dolor. Ya estoy acostumbrado. Aunque ese dolor me brinda algunos pequeños placeres.

Hay muchos vampiros allá afuera.



-Sr. Crawford, ¿por qué no me da la pistola? Así podré poner más atención a lo que me dice.
-¿Es tu idea más brillante, Rob?
-Por así decirlo.
-Si tú la dejas, yo la dejo.
-Los dos soltamos las armas. Las ponemos en el piso y nos alejamos.

-En Wooton Sims no siempre ganarás.
-Trabajar en Wooton Sims es como ganar ¿no?

-Creo que este es tu lugar, William.
-No trabajé tan duro para quedarme donde me corresponde.

Desafortunadamente, el señor es un ciudadano. La Constitución lo deja manipular la ley, igual que a todos.

-La pistola. No sirve.
-¿Cómo que no sirve?
-Es buena, pero no sirve como evidencia. No ha sido disparada.



-¿Cuál es la diferencia entre italiano e inglés? Sé que son dos países distintos Hablo del diseño. ¿Me esperas un segundo? ¿Qué clases de estilo dirías que es esto?
-Homicidio moderno.

-Si no puedo presentar evidencia, no existe legalmente.
-No voy a jugar juegos con usted.
-No tienes más remedio, viejo.

-Ves el huevo a trasluz de una vela y buscas imperfecciones. (Mi abuelo) me dijo que apartara los defectuosos para la panadería. Regresó una hora después y había 300 huevos en la cubeta. Me preguntó qué estaba haciendo. Encontré un defecto en todos. Lugares delgados en la cáscara y rodajas muy finas. Si te fijas, descubrirás que todo tiene su punto débil... donde se puede quebrar, tarde o temprano.
-¿Busca el mío?
-Ya lo encontré.
-¿Y cuál es?
-Eres un ganador, Willy.

Mi pito es evidencia.



No voy a ser como usted dentro de 20 años.

-Tienes que admirar su astucia.
-¿Ah, si?
-Honor a quien honor merece.

-No se trata sólo de mi ego. También se trata del hecho de que el tipo está disfrutando todo esto.
-¿Disfrutando todo esto? Eso no es evidencia.
-Cierto, pero alguien lo tiene que mandar a la cárcel.

-Como nos llevas ventaja a todos no te molestará que le mencionemos a Willy que puede usar sus talentos para fines más nobles.
-No necesitas defenderte.
-De vez en cuando la gente me crítica. Casi siempre es gente con dinero.
-¡Uy! Ganaste.

La gente no entiende algo sobre los empleos públicos mal pagados. A veces puedes clavarle una estaca en el corazón de un villano. No debemos hablar de eso cuando visitamos una escuela primaria el Día de las Profesiones. Y no te sirve de nada en los casilleros de un club campestre. Pero cuando logras hacerlo, no hay nada mejor.

-A veces la vida nos da estos pequeños regalos, si me entiendes.
-Sé lo que quiere decir. Sé lo que quiere decir, porque... tengo la bala.

La victima grita más allá de la tumba.

Su esposa todavía estaba viva. Pero tenía que desconectar ese cable, ¿no?

CONSEJO: esperar al video.